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La importancia de nuestro entorno para la salud mental es de sobra conocido, familiares y amigos se convierten para mucha gente en una red de seguridad, pero los vecinos también cumplen una importante función, ayudándonos a socializar y a abrirnos al mundo, tal y como han revelado ciertos expertos.
Con el paso del tiempo, somos más conscientes de la importancia que tiene una planificación adecuada de las ciudades a la hora de mejorar la vida de los ciudadanos. Cada vez, sin ir más lejos, son más los municipios en España que dan la importancia que merecen a las zonas verdes, en busca de espacios menos agresivos para el ciudadano y que ayuden a compensar la contaminación a la que se enfrenta a diario.
Este es solo un ejemplo, uno de los más evidentes, de cómo una buena planificación urbanística puede mejorar la vida de los ciudadanos, porque todos los detalles son importantes. De algunas cosas nos damos cuenta y otras nos sorprende cuando las descubrimos, por ejemplo, un reciente estudio realizado en Dinamarca asegura que vivir sin vecinos puede ser malo para la salud mental.
Vivir sin vecinos, ¿un problema para la salud mental?
Son varios los estudios que han relacionado el lugar en el que vivimos con la salud mental, porque todo influye a la hora de cuidarnos. Se sabe que la gente que vive en zonas urbanas es más propensa a padecer depresión que quien vive en zonas rurales, pero no se ha estudiado demasiado cómo los diferentes entornos urbanos influyen en la salud mental de las personas que los habitan. Science Advances ha publicado un estudio realizado en Dinamarca en el que se aborda esto.
Este estudio ha llegado a la conclusión que las personas que viven en barrios residenciales, son más propensos a desarrollar depresión que quienes viven en centros urbanos o zonas rurales. Existe un riesgo menor en quienes viven en zonas cercanas a espacios abiertos, parques y zonas de ocio como comercios y escuelas, espacios que favorecen las relaciones y los encuentros.
La intención del estudio es resaltar la importancia de las relaciones a la hora de cuidar la salud mental, porque establece un sentido de comunidad, confianza y reciprocidad entre sus habitantes, tal y como refería Karen Chen, autora principal del estudio.
Mujer haciendo calistenia
Las zonas residenciales suponen modelos en los que el contacto con los vecinos es casi inexistente, son lugares muy individualistas. “Se trata de mejorar la transitabilidad, la capacidad para andar en bicicleta y el transporte público en áreas que originalmente estaban centradas en el automóvil”, explica Chen sobre los objetivos del estudio.
En el estudio se concretó que la combinación de edificios de alta densidad y pocos espacios abiertos reduce la exposición al sol y aumenta la temperatura interior, lo que puede llegar a favorecer el desarrollo de enfermedades como la depresión.
Las relaciones sociales benefician nuestra salud mental
Somos animales sociales, necesitamos comunicarnos y mantenernos en contacto con otros para sentirnos realizados y también para cuidar nuestra salud mental. Hablar, escuchar, compartir ideas… todo ello es importante y nos puede ayudar a sentirnos mejor, menos solos y también menos aislados.
Socializar mejora el estado de ánimo, reduce el estrés y aumenta la autoestima, porque nos ayuda a sentirnos valorados y respetados. También ayuda a construir nuevas amistades, conociendo a nuevas personas, y fortalece las relaciones que ya tenemos. Promueve el bienestar general, mejorando la salud física y, como venimos señalando, también la salud mental. Socializar es indispensable para mantener activo el cerebro.
La soledad, clave en el incremento de la tristeza
La falta de interacciones sociales dificulta la expresión y el procesamiento de las emociones, lo que puede afectar negativamente a la salud mental porque puede llevar a la acumulación de emociones negativas y aumentar la carga emocional. Las actividades compartidas pueden proporcionar distracciones que mitigan los síntomas de depresión, son actividades agradables que pueden mejorar el estado de ánimo. La soledad puede contribuir al desarrollo de la depresión.
