oct
31
Un estudio muestra que millones de personas viven con dolor crónico y síntomas de salud mental concurrentes
En la literatura se observa regularmente la coexistencia de dolor crónico y síntomas clínicamente significativos de ansiedad y/o depresión. Sin embargo, se sabe poco empíricamente sobre la prevalencia poblacional de síntomas concurrentes, ni si las personas con síntomas concurrentes constituyen una subpoblación distinta dentro de los adultos estadounidenses que viven con dolor crónico o los adultos estadounidenses que viven con síntomas de ansiedad y/o depresión (A/D).
Para abordar esta brecha, este estudio analiza datos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud de 2019, una encuesta anual representativa del estado de salud autoinformado y el uso de tratamientos en los Estados Unidos (n = 31,997). Aproximadamente 12 millones de adultos estadounidenses, o el 4,9% de la población adulta, padecen dolor crónico y síntomas de A/D concurrentes.
Los síntomas de A/D no remitidos coexistieron en el 23,9% de los adultos estadounidenses con dolor crónico, en comparación con una prevalencia de A/D de 4. 9% entre aquellos sin dolor crónico. Por el contrario, el dolor crónico ocurrió simultáneamente en la mayoría (55,6%) de los adultos estadounidenses con síntomas A/D no remitidos, en comparación con una prevalencia de dolor crónico del 17,1% entre aquellos sin síntomas A/D.
La probabilidad de experimentar limitaciones funcionales en la vida diaria fue mayor entre aquellos que experimentaron síntomas concurrentes, en comparación con aquellos que experimentaron solo dolor crónico o síntomas A/D solos.
Entre aquellos con síntomas concurrentes, el 69,4% informó que el trabajo estaba limitado debido a un problema de salud, el 43,7% informó dificultad para hacer recados solo y el 55,7% informó dificultad para participar en actividades sociales.
Estos datos apuntan a la necesidad de una inversión específica para mejorar los resultados funcionales de casi 1 de cada 20 adultos estadounidenses que viven con dolor crónico concurrente y síntomas de A/D clínicamente significativos.
31 octubre 2023| Fuente: IntraMed | Tomado de Noticias Médicas
sep
30
Un nuevo estudio, realizado por investigadores del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado (EE.UU.) ha examinado la conexión entre el cerebro y el dolor para tratar el dolor crónico como vía para proporcionar respuestas clave sobre cómo ayudar a las personas que sufren dolor de espalda crónico, según publican en JAMA Network Open. En concreto, se analizó la importancia de las atribuciones del dolor para reducir la gravedad del dolor de espalda crónico.
Los autores comprobaron si la reatribución del dolor a la mente o a procesos cerebrales estaba asociada al alivio del dolor en la terapia de reprocesamiento del dolor (TRD), que enseña a las personas a percibir las señales de dolor enviadas al cerebro como menos amenazadoras. Su objetivo era comprender mejor cómo se recuperaban las personas del dolor de espalda crónico, y el estudio reveló que, tras la PRT, los pacientes manifestaban una reducción de la intensidad del dolor de espalda, demostrando que hablar de las atribuciones del dolor con los pacientes y ayudarles a entender que el dolor suele estar en el cerebro puede ayudar a reducirlo.
Para estudiar los efectos de las atribuciones del dolor, inscribieron a más de 150 adultos con dolor de espalda crónico moderadamente intenso en un ensayo aleatorizado para recibir TRD. Descubrieron que dos tercios de las personas tratadas con TRD declararon no tener dolor o casi no tenerlo después del tratamiento, en comparación con sólo el 20 % de los controles con placebo. Antes del tratamiento TRD, sólo el 10 % de las atribuciones de los participantes estaban relacionadas con la mente o el cerebro. Sin embargo, después de la TRD, este porcentaje aumentó hasta el 51 %. El estudio reveló que cuanto más cambiaban los participantes a considerar que su dolor se debía a procesos mentales o cerebrales, mayor era la reducción de la intensidad del dolor de espalda crónico que declaraban.
Referencia
Ashar YK, Lumley MA, Perlis RH, Liston C, Gunning FM, Wager TD. Reattribution to Mind-Brain Processes and Recovery From Chronic Back Pain: A Secondary Analysis of a Randomized Clinical Trial. JAMA Netw Open[Internet]. 2023[citado 29 sep 2023];6(9):e2333846. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.33846
23 septiembre | Fuente: Neurología.com | Tomado de Noticias
may
25
El dolor crónico es un importante problema de salud pública que a menudo no recibe la atención que merece por las dificultades que plantea su adecuado diagnóstico y tratamiento.
No siempre se puede establecer el origen del dolor y poder medir la severidad de los síntomas depende, en gran medida, del testimonio del paciente, lo que complica el abordaje del problema.
Una investigación publicada esta semana en Nature Neuroscience podría, no obstante, allanar el camino para la obtención de biomarcadores objetivos del dolor, que podrían ser útiles para guiar tanto el diagnóstico como la utilización de tratamientos efectivos.
Según sus datos, es posible utilizar señales del cerebro para medir y predecir la intensidad del dolor que una persona está experimentando.
