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El CSIC, el Banc de Sang i Teixits (BST) de Catalunya y el Institut d´Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell) han firmado un acuerdo para investigar la modificación genética de células madre obtenidas de sangre de cordón umbilical para producir células inmunitarias CAR-NK que sean capaces de reconocer y atacar a las células tumorales y otras enfermedades.

La investigación busca mejorar los resultados de las terapias CAR-T (acrónimo en inglés de «células T dotadas de receptores quiméricos de antígenos»), que ya está en uso para algunos tipos de cáncer. La diferencia principal consiste en que las células NK (Natural Killer) son más fáciles de producir a gran escala a partir de células madre, que las células T.

El acuerdo busca crear un banco de células CAR-NK que contenga una batería de genes antitumorales, incluidos los receptores CAR19 o CAR19/20. Estos últimos son modificaciones genéticas que permiten a las células inmunitarias identificar y atacar específicamente la leucemia linfoblástica aguda y el linfoma de células B. El objetivo es almacenar estas células en bancos celulares y tenerlas disponibles para su aplicación inmediata en tratamientos de inmunoterapias contra el cáncer.

Para ello, el CSIC pondrá a disposición del proyecto las dos tecnologías patentadas y desarrolladas en el Centro de Investigación Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) en Madrid por el equipo dirigido por el investigador Daniel Bachiller, que permiten introducir la modificación genética en las células inmunitarias para hacerlas capaces de reconocer y atacar las células tumorales.

«Creemos que nuestro desarrollo permitirá producir células del sistema inmunitario diseñadas para atacar dianas terapéuticas específicas de una forma mucho más rápida, eficaz y barata que las tecnologías que se están probando actualmente. Nuestro sistema puede aplicarse también a otras enfermedades, como por ejemplo las infecciones fúngicas o las causadas por bacterias resistentes a antibióticos», explica Daniel Bachiller, del CIB.

Por su parte, el BST proveerá las células madre pluripotentes inducidas provenientes de sangre de cordón umbilical y producirá las células NK a partir de ellas, y el IDIBELL, cuyo grupo de investigación también está adscrito al Instituto Catalán de Oncología (ICO), aportará los modelos para la validación in vitro e in vivo de las nuevas terapias.

Una investigación de carácter exploratorio

Las terapias CAR-NK (acrónimo en inglés de células NK dotadas de receptores quiméricos de antígenos) son una prometedora estrategia para combatir el cáncer, aún en desarrollo. Se basan en modificar células NK (natural killer, un tipo de linfocito) para que sean capaces de reconocer y atacar específicamente células cancerosas.

La investigación del CSIC, el BST y el IDIBELL, de carácter preliminar y exploratorio, persigue obtener y modificar estas células a partir de células madre de cordón umbilical, para comprobar después su viabilidad y efectividad en laboratorio.

Las células madre que se emplean en este proyecto, y por tanto las células NK derivadas de ellas, son de donantes compatibles con un elevado porcentaje de la población europea. Gracias a ello las células pueden producirse y almacenarse a la espera de los pacientes que las necesiten.

En la actualidad se usan linfocitos del propio paciente que hay que extraer, modificar y cultivar de forma individual y con posterioridad al diagnóstico, «lo que encarece extraordinariamente el procedimiento y retrasa peligrosamente su aplicación», aclara Bachiller.

La investigación trata de confirmar si es posible mejorar la eficacia de los tratamientos de inmunoterapia celular actuales dotando a las células NK inmunocompatibles de una batería de genes antitumorales que multipliquen el efecto de los CAR.

Se prevé que el banco de células resultante, que estará en el BST, contendrá líneas celulares modificadas de los tipos genéticos más comunes. De esta forma, se dispondría de un banco de células CAR-NK de disponibilidad inmediata para el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda y el linfoma de células B.

