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18
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) de Guatemala aumenta hoy las medidas preventivas ante la presencia confirmada de casos de gusano barrenador del ganado en Honduras y Nicaragua.
La cartera destacó la existencia de una alerta sanitaria e instó a reportar cualquier situación con los animales en el país, mientras busca mantener un monitoreo constante en los municipios fronterizos.
Mediante un mensaje en sus redes sociales, el MAGA añadió que las personas pueden enviar una foto o mensaje al número telefónico habilitado y su personal atenderá el caso para el análisis que corresponda.
Llamó a «revisar frecuentemente a los animales, de presentarse heridas con gusanos, tomar la mayor cantidad de larvas o masa de huevos que se encuentren», entre otras.
Así, insistió, llevar el tubo con la muestra y la hoja con información, lo antes posible a la sede departamental de ese organismo del Estado.
La parasitosis causada por el gusano barrenador del ganado, la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, regresó a Centroamérica después de que las autoridades la dieran por erradicada.
Afecta a animales de sangre caliente –según especialistas-, principalmente al ganado, pero también al ser humano.
En el pasado, provocó pérdidas económicas superiores a los 100 millones de dólares al año en el sur de Estados Unidos y México.
Desde 2023 las entidades encargadas notificaron un aumento de casos en Panamá, mientras que Costa Rica declaró emergencia nacional, Nicaragua confirmó ocurrencias y recientemente también reportaron su presencia en Honduras y Nicaragua.
15 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Científicos de varios países han alertado de la amenaza que suponen para la humanidad las enfermedades causadas por hongos y sobre la importancia de impulsar el estudio de este problema, ya que muchos de los patógenos son ya resistentes a los medicamentos.
Para alertar de la gravedad de la amenaza y de la importancia de acelerar el estudio un equipo internacional de investigadores de once países ha publicado hoy una carta en la revista científica The Lancet en la que piden más atención y más recursos para combatir las resistencias a los tratamientos en afecciones causadas por hongos.
El artículo está coordinado por el investigador Norman van Rhijn, de la Universidad de Mánchester, y por el profesor Ferry Hagen, del Instituto Westerdijk de Países Bajos, y lo suscriben once científicos de España, Reino Unido, Austria, Turquía, Australia, Uganda, India, Estados Unidos, Brasil, Sudáfrica y China.
Entre las firmantes está la investigadora española del Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) Ana Alastruey, quien coordinó un informe de la OMS sobre patógenos fúngicos que representan un riesgo infeccioso para la salud pública, ha informado este centro en una nota difundida hoy.
Según explican en su artículo los investigadores, la mayoría de los patógenos fúngicos identificados como prioritarios por la Organización Mundial de la Salud (OMS), responsables de alrededor de 3,8 millones de muertes al año en todo el mundo, ya son resistentes o están adquiriendo rápidamente resistencia a los medicamentos antifúngicos.
Argumentan que el enfoque actual, centrado principalmente en las bacterias, no es suficiente para combatir completamente la resistencia a los antimicrobianos, y recuerdan que, a diferencia de las bacterias, las similitudes entre las células fúngicas y las humanas dificultan encontrar tratamientos que inhiban selectivamente los hongos sin causar toxicidad en los pacientes.
Ana Alastruey ha subrayado en la nota difundida hoy por el ISCIII que «la resistencia es más la norma que la excepción en las cuatro clases de antifúngicos disponibles parar tratar infecciones por hongos, lo que dificulta, e incluso imposibilita, el tratamiento de muchas infecciones fúngicas invasivas».
Las infecciones resistentes a los fungicidas incluyen algunas como «Aspergillus», «Candida» o «Trichophyton indotineae», y cualquiera de ellas puede tener impactos muy relevantes en la salud de personas mayores o en pacientes vulnerables.
En el texto, los firmantes recomiendan un acuerdo mundial para restringir el uso de ciertas clases de moléculas antifúngicas para aplicaciones específicas; una mayor colaboración en soluciones y regulaciones que garanticen la seguridad alimentaria y la salud universal para animales, plantas y seres humanos; y la inclusión de la resistencia a antifúngicos en la reunión de la ONU sobre resistencia a los antimicrobianos que se celebra este mes.
