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Una investigación presentada en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular (ASBMB, por sus siglas en inglés), que se celebra estos días en la ciudad de San Antonio (EEUU), sugiere una asociación entre la hormona del estrógeno y la dependencia a la nicotina que sufren algunas mujeres fumadoras, una adicción que se produciría más rápidamente y con menos exposición que en el caso de los hombres.
Nuestro trabajo está orientado a comprender el mecanismo por el que las mujeres son más susceptibles al trastorno por consumo de nicotina, y, de esa forma, reducir la disparidad de género en el tratamiento de la adicción a la nicotina», explicó Sally Pauss, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kentucky.
Los investigadores observaron que el estrógeno induce la expresión de olfactomedinas, proteínas que en humanos están codificadas por el gen OLFM1 y que la nicotina suprime en áreas clave del cerebro involucradas en la recompensa y la adicción.
Para el nuevo estudio, los investigadores utilizaron amplios conjuntos de datos de secuenciación de genes inducidos por estrógenos para identificar genes que se expresan en el cerebro y exhiben una función hormonal. Encontraron sólo una clase de genes que cumplían estos criterios, como son los que codifican olfactomedinas.
Eje olfactomedinas-estrógeno-nicotina
Se realizaron una serie de estudios con células uterinas humanas y ratas para comprender mejor las interacciones entre las olfactomedinas, el estrógeno y la nicotina. Los resultados arrojaron que la activación de las olfactomedinas por estrógeno, que se suprime cuando hay nicotina presente, podría servir para un circuito de retroalimentación y modificar, así, los procesos de adicción a la nicotina mediante la activación de áreas del circuito de recompensa del cerebro.
Estos hallazgos sugieren, en definitiva, que las interacciones estrógeno-nicotina-olfactomedina podrían abordarse con terapias para ayudar a controlar el consumo de nicotina.
Los investigadores trabajan, actualmente, para replicar sus hallazgos y determinar definitivamente el papel del estrógeno. Este conocimiento podría ser útil en el caso de mujeres que estén tomando estrógeno en forma de anticonceptivos orales o terapia de reemplazo hormonal, y el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de nicotina.
Los autores de este trabajo pretenden determinar las vías de señalización exactas reguladas por la olfactomedina que impulsan el consumo de nicotina y planean realizar estudios de comportamiento en animales para descubrir cómo la manipulación del circuito de retroalimentación afecta al consumo de nicotina.
26 marzo 2024| Fuente: IMMédico| Tomado de | Noticia
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Los usuarios de cigarrillos electrónicos con un historial limitado de tabaquismo experimentan cambios en el ADN de las células del interior de las mejillas similares a los de los fumadores y que se asocian, en ese segundo grupo, al desarrollo futuro de cáncer del pulmón. Un estudio que publicado Cancer Reseach analizó en más de 3.500 muestras los efectos epigenéticos del tabaco y los cigarrillos electrónicos en la metilación del ADN, un mecanismo epigenético fundamental en la regulación de la expresión de los genes y de cómo funcionan.
El objetivo era investigar el impacto en las células que están expuestas directamente al tabaco (por ejemplo, en la boca) y las que no lo están (en la sangre o el cuello uterino). ‘No podemos afirmar que los cigarrillos electrónicos provoquen cáncer basándonos en nuestro estudio, pero sí observamos’ que sus consumidores ‘presentan algunos cambios epigenéticos en las células bucales similares a los de los fumadores, y estos cambios están asociados al desarrollo futuro de cáncer de pulmón en los fumadores’.
Así lo indicó Chiara Herzog, del University College de Londres y de la Universidad de Innsbruck (Austria), una de las firmantes de la investigación. Herzog agregó que serán necesarios más estudios para investigar si estas características podrían utilizarse para predecir individualmente el cáncer en fumadores y usuarios de cigarrillos electrónicos.
El epigenoma se refiere a una capa extra de información que se superpone a nuestro material genético, el ADN. Este se puede comparar con el ‘hardware’ de un ordenador, mientras que la epigenética sería como ‘’software’, que define cómo, dónde y cuándo se ejecutan los programas que éste utiliza, explica el Univesity College en un comunicado.