Mayo 24/2023 (IMmédico) – Tomado de I+D+I, Oncología  Copyright 2023: Publimas Digital

 

mayo 25, 2023 | Lic. Jessica Arias Ramos | Filed under: Avances en la Ciencia, Bienestar y Calidad de Vida, cáncer, Ciencia, Ciencia y Tecnología, Cirugía, Oncología | Etiquetas: , , |

inmunoterapia-cancer

Un estudio dirigido por investigadores del Centro Oncológico Integral Jonsson de la UCLA sugiere que la IL-21, una molécula soluble implicada en la activación del sistema inmunitario, puede ser una posible diana terapéutica para ayudar a reducir los efectos secundarios autoinmunitarios endocrinos causados por la terapia contra el cáncer con inhibidores de puntos de control.

Los investigadores descubrieron que un grupo específico de células inmunitarias CD8+ con una fuerte actividad letal, denominadas células T CD8+ citotóxicas CXCR6+ IFN-γ, desempeñan un papel central en este ataque autoinmune. También descubrieron que la actividad de estas células CD8+ estaba controlada por la IL-21 y que su bloqueo prevenía la autoinmunidad tiroidea.

«Nuestro estudio es el primero que analiza en profundidad la causa de la autoinmunidad tiroidea asociada a los inhibidores de puntos de control en seres humanos y pone de relieve una posible vía para prevenir esta toxicidad autoinmunitaria relacionada con el tratamiento», afirma la Dra. Melissa Lechner, profesora adjunta de Medicina en la división de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA y primera autora del estudio.

Los inhibidores de los puntos de control son un tipo de terapia contra el cáncer que aprovecha el poder del sistema inmunitario para combatir las células cancerosas y han demostrado tener un éxito notable en el tratamiento de múltiples tipos de cáncer avanzado. Si bien este tipo de terapia ha cambiado la faz del tratamiento del cáncer, con el aumento de la activación inmunitaria pueden producirse ataques autoinmunitarios no deseados contra tejidos sanos. Estos efectos adversos relacionados con el sistema inmunitario se producen en hasta el 60% de los pacientes tratados con esta terapia y pueden contribuir a la interrupción del tratamiento, hospitalizaciones e incluso la muerte prematura.

La causa de estas toxicidades autoinmunes sigue siendo en gran medida desconocida. En la actualidad no existen tratamientos eficaces para prevenir o revertir estos efectos adversos endocrinos inmunes durante la inmunoterapia del cáncer, que casi universalmente resultan en daño permanente de órganos y la necesidad de por vida de la terapia de reemplazo hormonal.

Para investigar la causa de las toxicidades autoinmunes que se producen durante la terapia contra el cáncer con inhibidores de puntos de control, el equipo utilizó la secuenciación de ARN unicelular de muestras de tiroides de pacientes. El equipo demostró entonces que las células T CD8+ efectoras expandidas clonalmente que expresan CXCR6+ Granzima B e interferón-γ están aumentadas en individuos con acontecimientos adversos tiroideos. Además, descubrieron que la IL-21 de las células T helper CD4+ impulsa la función tirotóxica de estas células T CD8+ y que la inhibición de la IL-21 en un modelo de ratón prevenía la autoinmunidad tiroidea asociada a los inhibidores de puntos de control.

Los resultados ponen de relieve las posibles vías inmunitarias que pueden utilizarse para reducir las toxicidades de la inmunoterapia en los pacientes. Entender cómo se desarrollan las toxicidades autoinmunes en pacientes tratados con inmunoterapia contra el cáncer ayudará a los investigadores a desarrollar estrategias para reducir estos efectos secundarios, haciendo que el tratamiento sea más seguro.

Además, los mecanismos que impulsan la autoinmunidad relacionada con la inmunoterapia del cáncer pueden compartirse con enfermedades autoinmunes espontáneas, como la diabetes de tipo 1 y la tiroiditis de Hashimoto. Así pues, los resultados de este estudio también pueden ayudar a los investigadores a identificar dianas para el tratamiento de un amplio número de enfermedades autoinmunes.

El estudio se publicó en la revista Science Translational Medicine.

 

Mayo 18/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Oncology & Cancer – Immunology  Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network.

 

inmunoterapia contra el cáncer1

Un tratamiento contra el cáncer que se enfoca en tumores sólidos y estimula el sistema inmunitario se ha mostrado seguro en humanos y se puede combinar con inmunoterapias aprobadas para mejorar sus efectos, según los resultados de un primer ensayo en humanos llevado sobre 115 pacientes con cánceres avanzados.

