dieta veganaUn nuevo estudio de gemelos idénticos ha proporcionado nuevas evidencias de que una dieta vegana puede mejorar enormemente la salud cardiaca de una persona.

Los gemelos asignados a una dieta vegana durante dos meses tuvieron mejoras significativas en el colesterol, la insulina y el peso corporal en comparación con sus hermanos, que comieron una dieta saludable que incluía proteína animal.

«Basándonos en estos resultados y pensando en la longevidad, la mayoría de nosotros nos beneficiaríamos de una dieta más basada en plantas», planteó el investigador Christopher Gardner, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

Es bien sabido que reducir el consumo de carne mejora la salud del corazón, pero las diferencias entre los participantes en los estudios sobre la dieta (cosas como la genética, la crianza y las elecciones de estilo de vida) dificultan que los investigadores saquen conclusiones definitivas.

Gardner y sus colegas eligieron estudiar gemelos idénticos porque comparten la misma genética, crecieron en el mismo hogar y a menudo tienen estilos de vida similares.

«Este estudio no solo proveyó una forma innovadora de afirmar que una dieta vegana es más saludable que la dieta omnívora convencional, sino que también fue un sensacional trabajar con los gemelos», anotó Gardner en un comunicado de prensa de la universidad. «Se vestían igual, hablaban igual y hacían bromas entre ellos que solo podías tener si pasabas mucho tiempo con ellos».

El equipo de investigación reclutó a 22 pares de gemelos idénticos para participar en un ensayo clínico basado en la dieta que se llevó a cabo de mayo a julio de 2022. Todos los gemelos fueron incluidos en el Registro de Gemelos de Stanford, una base de datos de gemelos fraternos e idénticos que aceptaron participar en estudios de investigación.

A un gemelo de cada pareja se le asignó una dieta vegana y al otro una dieta omnívora.

Ambas dietas eran saludables, conteniendo muchas verduras, frijoles, frutas y granos integrales. Las dietas también limitaron los azúcares y los almidones refinados.

Pero la dieta vegana era totalmente vegetal, no contenía ni carne ni productos animales como huevos o leche. La dieta omnívora incluía pollo, pescado, huevos, queso, lácteos y otros alimentos de origen animal.

Durante las primeras cuatro semanas, un servicio de comidas entregaba tres comidas al día. Durante las cuatro semanas restantes, los participantes prepararon sus propias comidas.

De las 44 personas que participaron en el estudio, 43 lo siguieron hasta su finalización, dijo Gardner.

«Nuestro estudio usó una dieta generalizable que es accesible para cualquiera, porque 21 de los 22 veganos siguieron la dieta», dijo Gardner, que también es profesor del Centro de Investigación de Prevención de Stanford. «Esto sugiere que cualquier persona que elija una dieta vegana puede mejorar su salud a largo plazo en dos meses, con el mayor cambio observado en el primer mes».

Los niveles promedio de lipoproteínas de baja densidad o colesterol LDL «malo» disminuyeron constantemente para los veganos y se mantuvieron más o menos iguales para los omnívoros.

Los veganos también vieron una disminución del 20 % en sus niveles de insulina en ayuno, y perdieron un promedio de 4 libras más que los omnívoros.

Los hallazgos se publicaron en la edición del 30 de noviembre de la revista JAMA Network Open.

Gardner reconoció que es poco probable que la mayoría de las personas se vuelvan veganas, pero dijo que incluso una tendencia en la dirección basada en plantas podría mejorar su salud.

«Lo que es más importante que volverse estrictamente vegano es incluir más alimentos de origen vegetal en su dieta», dijo Gardner, y agregó que ha sido «mayormente vegano» durante los últimos 40 años. «Afortunadamente, divertirse con alimentos veganos multiculturales como el masala indio, el salteado asiático y los platos a base de lentejas africanas puede ser un gran primer paso».

Ver más información:  Landry MJ, Ward CP, Cunanan KM, Durand L, Perelman D, Robinson JL, et al. Cardiometabolic Effects of Omnivorous vs Vegan Diets in Identical Twins: A Randomized Clinical Trial. JAMA Netw Open[Internet]. 2023[citado 2 dic 2023];6(11):e2344457. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.44457

5 diciembre 2023 | Fuente: HealthDay News| Tomado de | Noticias de Salud| Nutrición

sal y hipertensionLas personas que siguieron una dieta baja en sal durante solo una semana experimentaron una reducción de la presión arterial sistólica de unos 6 mm Hg, según un nuevo estudio.

