ayuno 11Desde hace milenios el ser humano practica el ayuno con fines médicos, culturales o religiosos, pero, a día de hoy, todavía no se conocen bien sus efectos en el organismo. Ahora, un estudio realizado con una docena de voluntarios ha arrojado luz sobre las consecuencias de ayunar. La investigación, cuyos resultados se han publicado este viernes en la revista Nature Metabolism, revela que el cuerpo experimenta cambios significativos y sistemáticos en múltiples órganos durante periodos prolongados de ayuno y que, aunque ayunar beneficia al organismo, los cambios positivos para la salud sólo se producen tras tres días sin comer.

El estudio, realizado por el Instituto Universitario de Investigación Precision Healthcare (PHURI) de la Universidad Queen Mary de Londres, la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte y el Instituto de Salud de Berlín (BIH), ayudará a trazar futuras investigaciones con fines terapéuticos. Desde la antigüedad, el ayuno se ha utilizado para tratar enfermedades como la epilepsia o la artritis reumatoide, pero sin conocer bien el mecanismo. Ahora, gracias a las nuevas técnicas, los investigadores pueden medir las proteínas que circulan por la sangre, lo que permite estudiar sistemáticamente y con gran detalle las adaptaciones moleculares al ayuno en humanos. Siete días a base de agua Para hacer el estudio, el equipo hizo seguimiento de doce voluntarios sanos que participaron en un ayuno de siete días en los que solo tomaron agua. Todos ellos fueron sometidos a un estrecho seguimiento diario para registrar los cambios en los niveles de unas 3.000 proteínas en sangre antes, durante y después del ayuno. Al identificar qué proteínas intervienen en la respuesta del organismo, pudieron predecir los posibles efectos del ayuno prolongado sobre la salud integrando información genética procedente de estudios a gran escala. Como era de esperar, los investigadores observaron que el organismo cambiaba de fuente de energía -de la glucosa a la grasa almacenada en el cuerpo- en los dos o tres primeros días de ayuno. Los voluntarios perdieron una media de 5,7 kg tanto de masa grasa como de masa magra (órganos, músculos y huesos).

A los tres días de ayuno, el peso se mantuvo: la pérdida de masa magra se invirtió casi por completo, pero la masa grasa se mantuvo. Por primera vez, los investigadores observaron que el organismo experimentaba cambios en los niveles de proteínas tras tres días de ayuno, lo que indicaba una respuesta de todo el cuerpo a la restricción calórica total. En general, una de cada tres proteínas medidas cambió significativamente durante el ayuno en todos los órganos principales, según el estudio. Además, observaron que estos cambios eran comunes en todos los voluntarios, aunque había rasgos distintivos del ayuno que iban más allá de la pérdida de peso, como cambios en las proteínas que forman la estructura de soporte de las neuronas en el cerebro. ‘Por primera vez hemos podido ver lo que ocurre a nivel molecular en el organismo cuando ayunamos. Nuestros resultados demuestran que el ayuno tiene beneficios para la salud que van más allá de la pérdida de peso, pero sólo se aprecian después de tres días de restricción calórica total, más tarde de lo que pensábamos’, aclara la investigadora del Queen Mary y coautora del estudio, Claudia Langenberg. Para Maik Pietzner, catedrático del Instituto de Salud de Berlín, estos hallazgos constatan por qué se ha utilizado el ayuno para determinadas afecciones desde tiempos ancestrales.

Sin embargo, advierte, ‘aunque el ayuno puede ser beneficioso para tratar algunas afecciones, muchas veces no es una opción para los pacientes que padecen enfermedades. Esperamos que estos hallazgos puedan aportar información sobre por qué el ayuno es beneficioso en ciertos casos, que luego pueda utilizarse para desarrollar tratamientos que los pacientes puedan realizar’.