El régimen combinado también ha mostrado signos prometedores de activación inmunitaria, lo que podría mejorar potencialmente las respuestas al tratamiento en personas con cánceres metastásicos que normalmente no responden a la inmunoterapia, según los datos publicado en el último Science Translational Medicine.

Los anticuerpos anti-PD-L1 y otras inmunoterapias contra el cáncer funcionan activando las células T del sistema inmune que combaten el cáncer. Sin embargo, muchos pacientes no responden a las terapias con inhibidores de puntos de control inmunitarios, también llamados check-points, lo que pone de relieve la necesidad de desarrollar estrategias de tratamiento más eficaces.

Un enfoque potencial implica el uso de agentes coestimuladores, proteínas que añaden un ‘plus’ a los tratamientos de inmunoterapia, como el coordinado por especialistas del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra, junto con la compañía farmacéutica Roche. Es un estudio pionero de inmunoterapia en pacientes con tumores sólidos avanzados, en el que se ha ensayado la nueva proteína de activación dirigida 4-1BB (RO7122290) usando otra proteína (FAP) como diana. Los resultados citados en la publicación anteriormente mencionada muestran su capacidad de estimular la respuesta inmune antitumoral en este tipo de tratamientos.

La molécula ensayada en pacientes es producto de las investigaciones del Centro de Innovación de Roche en sus sedes de Suiza, Reino Unido y Alemania, coordinadas por Pablo Umaña.

En el ensayo clínico participaron 115 pacientes que recibieron dosis semanales intravenosas de esta terapia como agente único o en combinación con atezolizumab en cinco hospitales españoles.

En el artículo se pone de manifiesto que actualmente más del 80% de los pacientes no responden adecuadamente o muestran resistencia a la inmunoterapia con anticuerpos monoclonales inmunomoduladores. Por ello, este equipo investigador ha activado el receptor 4-1BB como opción terapéutica, ya que su «actividad coestimuladora para la respuesta inmunitaria antitumoral constituye uno de los principales mecanismos en investigación para incrementar la eficacia de los tratamientos», señala Ignacio Melero, codirector de Inmunología e Inmunoterapia en la Clínica Universidad de Navarra y en el Cima de la misma universidad, que ha sido uno de los investigadores principales de este ensayo.

Aumentar las respuestas

La estimulación de este receptor en los pacientes ha mostrado una mayor proliferación de células T y una formación de memoria, longevidad y citotoxicidad de estas células, lo que aumenta la inmunidad antitumoral de estos pacientes.

En este primer estudio en fase clínica de escalada de dosis se ha evaluado la seguridad, tolerabilidad y actividad antitumoral preliminar en pacientes con tumores sólidos avanzados o metastásicos con resultados que han llevado a este agente biespecífico a ensayos fase 1b-2 actualmente en curso. Melero destaca, de hecho, que la portada de la publicación representa imágenes de microscopia que demuestran, en biopsias seriadas, «cómo el tratamiento incrementa muy notoriamente en los tumores la densidad de células inmunitarias con capacidad para destruirlo».

El investigador indica a Diario Médico que en este ensayo clínico se han probado tanto el agente nuevo biespecífico como la combinación de este con el anticuerpo anti-PD-L1 atezolizumab, observándose que ejerce «funciones que incrementan el infiltrado de linfocitos T intratumorales y su grado de activación en ambas circunstancias en un número limitado de pacientes tratados previamente con múltiples líneas. Se ha observado actividad de control del crecimiento tumoral y, en algunos casos, respuestas objetivas».

En este ensayo clínico, los investigadores han probado, por tanto, el agente coestimulador biespecífico llamado RO7122290, que reconoce la proteína de activación de fibroblastos-α (FAP) para atacar el tumor sólido y también funciona como un agonista 4-1BB para activar las células T. Han participado 115 pacientes con tumores avanzados o metastásicos, de los cuales 65 recibieron dosis semanales de RO7122290 y 50 recibieron el compuesto junto con el anticuerpo anti-PD-L1 aprobado atezolizumab.