Los investigadores han constatado que, a pesar de las enormes dificultades para desarrollar medicamentos contra infecciones causadas por hongos, en los últimos años han entrado en ensayos clínicos varios agentes nuevos y prometedores, incluidos clases completamente nuevas de moléculas.
Pero han observado que incluso antes de que lleguen al mercado tras años de desarrollo, la industria agroquímica ya ha desarrollado fungicidas con modos de acción similares, lo que provoca resistencias cruzadas que hacen a los científicos retroceder al punto de partida.
Muchos cultivos esenciales se ven afectados por hongos, por lo que la protección antifúngica es necesaria para la seguridad alimentaria, pero los investigadores que firman en The Lancet alertan del alto precio que eso supone para la salud pública.
13 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
sep
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África ha registrado desde el principio del año 26 543 casos de mpox (5 731 confirmados) y 724 muertes de esta enfermedad antes conocida como viruela del mono, informó este jueves la agencia de salud pública de la Unión Africana (UA).
Según las cifras compartidas por el director general de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC de África), Jean Kaseya, las muertes y las infecciones reportadas desde el pasado mes de enero representan el 43 % y el 56 %, respectivamente, de las registradas en total desde enero de 2022 hasta la actualidad.
«Fue en 2024 cuando el brote se convirtió en un problema importante. Tenemos más muertes (en lo que llevamos de 2024) que en los otros dos años combinados, 2022 y 2023″, dijo Kaseya en una rueda de prensa virtual, al destacar que la crisis requiere «acciones contundentes».
«El continente sigue experimentando un aumento de casos continuo cada semana», añadió el director general, quien lamentó que, solo en la pasada semana, perdieron la vida 107 personas.
Kaseya destacó que solo un 52,9 % de los casos se detectaron mediante una prueba médica y aseveró que para lograr una cifra «precisa» de infecciones, ese porcentaje debería situarse en torno al 80 %.
Sin embargo, el director general admitió que todavía no cuentan con tests rápidos o de antígenos, mientras las pruebas de laboratorio no resultan prácticas para evaluar, por ejemplo, a una de las poblaciones vulnerables y susceptibles de propagar el virus en el continente: los camioneros que cruzan fronteras entre países.
«Como todavía no tenemos esa capacidad, estamos implicando a los trabajadores comunitarios de salud (miembros de la comunidad sin formación médica profesional que actúan como comunicadores) para que reporten los casos sospechosos», explicó.
El epicentro de la epidemia, que afecta a catorce países africanos, sigue situándose en la República Democrática del Congo (RDC), donde tienen lugar varios brotes a la vez, impulsados por diferentes variantes del virus.
Según los datos del comité congoleño de respuesta contra la mpox, el país ha registrado más de 21 000 casos sospechosos y 710 muertes desde el pasado enero.
Kaseya destacó que varios estudios realizados sobre el terreno en la RDC han mostrado que, en mujeres embarazadas, se está produciendo contagio entre la madre y el feto, si bien no ofreció datos concretos.
Los CDC de África declararon el pasado 13 de agosto la mpox como una «emergencia de salud pública de seguridad continental» y, un día después, la OMS declaró el estado de alerta sanitaria a nivel internacional por la enfermedad.
La alarma de la OMS se refiere a la rápida expansión y elevada mortalidad en África de la nueva variante (clado 1b), de la cual se identificó un primer caso fuera del continente, en Suecia, en una persona que había viajado a una zona de África donde el virus circula con intensidad.
Esa variante es diferente al clado 2, que causó en 2022 un violento brote en África, así como cientos de casos en Europa, Norteamérica y países de otras regiones, y ya indujo a la declaración de la emergencia sanitaria internacional entre 2022 y 2023.
12 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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14
Desde mayo de 2022 hasta el 3 de septiembre de 2024, fueron notificados 64 669 casos confirmados de mpox (viruela símica), incluidas 146 defunciones en 32 países de las Américas, comunicó hoy la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
Según la última actualización epidemiológica realizada por estas organizaciones, 57 571 casos y 115 defunciones fueron reportados en 2022, 4 077 casos y 28 fallecimientos en 2023, y 3 021 casos y tres muertes en lo que va de 2024.
