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La combinación de olas de calor y mala calidad del aire se asocia al doble de riesgo de infarto de miocardio mortal; las mujeres y los adultos mayores son los más expuestos, según señala un estudio realizado en China.
Los investigadores estiman que hasta 3 % de todas las muertes por infarto de miocardio podrían atribuirse a la combinación de temperaturas extremas y altos niveles de partículas finas en el ambiente (PM 2,5).
«Nuestros resultados demuestran que reducir la exposición tanto a las temperaturas extremas como a la contaminación por partículas finas puede ser útil para prevenir las muertes prematuras por infarto de miocardio», afirmó en un comunicado el autor principal del estudio, Dr. Yuewei Liu, Ph. D., de la Universidad Sun Yat-sen de Guangzhou, China.
Existe «evidencia desde hace mucho tiempo» de los efectos cardiovasculares nocivos de la contaminación atmosférica, dijo a Medscape Noticias Médicas el Dr. Jonathan Newman, maestro en salud pública y cardiólogo del NYU Langone Heart de Nueva York, Estados Unidos, quien no participó en el estudio.
El valor añadido de este estudio fue encontrar una interacción entre las temperaturas extremadamente cálidas y la contaminación atmosférica, «lo cual es preocupante con el calentamiento global», afirmó el Dr. Newman, profesor adjunto del Departamento de Medicina de la División de Cardiología Leon H. Charney de la Grossman School of Medicine de la NYU.
El estudio fue publicado en versión electrónica el 24 de julio en Circulation.
La intensidad y la duración son importantes
Los investigadores analizaron los datos de 202.678 adultos (promedio de edad: 77,6 años; 52 % hombres) que sufrieron infarto de miocardio mortal entre 2015 y 2020 en la provincia de Jiangsu, una región con cuatro estaciones distintas y una amplia gama de temperaturas y PM2,5. ambientales.
Evaluaron la asociación de la exposición a eventos de temperaturas extremas, incluyendo tanto olas de calor como de frío, y las PM2,5 con la mortalidad por infarto de miocardio y sus efectos interactivos.
Entre las principales conclusiones se encuentran:
El riesgo de infarto de miocardio mortal fue 18% mayor durante olas de calor de 2 días con índices de calor iguales o superiores al percentil 90 (entre 28,1 °C y 36,6 °C) y 74 % mayor durante olas de calor de 4 días con índices de calor iguales o superiores al percentil 97,5 (entre 34,8 °C y 43,0 °C), en comparación con los días de control.
El riesgo de infarto de miocardio mortal fue 4 % mayor durante las olas de frío de 2 días con temperaturas iguales o inferiores al percentil 10 (entre 0,7 °C y 4,7 °C) y 12 % mayor durante las olas de frío de 3 días con temperaturas iguales o inferiores al percentil 2,5 (entre -2,8 °C y 2,9 °C).
El riesgo de infarto de miocardio mortal fue el doble durante olas de calor de 4 días que tuvieron PM 2,5 por encima de 37,5 µg/m3. Los días con altos niveles de PM 2,5 durante olas de frío no tuvieron un aumento equivalente del riesgo de infarto de miocardio mortal.
Hasta 2,8 % de las muertes por infarto de miocardio durante el periodo de estudio de 5 años pueden atribuirse a la combinación de exposición a temperaturas extremas y PM2,5 a niveles superiores a las directrices de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (37,5 g/m3).
El riesgo de infarto de miocardio mortal fue en general mayor para las mujeres que para los hombres durante las olas de calor y fue mayor para los adultos de 80 años o más que para los adultos más jóvenes durante las olas de calor, las olas de frío o los días con altos niveles de PM 2,5.
El hallazgo de que los adultos mayores de 80 años son especialmente susceptibles a los efectos del calor y la contaminación atmosférica y a la interacción de ambos es «notable y especialmente relevante dado el envejecimiento de la población», subrayó el Dr. Newman a Medscape Noticias Médicas.
Mitigar tanto los fenómenos de temperaturas extremas como la exposición a las PM 2,5 «puede redundar en beneficios colaterales para la salud al evitar muertes prematuras por infarto de miocardio», afirmaron los investigadores.