En el ensayo CARDIA-SSBP participaron 213 personas de 50 a 75 años, tanto hipertensas como no hipertensas, y se demostró que el descenso de la presión arterial producido por una dieta baja en sal era independiente del estado de hipertensión y del uso de fármacos antihipertensiva. También se observó una coherencia general entre los subgrupos y no se produjo un exceso de efectos adversos.

«La reducción de la presión arterial que observamos aquí es significativa y equivalente a la producida por un fármaco antihipertensivo», dijo a Medscape Noticias Médicas el investigador principal, Dr. Deepak Gupta, del Vanderbilt University Medical Center, en Nashville, Tennessee.

El Dr. Gupta presentó el estudio CARDIA-SSBP el 11 de noviembre en el congreso Sesiones Científicas 2023 de la American Heart Association (AHA), que tuvo lugar en Filadelfia, Estados Unidos. El estudio también fue publicado en versión electrónica el 11 de noviembre en JAMA. Los menús exactos utilizados en el estudio están disponibles en un suplemento del artículo de JAMA.

«Para llevar un estilo de vida sano, entender lo que comemos tiene importantes efectos sobre la salud. El aumento de la presión arterial contribuye a 1 de cada 8 muertes en todo el mundo», señaló el Dr. Gupta. «Si la gente quiere reducir su presión arterial, prestar atención al sodio de la dieta es una parte de ello. Si los individuos pueden seguir una dieta baja en sodio, podrán dejar de tomar uno de sus fármacos antihipertensivos, y los que son normotensos tendrán menos probabilidades de padecer hipertensión».

Los comentaristas afirmaron que el estudio tenía importantes implicaciones para la salud pública, pero señalaron que mantener una dieta baja en sodio a largo plazo es difícil, dado el alto contenido en sal de los alimentos generalmente disponibles.

El Dr. Gupta agregó que en el estudio se utilizaron productos comerciales en las dietas bajas en sodio y que los menús están disponibles para que la gente los siga, lo que las hace más accesibles que algunas dietas utilizadas en estudios anteriores.

«Lo que también puede resultar atractivo para la gente es que no hay que esperar meses para ver un efecto. Si se empieza a consumir una dieta baja en sodio, se pueden ver resultados en la presión arterial rápidamente, en una semana», comentó.

La dieta de este estudio implicó una gran reducción de sodio, pero el Dr. Gupta enfatizó que cualquier reducción de sodio en la dieta es probablemente beneficiosa.

«Si se llega al nivel al que llegamos, se podría esperar una reducción de unos 6 mm Hg. Pero es como caminar: no es necesario dar 10 000 pasos al día. Cualquier caminata o actividad física es beneficiosa. Lo mismo puede decirse de la sal: Cualquier reducción es beneficiosa».

Para el estudio, se midió la presión arterial de los participantes mediante monitorización ambulatoria durante 24 horas mientras seguían su alimentación habitual. A continuación, se les aleatorizó a una dieta rica o baja en sodio durante una semana. Después, los participantes cambiaron a la dieta opuesta durante una semana y se les midió la presión arterial durante un periodo de 24 horas el último día.

Según la excreción urinaria de 24 horas, la dieta habitual de los participantes ya era rica en sodio (mediana: 4,45 g/d). Esta cifra aumentaba a una mediana de 5,00 g/d cuando seguían la dieta rica en sodio del estudio y disminuía a 1,27 g/d cuando seguían la dieta pobre en sodio.

Los resultados revelaron que los participantes tenían una mediana de presión arterial sistólica de 125 mm Hg con sus dietas habituales. Esta cifra aumentaba a 126 mm Hg con la dieta rica en sodio y bajaba a 119 mm Hg con la dieta baja en sodio.

Los investigadores también informaron que 75 % de los individuos mostraron una reducción de la presión arterial con la dieta baja en sodio y, por tanto, se definen como «sensibles a la sal». Es un porcentaje superior al hallado en estudios anteriores.

«Aquellos que no mostraron una reducción de la presión arterial con una dieta baja en sodio en este estudio al parecer no se apegaron tanto a la dieta como los que sí tuvieron una presión arterial más baja», apuntó el Dr. Gupta.

Subrayó que la hipertensión es la enfermedad crónica más común en todo el mundo, con unos 1 300 millones de personas afectadas, y aunque se sabe desde hace tiempo que el sodio de la dieta afecta la presión arterial, ha habido algunas lagunas en estudios anteriores.

