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En el mundo hay cada año 100 millones de casos y 22.000 muertes por dengue. Científicos en Colombia pueden haber encontrado la fórmula para reducir el impacto de este mal.
Los mosquitos infectados en laboratorio con la bacteria Wolbachia pueden estar relacionados con un descenso del 97 % de las infecciones por dengue en tres ciudades del Valle de Aburrá, en Colombia.
Investigadores de la organización sin ánimo de lucro World Mosquito Program dieron a conocer los resultados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene celebrada a finales de octubre. Dicho proyecto busca detener la propagación de una serie de enfermedades de transmisión vectorial potencialmente mortales -entre ellas el dengue, el virus del Zika y la fiebre amarilla- dispersando millones de mosquitos infectados con la bacteria Wolbachia en lugares donde estas enfermedades son frecuentes.
¿Cómo previene el dengue la bacteria Wolbachia?
El mosquito Aedes aegypti es uno de los mayores propagadores de graves enfermedades transmitidas por vectores. Tras una liberación piloto en 2015 en la ciudad colombiana de Bello, los investigadores ampliaron sus operaciones a las ciudades cercanas de Medellín e Itagüí.
En abril de 2022, los científicos establecieron que, gracias a diferentes cruces, alrededor del 80 % de todos los mosquitos de Bello e Itagüí habían sido infectados por la Wolbachia, y alrededor del 60 % en Medellín.
Los científicos establecieron que la introducción de los mosquitos infectados en las poblaciones locales de mosquitos estaba «asociada a una reducción significativa» del dengue de hasta el 97 % en cada ciudad en comparación con los diez años anteriores al inicio del experimento. También realizaron un estudio de casos y controles en Medellín. Allí, dijeron que los resultados mostraban un descenso del 47 % del dengue en los barrios donde se habían liberado los mosquitos.
Los resultados positivos «ponen de relieve la viabilidad operativa y la eficacia en el mundo real de la liberación de mosquitos en grandes entornos urbanos, y la reproducibilidad del beneficio para la salud pública en diferentes entornos ecológicos.»
¿Uno y listo?
Aunque las liberaciones de mosquitos en Colombia son las mayores realizadas hasta la fecha, los investigadores del World Mosquito Program han facilitado experimentos similares en todo el mundo. Estudios anteriores descubrieron que en Yogyakarta (Indonesia), por ejemplo, los casos de dengue se redujeron gracias al método del programa en un 77 %, mientras que en Brasil la carga de la enfermedad se redujo en un 38 % (hasta ahora).
«Una vez que se introducen los mosquitos con Wolbachia en las poblaciones de mosquitos autóctonos, se quedan allí. No tienes que liberar más mosquitos», dijo a DW en abril de 2023 el biólogo Rafael Maciel de Freitas, que trabaja en la Fundación brasileña Oswaldo Cruz y en el Instituto Bernhard Nocht de Medicina Tropical.
Sin embargo, agregó Freitas a DW, existe la preocupación de que el método no funcione para siempre, dada la alta posibilidad de que el patógeno del dengue encuentre una manera de adaptarse a -o eludir- la bacteria Wolbachia. «Es probable que el virus encuentre una forma de superar el efecto Wolbachia«, dijo Freitas, quien añade: «Yo no diría que el método Wolbachia es la solución al dengue, pero creo que así tenemos una mejor respuesta a la enfermedad».
Más trabajo por hacer
Y por el momento no está claro si la disminución del dengue detectada en Colombia y otros países puede atribuirse únicamente a los mosquitos infectados por Wolbachia. El dengue aparece en oleadas: a veces, una ciudad de una zona propensa al dengue pasa años sin sufrir un brote.
El World Mosquito Program pretende ampliar sus actividades en la próxima década: a principios de este año anunció planes para construir una fábrica en Brasil que infectaría anualmente a unos 5 000 millones de mosquitos con Wolbachia.
Referencia
World Mosquito Program[citado 6 nov 2023, actualizado junio 2023]. Colombia.