Ver artículo: Horne BD. The weight-loss-independent benefits of fasting. Nature Metabolism[Internet].2024[citado 01 mar 2024]. https://doi.org/10.1038/s42255-024-01012-z

01 marzo 2024 | Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

marzo 4, 2024 | gleidishurtado | Filed under: alimentación, Nutrición, Pérdida de Peso, Salud | Etiquetas: , , , |

WegovyLas personas con trastorno por consumo de alcohol que tomaron semaglutida, también conocida como Wegovy, bebieron menos y tuvieron menos antojos de alcohol, según una nueva investigación.

Un estudio publicado esta semana sugiere que la semaglutida, el ingrediente activo del popular fármaco contra la obesidad Wegovy, podría ayudar a las personas que luchan contra el alcoholismo también. En una pequeña muestra de casos, los investigadores encontraron evidencia de que las personas que tomaron semaglutida para bajar de peso también experimentaron una reducción significativa en los síntomas de dependencia del alcohol.

El equipo y otros científicos han comenzado a realizar ensayos clínicos para explorar más a fondo este vínculo.

La semaglutida es una versión sintética y más duradera del péptido similar al glucagón 1 (GLP-1), una hormona que ayuda a regular nuestra producción de insulina y el apetito, entre otras cosas. Desarrollado por Novo Nordisk, fue aprobado por primera vez para controlar la diabetes tipo 2 en 2017 bajo la marca Ozempic y posteriormente aprobado como la formulación de dosis más alta de Wegovy en 2021 para la obesidad. Se ha demostrado que los GLP-1 más modernos, como la semaglutida y medicamentos similares, son mucho más efectivos para ayudar a las personas a perder peso que la dieta y el ejercicio solos o los medicamentos para la obesidad anteriores (en los ensayos clínicos de Wegovy, las personas han perdido alrededor de 15 % de su peso inicial).

Si bien las células primarias que producen y responden al GLP-1 se encuentran en el intestino, también hay células relacionadas con el GLP-1 en el cerebro. Se cree que estos medicamentos actúan para reducir el apetito no solo afectando físicamente el tracto digestivo, como, por ejemplo, ralentizando la digestión, pero interactuando con estas células cerebrales también. Y eso ha llevado a especular que estas drogas podrían reducir los antojos de las personas por otras cosas además de la comida.

Los estudios han descubierto que la semaglutida puede conducir a una reducción del consumo de alcohol y drogas en animales de laboratorio, por ejemplo.

Y a raíz del rápido aumento en la popularidad de estos medicamentos, ha habido informes anecdóticos de personas que beben o juegan con menos frecuencia después de comenzar a tomar semaglutida. Pero este nuevo estudio, publicado el lunes en el Journal of Clinical Psychiatry, parece uno de los primeros en documentar formalmente algunos de estos informes.

Los autores rastrearon seis casos de pacientes a quienes se les recetó semaglutida para bajar de peso pero que también fueron diagnosticados previamente con un trastorno por consumo de alcohol, definido como una incapacidad para controlar su consumo de alcohol a pesar de las consecuencias nocivas para ellos mismos o para los demás. Todos los pacientes parecieron experimentar una clara reducción en sus síntomas relacionados con el alcohol, encontró el equipo, incluso aquellos que no perdieron mucho peso mientras tomaban semaglutida.

“Esta serie de casos es consistente con los datos preclínicos y sugiere que los AR GLP-1 tienen un gran potencial en el tratamiento del [trastorno por consumo de alcohol]», escribieron los autores del estudio.

Los investigadores son de la Escuela de Medicina Comunitaria de la Universidad de Oklahoma y del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Oklahoma. Algunos de ellos tienen ya comenzó reclutar pacientes con trastorno por consumo de alcohol para un ensayo clínico aleatorizado de semaglutida, mientras el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas financia y realizando su propio juicio de hermana.

