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29
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la comunidad sanitaria internacional ratificaron hoy la necesidad de que el impacto del cambio climático en la salud ocupe un lugar central en las negociaciones de la COP28. En vísperas del inicio de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU (COP28), que se desarrollará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que dar prioridad a este tema no es solo una elección, es la base de las sociedades resilientes.
Precisó que los fenómenos meteorológicos extremos de los últimos meses en todo el planeta ofrecen una visión aterradora de lo que tendrá lugar en un mundo que se calienta rápidamente. Según el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, unos tres mil 500 millones de personas (casi la mitad de la humanidad) viven en zonas muy vulnerables al cambio climático. Además, las muertes relacionadas con el calor entre los mayores de 65 años aumentaron un 70 por ciento a nivel global en dos décadas, según las cifras de la OMS.
La comunidad sanitaria considera que el cambio climático ya afecta a la salud, contribuyendo a la propagación de enfermedades infecciosas y transmitidas por vectores, por lo que es urgente que los negociadores comprendan que es una amenaza directa a la vida mundial que no se puede ignorar o restarle importancia. También insiste en la trascendencia de reducir y detener las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que siete millones de muertes prematuras al año se atribuyen a la contaminación atmosférica. ‘Son necesarias medidas apremiantes de mitigación, incluida la transición a fuentes de energías limpias, para proteger la salud humana y crear resultados sostenibles’, concluyó el llamado. Los expertos plantean que la COP28 es una oportunidad crucial para tomar el rumbo correcto y acelerar la acción para afrontar la crisis climática, teniendo en cuenta los récords de las temperaturas a nivel mundial y los fenómenos temporales extremos que afectan a la población del planeta.
En la cita, el mundo hará un balance del progreso establecido por el Acuerdo de París (tratado climático histórico firmado en 2015) y trazará el plan de acción para reducir las emisiones de forma drástica y proteger
vidas y sustentos.
29 noviembre 2023 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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27
Se espera que las muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares debido al calor extremo aumenten entre 2036 y 2065 en los Estados Unidos, según un estudio respaldado por los Institutos Nacionales de Salud. Los investigadores, cuyo trabajo se publica en Circulation, predicen que los adultos de 65 años o más y los adultos negros probablemente se verán afectados de manera desproporcionada.
Si bien el calor extremo actualmente representa menos del 1 % de las muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares, el análisis del modelo predijo que esto cambiará debido a un aumento proyectado en los días de verano con una temperatura de al menos 32,22 grados. Este índice de calor, que tiene en cuenta cómo se siente la temperatura con la humedad, mide la temperatura extrema. Los adultos mayores y los adultos negros serán los más vulnerables porque muchos tienen afecciones médicas subyacentes o enfrentan barreras socioeconómicas que pueden influir en su salud, como no tener aire acondicionado o vivir en lugares que puedan absorber y atrapar el calor, conocidos como «islas de calor».
«Las cargas para la salud derivadas del calor extremo seguirán aumentando en las próximas décadas», afirmó Sameed A. Khatana, M.D., M.P.H., autor del estudio, cardiólogo y profesor asistente de medicina en la Universidad de Pensilvania, Filadelfia. «Debido al impacto desigual del calor extremo en diferentes poblaciones, esto también es una cuestión de equidad sanitaria y podría exacerbar las disparidades sanitarias que ya existen».
Para generar estas predicciones, los investigadores evaluaron datos a nivel de condado de los 48 estados contiguos entre mayo y septiembre de 2008-2019. Durante ese tiempo se produjeron más de 12 millones de muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares. Utilizando estimaciones de modelos ambientales, también descubrieron que el índice de calor aumentaba al menos a 32,2 grados unas 54 veces cada verano. Los investigadores vincularon las temperaturas extremas que ocurrieron durante cada período de verano con un promedio nacional de 1 651 muertes cardiovasculares anuales. Algunas zonas, como el sur y el suroeste, se vieron más afectadas que otras, como el noroeste y el noreste.