Los epigenomas cambian a lo largo de nuestra vida y pueden verse afectados por diversos factores genéticos o no genéticos, como el envejecimiento, el estilo de vida, la exposición a hormonas, sustancias químicas y factores ambientales, e incluso el estrés y los traumas psicológicos.
Los investigadores descubrieron que las células epiteliales de la boca mostraban cambios epigenómicos sustanciales en los fumadores, que son aún más elevados en los cánceres o precánceres de pulmón, en comparación con el tejido pulmonar normal, lo que apoya la idea de que los cambios epigenéticos asociados al tabaquismo permiten a las células crecer más rápidamente.
El estudio incluye nuevos datos que muestran que se observaron cambios epigenómicos similares en las células de consumidores de cigarrillos electrónicos que solo habían fumado menos de 100 cigarrillos de tabaco en su vida.
Aunque el consenso científico es que los cigarrillos electrónicos son más seguros que fumar tabaco, no podemos dar por sentado que su uso sea completamente seguro y es importante estudiar sus posibles riesgos a largo plazo y su relación con el cáncer’, dijo Herzog.
Mediante el análisis computacional de las muestras, los investigadores también descubrieron que algunos cambios epigenéticos relacionados con el tabaquismo permanecen más estables que otros tras dejar de fumar, incluidos los relacionados con el tabaquismo en muestras cervicales, algo que no se había estudiado anteriormente.
El epigenoma permite mirar hacia atrás para ver cómo respondió nuestro cuerpo a una exposición ambiental previa, como el tabaquismo, pero también puede permitir predecir la salud y la enfermedad en el futuro, dijo Matin Widschwendter, también firmante del estudio.
Los cambios que se observan en el tejido del cáncer de pulmón también pueden medirse en las células de las mejillas de fumadores que no han desarrollado un cáncer. Y lo que es más importante -destacó- esta investigación apunta a que ‘los usuarios de cigarrillos electrónicos presentan los mismos cambios, por lo que estos dispositivos podrían no ser tan inocuos como se pensaba en un principio.
Ver artículo: Herzog C, Jones A, Evans I, Raut JR, Zikan M, Cibula D, et al. Cigarette smoking and e-cigarette use induce shared DNA methylation changes linked to carcinogenesis. Cancer Res[Internet].2024[citado 21 mar 2024]. https://doi.org/10.1158/0008-5472.CAN-23-2957
20 marzo 2024|Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este lunes sobre la creciente disponibilidad de productos de tabaco y nicotina ‘novedosos y emergentes’, durante la apertura de las conferencias mundiales sobre el control del tabaco que se celebran hasta el 15 de febrero próximo en Panamá. La jefa de la secretaría del Convenio Marco de la OMS sobre el Control del Tabaco (CMCT OMS), Adriana Blanco Marquizo, dijo en este sentido que dichos productos ‘están convirtiéndose en un problema muy perturbador por el alarmante aumento de su consumo entre la juventud’. Parte de ese aumento, sostuvo la doctora Blanco, se debe a los mensajes falaces de la industria tabacalera que ‘presenta a esos productos como sustitutos de medidas reales de control del tabaco’. Esto, de acuerdo con la alta funcionaria de la OMS, ‘constituye un intento más de la industria de reivindicar para sí un lugar en la mesa y de hacerse pasar como solución a una epidemia que ella misma ha provocado y a la que sigue contribuyendo’.
De igual forma, Blanco alertó sobre la ‘implacable injerencia de la industria tabacalera en todos los rincones del planeta’ y del ‘empeño’ que ésta pone ‘en tratar de desbaratar no solo la COP10 sino todas y cada una de las COP’. Blanco y las autoridades panameñas saludaron a las delegaciones participantes en la décima reunión de la Conferencia de las Partes (COP10) en el Convenio Marco de la OMS sobre el Control del Tabaco (CMCT OMS).
El ministro panameño de Salud, Luis Francisco Sucre, manifestó que la interferencia de la industria tabacalera ‘es y sigue siendo el principal obstáculo para avanzar en la aplicación de políticas efectivas de control de tabaco’. ‘La industria ha cobrado nuevamente fuerza, con el objetivo de no solo limitar la aplicación del Convenio, sino de gestionar el retroceso de medidas que han demostrado ser efectivas y que han permitido a la sociedad mundial caminar con paso firme en la búsqueda de mayor salud y bienestar’, afirmó Sucre. Panamá es sede de la Décima Reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio Marco de la OMS para el control del tabaco (COP10) y la Tercera Reunión de las partes del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de productos de tabaco (MOP3). La COP10 se desarrollará desde este lunes al sábado, mientras que la MOP3 lo hará entre el 12 y el 15 de este mismo mes.