Novo Nordisk tendría que solicitar la aprobación regulatoria de cualquier nueva indicación de semaglutida, incluido el trastorno por consumo de alcohol. Y no es seguro que Los ensayos actuales y futuros, incluso con datos positivos, llevarían a que el medicamento se convirtiera oficialmente en un tratamiento para la afección. Pero sólo hay Tres medicamentos formalmente aprobados para el trastorno por consumo de alcohol en la actualidad, y todos parecen tener modesta eficacia en el mejor de los casos. Por lo tanto, incluso demostrar que la semaglutida y otros GLP-1 pueden ser una opción eficaz, aunque no indicada en la etiqueta, para estos pacientes, todavía vale la pena.

“Esta investigación marca un importante paso adelante en nuestra comprensión de las posibles aplicaciones terapéuticas de la semaglutida en el campo de la medicina para las adicciones”, afirmó Autor principal Jesse Richards, director de Medicina de la Obesidad y profesor asistente de Medicina en la Escuela de Medicina Comunitaria OU-TU, en una declaración de la universidad.

Ver más información:   Richards JR, Fae Dorand M, Royal K, Mnajjed L, Paszkowiak M Kyle, Simmons W. Significant Decrease in Alcohol Use Disorder Symptoms Secondary to Semaglutide Therapy for Weight Loss: A Case Series. J Clin Psychiatry [Internet].2023[citado 30 nov 2023]. DOI: 10.4088/JCP.23m15068

1 diciembre 2023 | Fuente: Gizmodo| Tomado de| Tecnología, ciencia y cultura digital

diciembre 1, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Pérdida de Peso, Problemas de Salud | Etiquetas: , , , , , , |

pérdida del apetitoLas hormonas y los metabolitos secretados después de practicar una actividad física actúan como un mecanismo conjunto para suprimir el hambre.

La compleja relación existente entre la actividad física y el equilibrio energético (la ingesta de alimentos versus el gasto calórico) se erige aún como un reto para la ciencia, fundamentalmente frente a los crecientes índices de sobrepeso y obesidad que se registran en el mundo. Algunos medicamentos disponibles en el mercado para el combate contra la obesidad funcionan de manera análoga a las hormonas relacionadas con el control del apetito. En tal sentido, un camino ha venido cobrando relevancia en el área: la comprensión de los procesos ligados a los metabolitos (los productos del metabolismo de las células) en el control del hambre y de la saciedad.

Y es precisamente una posible combinación de mecanismos similares a las funciones hormonales con las de los metabolitos lo que los investigadores Henver Simionato Brunetta, de la Universidad de Campinas (Unicamp), en Brasil, y Jens Lund, de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, señalan como prometedora con la mira puesta en avanzar al respecto de los tratamientos actualmente disponibles. En un editorial publicado en The Journal of Physiology, ambos científicos analizan un estudio aleatorizado dado a conocer en esa misma edición.

En la referida investigación, se analizó la interacción metabólica entre los hidratos de carbono y los ejercicios, y su papel en la regulación aguda del apetito. Encabezado por el profesor James Frampton, del Imperial College de Londres, dicho estudio apuntó dos metabolitos –el acetato y el succinato– como potenciales mediadores del apetito inducido por el ejercicio físico y de las respuestas de la ingestión de energía.

“El punto más interesante de este trabajo −lo que los investigadores observaron− es el que indica que el ejercicio en forma aguda suprime el hambre. Pero solamente el perfil hormonal no es suficiente como para explicar este efecto. Por eso los científicos efectuaron una evaluación de los metabolitos alterados por el ejercicio y por otras condiciones alimentarias, y notaron que algunos de estos, como el acetato y el succinato, actúan como predictores de la saciedad. De alguna manera, los metabolitos están regulando el hambre y la saciedad, aunque todavía no sabemos exactamente cómo lo hacen”, le explica Simionato Brunetta a Agência FAPESP.