Las estadísticas muestran que la mayor proporción de casos se registró durante el año 2022 (90 %), posteriormente se observó un descenso progresivo que continuó durante 2023 y 2024.
La vigilancia genómica identificó al clado IIb en todos los casos analizados, el cual sigue siendo el único detectado hasta la fecha en la región.
En cuanto a la distribución de casos por países y territorios, la mayor cantidad de confirmados en el periodo 2022-2024 corresponde a Estados Unidos (33 633, incluidas 60 defunciones), seguido de Brasil1 (12 455 y 16 defunciones, respectivamente), Colombia (4 266), México (4 136 y 34) y Perú (3 942 y 23 muertes).
Otros datos del informe muestran que de 59 933 casos con información disponible sobre el sexo y la edad, el 96 % corresponde a hombres y el 39 de los reportes se encuentra en el grupo de entre 30 a 39 años, siendo la media los 33 años, con un rango de edad entre cero y 95 años.
Adicionalmente, se registran 739 casos confirmados en menores de 18 años en 16 países de la Región (1,1 % del total).
De acuerdo con los expertos, 16 011 casos con información disponible sobre las prácticas sexuales, el 70 % se identificó como hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
De 17 976 casos con información disponible sobre el estado serológico respecto del Virus de la Inmunodeficiencia Humana, el 58 % corresponde a personas que vivían con este padecimiento.
Específicamente en 2024, un total de 14 países registran casos confirmados de mpox: Argentina (22), Bolivia (uno), Brasil (946), Canadá (178), Chile (siete), Colombia (118), Costa Rica (uno), Ecuador (siete) y Estados Unidos (1 816 casos, incluyendo una defunción).
También la lista suma a Guatemala (uno), México (55), Panamá (cuatro), Perú (80 y dos muertes) y República Dominicana (ocho).
A partir de la declaración de la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional, el 14 de agosto de 2024, la OMS emitió las recomendaciones temporales y mantiene por 12 meses adicionales las recomendaciones permanentes vigentes sobre el mpox (todos los clados).
Aunque aún no se han detectado casos de mpox pertenecientes a la nueva variante del clado Ib en las Américas, los organismos sanitarios advirtieron que no se puede descartar el riesgo de introducción.
Por ello orientan a las autoridades de salud a continuar con sus esfuerzos de vigilancia para caracterizar la situación y responder rápidamente en caso de la aparición de esta u otra variante del virus.
La viruela símica es una enfermedad causada por el virus de la viruela del mono, una especie del género orthopoxvirus cuyos síntomas comunes son erupción cutánea o lesiones en las mucosas que pueden durar de dos a cuatro semanas, fiebre, dolores de cabeza, musculares y de espalda, poca energía y ganglios linfáticos inflamados.
Dicho virus puede transmitirse a través del contacto físico con alguien enfermo, materiales contaminados o animales infectados.
12 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
sep
13
Más de 9 000 casos de fiebre de Oropuche y dos defunciones fueron reportados en las Américas en lo que va de 2024, incluso en países donde no existían, informó hoy la Organización Panamericana de la Salud.
De acuerdo con el organismo sanitario, desde su última alerta epidemiológica emitida el 1 de agosto de 2024 y hasta el 6 de septiembre, fueron notificados 1 774 casos adicionales de esa enfermedad en seis países, aumentando el total a 9 852 confirmados.
Brasil es el más afectado con 7 931 casos y dos defunciones, y a la lista se suman: Bolivia (356 casos), Colombia (74), Cuba (506), Perú (930) y recientemente República Dominicana (33).
Además, se registraron contagiados importados en Estados Unidos (21) y Canadá (uno), tras viajes a países endémicos, y fuera de la región se documentaron 30 casos en Europa por igual motivo.
En cuanto a la transmisión de la madre al feto, en Brasil confirmaron por ese motivo una muerte fetal y una anomalía congénita, mientras actualmente realizan investigaciones adicionales sobre otros decesos fetales, abortos y anomalías congénitas.
Se trata de una enfermedad viral caracterizada por fiebre alta, dolor intenso de cabeza, dolores musculares y articulares; en algunos casos, puede causar complicaciones más graves como meningitis o encefalitis.