Los ensayos, indica Melero, se han llevado a cabo en la población habitual de los ensayos fase 1: pacientes sin otra alternativa de tratamiento, todavía con buen estado general y, generalmente, después de haber recibido varias líneas terapéuticas a las que la enfermedad ha progresado. «Aún no está enfocado a un tipo de tratamiento de tumor, aspecto que precisamente constituye el objetivo de los ensayos fase 2 que es están realizando ahora».

Hace 25 años, el equipo ya demostró, en ensayos con ratón, que este receptor 4-1BB aumentaba la respuesta inmunitara frente al cáncer, hecho que en estos momentos se está explotando en distintas estrategias, sobre todo en combinación.

 

Mayo 11/2023 (Diario Médico) – Tomado de Oncología – Ensayo multicéntrico en ‘Science Translational Medicine’  Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U. Todos los derechos reservados.

 

El uso de linfocitos obtenidos del paciente para potenciar su capacidad de lucha contra el cáncer ha irrumpido con éxito en el tratamiento de ciertas neoplasias de la sangre con las células CAR-T, éxito cuya replicación se busca en los tumores sólidos con estrategias como las que utilizan los llamados linfocitos infiltrantes de tumor (TIL).

El trabajo de un grupo de investigadores del Cima Universidad de Navarra, en colaboración con científicos del Instituto de Biología y Medicina Experimental de Buenos Aires (Ibyme-Conicet), en Argentina, aporta una nueva pista para que este tipo de modalidades de inmunoterapia celular alcance nuevas cotas de eficacia.

En un trabajo que acaba de publicarse en Cell Reports Medicine, estos científicos han demostrado en modelo experimental que la potencia antitumoral de los linfocitos crece cuando se les modifica mediante ARN mensajeros para que generen dos moléculas específicas a la vez.

“En este trabajo hemos demostrado que los resultados terapéuticos de esta inmunoterapia aumentan notablemente si los linfocitos están transferidos mediante ARN mensajeros (mARNs) para que produzcan simultáneamente IL12 e IL18. Esta combinación sinérgica aumenta la eficacia antitumoral”, apunta Ignacio Melero, codirector del Programa de Inmunología e Inmunoterapia del Cima, integrado en el Cancer Center Clínica Universidad de Navarra, y autor senior del estudio.

Además, el estudio confirma que la terapia mediante transferencia de linfocitos es más eficaz si se administra por vía intratumoral y repetidamente.

Una de las novedades de este estudio es que descubre tres mecanismos moleculares que determinan el fuerte efecto sinérgico y que, además, explican su potente eficacia.

Uno de ellos, desvelado en colaboración con Gabriel Rabinovich -referente internacional en la aplicación de la glicobiología a la inmunoterapia- y Karina Mariño, es la capacidad de las células para adquirir unos ligandos que les vinculan con más eficiencia a las células que conforman los vasos sanguíneos tumorales.

“Este proceso permite que los linfocitos migren con mayor eficacia al interior de las metástasis tumorales a las que así pueden reconocer y destruir. El mecanismo viene determinado por la presencia de azúcares modificados en las proteínas de membrana del linfocito, que actúan como ligandos para receptores de las células de la superficie de los vasos sanguíneos del tumor”, apunta Irene Olivera, investigadora del Cima y primera firmante del estudio.

 

Abril 30/2023 (Diario Médico) – Tomado de Oncología – En modelo animal Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U. Todos los derechos reservados.

Añadir inmunoterapia a la quimioterapia es un tratamiento seguro y eficaz para los bebés con leucemia linfoblástica aguda (LLA) que tienen un fallo específico en el ADN de las células leucémicas, según los resultados de un ensayo clínico internacional que publica hoy el New England Journal of Medicine. El estudio, liderado desde el Centro Princesa Máxima de Oncología Pediátrica de los Países Bajos, se ha realizado en menores de un año que presentan un reordenamiento del gen KMT2A que implica un mal pronóstico de la LLA.

Desde hace unos años se observaba que la quimioterapia intensiva funciona muy bien para la mitad de los bebés, pero el 50% restante recae antes de los dos años de tratamiento o mueren, bien a causa de la enfermedad o por los efectos secundarios del tratamiento. Al añadir inmunoterapia con blinatumomab (anticuerpo monoclonal biespecífico que ya se ofrece en adultos y niños mayores) a la quimioterapia se ha logrado una tasa de supervivencia mejorada del 66 al 93%, así como una reducción de los efectos secundarios.