En el estudio cruzado aleatorizado, el grupo de Frampton reclutó a 12 participantes de sexo masculino con edades entre los 18 y los 40 años entre los meses de febrero de 2019 y 2020; las mujeres quedaron excluidas a causa de la influencia del ciclo menstrual sobre el apetito. Los participantes realizaron 30 minutos de ejercicios, ya sea en ayunas o tras haber ingerido carbohidratos. Luego de ello, se les ofreció a los participantes un refrigerio que permitió evaluar la ingesta calórica y las sensaciones subjetivas de apetito, aparte de los metabolitos y las hormonas mediante análisis de sangre.

Se descubrió que tanto los hidratos de carbono como los ejercicios elevaron los niveles de GLP-1 (la hormona reductora del hambre) y disminuyeron los de grelina (la hormona que aumenta el hambre). Sin embargo, los metabolitos parecían responder mejor al ejercicio que a la ingestión de hidratos de carbono al producir un conjunto hormonas/metabolitos con potencial para suprimir el apetito, pese al aumento del gasto energético inducido por el ejercicio.

La obesidad está relacionada con la elevación del riesgo de padecer otras enfermedades, tales como las cardíacas, la diabetes y la hipertensión arterial. Para el año 2030 se estima que la misma afectará a 1.000 millones de personas en el mundo, de acuerdo con los datos del Atlas Mundial de la Obesidad de la organización internacional World Obesity Federation. La estimación en Brasil apunta que afectará a alrededor del 30 % de las personas adultas.

Una línea de estudio

Simionato Brunetta lleva adelante actualmente su posdoctorado con el apoyo de la FAPESP (19/21852-1 y 22/00358-1), y forma parte del equipo de Marcelo Mori, docente del Instituto de Biología de la Unicamp. El equipo de Mori fue el primero que demostró –en julio de 2020– que el SARS-CoV-2 poseía la capacidad de infectar a las células de grasa humanas y que sugirió que el tejido adiposo haría las veces de reservorio del virus (lea más en: agencia.fapesp.br/40255).

El científico paulista trabaja desde hace años en investigaciones referentes a la obesidad y al metabolismo. Desde el año 2019, ha venido enfocándose en los factores que secreta el tejido adiposo, tanto hormonas como otras sustancias, entre ellas los metabolitos. “Como el trabajo del equipo de Frampton apuntaba a entender de qué manera controlan el metabolismo las sustancias secretadas, va claramente al encuentro de lo que hago yo. Hoy en día sabemos que los órganos liberan muchas más sustancias que las hormonas. Y estas sustancias son sumamente activas”, añade.

El tejido adiposo, al que inicialmente se consideraba como un reservorio energético, está reconocido ahora como un importante órgano endócrino. Su función de comunicación con otros órganos transcurre mediante la secreción de hormonas denominadas adipocinas y de micro-ARN (mi-ARN). Simionato Brunetta firma también otro artículo científico, aún en versión preprint (sin revisión por pares), en el cual se aborda la adaptación bioenergética adecuada del tejido adiposo marrón.

Referencia

Brunetta HS, Lund J. Chasing the hunger-suppressive signals of human exercise. The Journal of hysiology[Internet].2023[citado 2 oct 2023]; 601( 16): 3439-3686. http://doi.org/10.1113/JP285096open_in_new

2 octubre 2023  |Fuente: Dicyt| Tomado de Ciencias  Sociales

octubre 2, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Endocrinología, Obesidad, Pérdida de Peso | Etiquetas: , , |

longevidadEn un estudio sobre longevidad en mujeres, investigadores de la Universidad de California en San Diego (UCSD) examinaron los beneficios de mantener un peso estable para las mujeres mayores.

Los científicos estudiaron datos de miles de mujeres para determinar la probabilidad de alcanzar los 90, 95 o 100 años, lo que denominaron “longevidad excepcional”.

Su análisis de datos mostró que las mujeres mayores que mantenían un peso estable pueden tener entre 1,2 y 2 veces más probabilidades de llegar a los 90 o 100 años.