Por ejemplo, en muchos estudios anteriores se ha excluido a las personas que ya tomaban antihipertensivos y a los pacientes con diabetes, y en general no han incluido a muchas personas mayores. En el estudio actual se observó que todos estos grupos también mostraban reducciones significativas de la presión arterial al disminuir el sodio de la dieta.

Gran efecto en personas con diabetes

Los análisis de subgrupos mostraron en gran medida resultados coherentes en toda la población, independientemente de la edad, el sexo, la raza y el índice de masa corporal y de si los participantes tomaban o no fármacos antihipertensivos, pero hubo un par de excepciones. Los individuos con una presión arterial más alta al inicio del estudio parecían experimentar un mayor efecto de la reducción del sodio en la dieta, aunque para los normotensos al inicio del estudio también hubo una reducción significativa de la presión arterial, informó el Dr. Gupta.

Los investigadores también observaron que la presión arterial de los pacientes con diabetes (21 % de la cohorte total) bajaba de manera importante al disminuir su ingesta de sodio. Su reducción media de la presión arterial sistólica entre la dieta alta y la baja en sodio fue de casi 17 mm Hg, en lugar de los 7-8 mm Hg de toda la cohorte.

El Dr. Gupta aseguró que los resultados son aplicables a la mayoría de la población.

«Las personas que estarán más motivadas a seguir una dieta baja en sodio son las hipertensas, pero incluso los individuos normotensos es probable que obtengan beneficios».

Para ayudar a la gente a seguir una dieta baja en sodio, el Dr. Gupta enfatizó que se necesitan campañas educativas «para demostrar a la gente que puede hacerlo y que funciona». Pero hay cuestiones estructurales más grandes que deben abordarse a nivel político y gubernamental.

«La mayoría de los alimentos disponibles en tiendas y restaurantes tienen un alto contenido en sal. Ahora tenemos evidencia preponderante de que hay que cambiar lo que se ofrece en el suministro de alimentos», dijo. España, México, Uruguay, Chile y Brasil se incluyen en una lista de apenas 9 países del mundo que poseen un conjunto integral de políticas para reducir la ingesta de sodio, calificadas con la mejor evaluación (puntaje de 4) por la Organización Mundial de la Salud (OMS); el organismo recomienda un consumo menor de 2.000 mg/día (equivalente a una cucharadita).

Difícil de mantener a largo plazo

El Dr. Paul Whelton, catedrático de salud pública mundial de la Tulane University School of Medicine, comentó a Medscape Noticias Médicas que se sabe que la reducción del sodio disminuye la presión arterial, y que una mayor reducción del sodio lleva a un mayor descenso de la presión arterial, y que algunas personas son más sensibles a los efectos del sodio que otras.

Describió CARDIA-SSBP como un «estudio bien hecho»: «Consiguieron una ingesta de sodio muy baja y una gran diferencia entre los dos grupos, lo que se tradujo en una gran reducción de la presión arterial sistólica», destacó el Dr. Whelton. «Sin embargo, el problema de este tipo de ensayos en los que se proporcionan las dietas a los participantes es que, aunque muestran una prueba preliminar, es difícil generalizar porque normalmente no podemos proporcionar a los pacientes sus comidas. En este tipo de estudio de ‘alimentación’ nos resulta difícil mantener a las personas en su intervención conductual a largo plazo».

El Dr. Whelton dijo que le entusiasmaba más este ensayo sabiendo que los alimentos que se daban estaban disponibles comercialmente. «Eso lo hace más práctico, pero aun así hay que estar bastante motivado para seguir una dieta como esta. Comprar productos bajos en sodio en el supermercado requiere bastante trabajo para leer las etiquetas y a veces los alimentos bajos en sodio son productos especiales y resultan más caros».

Señaló que las personas mayores de clases socioeconómicas más altas tienen más probabilidades de intentarlo y obtienen mejores resultados de las intervenciones conductuales en general. «Por desgracia, las personas a las que no les van bien las intervenciones conductuales de este tipo son las de grupos socioeconómicos más bajos, que son las que tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares».

El Dr. Whelton agregó que la industria alimentaria se ha mostrado reacia a reducir el contenido de sodio porque los alimentos ricos en sal se venden mejor. «Lamentablemente, los alimentos ricos en grasas saturadas y sal saben bien a la mayoría de la gente. En general, estamos acostumbrados a un consumo elevado de sal. Pero cuando la gente lleva un tiempo siguiendo una dieta baja en sal, por lo general ya no le gustan los alimentos ricos en sal. Se acostumbran a una dieta baja en sodio», añadió.