Referencia
Tzu Hsin KC, Thisted Horsal H, Karl SL, Closter AM, Davies M, Barthel S, et al. Higher depression risks in medium- than in high-density urban form across Denmark. Science Advances[Internet].2023[citado 9 oct 2023]; 9(21).
10 octubre 2023 | Fuente: 20minutos| Tomado de Salud
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Los problemas de salud mental plantean importantes retos en las próximas décadas. Concretamente, la demencia es ya una de las principales causas de discapacidad y dependencia en todo el mundo y, aunque no es un proceso natural del envejecimiento, suele afectar más a personas de edades más avanzadas. Según la OMS, en el mundo hay actualmente más de 55 millones de personas que sufren demencia, y entre un 60 %-70 % de los casos corresponden a la enfermedad de Alzheimer.
Y eso solo el principio: los expertos calculan que 153 millones de personas la padecerán para el año 2050. Teniendo en cuenta el gran impacto que tiene este problema en la persona afectada, así como en su entorno familiar y social, es comprensible la preocupación compartida a nivel internacional y la necesidad de implicar a toda la sociedad.
Entornos diseñados para personas con demencia
Ante este panorama, existen numerosas investigaciones y disciplinas que están abordando los retos de la demencia desde múltiples perspectivas. Una de ellas es cómo el diseño de los espacios y las ciudades puede tener en cuenta las necesidades específicas de las personas que la padecen.
A nivel internacional, existen equipos de investigación pioneros como el departamento Dementia Services Development Centre de la Universidad de Stirling, quienes han desarrollado una certificación específica para entornos construidos con elementos evaluables basados en la evidencia científica disponible y el conocimiento experto del equipo.
En España, el equipo de Matia Instituto trabaja en una herramienta de similares características adaptada al contexto nacional. Una novedosa propuesta de evaluación de entornos que emerge en el marco del proyecto “Como en Casa” (2022-2024), uno de los proyectos de innovación social que forman parte de la Estrategia Estatal de Desinstitucionalización y ha sido financiado por el Ministerio de Derechos Sociales español y Agenda 2030 en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España y los fondos Next Generation EU de la Unión Europea.
Entornos que facilitan la rutina y la convivencia
Cuando hablamos de personas con demencia, principalmente nos referimos a personas con edades avanzadas. Por lo tanto, hay componentes similares a las necesidades específicas de los diseños adaptados a personas mayores que deben ser tenidos en cuenta. Pero, en concreto, podemos identificar también la necesidad de adaptar servicios de la ciudad, como el transporte, los comercios locales o la policía municipal, para generar una sociedad sensibilizada que facilite que las personas puedan permanecer el máximo tiempo posible en sus entornos de toda la vida manteniendo sus rutinas habituales.
Con motivo de mi tesis doctoral “La ciudad para personas con demencia: metodología para integrar el diseño y la calidad de vida en las ciudades europeas” analicé una decena de casos de estudio a nivel europeo, comparando las principales innovaciones en cuestión de diseño e integración en el entorno urbano, a partir de una revisión de buenas prácticas internacionales. Y de paso identificamos una serie de recomendaciones también aplicables en interiores o espacios específicos, como son parques o jardines o equipamientos públicos, que igualmente pueden ser de gran interés para progresivamente adaptar los entornos para que sean más accesibles y amables.
‘Dementia-village’ y nuevas tipologías alternativas a las residencias que conocemos
Entre los centros residenciales más innovadores cabe destacar las dementia-villages. Quizá la más conocida es De Hogeweyk (2009), en Weesp, un municipio en las afueras de Ámsterdam. Sin embargo este modelo se ha ido extendiendo a otros países como Village Landais Henri Emmanuelli en Dax, Francia (2021), o Harmonia Village en Dover, Reino Unido (2020).
Fruto del estudio de estas y otras experiencias internacionales, la Fundación Matia recientemente ha inaugurado dos edificios residenciales innovadores de alojamientos para personas mayores y personas en situación de gran dependencia: las viviendas con apoyos en Lugaritz en Donostia-San Sebastián, y Egurtzegi, viviendas en Unidades de Convivencia en Usurbil.