Si bien mantener un peso estable proporcionó beneficios para alcanzar una longevidad excepcional, la pérdida de peso involuntaria se asoció con una disminución en la probabilidad de llegar a los 90 años.

Las mujeres mayores que buscan prolongar su vida hasta los 90 años o más deben centrarse en mantener un peso estable.

Un estudio multiinstitucional reciente encontró que las mujeres mayores que mantenían un peso corporal estable después de los 60 años tenían más probabilidades de cumplir 90 años.

En el estudio participaron 54 437 mujeres de la Iniciativa de Salud de la Mujer. Los investigadores observaron los cambios de peso a corto y largo plazo en las mujeres y los compararon con la edad que alcanzaron.

Los investigadores encontraron que las mujeres que experimentaron una pérdida de peso involuntaria tenían un 51 % menos de probabilidades de llegar a los 90 años.

Si bien la pérdida de peso se asoció con una menor longevidad, un aumento de peso del 5 % o más no contribuyó a una longevidad excepcional, lo que apunta a la importancia de mantener un peso estable.

El estudio fue publicado en la Revista de Gerontología: Ciencias Médicas.

Pérdida de peso versus aumento de peso versus peso estable

Este estudio tuvo como objetivo analizar cualquier asociación entre los cambios de peso (intencionales o no intencionales) y una longevidad excepcional en mujeres mayores.

Los autores señalaron que estudios anteriores analizaron los efectos de la pérdida de peso en la edad adulta temprana y media, como pasar de ser una persona con obesidad a tener sobrepeso, pero que estos estudios no habían considerado si la pérdida de peso fue intencional.

El estudio de la UCSD incluyó a casi 55 000 mujeres posmenopáusicas que participaron en el estudio Women’s Health Initiative (WHI), que comenzó en 1991. El estudio WHI se centró en problemas de salud en mujeres posmenopáusicas, como enfermedades cardíacas y cáncer.

Los autores optaron por utilizar datos de mujeres que tenían entre 61 y 81 años en el momento de inscribirse en el estudio. Las mujeres proporcionaron información, incluido su peso, afecciones médicas, consumo de alcohol y tabaquismo.

Los investigadores observaron los cambios de peso desde el comienzo de la inscripción de cada participante y posteriormente a los 3 y 10 años. Clasificaron a las mujeres en uno de tres grupos:

Peso estable (menos del 5 % de cambio con respecto al peso inicial)

Pérdida de peso (más del 5 % de disminución del peso inicial)

Aumento de peso (más del 5 % de aumento con respecto al peso inicial)

Los autores también clasificaron a las mujeres en “grupos de pérdida de peso intencional” o “grupos de pérdida de peso no intencional” en el pesaje de 3 años, dependiendo de si informaron haber perdido más de 5 libras a propósito.

Perder peso sin querer perjudica las posibilidades de llegar a los 90 años

Después de excluir a las mujeres que murieron dentro del primer año del pesaje de 3 años (para evitar que las condiciones de salud preexistentes afecten los resultados), los investigadores encontraron que el 56, 3% de las mujeres que mantuvieron un peso estable vivieron al menos 90 años. viejo.

Las mujeres que experimentaron una pérdida de peso involuntaria del 5 % o más tenían menos probabilidades de llegar a los 90 años.

Según los autores, las mujeres que tuvieron una pérdida de peso (por cualquier motivo) de más del 5 % en el control de 3 años tenían un 33 % menos de probabilidades de alcanzar los 90, un 35 % menos de probabilidades de llegar a los 95 y un 38 % menos de probabilidades de alcanzar los 90. 100.

También observaron si la pérdida de peso fue intencional o no, y las mujeres que intentaron perder peso tenían un 17 % menos de probabilidades de llegar a los 90 años. Algunas razones para perder peso intencionalmente incluyeron cambios en la dieta y un aumento en el ejercicio.

Las mujeres que no perdieron peso a propósito tuvieron un 51 % menos de probabilidades de llegar a los 90 años. Algunas de las razones que las mujeres informaron para perder peso involuntariamente incluyen enfermedades y estrés.

Alternativamente, un aumento de peso de más del 5 % en el pesaje a los 3 años no se asoció con mayores posibilidades de supervivencia.

«Es muy común que las mujeres mayores en los Estados Unidos experimenten [sobrepeso u obesidad] con un índice de masa corporal entre 25 y 35. Nuestros hallazgos respaldan el peso estable como objetivo de longevidad en las mujeres mayores», dice el profesor Aladdin. H. Shadyab, autor principal del estudio y profesor de la Escuela de Salud Pública y Ciencias de la Longevidad Humana de UCSD.

«Si las mujeres que envejecen pierden peso cuando no están intentando perder peso, esto podría ser una señal de advertencia de mala salud y un predictor de una menor longevidad». — Prof. Aladdin H. Shadyab

Por qué es importante mantener el peso

La Dra. Jessica Lee, profesora asociada de geriatría de la Facultad de Medicina McGovern de UTHealth Houston, habló con Medical News Today sobre el estudio.

«A lo largo de los años, ha habido algunas dudas sobre si los cambios de peso tienen más o menos beneficios con respecto a la longevidad», dijo.

«Los resultados de este estudio indican que en las mujeres mayores, la supervivencia a una longevidad excepcional es más probable en aquellas que mantienen su peso (<5 % del valor inicial) en lugar de ganar o perder peso», anotó.

El Dr. Lee señaló que el estudio podría afectar los consejos que los médicos dan a los pacientes en un entorno clínico.

“Esto potencialmente cambia los consejos para perder peso en mujeres adultas mayores. En lugar de centrarse en la pérdida o el aumento de peso después de los 60 años, será más importante enfatizar el mantenimiento del peso en aquellos que por lo demás están sanos en general”. — Dra. Jessica Lee

Katie Lounsberry, dietista registrada del Providence Mission Hospital, en Mission Viejo, CA, también habló con MNT sobre el estudio y dijo que quedó impresionada con el tamaño del grupo de participantes que analizaron los investigadores.

“Este es aparentemente el primer estudio importante que evalúa la relación entre los cambios de peso en etapas posteriores de la vida y una longevidad excepcional. Las investigaciones anteriores han sido limitadas debido al pequeño número de participantes y al seguimiento limitado a medida que los participantes alcanzan edades avanzadas”, dijo.

Si bien la Dra. Lee encontró útil el estudio, sí notó una posible debilidad. Dijo que es posible que los hallazgos no se apliquen a todos.

“Los estudios observacionales son buenos para examinar grupos en su conjunto, pero no necesariamente son aplicables a pacientes individuales. Por ejemplo, una mujer mayor que [tiene obesidad mórbida] aún puede beneficiarse de la pérdida de peso para ayudar con otras afecciones como enfermedades cardíacas o diabetes que tienen un alto riesgo de mortalidad”, dijo.

Lounsberry también enfatizó la importancia de tener en cuenta al individuo en cuestiones de control de peso.

«Dada la abundancia de investigaciones anteriores sobre los beneficios de la pérdida de peso para ciertas enfermedades y resultados de salud, es importante evaluar los objetivos de salud generales de forma individual al establecer objetivos de peso», dijo.

«Este estudio presenta consideraciones interesantes al hacer recomendaciones sobre cambios de peso para adultos mayores, ya que muestra que la pérdida de peso puede no ayudar a las mujeres a vivir más tiempo». —Katie Lounsberry

Referencia

Shadyab AH, Manson JE, Allison MA, Laddu D, Wassertheil-Smoller S, Van Horn L, et al. Association of Later-Life Weight Changes with Survival to Ages 90, 95, and 100: The Women’s Health Initiative. The Journals of Gerontology: Series A, 2023; glad177, https://doi.org/10.1093/gerona/glad177

https://academic.oup.com/biomedgerontology/advance-article/doi/10.1093/gerona/glad177/7246412

Fuente: (Medical News Today)

Además de reducir el peso, la semaglutida tiene ese efecto en personas con insuficiencia cardiaca y fracción de eyección preservada, según los resultados del estudio STEP HFpEF.