Estas citas estaban previstas para el pasado noviembre, pero una crisis nacional por el rechazo a la operación de una gran mina de cobre de capital canadiense generó entonces escasez de combustible, de alimentos y actos de violencia con saldo de 4 muertos y daños a la propiedad pública y privada, obligando a que fueron postergadas. La COP es el órgano deliberante del CMTC OMS integrado por todas las Partes en el Convenio. Examina periódicamente la aplicación del Convenio y adopta las decisiones necesarias para su aplicación eficaz. La Conferencia pasará revista a una amplia selección de tareas para orientar el futuro del CMCT de la OMS en su lucha contra la pandemia de tabaquismo, que provoca la muerte de 8,7 millones de personas en todo el mundo cada año. El organismo señaló que esta es la primera reunión presencial de la COP desde 2018, puesto que las reuniones anteriores se celebraron virtualmente debido a la pandemia de Covid-19.
Según la OMS, las 183 Partes en el Convenio, que representan más del 90 % de la población mundial, trabajan para mejorar y promover el control del tabaco. El organismo de la ONU destaca al respecto que, en los 20 primeros años de este siglo, la prevalencia del consumo de tabaco entre los adultos descendió desde casi el 33 % hasta el 22%, pese al aumento de la población mundial.
5 febrero 2024| Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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Este año se diagnosticarán 286.664 nuevos casos de cáncer, un 2,6 % más que en 2023, con una mayoría de tumores colorrectales, de mama y de pulmón, el cual se consolida además como el tercero más frecuente en mujeres al haberse triplicado su incidencia en los últimos 20 años a causa del tabaco. Son las estimaciones que la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y Redecan (Red Española de Registros de Cáncer) hacen en el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2024′ presentado este jueves, que pronostica que, en España, al igual que en todo el mundo, los casos aumentarán progresivamente hasta alcanzar los 341.000 en 2040.
Paralelamente, se espera un aumento de la mortalidad, que pasará de las 113.000 defunciones en 2020 a más de 150.000 en 2040, al igual que la supervivencia, que se ha duplicado en los últimos 40 años y seguirá subiendo, aunque lentamente, gracias a los nuevos tratamientos y una mayor implantación del cribado, ha señalado el presidente de SEOM, César A. Rodríguez. Más población y más envejecida Las causas de que el cáncer lleve ya décadas al alza son varias, empezando por el aumento poblacional y el envejecimiento, ha apuntado el presidente de Redecan, Jaume Galceran; de hecho, un 5 % aparece en menores de 45; un 35 % entre los 45 y 64 y un 60 % en los de más de 65, mientras que el infantil apenas representa el 0,5 %.
También los factores de riesgo, como el tabaco, el alcohol, la contaminación, la obesidad o el sedentarismo, y la generalización de los programas de cribado de algunos tumores como el colorrectal, los de mama, cérvix o próstata, influyen en ese incremento. En los últimos años, se ha constatado una subida constante de tumores de mama en mujeres, de colon en hombres, y de los cánceres de páncreas, riñón, tiroides -en este caso, probablemente, por el sobrediagnóstico- y linfomas no hodgkinianos en ambos sexos. Los más diagnosticados en 2024 seguirán siendo los de colon y recto (44.294), mama (36.395), pulmón (32.768), próstata (30.316) y vejiga urinaria (22.097). Muy por detrás, se detectarán linfomas no hodgkinianos (10.706), tumores de páncreas (9.986), riñón (9.208), el melanoma maligno cutáneo (7.881), cánceres de cavidad oral y faringe (7.603), de cuerpo uterino (7.305), estómago (6.868) e hígado (6.856). En los hombres, predominarán los de próstata (30.316) y colon y recto (27.009). También de pulmón (22.483) y vejiga urinaria (18.247), aunque de estos se aprecia ‘un claro descenso’ por el abandono paulatino del tabaco por parte de los varones, aunque ellos siguen fumando más que ellas (un 20,2 % fuman a diario frente al 13,9 % de las mujeres). Por el contrario, el cáncer de pulmón, que hace 15 años ‘no estaba ni en los diez primeros’ en mujeres, ha proseguido Galcerán, se confirmará como el tercero más común en ellas; la incidencia se ha triplicado ‘de forma alarmante’ desde 2003 debido al hábito tabáquico que iniciaron en los años 70. Por delante, se situarán los de mama (36.395) y los de colon y recto (17.285). Con todo, los cánceres relacionados con el tabaco son todavía muy superiores en los hombres; sin embargo, ‘es muy probable’ que en mujeres ‘sigan incrementándose en los próximos años’.