Utilizando análisis de modelos para pronosticar cambios ambientales y poblacionales, los investigadores observaron el período 2036-2065 y estimaron que cada verano, entre 71 y 80 días, la temperatura será de 32,2 grados o más. Con base en estos cambios, predijeron que el número de muertes cardiovasculares anuales relacionadas con el calor aumentará 2,6 veces para la población general: de 1 651 a 4 320. Esta estimación se basa en que las emisiones de gases de efecto invernadero, que atrapan el calor del sol, se mantienen al mínimo. Si las emisiones aumentan significativamente, las muertes podrían más que triplicarse, hasta 5 491.
Para los adultos mayores y los adultos negros, las proyecciones fueron más pronunciadas. Entre las personas de 65 años o más, las muertes podrían casi triplicarse, aumentando de 1 340 a 3 842 si las emisiones de gases de efecto invernadero se mantienen estables, o a 4 894 si no lo hacen. Entre los adultos negros, las muertes podrían más que triplicarse, pasando de 325 a 1 512 o 2 063.
Al comparar las poblaciones actuales y futuras, los investigadores tuvieron en cuenta múltiples factores, incluida la edad, las condiciones de salud subyacentes y el lugar donde vivía una persona.
La mayoría de las personas se adaptan al calor extremo, ya que el cuerpo encuentra formas de enfriarse, como por ejemplo a través de la transpiración. Sin embargo, las personas con problemas de salud subyacentes, incluidas diabetes y enfermedades cardíacas, pueden tener respuestas diferentes y enfrentar mayores riesgos de sufrir un ataque cardíaco, un ritmo cardíaco irregular o un derrame cerebral.
«La cantidad de eventos cardiovasculares debido al calor afecta a una pequeña proporción de adultos, pero esta investigación muestra lo importante que es para aquellos con riesgos subyacentes tomar medidas adicionales para evitar temperaturas extremas», dijo Lawrence J. Fine, M.D., asesor principal en la rama de prevención y aplicaciones clínicas, en la División de Ciencias Cardiovasculares del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), parte de los NIH.
Los autores describieron los enfoques de enfriamiento que algunas ciudades están utilizando: plantar árboles para dar sombra, agregar centros de enfriamiento con aire acondicionado y usar materiales reflectantes del calor para pavimentar calles o pintar techos. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender cómo estos enfoques pueden afectar la salud de la población.
«Además de pensar en el impacto de las temperaturas extremas en Estados Unidos, este tipo de pronóstico de modelado también presagia el impacto que el calor extremo podría tener en todo el mundo, especialmente en regiones con climas más cálidos y que se ven desproporcionadamente afectadas por las disparidades en la salud», dijo Flora N. Katz, Ph.D., directora de la División de Capacitación e Investigación Internacional del Centro Internacional NIH Fogarty.
Perspectiva clínica
¿Qué es nuevo?
Se proyecta que el número de muertes cardiovasculares asociadas con el calor extremo entre los adultos que viven en los Estados Unidos contiguos tendrá un aumento estadísticamente significativo desde el período actual (2008-2019) hasta el período de mediados de siglo (2036-2065).
Se prevé que el número medio de muertes cardiovasculares asociadas al calor extremo por año aumente en un 162 % (IC del 95 %, 142-182 %) en un escenario que represente un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero como resultado de las políticas climáticas actuales o en un 233 % (95 % IC, 206–259 %) en un escenario que representa grandes aumentos de emisiones de gases de efecto invernadero.
Se estima que el aumento proyectado en las muertes cardiovasculares asociadas al calor extremo será significativamente mayor entre los adultos mayores en comparación con los adultos más jóvenes y entre los adultos negros no hispanos en comparación con los adultos blancos no hispanos.
¿Cuáles son las implicaciones clínicas?
Debido a una combinación de aumento continuo de los días de calor extremo, envejecimiento de la población estadounidense y migración continua a áreas más cálidas, se prevé que el número de muertes cardiovasculares asociadas con el calor extremo continúe aumentando en las próximas décadas.