Imagen-40603139La semaglutida, el famoso fármaco para adelgazar del que tanto se ha hablado en los últimos meses, demuestra ahora no solo reducir el peso, sino también mejorar la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada. Son las conclusiones del estudio STEP HFpEF, que se acaba de presentar en el Congreso Europeo de Cardiología (ESC Congress) de Ámsterdam.

La semaglutida es un fármaco perteneciente al grupo terapéutico de los llamados análogos de la GLP1. Su acción fundamental, y para lo que está indicado en la actualidad, es para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. Sin embargo, también se ha visto que produce una reducción importante de peso. Tanto es así que ha habido problemas de desabastecimiento en las farmacias porque se ha usado para perder peso, incluso, en personas no diabéticas.

“Esta indicación de la pérdida de peso también existe, pero en España la semaglutida solo está financiada por el Sistema Nacional de Salud en aquellos pacientes diabéticos mal controlados con otros fármacos y que, además, tienen obesidad. Para el resto de las indicaciones, lo tiene que pagar el paciente”, explica Manuel Anguita, portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Expectativas

Al controlar la diabetes y lograr reducir el peso, existían muchas expectativas de se pudiera asociar también a una mejoría del riesgo cardiovascular. Algo que hasta la fecha no estaba absolutamente demostrado. El estudio STEP HFpEF se ha llevado a cabo en pacientes con y sin diabetes, obesidad e insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada (ICFEP).

Los resultados demuestran beneficio en los pacientes tratados con semaglutida, tanto en mejoría de la calidad de vida como en la reducción de peso. Asimismo, en objetivos secundarios se demuestra beneficio pronóstico en estos pacientes: número de episodios de insuficiencia cardiaca, disminución de marcadores como NT-proBNP y mejoría en el test de los seis minutos.

Obesidad: «Sólo con medicamentos, que no están financiados por el SNS, no lograremos su manejo óptimo»

Un estudio demuestra el éxito de Ozempic para tratar la obesidad en adolescentes

Semaglutida, un nuevo análogo de GLP-1 para el tratamiento de la diabetes tipo 2

Alejandro Recio, presidente de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la SEC hace una valoración muy positiva de los resultados del estudio: «Ha demostrado cómo la semaglutida, en pacientes obesos, diabéticos y no diabéticos, con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada muy sintomáticos, es capaz de reducir el peso de estos, lo que se acompaña de una clara mejoría de la sintomatología, así como de los niveles de NT-proBNP. Esto nos hace pensar que tratando la comorbilidad de la obesidad somos capaces de prevenir la insuficiencia cardiaca».

«Estos resultados son muy importantes porque van a cambiar la práctica clínica diaria de los cardiólogos, añadiendo este tratamiento a este tipo de pacientes», valora Mª Rosa Fernández Olmo, presidenta de la Asociación de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC.

Por su parte, Domingo Marzal, coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes y Obesidad de la SEC, junto con Almudena Castro subraya que el estudio STEP HFpEF pone la obesidad en la mesa de los cardiólogos: «Debemos entender que existe una íntima relación entre la obesidad y la insuficiencia cardiaca. Es un estudio que demuestra, más allá de la reducción de peso, cómo impacta directamente en biomarcadores y en resultados clínicos en insuficiencia cardiaca».

Asignatura pendiente

Por otro lado, Castro dice: «Claramente, este estudio refleja que aprender sobre obesidad en cardiología es una asignatura pendiente. La cardiología es una enfermedad muy compleja que va más allá de la pérdida de peso como bien no ha enseñado este estudio con la disminución de marcadores inflamatorio y péptidos, por lo que desde el Grupo de Trabajo de Diabetes y Obesidad de la SEC tenemos mucho trabajo que hacer».