Un aspecto clave es la organización del edificio en unidades de convivencia de pequeña escala, articuladas en “apartamentos” o “viviendas” autónomas. Eso permite que las personas que viven en ellas y el personal que las cuida establezcan vínculos más profundos y estables. En el siguiente vídeo podemos recorrer una de ellas:
La distribución y la organización espacial deben garantizar en todo momento la seguridad, permitiendo que la persona deambule e interactúe con total libertad y minimizando los riesgos de que se pierda o salga del centro. Otro aspecto clave es que el diseño debe reducir los estímulos ambientales negativos, a la vez que fomenta los positivos.
Y todo con un diseño familiar y hogareño que -cumpliendo la normativa- tenga en cuenta que se trata de un alojamiento donde las personas viven, probablemente hasta el fin de sus días. Como en cualquier hogar, el cariño y mimo en la decoración y en los objetos personales son aspectos fundamentales para sentirse a gusto.
También es importante destacar los esfuerzos que se están haciendo en integrar estos alojamientos con el resto del tejido urbano para que sean itinerarios continuos en un entorno de proximidad familiar y reconocible por la persona.
El contacto con el exterior no solo se realiza a través de ventanales que permiten ver el exterior desde una silla o desde la cama: también se incorpora mobiliario urbano, distintas zonas estanciales y juegos que permiten hacer uso de estos espacios y disfrutarlos por toda la comunidad.
Merece la pena pararse a reflexionar sobre lo que consideramos calidad de vida y hasta qué punto el adecuado diseño de edificios puede repercutir en nuestro bienestar y permitirnos mantener al máximo nuestras rutinas deseadas y el contacto con nuestro entorno social y físico.
Referencia
Naciones Unidas. La demencia es un problema de salud sin respuesta en el 75% de los países.
20/09/2023
Fuente: (The Conversation) Tomada de Noticias ONU Copyright © 2010–2023
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Las mujeres con problemas de salud mental tuvieron 50% más de probabilidades de dar a luz a un bebé prematuro, según un nuevo estudio que analizó 2 millones de embarazos en el Reino Unido.[1] Read more
ago
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Una de cada cinco personas sufre una enfermedad mental al año en Nueva York, pero el acceso a terapias adecuadas resulta hoy difícil para muchos en esa ciudad estadounidense.
Se estima que esa proporción es como decir, aproximadamente, el mismo número de personas que viven en Manhattan, señaló la Oficina del Alcalde para la Salud Mental Comunitaria.
La raza, el sexo, la cobertura del seguro y otros factores determinan el acceso a esos tratamientos, alertó un artículo publicado en el periódico Amsterdam News.
Los residentes blancos son más propensos a utilizar los recursos de salud mental que las poblaciones negra, latina y asiática, en lo cual influye también la cuestión económica.
Pero además, existe un elemento importante, la falta de profesionales para atender a los segmentos minoritarios, indicó el diario.
Un estudio publicado en Counseling Psychology descubrió que por cada mil dos personas negras, indígenas y mestizas en las 45 ciudades más grandes del país, solo hay un terapeuta que sea igualmente de esos grupos demográficos.
Si se compara con la proporción de individuos blancos por terapeuta blanco (307 a uno), la realidad arroja que para esa población es tres veces más accesible hallar un profesional.
Una investigación que recopiló miles de perfiles individuales del directorio de terapeutas de Psychology Today para evaluar la disponibilidad de terapeutas con los datos del censo de diferentes etnias e idiomas.
Para no pocos profesionales de la salud mental la cuestión de hablar con un terapeuta de un origen étnico equivalente o que comparta una experiencia vivida beneficia la comodidad de los clientes durante las sesiones, y también puede ahorrar tiempo.
Terrance Martin, un terapeuta afroamericano licenciado en Harlem, dijo que la atención a la salud mental es crucial para combatir las desigualdades sistémicas en los sistemas de atención sanitaria y de justicia penal.
Según Roberta Jackson, trabajadora social clínica licenciada en Harlem, la terapia puede ser una herramienta para que las personas procesen sus traumas y cambien sus vidas.
Fuente: Prensa Latina 14 agosto 2023