Un tercio son evitables El informe anual de SEOM apunta que la supervivencia neta a cinco años de los pacientes diagnosticados entre 2008-2013 fue del 55,3 % en hombres y del 61,7 % en mujeres, una diferencia que se explica en las distintas incidencias que presentan unos y otras de determinados tumores, por ejemplo, los de pulmón, más habitual en ellos, y mama, casi exclusivo de ellas y con mucho mejor pronóstico. A más incidencia, más mortalidad: en 2022 murieron 1.200 personas más por cáncer que en 2021, un total de 121.341, casi un cuarto del total; este incremento global fue a expensas del aumento de la mortalidad femenina, con 1.000 fallecimientos más que un año antes. El cáncer fue la principal causa de muerte en hombres (29 %), por delante de las enfermedades cardiovasculares (24,4 %) y respiratorias (10,2 %), pero no en mujeres, en las que las que los tumores ocuparon el segundo lugar (20,4 %) tras las enfermedades cardiovasculares (27,9 %). Los tumores más letales continuaron siendo los de pulmón, colon, páncreas, mama y próstata; en el caso de ellos, el de pulmón, seguido del de colon, próstata, páncreas, tumores hepáticos y de vías biliares y vejiga urinaria, mientras que en ellas el cáncer de mama fue el responsable de una mayor mortalidad, seguido por los de pulmón, colon y páncreas. A pesar de ello, la mortalidad por cáncer en España ha caído en las últimas décadas, aunque no por igual en todos los tumores ni por sexo, como demuestra el caso del de pulmón.
Un tercio de esas muertes, no obstante, son debidas a factores evitables: el principal es con diferencia el tabaco, responsable de más del 90 % de los tumores de pulmón y agente causal de otros como los de cabeza y cuello, vejiga urinaria, riñón, esófago, páncreas, estómago, colon y recto, entre otros. Cuando además de fumar, se bebe alcohol, se multiplica hasta por 30 el riesgo. No existe un nivel de consumo seguro de alcohol. La obesidad, por su parte, es el segundo factor de riesgo responsable de más cánceres en Estados Unidos, y se asocia al menos a nueve tipos. El sedentarismo y las dietas inadecuadas (insuficiente cantidad de fruta y verdura) también influyen, pese a lo cual el consumo de estos alimentos se ha venido reduciendo desde 2017. Aunque muy lejos de EEUU, en España la obesidad afecta al 13,7 % de los adultos y el sobrepeso al 33,6 %, aunque preocupan las cifras infantiles, que llegan al 30 %.
29 enero 2024| Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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Según los cálculos más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1250 millones de adultos consumen tabaco.
Sin embargo, en 2022 se ha mantenido un descenso sostenido del índice de consumo en el mundo: si, en 2000, era de una de cada tres personas, ahora solo una de cada cinco consumen tabaco.
El informe muestra que 150 países están logrando reducciones. Por ejemplo, los Países Bajos y el Brasil han logrado reducciones de cerca del 30 % y del 3 5% desde 2010, respectivamente, gracias a la aplicación de aplicado las medidas MPOWER de control del tabaco.
El Dr. Ruediger Krech, Director del Departamento de Promoción de la Salud de la OMS, explica: «En los últimos años se ha avanzado mucho en el control del tabaco, pero no debemos dormirnos en los laureles. Resulta sorprendente hasta dónde puede llegar la industria tabacalera para ganar dinero a costa de la vida de muchísimas personas. En cuanto un gobierno piensa que ha ganado la batalla contra el tabaco, la industria tabacalera aprovecha para manipular las políticas de salud pública y vender sus letales productos».
