Un estudio de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) detecta una ingesta más adecuada entre los niños de 1 a 9 años que toman estos productos. La leche y los lácteos son la principal fuente de calcio y vitamina D en la población infantil.

El colechensumo de leches adaptadas en niños hasta los 9 años de edad puede contribuir a mejorar la ingesta de micronutrientes con el calcio y la vitamina D, que se consumen de forma deficiente entre la población infantil española. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de Nutrición (Finut).

Recientemente se han presentado nuevos datos del Estudio Nutricional en Población Infantil Española (EsNuPi), un proyecto de investigación promovido por la FEN y la Finut. Según sus promotores, es la mayor y más reciente investigación sobre la ingesta dietética y el consumo de alimentos en la población infantil española.

El Estudio Nutricional en Población Infantil Española (EsNuPi), analiza una población de niños de 1 a 9 años residentes en zonas urbanas y compara una muestra de población general con otro grupo de las mismas características consumidor de leches adaptadas, incluyendo leches de continuación, leches de crecimiento y otras leches enriquecidas y fortificadas.

Estudio publicado

El análisis de los datos del EsNuPi ya ha servido para la publicación de varios trabajos en revistas científicas. Los nuevos resultados que se han anunciado hoy en rueda de prensa virtual corresponden al trabajo Ingesta dietética habitual, adecuación nutricional y fuentes alimentarias de calcio, fósforo, magnesio y vitamina D de la población infantil española de 1 a < 10 años, aparecidos en la revista Nutrients.

Este estudio en 1 448 niños revela un incorrecto consumo de calcio, fósforo, magnesio y vitamina D en los niños españoles a partir del análisis de las ingestas habituales de estos micronutrientes y sus fuentes alimentarias, ha explicado Rosa Ortega, catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid.

Calcio

En el estudio, el porcentaje de niños que no alcanzan los requerimientos marcados para el calcio es muy pequeño entre el año y los 3 años. Sin embargo, entre los 4 y los 5 años se sitúa entre el 20 % de los niños y el 37 % de las niñas del grupo de población general, frente al 14,9 % y el 21,5 % de los menores que tomaron leches adaptadas. Entre los 6 y los 9 años, este porcentaje se situó en el 24,9 % y el 22 % de los niños y niñas de la población general, frente al 3,7 % y el 18,6 % de los consumidores de estas leches.

El estudio también revela que la leche y los derivados lácteos son la fuente de calcio principal, tanto en la cohorte de referencia (65,9 %) como en la de lácteos adaptados (67,6 %). A gran distancia les siguen otros alimentos como los cereales, las verduras y la panadería y repostería.

Vitamina D

En el caso de la vitamina D, la ingesta es entre 2 y 3 veces mayor entre los consumidores de leches adaptadas. Sin embargo, ambos grupos están lejos de alcanzar la cantidad recomendada de 15 microgramos/día (600 UI). Así, entre los menores de 6 a 9 años, solo alcanzan este índice el 2,85 % de los niños y el 2,72 % de las niñas de la población general, frente al 7,14 % de los niños y el 6,38 % de las niñas que consumen leches adaptadas.

Así, el porcentaje de contribución de la leche y los derivados lácteos a la ingesta total de vitamina D fue del 37,8 % en la población general y del 72 % del grupo de leches adaptadas.

Magnesio y fósforo

Con el caso del magnesio, se detectaron menos déficit y la ingesta media se situó más cerca de la adecuada en ambas cohortes. Sin embargo, al contrario que con el resto de micronutrientes, con el fósforo el problema detectado por los investigadores es que su aporte es muy elevado, lo que desajusta su relación con el calcio, y lo que resulta desfavorable para el hueso. De nuevo, este balance resultó más adecuado entre los consumidores de estas leches.

Para Ortega, estos nuevos resultados corroboran los de otros trabajos de que la leche y los productos lácteos son la fuente principal de los nutrientes estudiados, especialmente del calcio y la vitamina D. “Dos o más raciones, biberones o vasos de leche al día, es un factor que ayuda a alcanzar la ingesta de calcio y vitamina D por encima de la mediana”. 

Menor consumo

La experta ha recordado que existe constancia de que el consumo de leche y lácteos ha disminuido en los niños en las últimas décadas, lo que contribuye a que no alcancen los requerimientos nutricionales adecuados. En este contexto, el consumo de leches adaptadas “podría ser una estrategia eficaz para superar las deficiencias de micronutrientes, sobre todo de vitamina D, implicados en importantes funciones biológicas, especialmente la salud ósea”. 

La experta también ha indicado que los patrones de consumo de los niños españoles sugieren que cabría aumentar no solo el consumo de lácteos, sino también de verduras, cereales integrales, pescado y huevos. “Son los alimentos que en general se toman por debajo de lo conveniente”. 

Funciones esenciales

El presidente de la FEN, Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad San Pablo CEU (Madrid), ha resaltado la importancia de los micronutrientes analizados para “asegurar el adecuado pico de masa ósea, que contribuirá, junto con otros factores, a la prevención de problemas óseos en etapas futuras de la vida”.

Además, ha señalado que cumplen otras funciones menos conocidas. Por ejemplo, el calcio, participa en la contracción muscular, en la transmisión del impulso nervioso o interviene en la coagulación de la sangre, entre otras.

Del 20-30 % de los casos de osteoporosis se atribuyen a factores exógenos como la dieta

Según Varela, entre el 20 y el 30 % de los casos de osteoporosis se atribuyen a factores exógenos modificables. En este sentido, ha recalcado que “los hábitos y patrones de alimentación comienzan a establecerse en la primera infancia, se consolidan en la adolescencia y persisten en la edad adulta”. 

Leches adaptadas

Ángel Gil,  presidente de la Finut y catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada, ha aclarado que bajo este término los investigadores se refieren a las leches enriquecidas o fortificadas ajustadas en los nutrientes a la edad del niño, incluidas las leches de continuidad. “A partir de los 3 años, la leche disminuye su complejidad, pero enriquecerlas con vitamina D o en ácidos grasos esenciales u otros de cadena larga como el DHA es importante”. En el caso del DHA, ha recordado que “muchos niños no toman pescado, o muy poco, de forma que puedan cubrir los requerimientos es interesante”. 

noviembre 05/2020 (Diario Médico)

noviembre 6, 2020 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Enfermedades Nutricionales, Nutrición, Patología Clínica, Pediatría, Puericultura | Etiquetas: , , , , , |

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