La sal está omnipresente en los alimentos

Cheryl Anderson, Ph. D., maestra en salud pública, de la University of California en San Diego, Estados Unidos, y ponente del estudio CARDIA-SSBP en el congreso, afirmó que los resultados eran importantes y coherentes con estudios anteriores.

«Estos estudios tienen implicaciones globales porque la sal está omnipresente en el suministro de alimentos en gran parte del mundo», apuntó, y añadió que «los estadounidenses consumen casi 50 % más de sodio de lo recomendado, y ha habido una persistente falta de adhesión a las recomendaciones de dietas saludables para reducir la sal, el azúcar y las grasas».

Anderson señaló que en 2021, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos emitió una guía para la reducción voluntaria de sodio, que utiliza un enfoque gradual, con objetivos para alcanzar una meta poblacional de 3.000 mg/d de sodio para 2023 y 2.300 mg/d para 2031.

«Estos objetivos se aplican a 150 categorías de alimentos ponderados por ventas para centrarse en los vendedores dominantes de cada categoría. Se aplican a los fabricantes de alimentos, los restaurantes y los servicios alimentarios», concluyó. «Estos objetivos sirven de base para continuar el diálogo. La comunidad investigadora espera con impaciencia la revisión de los datos basados en la población para ayudar a perfeccionar este enfoque y los objetivos».

 

Ver más información:  Gupta DK, Lewis CE, Varady KA, Ru Su Y, Mdhur MS, Lackland DT, et al. Effect of Dietary Sodium on Blood Pressure: A Crossover Trial. JAMA[Internet].2023[citado 30 nov 2023].  doi:10.1001/jama.2023.23651

2 diciembre 2023 | Fuente: Medscape | Tomado de | Noticias y Perspectivas

alimentos saludablesLlenar el carro de frutas y verduras, priorizar las legumbres y cereales integrales, evitar el alcohol y los refrescos edulcorados y azucarados y las grasas saturadas son gestos que, acompañados con el ejercicio físico, podrían evitar dos de cada diez cánceres. Por eso, la Asociación Contra el Cáncer (AECC) ha lanzado la ‘Guía de Alimentación Saludable: ¿Qué hábitos puedes cambiar para prevenir un cáncer?’ para tratar de fomentar la adopción de hábitos alimenticios más sanos y, al mismo tiempo, concienciar sobre la reducción de factores de riesgo asociados a esta enfermedad. ¿Y cuáles son esos hábitos? Además de hacer ejercicio, la guía, creada en colaboración con FuturLife y siguiendo las recomendaciones del Código Europeo contra el Cáncer, propone un decálogo:

  1. Cuenta colores no calorías: come muchos colores de frutas y verduras, enriquecerás tus platos sin darte cuenta.
  2. Bebe agua, evitando alcohol y refrescos edulcorados o azucarados.
  3. Carbohidratos: prioriza verduras, frutas, legumbres, pseudocereales y cereales siempre integrales. 4. Grasas: reduce las grasas saturadas, prioriza las grasas de pescados, frutos secos, semillas y Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE).
  4. Proteínas: elige las naturales sin procesar, limitando el consumo de carne roja.

Los lácteos: siempre naturales y sin edulcorar.

  1. Come RICO, si no DISFRUTAS de lo que comes es imposible mantener un hábito.
  2. Que tus platos en comida y cena incluyan: 1/2 verdura, 1/4 proteína magra natural, 1/4 carbohidratos (cereales integrales, legumbres…) + grasa saludable.
  3. Haz deporte y mantente activo.
  4. Duerme al menos 7 horas al día.

10. Mantén el estrés a raya, y si sientes que puede contigo, pide ayuda. La guía facilita además una lista de la compra para preparar un plato equilibrado, en el que no deben faltar los hidratos de carbono contundentes -legumbres, quinoa, arroz integral, avena, harinas 100% integrales, verduras ricas en almidón- y ligeros -verduras bajas en almidón como brócoli, acelgas, espinacas, etc.-; proteínas naturales y grasas ‘buenas’, como las del AOVE, el aguacate o las semillas y frutos secos.

28 noviembre 2023 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

noviembre 28, 2023 | gleidishurtado | Filed under: alimentación, Bienestar y Calidad de Vida, cáncer | Etiquetas: , |

alimentos ultra procesadosLas personas consumidoras de alimentos ultraprocesados pueden llegar a padecer cáncer de boca, garganta y esófago, reveló hoy una fuente especializada.

De acuerdo con la revista European Journal of Nutrition, previo a los resultados de este estudio del tracto aerodigestivo superior, otras investigaciones confirmaron que estos comestibles pueden provocar 34 tipos de cáncer.