El medicamento blinatumomab se une por una parte a las células leucémicas y por otra a las células inmunitarias, conexión que facilita la eliminación de las células malignas. De acuerdo con estos resultados, los autores del estudio creen que blinatumomab llegará a ser el tratamiento estándar para los bebés con esta forma agresiva de leucemia, que por otra parte es muy minoritaria. El Centro Princesa Máxima no es un hospital al uso, sino un hospital de investigación en el que tratan a todos los niños diagnosticados de cáncer en los Países Bajos, lo que lo convierte en el centro oncológico pediátrico más grande de Europa.

Sus investigadores habían constatado en estudios previos que 3 de cada 4 bebés con leucemia linfoblástica aguda tienen el reordenamiento del gen KMT2A que implica mal pronóstico, y en las últimas décadas no lograron mejorar los resultados a pesar de intensificar la quimioterapia. Se había utilizado antes blinatumomab en adultos y niños mayores con LLA, pero no existía evidencia de que la doble terapia fuera efectiva y tolerada en niños de tan corta edad hasta terminar este ensayo realizado entre 2018 y 2021 con 30 bebés de 9 países.

Los resultados de este estudio se han comparado con los de 214 niños que se trataron en años anteriores solamente con la quimioterapia estándar del protocolo Interfant-06. La mejora en la tasa de supervivencia de quienes también recibieron un mes de inmunoterapia es ostensible: el 93 por ciento de los pacientes seguían vivos dos años después, frente al 66% del grupo que solo recibió quimioterapia.

“Se trata de un estudio pequeño, pero sus resultados son suficientemente claros como para que la inmunoterapia forme parte del tratamiento de todos los bebés que tengan este tipo de leucemia”, ha comentado la directora del estudio clínico, Inge Van der Sluis, oncóloga pediátrica y farmacóloga clínica del Centro Princesa Máxima.

Ahora propone confirmar el efecto de blinatumomab en un estudio más grande, con mayor número de niños, y también comprobar “si los bebés se beneficiarían de dos ciclos de blinatumomab y una reducción de la quimioterapia, para mejorar aún más su calidad de vida”.

Estos logros han sido fruto de una gran colaboración internacional de 25 países fundada en 1999, según el también oncólogo pediátrico y director del Princesa Máxima, Rob Pieters. “Los bebés con leucemia a menudo recaen al comienzo del tratamiento con quimioterapia. Por eso era importante administrar la inmunoterapia justo al principio”, señala con entusiasmo y convencimiento de que están ante “la incorporación inmediata de la inmunoterapia en el tratamiento estándar mundial”.

Susana Rives, responsable de la Unidad de Leucemias y Linfomas del Servicio de Oncología Pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu, resalta que ningún niño participante en el ensayo ha tenido que interrumpir el tratamiento por toxicidad neurológica ni por otro motivo, algo importante de descartar en los bebés. Y, en declaraciones a SMC, asevera que, aunque la nueva terapia podrá beneficiar al 80 por ciento de los lactantes con LLA, en números absolutos es un número muy bajo, porque la incidencia de la LLA en lactantes es muy pequeña. “Pero entre los pacientes con esta enfermedad minoritaria, beneficiará a la mayoría de ellos”.

Recalca que la LLA es un tipo de leucemia muy agresiva y que la mayoría de las recaídas y de fallecimientos por toxicidad ocurren en los primeros dos años, lo que sugiere la importancia de incorporar esta terapia a la primera línea de tratamiento. “Eso sí, habrá que reevaluar, con mayor seguimiento, si se mantienen estos resultados tan prometedores”.

 

Abril 27/2023 (Diario Médico) – Tomado de Noticias Hematología y Hemoterapia  Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U. 

La inmunoterapia basada en anticuerpos frente a PD-1 ha supuesto un gran avance en el tratamiento del cáncer de pulmón. Read more

enero 5, 2023 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Farmacología, Neoplasias, Oncología | Etiquetas: |

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