may
23
El escritor y gerontólogo Miguel Anxo Álvarez ha evidenciado que faltan geriatras en la Sanidad Pública, médicos especialistas en las enfermedades de los ancianos que puedan tratar de una forma global las enfermedades de las personas mayores.
Así lo ha manifestado este miércoles en Valladolid durante la presentación de su libro «Educación para la salud. La prevención y el conocimiento, pilares fundamentales para el envejecimiento activo», acompañado por el secretario general de CCOO Castilla y León, Vicente Andrés, y la secretaria de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO Castilla y León, Mari Sol García.
Anxo, que ha escrito tres libros relacionados con el envejecimiento activo, ha puesto el foco sobre la necesidad de médicos especialistas en Geriatría, que puedan tratar la salud de los ancianos desde «un punto de vista holístico, teniendo en cuenta la globalidad de la persona, sus enfermedades crónicas y procesos terapéuticos».
Sin embargo, en la actualidad el gerontólogo no tiene implicación directa en la sanidad pública y, además, apenas hay oferta en formación MIR para geriatras.
«Si no hay hospitales que tengan docencia en Geriatría, no puede haber MIR», ha continuado el especialista, que ha indicado que la competencia para que haya unidades de MIR en la sanidad pública, y por tanto especialistas en Geriatría, es del Gobierno.
En la misma línea ha explicado que donde no hay unidades de Geriatría, la sanidad pública atiende a estos pacientes con medicina interna, que ataja el problema médico de manera aguda, mientras que el geriatra atiende el problema agudo en un anciano teniendo en cuenta la globalidad de sus enfermedades crónicas y del cuadro médico y farmacológico.
«Son matices importantes para no descompensar aún más al anciano», ha añadido Anxo, quien ha incidido en que hacen falta hospitales donde haya una unidad de docencia en esa especialidad.
En relación con el libro presentado este miércoles, ha animado a la sanidad pública a invertir y fomentar políticas de envejecimiento activo para prevenir enfermedades, para que las personas mayores vivan una vejez más saludable y sin dependencia, con el consiguiente ahorro de costes sanitarios a futuro en los sistemas de salud.
«El envejecimiento activo nos va a permitir llegar al final de la vida con calidad e independencia», ha manifestado el gerontólogo, que ha expuesto que las principales causas de muerte de las personas mayores son los estilos de vida ya que la esperanza de vida en España es de 84 años, pero la mayoría de las personas mayores pasan 20 años con menoscabo de la calidad de vida.
«Yo trabajo para que podamos hacer coincidir la esperanza de vida con la esperanza de vida libre de discapacidad», ha manifestado este especialista.
Ha apuntado que además de la genética y el medioambiente, en la salud de un individuo incide el estilo de vida en un 43 % mientras que los servicios de salud solo lo hacen en un 11 % y, sin embargo, el 90 % del gasto sanitario de un país como España se destina a servicios de salud.
De ahí que haya incidido en la necesidad de poner el énfasis en la educación, desde la infancia, para llevar un buen estilo de vida que, a la larga, redundará en la calidad de vida y el envejecimiento sin dependencia.
En la misma línea ha lamentado que las facultades de Medicina eduquen a los futuros médicos considerando la enfermedad solo desde un punto de vista biologista, sin tener en cuenta que el ser humano tiene un componente físico, psicológico y social.
22 mayo 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
may
6
Mantener la actividad física y relacionarse socialmente pueden ser factores hoy determinantes para un envejecimiento cerebral saludable, señala un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience.
De acuerdo con los expertos que estudiaron a los llamados «superancianos» (mayores de 80 años) que mantienen una memoria sana, sus cerebros presentan menos atrofia que los de sus pares.
Ello puede deberse a varios factores como comer sano, mantenerse físicamente activo, dormir lo suficiente y conservar las relaciones sociales; pero también los superancianos probablemente tengan alguna predisposición afortunada o algún mecanismo de resistencia en el cerebro a nivel molecular posiblemente relacionado con sus genes, añade el texto.
Para llegar a esas conclusiones, científicos de la Universidad de Chicago analizaron 119 octogenarios españoles: 64 superancianos y 55 adultos mayores con capacidades de memoria normales para su edad.
Les aplicaron pruebas para evaluar su memoria; sus habilidades motrices y verbales, así como escáneres cerebrales, análisis de sangre, además de responder a preguntas sobre su estilo de vida o comportamiento.
De esta forma, descubrieron que los superancianos tenían más volumen en zonas del cerebro importantes para la memoria, sobre todo el hipocampo y la corteza entorrinal.