Según los expertos, aunque la mayoría de las personas se recupera por completo, no existe un tratamiento específico y la prevención es fundamental.
La fiebre del Oropouche se transmite principalmente a través de la picadura de jejenes infectados, pequeños insectos que suelen picar durante el día y que habitan en áreas húmedas con materia orgánica y en zonas boscosas.
Dado el aumento de casos en 2024, el organismo sanitario reiteró el llamado a los países a reforzar la vigilancia, notificar cualquier evento inusual y fortalecer las medidas de prevención y control del vector.
10 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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12
Un estudio elaborado con muestras tomadas con un avión a altas altitudes ha revelado que los microorganismos pueden viajar largas distancias en la troposfera.
El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), lo han liderado investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación «la Caixa», y ha contado con la colaboración de la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu (FPDBA).
Los patógenos pueden viajar por el aire, pero se sabe poco sobre la diversidad de microbios que pueden sobrevivir a grandes altitudes, donde las condiciones son duras.
Diez estudios aéreos
Utilizando un avión Cessna, el investigador ICREA en ISGlobal Xavier Rodó y un equipo internacional de científicos llevaron a cabo diez estudios aéreos entre 1 000 y 3 000 metros por encima de Japón, partiendo del aeropuerto de Chofu, cerca de Tokio.
Todos los vuelos se planificaron para seguir las corrientes de viento procedentes de Asia continental, en lo que se conoce como puentes troposféricos, que conectan aire de regiones distantes del mundo.
En este caso, es aire que se eleva en China continental y que luego desciende sobre Tokio, debido a las condiciones meteorológicas típicas del invierno.
Para comparar la diferencia a distintas altitudes, también se recogieron muestras a nivel del suelo en Chofu.
Los investigadores analizaron la composición química y biológica de un total de 22 muestras de filtros de aerosol recolectadas durante dos periodos (febrero y abril de 2014) en la troposfera, que es la capa inferior de la atmósfera y la que está en contacto con la superficie terrestre.
Especies bacterianas capaces de causar enfermedades
Mediante secuenciación de ADN, los científicos identificaron más de 266 géneros de hongos y 305 géneros de bacterias asociados a los aerosoles, algunos de los cuales son potencialmente patógenos para los seres humanos, otros animales o las plantas.
Entre otras, se identificaron especies bacterianas como Escherichia coli, Serratia marcescens, Clostridium difficile, Clostridium botulinum, Haemophillus parainfluenzae, Acinetobacter baumannii y varias especies de Staphylococcus, así como hongos de géneros como Candida, Cladosporium y Malassezia, capaces de causar enfermedades en individuos susceptibles e inmunodeprimidos.
«Nuestro estudio revela por primera vez una gran diversidad de microbios que se propagan por las corrientes de viento a miles de kilómetros de su origen por intensos túneles de viento que se forman a algunos kilómetros de altura en la troposfera», ha afirmado Rodó.
Bacterias viables, con capacidad para crecer y reproducirse
Para el investigador, estos hallazgos representan «un cambio de paradigma» en la comprensión de cómo la salud humana puede verse afectada por patógenos que prosperan en el ambiente, especialmente en el aire.
Aunque el estudio no demuestra una relación causal entre la presencia de patógenos humanos en los aerosoles y un efecto sobre la salud, sí subraya la necesidad de seguir explorando la propagación de distintos microbios patogénicos sobre grandes distancias, ha resaltado el investigador.
Resistencia a antibióticos
El cultivo de algunas de las muestras permitió demostrar que las bacterias recogidas del aire eran viables -es decir, con capacidad de crecer y reproducirse- y que algunas eran resistentes a los antibióticos de uso común.
La sorpresa para los científicos fue comprobar que, por ejemplo, la cepa de Micrococcus luteus aislada mostraba resistencia a múltiples fármacos, incluyendo carbapenems, glicopéptidos, ciprofloxacina y trimetoprim-sulfametoxazol.
«Nuestros hallazgos sugieren que la resistencia a los antimicrobianos podría propagarse a grandes distancias por esta vía hasta ahora desconocida», ha indicado por su parte la coprimera autora del estudio, Sofya Podzniakova.
10 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia