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La parte superior de la pelvis humana, conocida como ilion, experimentó dos innovaciones clave en su estructura durante la evolución que hicieron posible el bipedismo, demuestra un estudio publicado en Nature.
Este hallazgo ofrece nuevas pistas sobre cómo se originó una de las características más definitorias de nuestra especie: caminar erguidos sobre dos piernas, señala la investigación.
El ilion es la gran parte ensanchada de la pelvis que sirve de anclaje a los músculos glúteos, fundamentales para mantenernos de pie. Aunque se sabe que su forma distingue a los humanos de otros primates, hasta ahora se desconocía qué procesos de desarrollo habían dado lugar a su estructura única.
«Desde los tiempos de Darwin sabemos que la locomoción bípeda erguida puso a la línea humana en un camino evolutivo separado del de otros simios, pero las bases de desarrollo para este gran paso han sido objeto de especulación», explican los autores liderados por Terence Capellini, biólogo evolutivo de la Universidad de Harvard y autor principal del estudio.
Es muy interesante el hecho de que uno de los primeros cambios que se produjeron en nuestro linaje evolutivo fue precisamente en la reorientación más lateral (parasagital) y la longitud más corta del hueso iliaco, explicó otro especialista.
Los chimpancés son bípedos facultativos, pero no muy eficientes (gastan mucha energía y no pueden recorrer grandes distancias). Los pequeños cambios en la forma del ilion simplemente permitieron al Ardipithecus ramidus (4.4 millones de años), propuesto como uno de nuestros primeros ancestros, una bipedestación facultativa algo más eficiente que la de los chimpancés, lo cual pudo suponer una gran ventaja evolutiva en cuanto al ahorro de energía y liberación de los brazos para, por ejemplo, transportar más alimentos y más lejos, añadió.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo combinó enfoques histológicos, anatómicos y genómicos para estudiar la formación del ilion. Descubrieron dos cambios principales: el primero, en la orientación de la placa de crecimiento del cartílago, que en humanos se dispone de manera perpendicular respecto a otros primates, y otro en la forma y el momento en que las células óseas se depositan sobre el cartílago.
El estudio reveló dos innovaciones genéticas de desarrollo que dieron forma al ilion humano: un cambio espacial en la orientación de la placa de crecimiento y una modificación, tanto temporal como espacial, en la osificación.
Los investigadores identificaron cientos de secuencias reguladoras activas durante el desarrollo del ilion humano, con señales de haber experimentado cambios evolutivos específicos.
28 agosto 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
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Un nuevo estudio ha descubierto que la trayectoria evolutiva de un genoma puede estar influenciada por su historia evolutiva, en lugar de determinada por numerosos factores y casualidades. La investigación, que desafía la vieja creencia sobre la imprevisibilidad de la evolución, podría permitir a los científicos explorar qué genes podrían ser útiles para abordar problemas del mundo real como la resistencia a los antibióticos, las enfermedades y el cambio climático.
El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, fue dirigido por el profesor James McInerney y el Dr. Alan Beavan de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Nottingham, y la Dra. María Rosa Domingo-Sananes de la Universidad de Nottingham Trent.
‘Las implicaciones de esta investigación son nada menos que revolucionarias’, afirmó el profesor McInerney, autor principal del estudio. ‘Al demostrar que la evolución no es tan aleatoria como alguna vez pensábamos, hemos abierto la puerta a una variedad de posibilidades en biología sintética, medicina y ciencia ambiental’.
El equipo llevó a cabo un análisis del pangenoma (el conjunto completo de genes dentro de una especie determinada) para responder a la pregunta crítica de si la evolución es predecible o si las trayectorias evolutivas de los genomas dependen de su historia y, por lo tanto, no son predecibles en la actualidad. Utilizando un enfoque de aprendizaje automático conocido como Random Forest, junto con un conjunto de datos de 2 500 genomas completos de una sola especie bacteriana, el equipo llevó a cabo varios cientos de miles de horas de procesamiento informático para abordar la cuestión.
Después de introducir los datos en su computadora de alto rendimiento, el equipo primero creó ‘familias de genes’ a partir de cada uno de los genes de cada genoma. ‘De esta manera, podríamos comparar genomas similares’, dijo la doctora Domingo-Sananes. Una vez identificadas las familias, el equipo analizó el patrón de cómo estas familias estaban presentes en algunos genomas y ausentes en otros. ‘Descubrimos que algunas familias de genes nunca aparecían en un genoma cuando otra familia de genes en particular ya estaba allí, y en otras ocasiones, algunos genes dependían en gran medida de la presencia de una familia de genes diferente’, agregó.
En efecto, los investigadores descubrieron un ecosistema invisible donde los genes pueden cooperar o entrar en conflicto entre sí. ‘Estas interacciones entre genes hacen que algunos aspectos de la evolución sean algo predecibles y, además, ahora tenemos una herramienta que nos permite hacer esas predicciones’, añadió Domingo-Sananes. El Dr. Beavan dijo: ‘A partir de este trabajo, podemos comenzar a explorar qué genes ‘apoyan’ un gen de resistencia a los antibióticos, por ejemplo.
Por lo tanto, si estamos tratando de eliminar la resistencia a los antibióticos, podemos atacar no sólo el gen focal, sino también puede apuntar a sus genes de apoyo. ‘Podemos utilizar este enfoque para sintetizar nuevos tipos de construcciones genéticas que podrían usarse para desarrollar nuevos medicamentos o vacunas. Saber lo que sabemos ahora ha abierto la puerta a una gran cantidad de otros descubrimientos’. Las implicaciones de la investigación son de gran alcance y podrían conducir a:
– Diseño novedoso del genoma: permite a los científicos diseñar genomas sintéticos y proporciona una hoja de ruta para la manipulación predecible del material genético.
– Combatir la resistencia a los antibióticos: comprender las dependencias entre genes puede ayudar a identificar el ‘elemento de apoyo’ de genes que hacen posible la resistencia a los antibióticos, allanando el camino para tratamientos específicos.
– Mitigación del cambio climático: los conocimientos del estudio podrían informar el diseño de microorganismos diseñados para capturar carbono o degradar contaminantes, contribuyendo así a los esfuerzos para combatir el cambio climático.
– Aplicaciones médicas: la previsibilidad de las interacciones genéticas podría revolucionar la medicina personalizada al proporcionar nuevas métricas para el riesgo de enfermedades y la eficacia del tratamiento.
Ver más información: Beavan A, Domingo-Sananes MR, McInerney JO. Contingency, repeatability, and predictability in the evolution of a prokaryotic pangenome. PNAS[Internet].2023[citado 6 ene 2024]; 121 (1): e2304934120. https://doi.org/10.1073/pnas.2304934120
8 enero 2024|Fuente: Europa Press| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina.
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El investigador sueco Svante Pääbo ha sido galardonado con el Premio Nobel de Medicina 2022 por sus descubrimientos de los genomas de nuestros parientes extintos más cercanos, los neandertales y los denisovanos, y sobre la propia evolución de los humanos. Read more
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