Por otro lado, los octogenarios con buena memoria también conservaban mejor la conectividad entre las regiones de la parte frontal del cerebro implicadas en la cognición; y mostraron señales mínimas de la enfermedad de Alzheimer en sus cerebros.
«Los ancianos no reportaron hacer más ejercicio a su edad actual que los adultos mayores típicos, pero eran más activos a mediana edad», señala el estudio.
04 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
abr
27
La mortalidad por la enfermedad de ALzheimer y otras demencias se ha duplicado en los últimos 15 años, según un encuentro organizado por la Confederación Española del Alzheimer y otras Demencias (Ceafa) que estima la supervivencia media tras un diagnostico de demencia en fase avanzada entre 1,1 y 8,5 años.
En la jornada, el portavoz del grupo de trabajo de neurología de la sociedad de médicos de Atención Primaria (Semergen), Enrique Arrieta, ha subrayado que lo más importante no es el tiempo de vida que le queda al paciente con demencia sino que tenga la mayor calidad de vida posible, libre de dolor, de fatiga, de angustia y de agresividad, y que sus necesidades estén cubiertas de forma adecuada.
Según datos avanzados en la jornada, en España las muertes por Alzheimer y demencia representan el 8,5 % del total anual. Más de 21 000 fallecimientos por demencia y 15 000 por Alzheimer.
De hecho la mortalidad por demencia ocupa en España el cuarto lugar, detrás de las enfermedades isquémicas de corazón, enfermedad cerebrovascular y cáncer de bronquios y pulmón.
Mientras, el Alzheimer se sitúa en séptimo lugar. Por delante están los fallecimientos por insuficiencia cardíaca y por enfermedad crónica de las vías respiratorias inferiores.
En fase de demencia avanzada, las neumonías, los cuadros febriles e infecciones y los problemas de alimentación son los problemas más frecuentes, y están asociados a una elevada tasa de mortalidad a los seis meses.
También las alteraciones del sueño son habituales, pero los expertos piden que se eviten las benzodiacepinas que generan confusión y se utilicen medidas no farmacológicas con rutinas de luz y ejercicio si es posible.
El dolor es tan frecuente como en personas sin demencia y también la depresión si bien es difícil diferenciar los síntomas depresivos del deterioro cognitivo.
Los objetivos asistenciales que se plantean desde el grupo de trabajo en neurología de Semergen dependen de la fase en que esté la demencia: si está en fase leve el propósito es prolongar la vida; en fase moderada se trataría de mantener las funciones y la autonomía y en caso de fase avanzada, maximizar el bienestar.
Respecto a la atención a la demencia en fase avanzada y los cuidados paliativos, desde esta sociedad se ha valorado que se centren en el paciente y la familia. «Los paliativos ni acortan ni alargan el proceso de morir lo que pretenden es que la fase final de la enfermedad se desarrolle con la menor complicación posible».
Los cuidados paliativos deben introducirse de forma precoz tras el diagnóstico y deberá prolongarse según progresa la enfermedad e integrar aspectos psicosociales y espirituales.
En la jornada se ha concluido que ante pacientes con descompensación aguda es fundamental la planificación anticipada de decisiones con profesionales sociosanitarios y de acuerdo con el cuidador principal.
25 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
abr
24
Un equipo internacional de científicos ha obtenido un exhaustivo atlas del envejecimiento del músculo esquelético humano, un avance que será una inestimable ayuda para desarrollar estrategias preventivas y terapéuticas en la tercera edad.
En un mundo cada vez más envejecido, urge conocer en detalle la causa y la progresión de las enfermedades del músculo esquelético, el sistema motor clave del cuerpo humano que desempeña un papel fundamental en la regulación metabólica corporal.
Con la edad, sobre todo en individuos de más de 80 años, los músculos esqueléticos sufren sarcopenia, una pérdida progresiva de masa y función muscular, que no sólo provoca discapacidad en el individuo, sino que también interviene en el rápido declive de las funciones generales de las personas mayores, haciéndolas más frágiles.
Los mecanismos subyacentes no se conocen bien porque hasta ahora no se habían investigado las bases biológicas de la sarcopenia a nivel unicelular.
Ahora, un equipo internacional de científicos liderados por la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona ha analizado la expresión génica y el estado epigenético de 387 000 células individuales en biopsias de músculo de las extremidades inferiores de 31 individuos de diferentes sexos, edades y regiones.
Con estos datos, han esbozado el atlas unicelular del músculo esquelético humano envejecido más completo hasta la fecha, un innovador estudio cuyos detalles se han publicado este lunes en Nature.
Liderado por Pura Muñoz-Cánoves, profesora de investigación ICREA en la UPF e investigadora principal en el Instituto de Ciencias Altos Labs San Diego, y por Miguel A. Esteban, investigador en BGI-Research en Shenzhen, en el equipo han participado también científicos de la Universidad de Valencia/INCLIVA y del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia.
«Este estudio será una referencia tanto para los campos del envejecimiento como de la sarcopenia y la fragilidad», subraya Muñoz-Cánoves.
El músculo esquelético humano está formado en gran parte por fibras musculares (miofibras) de dos tipos: las que realizan principalmente actividades físicas de resistencia (carreras de larga distancia o ciclismo) y las de tipo 2, esenciales en las actividades físicas que exigen explosiones de potencia (saltos, sprints o el levantamiento de pesas).
Este trabajo describe cómo las poblaciones de células musculares esqueléticas cambian con el envejecimiento y qué redes multicelulares subyacen a estos cambios.
Los investigadores descubrieron que con el envejecimiento las fibras musculares de tipo 2 se deterioran de forma constante, mientras que las fibras musculares de tipo 1 permanecen relativamente estables y toleran mejor el envejecimiento.
El estudio también se refiere a la capacidad de los músculos para repararse a sí mismos (tras una lesión, las células madre musculares proliferan y empiezan a diferenciarse en músculo, fusionándose entre sí o con las fibras musculares existentes para reparar el músculo dañado).
El equipo descubrió que con el envejecimiento estas células madre entran en un estado de cebado prematuro y tienen menor capacidad de regeneración.
Al mismo tiempo, las células endoteliales también experimentan una serie de cambios que hacen que los músculos sean más susceptibles al deterioro en respuesta a las lesiones y pueden promover la inflamación sistémica y acelerar el deterioro de la función física general en las personas mayores.
Además, la comparación cruzada con datos genéticos permitió a los investigadores identificar los elementos clave que predicen la susceptibilidad a la sarcopenia.
«Nuestra investigación científica conjunta proporciona una nueva perspectiva para entender el envejecimiento del músculo esquelético humano y una base científica apasionante para el desarrollo de estrategias preventivas y terapéuticas», subraya Esteban.
Para Joan Isern, Eusebio Perdiguero y Antonio Serrano, de los equipos de Altos Labs y la UPF, «será importante comparar este atlas de envejecimiento muscular humano con atlas celulares previos de primates no humanos y de otras especies, ya que ayudará a establecer comparaciones adaptativas interespecies y a predecir la susceptibilidad a enfermedades».
Además, Mari Carmen Gómez-Cabrera y Julio Doménech-Fernández (de la Universidad de Valencia/INCLIVA y del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, respectivamente) creen que «este atlas también será una referencia importante para futuros estudios en pacientes con enfermedades neuromusculares».
«Esperamos que sea la base de muchas investigaciones para ralentizar o incluso bloquear la sarcopenia, la fragilidad y el deterioro muscular en personas mayores, promoviendo un envejecimiento corporal más saludable durante más tiempo y aumentando la longevidad», concluye Muñoz-Cánoves.
22 abril 2024|Fuente: EFE|Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
abr
23
A mediados del siglo pasado las personas de 70 años eran considerados ancianos pero, hoy en día, los adultos de mediana y avanzada edad creen que tener 70 años ahora no es como antes. Para ellos, la vejez empieza más tarde.
Esta es la principal conclusión de un estudio publicado este lunes en la revista de la Asociación Americana de Psicología Psychology and Agin, que sugiere que el aumento de la esperanza de vida y el retraso de la jubilación podrían explicar este cambio en la percepción pública de la vejez.
«La esperanza de vida ha aumentado, lo que podría contribuir a que se perciba más tarde el inicio de la vejez. Además, algunos aspectos de la salud han mejorado con el tiempo, de modo que las personas de cierta edad que se consideraban viejas en el pasado quizá ya no lo sean en la actualidad», afirma Markus Wettstein, investigador de la Universidad Humboldt de Berlín (Alemania) y autor principal del estudio.
No obstante, el estudio también ha hallado indicios de que la tendencia a percibir más tarde la vejez se ha ralentizado en las dos últimas décadas.
El equipo, formado por investigadores de las universidades de Stanford, Luxemburgo y Greifswald (Alemania), examinó los datos de 14 056 participantes en la Encuesta Alemana sobre el Envejecimiento, un estudio que incluye a personas residentes en Alemania nacidas entre 1911 y 1974.
Los participantes respondieron a las preguntas de la encuesta hasta ocho veces a lo largo de 25 años (1996-2021), cuando tenían entre 40 y 100 años. Además, a medida que las generaciones mayores entraban en la mediana edad y en la vejez, el equipo iba reclutando nuevos participantes (de 40 a 85 años).
Y aunque los participantes tuvieron que responder a muchas preguntas, la principal de la encuesta era: «¿A qué edad describiría a alguien como viejo?». Así descubrieron que, en comparación con los participantes nacidos antes, los nacidos más tarde percibían la vejez más tarde. Por ejemplo, cuando los participantes nacidos en 1911 tenían 65 años, fijaban el inicio de la vejez en los 71 años. En cambio, los participantes nacidos en 1956 dijeron que la vejez comienza a los 74 años, de media, cuando tenían 65 años. Sin embargo, los investigadores también descubrieron que la tendencia a percibir más tarde el inicio de la vejez se ha ralentizado en los últimos años. «La tendencia a posponer la vejez no es lineal y podría no continuar necesariamente en el futuro», concluye Wettstein.
Los investigadores también analizaron cómo cambiaba la percepción de la vejez de los participantes a medida que envejecían. Así comprobaron que, a medida que envejecían, su percepción del inicio de la vejez se alejaba: A los 64 años, el participante medio decía que la vejez empezaba a los 74,7 años; a los 74 años, decían que la vejez empezaba a los 76,8 años; de media, la percepción del inicio de la vejez aumentaba aproximadamente un año por cada cuatro o cinco años de envejecimiento real.
Finalmente, los investigadores examinaron cómo influyen el sexo y el estado de salud en las diferencias en la percepción del inicio de la vejez. Comprobaron que las mujeres, por término medio, decían que la vejez empezaba dos años más tarde que los hombres, y que la diferencia entre hombres y mujeres había aumentado con el tiempo. También descubrieron que las personas que se sentían más solas, tenían peor salud y se sentían mayores decían que la vejez empezaba antes, de media, que las que se sentían menos solas, tenían mejor salud y se sentían más jóvenes.
Según Wettstein, los resultados pueden tener implicaciones sobre cuándo y cómo las personas se preparan para su propio envejecimiento, así como sobre la opinión que tienen de los adultos mayores en general.
22 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
abr
11
Las personas mayores quien envejecer en sus casas y piden más espacios verdes, mejores servicios de salud y de transportes y potenciar las actividades de ocio, según recoge un estudio presentado este martes por el Imserso para conocer las demandas y necesidades de este colectivo.
El estudio ha sido elaborado junto al Grupo de Investigación sobre Envejecimiento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para evaluar las necesidades de los mayores en sus localidades de
residencia, que forman parte de la Red de Ciudades Amigables, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para fomentar el envejecimiento saludable.
El informe muestra que el deseo de los mayores de envejecer en casa debe ir acompañado de la promoción de su autonomía con recursos y apoyos domiciliarios, pero también de accesibilidad en las ciudades pertenecientes a la red, por lo que solicitan mejorar los servicios de salud y las infraestructuras públicas.
Los expertos también apuntan a la necesidad de tomar medidas que refuercen las estrategias de prevención, así como a fortalecer los recursos y servicios ya existentes de atención sociosanitaria en los municipios. Sobre la demanda de los mayores de crear más espacios verdes, accesibles y que favorezcan la socialización, el investigador Vicente Rodríguez ha destacado la importancia de que “esos espacios tiendan a interconectar a las personas y se basen en el desarrollo de las actividades al aire libre, pero que sean seguras”.
Otras de las demandas son mejorar la accesibilidad de los edificios públicos, introducir más líneas de transporte público con precios asequibles, ofrecer ayudas para adaptar las viviendas a sus necesidades, ofrecer puntos de atención oral para que los mayores puedan acceder a la información y tomar medidas para prevenir la soledad.
Además, el estudio recoge demandas de las mujeres mayores, como la lucha contra la desigualdad de género. Según ha explicado otra de las investigadoras encargada de presentar este diagnóstico Fermina Rojo “las mujeres mayores se enfrentan a desafíos únicos” por la brecha económica y la soledad que tiene mayor impacto. Para combatir el edadismo, la experta ha destacado la necesidad de promover el voluntariado y actividades intergeneracionales. “Son muy eficaces porque se valora la experiencia de los mayores”.
09 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.