7 noviembre 2023|Fuente: DW.com| Tomado de Ciencia |global
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Las tasas de supervivencia del cáncer de mama han mejorado considerablemente en las últimas décadas en Colombia, pero los factores que aumentan la probabilidad de que los pacientes presenten efectos secundarios cardiovasculares, como la cardiotoxicidad, no son bien conocidos ni bien tratados. Un estudio reciente en la región noreste de Colombia encontró que el 11,94 % de los pacientes con un IMC alto tratados por cáncer de mama en un centro regional sufrieron daño cardíaco o cardiotoxicidad durante la quimioterapia. El estudio será presentado en el American College of Cardiology (ACC) Latin America 2023 Together with Asociación Costarricense de Cardiología en San José, Costa Rica.
“La cardiotoxicidad es una preocupación relativamente reciente en la atención del cáncer y su reconocimiento como un problema importante aún está evolucionando. En regiones con infraestructura y recursos de investigación limitados, puede haber una falta de estudios o iniciativas específicas que aborden la cardiotoxicidad en el contexto del tratamiento del cáncer de mama”, dijo la autora principal del estudio, la Dra. Ivetteh Gaibor Santos, especialista en medicina interna de la Universidad Autónoma de Bucaramanga/Fundación Oftalmológica de Santander-Foscal en Bucaramanga (Colombia), y médico realizando la especialidad de cardiología en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud/Hospital de San José en Bogotá (Colombia).
Para el estudio se utilizó una base de datos anónima de pacientes con cáncer de mama que comenzaron quimioterapia con doxorrubicina o trastuzumab entre enero y diciembre de 2021. El análisis solo incluyó pacientes que tenían un ecocardiograma basal y al menos un ecocardiograma de seguimiento. La base de datos también registró variables sociodemográficas, oncológicas, cardiovasculares y ecocardiográficas.
La cardiotoxicidad se definió como una disminución de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) de más del 10 %, alcanzando un valor por debajo del 50 % o una reducción relativa de más del 15 % en la deformación longitudinal global en pacientes con una FEVI normal. La fracción de eyección es la cantidad de sangre que bombea el corazón cada vez que late. Una fracción de eyección normal es del 50 % o más.
La cohorte del estudio incluyó a 67 pacientes, con una edad promedio de 55 años y un índice de masa corporal (IMC) promedio de 26,18 kg/m². El IMC se obtiene de la masa y la altura de una persona. Las características basales de la cohorte del estudio incluyeron obesidad (20,9 %), hipertensión (14,93 %) y diabetes tipo 2 (13,43 %). Todos los pacientes tenían una FEVI normal antes de iniciar la quimioterapia.
Los resultados encontraron que la prevalencia de cardiotoxicidad fue 11,94 %. Un índice de masa corporal de 25 o más (sobrepeso/obesidad) fue el único factor de riesgo predisponente para desarrollar este efecto adverso. Read more
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Las tasas de supervivencia del cáncer de mama han mejorado considerablemente en las últimas décadas en Colombia, pero los factores que aumentan la probabilidad de que los pacientes presenten efectos secundarios cardiovasculares, como la cardiotoxicidad, no son bien conocidos ni bien tratados. Un estudio reciente en la región noreste de Colombia encontró que el 11,94 % de los pacientes con un IMC alto tratados por cáncer de mama en un centro regional sufrieron daño cardíaco o cardiotoxicidad durante la quimioterapia. El estudio será presentado en el American College of Cardiology (ACC) Latin America 2023 Together with Asociación Costarricense de Cardiología en San José, Costa Rica.
“La cardiotoxicidad es una preocupación relativamente reciente en la atención del cáncer y su reconocimiento como un problema importante aún está evolucionando. En regiones con infraestructura y recursos de investigación limitados, puede haber una falta de estudios o iniciativas específicas que aborden la cardiotoxicidad en el contexto del tratamiento del cáncer de mama”, dijo la autora principal del estudio, la Dra. Ivetteh Gaibor Santos, especialista en medicina interna de la Universidad Autónoma de Bucaramanga/Fundación Oftalmológica de Santander-Foscal en Bucaramanga (Colombia), y médico realizando la especialidad de cardiología en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud/Hospital de San José en Bogotá (Colombia).