Recientemente se han publicado además los resultados preliminares del estudio SELECT, realizado también con semaglutida, en este caso, en pacientes obesos no diabéticos que tienen enfermedad cardiovascular. Los datos preliminares indican que, en este grupo de pacientes (prevención secundaria de enfermedad cardiovascular), también mejora el pronóstico y reduce la mortalidad.

«Desde la Sociedad Española de Cardiología queremos transmitir que, cuando un fármaco demuestra que es muy eficaz porque mejora la calidad de vida de nuestros pacientes, en este caso con insuficiencia cardiaca, o incluso el pronóstico, es muy importante que en España existan los canales necesarios para que estos fármacos se puedan utilizar lo más rápidamente posible, y que no haya inequidades entre las diferentes comunidades autónomas», declara Julián Pérez-Villacastín, presidente de la SEC.

El ESC Congress, cuyo lema es Unir fuerzas para proteger el corazón, pone el foco este año en la insuficiencia cardiaca, enfermedad con una elevada y creciente prevalencia e incidencia, así como una de las principales causas de muerte en el mundo occidental. En España, afecta al 2,7% de la población mayor de 45 años y al 8,8% de los mayores de 74. Además, es la primera causa de hospitalización por encima de los 65 años y representa entre el 2 y el 3% del gasto sanitario español.

25/08/2023   Fuente: Diario Médico

Dieta con bajas caloriasLas personas con riesgo o alto riesgo de enfermedades cardiovasculares que mantienen una dieta vegetariana durante 6 meses o más muestran mejoras significativas en factores de riesgo clave, como el colesterol, el control glucémico y el peso corporal, según muestra un metanálisis de ensayos controlados aleatorizados publicado en JAMA Network Open.

«Hasta donde sabemos, este metanálisis es el primero que genera evidencia a partir de ensayos controlados aleatorizados para evaluar la asociación de las dietas vegetarianas con los resultados en personas afectadas por enfermedades cardiovasculares», informaron los autores.

«Las mayores mejoras en la hemoglobina glucosilada y el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (C-LDL) se observaron en individuos con diabetes de tipo 2 y personas con alto riesgo de enfermedades cardiovasculares, lo que pone de relieve los posibles efectos protectores y sinérgicos de las dietas vegetarianas para la prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares», afirmaron.

Está bien establecido que una dieta inadecuada aumenta la morbilidad y la mortalidad asociadas a las enfermedades cardiovasculares; sin embargo, aunque los datos han relacionado las dietas vegetarianas con la prevención de enfermedades cardiovasculares en la población general, faltan investigaciones sobre la eficacia de dichas dietas en personas con alto riesgo de esas enfermedades.

«Hasta donde sabemos, no se ha llevado a cabo ningún metanálisis de ensayos controlados aleatorizados para investigar la asociación de las dietas vegetarianas con los resultados en personas con enfermedades cardiovasculares; de hecho, la investigación se ha centrado principalmente en estudios observacionales», afirmaron Tian Wang y sus colaboradores de la University of Sydney, en Nueva Gales del Sur, Australia.

Mayor reducción de peso corporal con dietas vegetarianas

Para el metanálisis, los investigadores identificaron 20 ensayos controlados aleatorizados sobre dietas vegetarianas que incluían a 1.878 adultos con riesgo o en alto riesgo de enfermedades cardiovasculares e incluían mediciones de colesterol de lipoproteínas de baja densidad, hemoglobina glucosilada o presión arterial sistólica.

Los estudios se realizaron en Estados Unidos, Asia, Europa y Nueva Zelanda entre 1990 y 2021. El tamaño de las muestras fluctuó entre 12 y 291 participantes. Read more

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