Este aumento tiene el potencial de exacerbar las disparidades preexistentes en la salud cardiovascular entre comunidades, especialmente para los adultos negros no hispanos en comparación con los adultos blancos no hispanos.
Se necesitan intervenciones urgentes de infraestructura y salud pública para ayudar a las comunidades a adaptarse a los aumentos proyectados del calor extremo y mitigar sus efectos adversos para la salud.
Ver más información: Khatana SE, Eberly LA, Nathan AS, Groeneveld PW. Projected change in the burden of excess cardiovascular deaths associated with extreme heat by mid-century (2036-2065) in the contiguous United States. Circulation [Internet]. 2023[citado 26 nov 2023];148: 1559-1569. doi: https://doi.org/10.1161/CIRCULATIONAHA.123.066017
27 noviembre 2023 |Fuente: IntraMed | Tomado de Noticias médicas
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nov
23
Las mujeres embarazadas y los niños enfrentan algunas de las consecuencias más graves del empeoramiento de la crisis climática, advirtió hoy un informe publicado por tres agencias de la ONU.
En medio de un año marcado por desastres como incendios forestales, inundaciones, olas de calor y sequías; los impactos en las gestantes y los menores resultan nefastos, de acuerdo con el estudio Proteger la salud materna, neonatal e infantil del cambio climático.
El texto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reconoce además el descuido, la subestimación y la desatención de las consecuencias de los fenómenos climáticos sobre estos grupos. De acuerdo con el documento, el aumento de las temperaturas a nivel mundial también contribuye a la propagación de enfermedades mortales, que afectan especialmente a los niños y embarazadas.
El daño puede comenzar en el útero y provocar diversas complicaciones tanto para las madres como para los niños, con consecuencias que duran toda la vida, alerta el informe publicado cuando resta menos de una semana para la COP28. A juicio del subdirector general de Cobertura Sanitaria Universal de la OMS, Bruce Aylward, el cambio climático plantea una amenaza existencial para todos, pero las mujeres embarazadas, los bebés y los niños enfrentan algunas de las consecuencias más graves de todas.
‘Es necesario proteger conscientemente el futuro de los niños, lo que significa tomar medidas climáticas ahora por el bien de su salud y supervivencia, garantizando al mismo tiempo que sus necesidades únicas sean reconocidas en la respuesta climática’, añadió.
Por su parte, el director ejecutivo adjunto de Programas de la Unicef, Omar Abdi, reconoció la vulnerabilidad de los cuerpos y las mentes de los infantes a la contaminación, las enfermedades y las condiciones extremas del medio ambiente. ‘La crisis climática está poniendo en peligro el derecho fundamental de todos los niños a la salud y el bienestar: es nuestra responsabilidad colectiva escuchar y poner a los niños en el centro de la acción climática urgente, comenzando en la COP28′, insistió. Para encontrar soluciones climáticas que reconozcan las distintas necesidades de salud y vulnerabilidades de las mujeres y las niñas, debemos comenzar por hacer las preguntas correctas, cuestionó en tanto Diene Keita, directora ejecutiva adjunta de Programas de Unfpa.
‘Las soluciones climáticas globales deben apoyar, no sacrificar, la igualdad de género’, remarcó.