La OMS insta a los países a seguir aplicando políticas de lucha antitabáquica y a seguir defendiéndose de las injerencias de la industria tabacalera.
Los índices más altos de consumo de tabaco se dan en las regiones de la OMS de Asia Sudoriental y de Europa, con un 26,5 % y un 25,3 %, respectivamente. Según las previsiones del informe, la Región de Europa tendrá en 2030 la tasa más elevada, con una prevalencia ligeramente superior al 23%. En esta región, las reducciones son mucho más lentas que en las demás regiones y las mujeres consumen más del doble que la media mundial.
A pesar de que estas cifras han disminuido de forma constante a lo largo de los años, la disminución relativa del consumo de tabaco en 2025 será de solo el 25 %, una proporción insuficiente para alcanzar el objetivo mundial voluntario del 30% con respecto a 2010. Las previsiones indican que alcanzarán este objetivo 56 países, cuatro menos que lo previsto en el último informe publicado en 2021.
La prevalencia del consumo de tabaco ha variado poco desde 2010 en algunos países, mientras que en seis (Congo, Egipto, Indonesia, Jordania, Omán y República de Moldova) sigue aumentando.
La OMS recuerda a los países que aún queda mucho por hacer y que deben redoblar sus esfuerzos para controlar el tabaco. Según se deriva del Índice Mundial de Interferencia de la Industria Tabacalera de 2023 que publican la red STOP y el Centro Mundial para la Buena Gobernanza en el Control del Tabaco, la protección de las políticas de salud pública contra la creciente injerencia de la industria tabacalera ha empeorado en todo el mundo.
Las encuestas realizadas en los países muestran reiteradamente que, en la mayoría de ellos, hay niños de 13 a 15 años que consumen tabaco y productos con nicotina. Para proteger a las generaciones futuras y velar por que el consumo de tabaco siga disminuyendo, la OMS dedicará el Día Mundial Sin Tabaco de este año a proteger a los niños de la injerencia de la industria tabacalera.
El mes próximo, los países se reunirán en Panamá en la 10.ª reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT). La industria tabacalera tratará de influir en las políticas mundiales de salud pública ofreciendo incentivos económicos y en especie, interfiriendo así en el derecho de los países a proteger la salud de su población. Es imprescindible consolidar el CMCT de la OMS como prioridad para todo el mundo recogida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La OMS está preparada para ayudar a los países a defender las medidas de lucha antitabáquica basadas en la evidencia frente a las injerencias de la industria.
Referencia: WHO. WHO global report on trends in prevalence of tobacco use 2000–2030[ Internet]. 2024[citado 23 ene 2024]. Disponible en: https://www.who.int/publications/i/item/9789240088283
16 enero 2024│Fuente: OMS│ Tomado de │ Comunicados de prensa
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9
Las personas con trastorno bipolar tienen entre cuatro y seis veces más probabilidades de morir prematuramente que las que no padecen esta enfermedad, según un estudio de la Universidad de Michigan (EEUU) publicado en en la revista ‘Psychiatry Research’. En cambio, las personas que habían fumado alguna vez tenían aproximadamente el doble de probabilidades de morir prematuramente que las que nunca habían fumado, tuvieran o no trastorno bipolar. ‘Hace tiempo que se considera que el trastorno bipolar es un factor de riesgo de mortalidad, pero siempre bajo el prisma de otras causas comunes de muerte’, ha explicado la autora principal del estudio y gestora de datos del programa de investigación del Programa de Investigación Bipolar Heinz C. Prechter, Anastasia Yocum.