«Para mejorar la salud pública, es importante tener en cuenta la contaminación por partículas finas al emitir avisos de temperaturas extremas para la población», añadió el Dr. Liu en el comunicado.
En un estudio anterior, el Dr. Liu y sus colaboradores demostraron que la exposición a partículas grandes y pequeñas, así como al dióxido de nitrógeno, se asociaba significativamente con un aumento de las probabilidades de muerte por infarto de miocardio, tal y como informó Medscape Noticias Médicas.
Fuente: Medscape en Español
Referencia: Xu R, Huang S, Shi C, Wang R, y cols. Extreme Temperature Events, Fine Particulate Matter, and Myocardial Infarction Mortality. Circulation. 25 Jul 2023;148(4):312-323. doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.122.063504. PMID: 37486993.
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Las mujeres que se desempeñan como estilistas, cosmetólogas, en la confección de prendas y en la construcción, entre otras actividades, corren riesgo potencial de contraer cáncer de ovario por exposición acumulativa a diversas sustancias tóxicas.
El estudio destaca la relevancia potencial de la exposición prolongada a sustancias específicas como el talco, amoníaco, gases propulsores, combustible y blanqueadores.
La publicación de la revista Occupational & Environmental Medicine * advierte que ciertos puestos de trabajo desempeñados por mujeres pueden estar relacionados con una mayor predisposición a contraer cáncer de ovario.
Los hallazgos del ensayo impulsaron comentarios que denuncian la baja identificación de los factores de riesgo de cáncer de ovario, mientras persiste la probabilidad de aumento de los factores ambientales que los provocan, incluidos los relacionados con los lugares de trabajo.
Asimismo, los pocos estudios sobre el tema alcanzaron fiabilidad limitaba en sus resultados al prescindir de los factores potencialmente influyentes, los historiales laborales previos o incluir un número pequeño de participantes mujeres.
Con la intención de mitigar estos problemas, los autores recurrieron a legajos laborales obtenidos en un estudio que recogía historia y presente de casos y controles basados en la población..
La iniciativa permitió enfocar el análisis en dos aspectos del entorno laboral: el empleo en funciones o industrias específicas y la exposición a riesgos laborales concretos. La adopción del criterio pretendió abordar las limitaciones y obtener una comprensión cabal de las probables asociaciones.
El estudio anterior Prevención del cáncer de ovario en Quebec (Prevention of Ovarian Cancer in Quebec – PROVAQ) reunió mujeres con edades de 18 a 79 años, seleccionadas de siete hospitales de Montreal entre 2010 a 2016 y diagnosticadas con cáncer de ovario.
En total, 491 mujeres que cumplían con los criterios del estudio fueron emparejadas por edad y lugar de residencia junto a otras 897 sin cáncer de ovario.
La presente investigación recolectó información de todas las participantes acorde a sus antecedentes sociodemográficos, historia clínica, medicación prescrita, antecedentes reproductivos, peso y altura; incluyó además factores relacionados con sus estilos de vida y los detalles laborales registrados durante la vida.
En comparación con el grupo de control, un porcentaje elevado de mujeres con cáncer de ovario presentaron factores considerados de riesgo potencial para el desarrollo de la enfermedad: menor nivel educativo, menor duración del uso de anticonceptivos orales y ninguna o menor cantidad de hijos.
Las participantes informaron cada empleo propio con una duración mínima de 6 meses. Los datos comprendían: puesto desempeñado, fechas de inicio y cese, horario de trabajo (con la inclusión de cambios de turno) y tareas principales ejecutadas durante el período laboral.
Se clasificó, entonces, la duración acumulada del trabajo o industria como ninguna, menos de 10 años y 10 años o más.
Más del 50 % de las participantes habían trabajado al menos en tres empleos siendo el primero anterior a los 20 años de edad. La mayoría tuvo una duración de la vida laboral de 15 años o más, y su trabajo con mayor antigüedad fue de al menos 10 años.
Se utilizó la Matriz de nivel de exposición laboral canadiense (Canadian job-exposure matrix – CANJEM) para determinar la exposición de las participantes a agentes específicos. A continuación, el estudio examinó el vínculo entre la exposición a cada uno de los 29 agentes predominantes y el riesgo de cáncer de ovario.
Tras tener en cuenta los factores potencialmente influyentes, los cálculos indicaron que varias funciones laborales podrían estar relacionadas con un mayor riesgo de padecer la enfermedad.
En particular, las personas que habían trabajado 10 años o más en profesiones tales como peluquería, barbería, estética y afines, presentaban un riesgo tres veces mayor de desarrollar cáncer de ovario. Del mismo modo, quienes desempeñaron en áreas de contabilidad durante 10 años o más presentaban el doble de riesgo, mientras las que trabajaban en el sector de la construcción casi triplicaban el riesgo.
Por su parte, el empleo duradero en la industria de la confección se relacionó con un 85 % de aumento del riesgo. Además, trabajar en el sector de ventas o comercio minorista se asoció respectivamente con 45 % al 59 % de mayor riesgo de padecer la enfermedad.
El aumento significativo del riesgo superior al 40 % correspondió a los casos de exposición acumulada alta (8 años o más) a 18 agentes específicos, entre los que se incluían:
polvos de talco, amoniaco, peróxido de hidrógeno, polvo de cabello, fibras sintéticas y de poliéster, tintes y pigmentos orgánicos, celulosa, formaldehído y gases propulsores, así como sustancias químicas presentes de forma natural en los combustibles y blanqueadores.
Las mujeres que trabajan en ocupaciones relacionadas con la peluquería están expuestas a cientos de productos químicos en altas concentraciones, incluidos tintes para el cabello, champús, acondicionadores, productos de estilismo y cosméticos. El empleo en ocupaciones relacionadas con la peluquería y la exposición a 12 agentes predominantes en estas ocupaciones fueron asociadas por el estudio con mayores riesgos de cáncer de ovario.
Las tareas de peluquería, esteticismo y trabajos afines resultaron las expuestas con mayor frecuencia e intensidad a 13 agentes diferentes, entre los que destacaron el amoníaco, el peróxido de hidrógeno, tintes y pigmentos orgánicos, y blanqueadores. Estas actividades ocupan el segundo lugar entre las más comprometidas a polvos de talco.
Los autores aclaran que no está definido si las asociaciones fueron impulsadas por un único agente, una combinación de ellos u otros factores relacionados al área de trabajo.
El número de mujeres empleadas en trabajos específicos como papeleras, imprentas, producción textil, tintorerías y fábricas, al ser relativamente pequeño, también limitó el número de quienes estaban expuestas a ciertos agentes clasificados como potenciales factores de riesgo (por ejemplo, asbestos y pesticidas).
Al considerar los autores que algunas asociaciones estadísticamente significativas del estudio podrían atribuirse al azar, destacan la necesidad de realizar nuevos estudios que reproduzcan los resultados con el fin de establecer la validez y fiabilidad de su trabajo.
A pesar de las limitaciones y la posibilidad de hallazgos fortuitos, el artículo afirma que los resultados indican una evidencia sugestiva de asociación causal entre el empleo en profesiones determinadas con exposiciones laborales específicas y el aumento del riesgo de padecer cáncer de ovario.
Estudios de cáncer ocupacional sin o casi sin mujeres
Las doctoras Melissa C Friesen y Laura E. Beane Freeman, epidemiólogas ocupacionales y ambientales del Instituto Nacional del Cáncer (US National Cancer Institute -NCI) de EE.UU., al comentar el artículo en el mismo ejemplar de la revista, destacan su utilidad para reconocer el bajo nivel de participación de las mujeres en los estudios sobre cáncer ocupacional. Las profesionales subrayan, además, la necesidad de mejorar la investigación y los mecanismos que evalúan los riesgos profesionales de las mujeres con el objetivo de enriquecer la comprensión del tema. Las integrantes del NCI advierten además que al excluirse a las mujeres de los estudios relacionados con el cáncer ocupacional, se pierde la oportunidad de identificar los factores de riesgo específicamente vinculados a los diversos tipos de cáncer que afectan a las mujeres. La evaluación de las diferencias de riesgo en función del sexo y el examen de las exposiciones prevalentes en profesiones con preponderancia femenina.
