ago
10
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte (UCN) han sido los primeros en demostrar cómo una de las más de mil mutaciones identificadas en personas con autismo incapacitan un activador molecular de estos genes y causa autismo. Se ha publicado en Cell.
El trabajo revela cómo una enzima llamada UBE3A puede ser inactivada cuando una molécula fosfato está unida a ella.
El equipo de investigación dirigido por Mark Zylka, autor principal, profesor asociado de biología celular y fisiología y miembro del Centro de Neurociencia de la UCN, descubrió que un autismo, unido a mutación, destruye este interruptor de regulación. Esta destrucción produce una enzima que no puede ser inactivada, produciendo que la UBE3A llegue a ser hiperactiva y conduzca a un desarrollo cerebral anormal y al autismo.
«Estudios genéticos están demostrando que habrá cerca de mil genes vinculados al autismo. Esto significa que podría mutar cualquiera de ellos y provocar el desorden. Encontramos como funciona una de esas mutaciones», dijo Zylka.
Descubriendo la UBE3A
Secuenciando los genes provenientes de las muestras celulares, Jason Yi, becario de postgrado en el laboratorio de Zylka, descubrió que los padres no tenían UBE3A pero los niños sí, porque el regulador estaba dañado, provocando así una perpetua activación de la enzima.
Esta mutación se introdujo en modelos animales y los investigadores vieron toda «la forma de las espinas dendríticas en las neuronas», lo cual fue un gran hallazgo porque según Zylka, «muchas espinas dendríticas han sido relacionadas con el autismo».
Como parte del estudio, Zylka y Yi, encontraron que la proteincinasa A (PKA) es la enzima que pone el grupo fosfato sobre la UBE3A. Esta observación tiene implicaciones terapéuticas, particularmente desde que los fármacos existen para controlar la PKA.
El síndrome de Dup15q está provocado por la alteración más común vista en personas con autismo, por eso los Zylka afirmó: «Encontramos que sería posible aplacar la UBE3A en enfermos Dup15q para restaurar los niveles normales de la actividad enzimática en el cerebro. De hecho, probamos compuestos conocidos y demostramos que dos de ellos reducían substancialmente la actividad UBE3A en las neuronas».
Experimentación con fármacos
El autor principal de la investigación también apuntó que podría valer la pena utilizar niveles bajos de rolipram, fármaco probado en el tratamiento para la depresión pero apartado por importantes efectos adversos, u otros medicamentos que aumentasen la actividad de la PKA. «Los beneficios podrían pesar más que los riesgos».
agosto 07/2015 (Diario Médico)