Queríamos analizarlo por sí mismo en comparación con afecciones y comportamientos de estilo de vida que también están relacionados con tasas más elevadas de muerte prematura’, ha añadido. Yocum y sus colegas, incluido el director del Programa Prechter, Melvin McInnis, empezaron por examinar las muertes y los factores relacionados entre 1.128 personas que se habían ofrecido voluntarias para el estudio a largo plazo del programa sobre personas con y sin trastorno bipolar. Descubrieron que todas menos 2 de las 56 muertes desde que comenzó el estudio en 2006 pertenecían al grupo de 847 personas del estudio que padecían trastorno bipolar. Con ajustes estadísticos, su análisis muestra que tener un diagnóstico de trastorno
bipolar hizo que alguien tuviera seis veces más probabilidades de morir durante un período de 10 años que las personas que participaron en el mismo estudio que no tenían trastorno bipolar. En comparación, los participantes en el estudio que habían fumado alguna vez o tenían más de 60 años tenían más del doble de probabilidades de morir en ese mismo periodo que las personas que nunca habían fumado o tenían menos de 60 años, independientemente del estado bipolar.
Otro grupo tuvo datos parecidos
Los investigadores recurrieron entonces a otra fuente de datos para ver si encontraban el mismo efecto. Analizaron los historiales anónimos de más de 18.000 pacientes que reciben atención primaria a través de Michigan Medicine, el centro médico académico de la Universidad de Michigan. En este grupo, las personas con trastorno bipolar tenían cuatro veces más probabilidades de morir durante el período de estudio que las que no tenían antecedentes de trastorno bipolar. El equipo estudió los registros de más de 10.700 personas con trastorno bipolar y un grupo de comparación de algo más de 7.800 personas sin ningún trastorno psiquiátrico. El único factor asociado a una mayor probabilidad de morir durante el periodo de estudio en este grupo de personas fue la hipertensión arterial. Los hipertensos tenían cinco veces más probabilidades de morir que los que tenían una presión arterial normal, independientemente de que padecieran o no trastorno bipolar. Por el contrario, los fumadores tenían el doble de probabilidades de morir que los que nunca habían fumado en esta muestra, y los mayores de 60 años tenían el triple de probabilidades de morir, en ambos casos independientemente del estado bipolar. ‘Para nuestra gran sorpresa, en ambas muestras descubrimos que padecer trastorno bipolar supone un riesgo de muerte prematura mucho mayor que fumar’, ha afirmado McInnis, profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la UM. McInnis confía en que los hallazgos impulsen a las comunidades médica y de salud pública a tomar más medidas para abordar los numerosos factores que contribuyen a este riesgo de muerte tan elevado en las personas con trastorno bipolar. ‘A lo largo de los años se han puesto en marcha todo tipo de programas para la prevención del tabaquismo y la concienciación sobre las enfermedades cardiovasculares, pero nunca una campaña de tal envergadura para la salud mental’, ha indicado, señalando que alrededor del 4 por ciento de los estadounidenses viven con trastorno bipolar, mientras que alrededor del 11,5 por ciento de los estadounidenses fuman.
Otras diferencias entre grupos
Yocum y McInnis observan que las personas con trastorno bipolar de ambos grupos eran mucho más propensas que las personas sin trastorno bipolar a haber fumado alguna vez, lo que coincide con estudios anteriores. Casi la mitad (47%) de los pacientes de la UM con trastorno bipolar tenían antecedentes de tabaquismo, al igual que el 31% de los participantes de Prechter con trastorno bipolar.
En comparación, el porcentaje de fumadores entre los que no padecían trastorno bipolar era del 29 por ciento en los pacientes de la UM y del 8 por ciento en los participantes del Prechter. Las personas con trastorno bipolar de ambos grupos tenían también muchas más probabilidades de ser mujeres, y el sexo femenino se asociaba con un riesgo ligeramente menor de muerte prematura. En la cohorte de Prechter, las personas con trastorno bipolar tenían muchas más probabilidades de padecer asma, diabetes, hipertensión, migrañas, fibromialgia y afecciones tiroideas que las que no habían sido diagnosticadas de trastorno bipolar. Dentro del grupo de participantes en el estudio Prechter que padecían trastorno bipolar, ser fumador y puntuar más alto a lo largo del tiempo en una encuesta estandarizada de síntomas de depresión se asociaron con un riesgo doble de muerte, en comparación con los participantes que padecían trastorno bipolar pero no fumaban o puntuaban más bajo a lo largo del tiempo en las calificaciones de depresión. Asimismo, los investigadores no hallaron ninguna relación entre el riesgo de muerte y el número de años que los participantes en el estudio Prechter llevaban tomando medicación para los síntomas de salud mental.
Enero /2024 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