23 noviembre 2023 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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16
Madrid, 15 Nov. 2023 (Europa Press) – La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que el cambio climático está acelerando la propagación de la bacteria acuática ‘Vibrio’, sobre todo en Europa, que puede causar enfermedades y la muerte de personas debido a enfermedades diarreicas, infecciones graves de heridas y sepsis. Así se recoge en el Informe 2023 de ‘The Lancet Countdown on Health and Climate Change’, en el que ha participado el propio organismo sanitario de las Naciones Unidas. Según este documento, a nivel mundial, los mares más cálidos han aumentado en 329 km cada año desde 1982 la superficie del litoral mundial apta para la propagación de esta bacteria, siendo la amenaza ‘especialmente grave en Europa, donde las aguas costeras aptas para el ‘Vibrio’ han aumentado 142 km cada año’. A nivel global, esta bacteria podría afectar una cifra récord de 1.400 millones de personas. Estos riesgos crecientes del cambio climático también están empeorando las desigualdades sanitarias mundiales. Los sistemas sanitarios están cada vez más sobrecargados, y el 27 por ciento de las ciudades encuestadas declararon estar preocupadas por la posibilidad de que sus sistemas sanitarios se vean desbordados por los efectos del cambio climático. Por ello, la OMS ha instado a los gobiernos a tomar medidas que permitan ‘una eliminación justa, equitativa y rápida’ de los combustibles fósiles y una transición hacia fuentes de energía limpias y renovables. Esta transición no solo mitigará el cambio climático, sino que también mejorará la calidad del aire para el 99 por ciento de la población mundial, reduciendo los efectos perjudiciales de la contaminación atmosférica.
Precisamente, para la doctora María Neira, directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, el camino hacia un futuro sostenible comienza con la adopción de este tipo de medidas, que ha calificado de ‘audaces y urgentes’. ‘La próxima COP28 será un momento decisivo para abordar la salud, con la posibilidad de lograr resultados ambiciosos que garanticen un mundo más sano y resiliente’, ha avanzado. Para hacer frente a todo ello, el documento defiende un enfoque holístico centrado en la salud.
‘La OMS apoya firmemente el llamamiento a la acción esbozado en el ‘Informe Countdown de The Lancet’. Es imperativo que reforcemos la resiliencia climática al tiempo que defendemos vías sostenibles y bajas en carbono. Para transformar las crisis actuales, debemos invertir en sistemas de salud, alimentación, agua y saneamiento sostenibles y resilientes al clima, accesibles para todos’, concluyen.
Referencia
Romanello M, McGushin A, Di Napoli C, Drummond P, Hghes N, Jamart L, et al. El informe de 2021 de Lancet Countdown sobre salud y cambio climático: código rojo para un futuro saludable.
15 noviembre 2023 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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2
A medida que los días sofocantes de verano se vuelven más comunes, la cantidad de estadounidenses que mueren por problemas cardíacos o accidentes cerebrovasculares relacionados con el calor podría dispararse en las próximas décadas, proyecta un nuevo estudio.
El estudio, publicado el 30 de octubre en la revista Circulation, estima que para mediados de siglo, Estados Unidos vivirá la triplicación de estas muertes prevenibles si se permite que las emisiones de gases de efecto invernadero aumenten sin control.
Se espera que los adultos mayores y los afroamericanos sean los más afectados, una perspectiva que ampliaría las disparidades raciales en enfermedades cardíacas que ya existen.
Esas son las malas noticias. El hallazgo más esperanzador es que algunas de esas muertes relacionadas con el calor podrían evitarse implementando las propuestas actuales para reducir las emisiones.
«Nuestro estudio sugiere que podría haber un beneficio al reducir las emisiones, y en un corto plazo», dijo el investigador principal, el Dr. Sameed Khatana, cardiólogo y profesor asistente de medicina en la Universidad de Pensilvania.
Los expertos han sabido desde hace mucho tiempo que las olas de calor a menudo desencadenan un aumento en los accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y otras complicaciones cardiovasculares, típicamente entre personas con factores de riesgo preexistentes.
Esto se debe a que el corazón y los vasos sanguíneos (sistema cardiovascular) son actores clave en la regulación de la temperatura corporal, dijo Khatana. Cuando el cuerpo se recalienta, el corazón trabaja más, bombeando sangre a la periferia del cuerpo para liberar calor a través del sudor.
Y para las personas vulnerables, ese estrés puede ser excesivo.
«También sabemos que se proyecta un aumento en el número de días de calor extremo», dijo Khatana.
Ese hecho, junto con una población envejecida y más estadounidenses mudándose a partes más calurosas del país, apunta a un escenario obvio: un aumento en las muertes cardiovasculares relacionadas con el calor.