Estos científicos, liderados por Prasad Shirvalkar y Edward F. Chang, de la Universidad de California en San Francisco (EEUU), han probado su estrategia en cuatro individuos con dolor neuropático refractario -una de las formas más intensas de dolor y que no responden a las terapias- a los que les implantaron electrodos de forma intracraneal en diferentes áreas del cerebro relacionadas con el dolor.
Durante un periodo de entre tres y seis meses, los electrodos registraron la actividad cerebral de estos cuatro individuos. A la vez, estos pacientes debían apuntar pormenorizadamente los episodios de dolor que sufrían así como la intensidad de los síntomas que padecían.
Mediante técnicas de ‘machine learning’ los investigadores desarrollaron un método de análisis capaz de predecir con precisión y a través de marcadores de su actividad cerebral los niveles de intensidad del dolor que experimentaba cada paciente. Asimismo, el abordaje también permitía distinguir entre tipos de dolor, como el dolor agudo (en mayor medida relacionado con la actividad en la corteza cingulada anterior del cerebro) o el dolor crónico (que se asociaba principalmente con cambios en la actividad de la corteza orbitofrontal).
Los investigadores subrayan que estos datos, si bien se han obtenido en una muestra de solo cuatro pacientes, pueden ser muy útiles para el desarrollo de sistemas que detecten los circuitos de dolor en el cerebro y puedan guiar el diagnóstico o averiguar por qué en algunos casos los síntomas se cronifican. Además, añaden, también pueden servir para orientar el tratamiento de problemas de dolor crónico, como el que experimentan muchos pacientes tras un ictus o si sufren el denominado síndrome del miembro fantasma tras la amputación de una extremidad.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología, un 32% de la población adulta española sufre algún tipo de dolor y el 11% lo padece de forma crónica.
Las consultas por dolor suponen a día de hoy el 50% de las visitas a atención primaria y de ellas, un 25% están relacionadas con el dolor neuropático, una afección neurológica que aparece como consecuencia de alteraciones del sistema nervioso.
Según la citada sociedad, más de 3 millones de personas en España padecen dolor neuropático y un 77% lo sufre de forma crónica. Además, se calcula que aproximadamente un 50% de estos pacientes no responde al tratamiento prescrito, lo que conduce a una significativa pérdida de calidad de vida y a una limitación funcional acusada a lo largo del tiempo.
Mediante técnicas de ‘machine learning’ los investigadores desarrollaron un método de análisis capaz de predecir con precisión y a través de marcadores de su actividad cerebral los niveles de intensidad del dolor que experimentaba cada paciente. Asimismo, el abordaje también permitía distinguir entre tipos de dolor, como el dolor agudo (en mayor medida relacionado con la actividad en la corteza cingulada anterior del cerebro) o el dolor crónico (que se asociaba principalmente con cambios en la actividad de la corteza orbitofrontal).
Los investigadores subrayan que estos datos, si bien se han obtenido en una muestra de solo cuatro pacientes, pueden ser muy útiles para el desarrollo de sistemas que detecten los circuitos de dolor en el cerebro y puedan guiar el diagnóstico o averiguar por qué en algunos casos los síntomas se cronifican. Además, añaden, también pueden servir para orientar el tratamiento de problemas de dolor crónico, como el que experimentan muchos pacientes tras un ictus o si sufren el denominado síndrome del miembro fantasma tras la amputación de una extremidad.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología, un 32% de la población adulta española sufre algún tipo de dolor y el 11% lo padece de forma crónica.
Las consultas por dolor suponen a día de hoy el 50% de las visitas a atención primaria y de ellas, un 25% están relacionadas con el dolor neuropático, una afección neurológica que aparece como consecuencia de alteraciones del sistema nervioso.
Según la citada sociedad, más de 3 millones de personas en España padecen dolor neuropático y un 77% lo sufre de forma crónica. Además, se calcula que aproximadamente un 50% de estos pacientes no responde al tratamiento prescrito, lo que conduce a una significativa pérdida de calidad de vida y a una limitación funcional acusada a lo largo del tiempo.
Mayo 25/2023 (Diario Médico) – Tomado de Neurología – Investigación Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.
feb
1
La empresa emergente Disrupt Therapeutics de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona está desarrollando un nuevo fármaco para prevenir los efectos secundarios, como el deterioro cognitivo, asociados al uso medicinal del cannabis en pacientes con dolor crónico, preservando su capacidad terapéutica. Read more
oct
28
El dolor, que con carácter crónico afecta al 11 % de la población, especialmente a las mujeres, ‘es ya una enfermedad que nos quita calidad de vida, y no solo un síntoma’ y su abordaje con fármacos o nuevas terapias puede no solo disminuir su incidencia, sino hacerlo más soportable o quitarlo en muchos casos. Read more
may
5
Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental ( CIBERSAM), pertenecientes a la Universidad de Cádiz (UCA) y al Instituto de Investigación e Innovación Biomédica de Cádiz (INiBICA), han identificado conexiones neuronales responsables de la modulación del dolor y la sintomatología depresiva derivados del padecimiento de dolor crónico. Read more