Fuente: SIIC Salud
Referencia: Leung L, Lavoué J, Siemiatycki J, et alOccupational environment and ovarian cancer riskOccupational and Environmental Medicine Published Online First: 10 July 2023. doi: 10.1136/oemed-2022-108557
https://oem.bmj.com/content/early/2023/06/01/oemed-2022-108557
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Ginebra, 31 jul (Prensa Latina) La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió hoy que el intenso calor en muchas zonas del hemisferio norte este verano causa graves daños a la salud de la población y al medio ambiente.
La entidad resaltó que los incendios forestales han causado devastación y decenas de víctimas y evacuaciones forzadas de miles de personas en partes del Mediterráneo, incluidas Argelia, Grecia, Italia y España.
El Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus registró un aumento significativo en la intensidad y las emisiones de los incendios forestales en el Mediterráneo oriental durante la segunda quincena de julio, particularmente en Grecia.
Canadá ha visto su peor temporada de incendios forestales registrada, dañando la calidad del aire para millones de personas en América del Norte.
Las temperaturas de la superficie del mar alcanzó nuevos récords, con severas olas de calor marinas en el Mediterráneo y frente a la costa de Florida.
“El clima extremo, un hecho cada vez más frecuente en nuestro clima cada vez más cálido, está teniendo un gran impacto en la salud humana, los ecosistemas, las economías, la agricultura, la energía y el suministro de agua”, dijo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
Añadió que esto subraya la creciente urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la manera más rápida y profunda posible.
Además, subrayó Taalas, tenemos que redoblar los esfuerzos para ayudar a la sociedad a adaptarse a lo que lamentablemente se está convirtiendo en la nueva normalidad.
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Datos del Departamento de Planificación del Centro Nacional de Áreas Protegidas indican que la isla cuenta con 215 áreas protegidas, como el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, considerado, además, Patrimonio Natural de la Humanidad.
Estas ocupan el 21,26 por ciento de la superficie del país, incluidas zonas de la denominada plataforma insular marina, además poseen ocho categorías de manejo: reserva natural, parque nacional, reserva ecológica, elemento natural destacado, refugio de fauna, reserva florística manejada, paisaje natural protegido y área protegida de recursos manejados.
Concebidas con el propósito de favorecer la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, del patrimonio boscoso y de otras riquezas, muestran una elevada representatividad de la fauna y la flora cubanas, al alcanzar niveles de endemismo superiores al 95 y 85 por ciento, respectivamente.
Cuba dispone de seis reservas de la biosfera: Guanahacabibes, Sierra del Rosario, Ciénaga de Zapata, Buenavista, Baconao y Cuchillas del Toa, reconocimiento internacional conferido por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Las funciones de esa denominación radican en promover la conservación de la biodiversidad y la diversidad cultural, el desarrollo económico y social sostenible, la investigación, la educación ambiental, y la activa presencia de las comunidades locales en la planificación y la gestión de la zona donde habitan.
Hace 93 años se estableció el primer Parque Nacional Pico Cristal, en la región oriental, siendo Cuba el cuarto país de América Latina en emitir una disposición normativa para crear un área protegida de ese tipo.
Según expertos, las áreas protegidas tienen un valor muy importante en el desarrollo, ya que si se gestionan correctamente ofrecen beneficios tanto económicos como sociales, pues mejoran el bienestar de la población, fomentan valores como el reciclaje y el respeto por la naturaleza, y producen más energías renovables.
Por eso en muchos países, desarrollados o no, se impulsa cada vez más la economía sostenible basada en el uso de los recursos naturales locales.
Las áreas protegidas contribuyen a regular el clima, el ciclo del agua, a conservar la biodiversidad y a su control biológico, entre muchos otros beneficios, por lo que cuidarlas garantizar la continuidad de las especies y el futuro de las nuevas generaciones.
Abril 12/2023 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección de Noticias de Ciencia. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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Investigadores del Instituto de Salud Carlos III han analizado el posible impacto de los factores ambientales en pacientes ingresados por enfermedades mentales en la Comunidad de Madrid entre 2013 y 2018. Los resultados indican que algunos trastornos neurológicos del comportamiento presentan una asociación estadísticamente significativa con la contaminación acústica. Read more
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Bolivia registró en la última semana 2 798 nuevos casos de dengue, con lo que la cifra total se disparó hasta 8 347, lo que provocó la sobresaturación en los servicios hospitalarios, según informó este lunes el ministro de Salud, Jeyson Auza. Read more