Para tener una idea de lo que podría deparar el futuro, el equipo de Khatana primero analizó datos sobre muertes cardiovasculares y días de calor extremo en condados de EE. UU. entre 2008 y 2019. «Extremo» significaba días en los que se sentía como 90 grados o más.
Durante esos años, los investigadores estiman que el calor extremo causó un promedio de 1,651 muertes cardiovasculares «excesivas» por año, es decir, muertes que no hubieran ocurrido sin esos extremos de temperatura.
Los investigadores luego utilizaron esas cifras, junto con estimaciones sobre cambios ambientales y poblacionales, para hacer proyecciones sobre las próximas décadas, 2036 a 2065. Y la imagen no era alentadora.
Bajo un escenario más positivo, en el que las emisiones de gases de efecto invernadero se redujeran moderadamente, las muertes cardiovasculares relacionadas con el calor aún aumentarían, más que duplicándose, a un promedio de 4,320 por año.
En parte, eso se debe a que los días extremadamente calurosos aumentarían, de 54 días anuales en años recientes, a 71 días.
Pero esa perspectiva era mejor que el segundo escenario que analizaron los investigadores, en el que «no» se hacía nada para frenar las emisiones, dijo Khatana.
En ese caso, los estadounidenses típicamente enfrentarían temperaturas abrasadoras 80 días al año. Y las muertes cardiovasculares relacionadas con el calor se triplicarían con creces, a 5,491 por año en todo el país.
Sin embargo, todas esas cifras probablemente son subestimaciones, según Kristina Dahl, una científica climática principal de la Unión de Científicos Preocupados, una organización sin fines de lucro.
Las muertes relacionadas con el calor, dijo, no se rastrean formalmente por las agencias de salud pública, ni se reconocen necesariamente como tales en los registros de defunción.
De hecho, el calor extremo se considera un «asesino silencioso», dijo Dahl, quien no participó en el estudio. Aunque a menudo son mortales, señaló, las olas de calor no acaparan los titulares que sí lo hacen los huracanes y desastres similares.
La buena noticia, dijo Dahl, es que la temperatura responde rápidamente a los cambios en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Así que como proyecta este estudio, dijo, reducir las emisiones debería ayudar a limitar los días de calor extremo y las muertes relacionadas con el corazón, en un plazo relativamente corto.
El estudio también encontró que los afroamericanos serían especialmente afectados por los aumentos en el calor extremo: en comparación con los estadounidenses blancos, podrían ver un aumento de casi cinco veces en las muertes cardiovasculares relacionadas con el calor.
Una razón, dijeron Khatana y Dahl, es que los afroamericanos están más expuestos a los estragos de las temperaturas abrasadoras.
En comparación con los estadounidenses blancos, tienen más probabilidades de vivir en grandes ciudades, donde el concreto atrapa el calor y muchos habitantes de apartamentos carecen de aire acondicionado. Además, dijo Dahl, muchas personas de color están expuestas a extremos de calor a través de trabajos que los mantienen al aire libre.
«Agua, sombra y descanso» son clave para proteger a esos trabajadores, dijo Dahl. Pero por ahora, añadió, solo tres estados de EE. UU. han establecido normas sobre ese tema.
Ambos expertos señalaron medidas que las comunidades pueden tomar para proteger a los residentes vulnerables: plantar árboles en vecindarios urbanos para proporcionar sombra; crear «centros de enfriamiento» que sean accesibles, seguros y atractivos como para atraer a las personas; y diseñar «planes de acción contra el calor» para prepararse para las olas de calor.
Khatana hizo otro punto: este estudio solo miró las muertes relacionadas con el calor. Muchos otros estadounidenses sufren complicaciones cardiovasculares no fatales durante las olas de calor, lo suficientemente graves como para enviarlos al hospital y tener efectos duraderos en su salud y calidad de vida.
«Las muertes cardiovasculares son solo la punta del iceberg», dijo Khatana.