Para el estudio se utilizó una base de datos anónima de pacientes con cáncer de mama que comenzaron quimioterapia con doxorrubicina o trastuzumab entre enero y diciembre de 2021. El análisis solo incluyó pacientes que tenían un ecocardiograma basal y al menos un ecocardiograma de seguimiento. La base de datos también registró variables sociodemográficas, oncológicas, cardiovasculares y ecocardiográficas.
La cardiotoxicidad se definió como una disminución de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) de más del 10 %, alcanzando un valor por debajo del 50 % o una reducción relativa de más del 15 % en la deformación longitudinal global en pacientes con una FEVI normal. La fracción de eyección es la cantidad de sangre que bombea el corazón cada vez que late. Una fracción de eyección normal es del 50 % o más.
La cohorte del estudio incluyó a 67 pacientes, con una edad promedio de 55 años y un índice de masa corporal (IMC) promedio de 26,18 kg/m². El IMC se obtiene de la masa y la altura de una persona. Las características basales de la cohorte del estudio incluyeron obesidad (20,9 %), hipertensión (14,93 %) y diabetes tipo 2 (13,43 %). Todos los pacientes tenían una FEVI normal antes de iniciar la quimioterapia.
Los resultados encontraron que la prevalencia de cardiotoxicidad fue 11,94 %. Un índice de masa corporal de 25 o más (sobrepeso/obesidad) fue el único factor de riesgo predisponente para desarrollar este efecto adverso.
“La obesidad es en sí misma un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardíaca, pero a menudo no se trata adecuadamente, a diferencia de otros factores de riesgo prevalentes como la presión arterial alta”, afirmó Gaibor Santos, quien agregó que todos los pacientes en este estudio estaban tomando medicamentos antihipertensivos. También añadió: “Los quimioterapéuticos, que se formulan de acuerdo con la superficie corporal en lugar de la composición corporal, pueden conducir a un mayor riesgo de cardiotoxicidad en pacientes con obesidad debido a una dosis excesiva o insuficiente”.
Según los autores del estudio, el diagnóstico temprano de la cardiotoxicidad y los factores relacionados es decisivo para que los médicos tratantes puedan reducir los resultados adversos.
Para crear conciencia sobre los riesgos de la cardiotoxicidad en el tratamiento del cáncer entre los profesionales de la salud, y la población en general, los investigadores sugieren varias acciones, entre ellas:
Educación médica mejorada sobre cardiotoxicidad tanto en las facultades de medicina como en la educación médica continua
Colaboración multidisciplinaria entre especialidades para mejorar la comprensión de la cardiotoxicidad entre profesionales clínicos y pacientes, así como facilitar la detección y la intervención tempranas
Fomento y apoyo de iniciativas de investigación centradas en la cardiotoxicidad en el tratamiento del cáncer
Uso de recursos digitales para proporcionar a los profesionales clínicos un fácil acceso a información actualizada sobre cardiotoxicidad
“Abordar la obesidad en pacientes con cáncer antes de comenzar la quimioterapia, así como considerar el riesgo potencial de cardiotoxicidad, requiere un enfoque integral”, sostuvo Gaibor Santos. “Algunas estrategias que los médicos pueden considerar incluyen la evaluación previa al tratamiento, las intervenciones en el estilo de vida y el manejo del riesgo cardiovascular. Es importante tener en cuenta que estas estrategias deben adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente y de acuerdo con las pautas actuales basadas en la evidencia”.
“Estoy convencida de que esta es la primera de muchas investigaciones que vendrán en el futuro con respecto a la cardiooncología en Colombia, y me emociona seguir trabajando en este campo porque sé que hay muchos pacientes que se pueden beneficiar con los resultados. de nuestros próximos estudios”, dijo Gaibor Santos.