Referencia
Khatana S, Eberly L, Nathan AS, Groeneveld PW. Projected Change in the Burden of Excess Cardiovascular Deaths Associated With Extreme Heat by Midcentury (2036–2065) in the Contiguous United States. Circulation [Internet]. 2023[citado 2 nov 2023]. doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.123.066017.
2 noviembre 2023| Fuente: HealthDay| Tomado de Noticias Salud
sep
4
La nueva investigación guiada por expertos de la Universidad de Harvard sugiere un rango de grados para garantizar una mejor calidad del sueño. Las temperaturas más altas podrían tener efectos negativos en el descanso.
¿Existe una temperatura ideal para poder descansar bien? Un grupo de investigadores reclutó a 50 voluntarios, todos mayores de 60 años y residentes en Boston, Estados Unidos, para intentar responder a esta pregunta, y la conclusión es que la mejor temperatura para poder dormir bien es de 20 a 25 grados centígrados, según se detalla un estudio publicado por la revista Science of Total Evironment.
«El sueño tiende a ser más fácil y a menudo más profundo y reparador en un ambiente más fresco», escribió el principal autor, Amir Baniassadi, en un comunicado codifundido por la Universidad de Harvard y la organización sin fines de lucro Hebrew SeniorLife.
«Esto no es arbitrario, sino que tiene su origen en nuestra biología. Nuestra temperatura corporal desciende de forma natural por la noche, lo que ayuda a iniciar y mantener el sueño. Cuando el ambiente en el que dormimos es demasiado cálido, puede interferir en este descenso de la temperatura y alterar el sueño», agregó el investigador de salud.
Importancia de dormir bien para la salud
Estudios previos han mencionado la importancia de dormir bien para mantener una buena salud y calidad de vida. La falta de horas de sueño, las interrupciones y en esta oportunidad, la temperatura, podrían jugar en contra de una buena calidad del descanso.
«Las alteraciones del sueño pueden provocar problemas de memoria, mayor riesgo de caídas y menor capacidad para realizar las actividades cotidianas. También puede afectar a nuestro estado de ánimo y a nuestra sensación general de bienestar», añadió Baniassadi.
Reducción de hasta un 10 % en la calidad del sueño
Los científicos detectaron con monitores de sueño portátiles y sensores ambientales que, en el rango de temperatura de 25 a 30 grados centígrados, los participantes experimentaron una baja de hasta en un 10% en la eficiencia del sueño, un porcentaje que no debe ser subestimado.
«Nuestros hallazgos demostraron que el sueño era más eficiente y reparador cuando la temperatura ambiente nocturna oscilaba entre 20 y 25 °C, con una caída clínicamente relevante del 5-10 % en la eficiencia del sueño cuando la temperatura aumentaba de 25 °C a 30 °C», señaló el equipo en el estudio.
Énfasis en el cambio climático y el aumento de las temperaturas
Los especialistas hacen también un llamado a preparar mejor las residencias para ancianos y las propiedades privadas debido al aumento de las temperaturas que el cambio climático trae consigo.
«Estos resultados ponen de relieve el potencial para mejorar la calidad del sueño en los adultos mayores mediante la optimización de los ambientes térmicos del hogar y hacen hincapié en la importancia de los ajustes personalizados de temperatura basados en las necesidades y circunstancias individuales», destacaron.
«Además, nuestro estudio subraya el impacto potencial del cambio climático en la calidad del sueño de los adultos mayores, en particular los de nivel socioeconómico más bajo, y apoya el aumento de su capacidad de adaptación frente a un clima cambiante», concluyeron.
Referencia: Amir Baniassadi, Brad Manor, Wanting Yu, Thomas Travison, Lewis Lipsitz. Nighttime ambient temperature and sleep in community-dwelling older adults. Science of The Total Environment. 2023; 899, 165623 https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2023.165623.
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0048969723042468
31/08/2023(DW.com) Tomado Salud Global © 2023 Deutsche Welle