Los científicos explicaron que estos alimentos están relacionados con el exceso de peso y el aumento de la grasa corporal, pues suelen ser baratos y deliciosos, lo que favorece el consumo de grandes porciones y un número excesivo de calorías.

Establecieron un nexo de los aditivos, como los emulgentes y los edulcorantes artificiales con el riesgo de contraer la enfermedad, y suman los contaminantes procedentes del envasado de los alimentos y del proceso de fabricación.

Los expertos advirtieron que no se trata orientar la pérdida de peso, pues no contribuiría a minimizar el riesgo de cáncer del tracto aerodigestivo, por lo que recomendaron seguir una dieta sana, rica en cereales integrales, verduras, fruta y legumbres.

Otra investigación en la revista American Journal of Clinical Nutrition asegura que el consumo elevado de alimentos ultraprocesados se asocia a un aumento sustancial del riesgo de mortalidad, especialmente por enfermedades cardiovasculares.

Los participantes en el estudio que declararon un alto consumo de alimentos ultraprocesados tenían 60 por ciento más de riesgo de morir por cualquier causa, en comparación con las personas que comían menos de estos productos.

En el caso de los individuos con diabetes tipo 2, corrían el doble de peligro de perder su vida, precisaron los expertos. Los alimentos ultraprocesados son productos sometidos a un procesamiento con sustancias como proteínas hidrolizadas, maltodextrinas, grasas hidrogenadas y que generalmente contienen varios aditivos alimentarios, como colorantes, conservantes, antioxidantes, potenciadores del sabor y edulcorantes.

El objetivo ‘no es mejorar las propiedades nutricionales de los alimentos, sino potenciar su sabor, aspecto y vida útil, como los aperitivos envasados, las bebidas gaseosas y azucaradas, las comidas precocinadas y la rápida’, subrayó la fuente.

Existe procesamiento en alimentos considerados saludables, como el yogur de frutas, los cereales de desayuno, las galletas saladas y gran parte de los sustitutos de la carne.

Por otra parte, en la revista Healthline los expertos recomiendan evitar el consumo en exceso de alimentos procesados por sus altos contenidos de azúcar, sodio y grasas, pues provocan obesidad, hipertensión arterial, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

El objetivo es que tengan mejor gusto y puedan conservarse por más tiempo, pero al final pierden fibras, vitaminas, minerales y otros nutrientes.

Muchos aditivos son utilizados para estimular los centros de dopamina en el cerebro y lograr una sensación de bienestar. Entre los alimentos que las personas deben evitar están el tocino, las palomitas de maíz, margarina y salsa kétchup. Un consumo mayor al 10 por ciento de alimentos ultraprocesados se asoció con un 12 por ciento más de riesgo de padecer cáncer en general y con un 11 más de peligro de cáncer de mama’, puntualiza la fuente que también utilizó datos de la revista médica British Medical Journal.

Ver más información:

Bonaccio M, Di Castelnuovo A, Costanzo S, Gaetano G de, Lacoviello L. Ultra-processed food consumption is associated with increased risk of all-cause and cardiovascular mortality in the Moli-sani Study. Am J Clin Nutr[Internet].2023[citado 24 nov 2023]; 113(2): 446-5. DOI:https://doi.org/10.1093/ajcn/nqaa299

25 noviembre 2023 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

noviembre 25, 2023 | gleidishurtado | Filed under: alimentación, cáncer | Etiquetas: , |

obesidad y cáncerLa obesidad podría no ser el único factor que vincula el consumo de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de cáncer de boca, garganta y esófago, según un estudio que publica European Journal of Nutrition.

Investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) quisieron profundizar en los estudios que asocian el consumo de ultraprocesados y los resultados adversos para la salud, en concreto los cánceres del tracto aerodigestivo superior.

El equipo trató de establecer si la asociación entre el consumo de ese tipo de comida y el cáncer de cabeza y cuello y el adenocarcinoma esofágico (un cáncer de esófago) en EPIC podía explicarse por un aumento de la grasa corporal. Para ello, analizaron datos sobre dieta y estilo de vida de 450.111 personas durante 14 años, entre ellos los procedentes del estudio de cohorte Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición (EPIC), el más grande de Europa.

Los resultados de los análisis del equipo mostraron que consumir un 10 % más de ultraprocesados se asocia con un 23 % más de riesgo de cáncer de cabeza y cuello y un 24 % más de adenocarcinoma de esófago.

Sin embargo, el aumento de la grasa corporal solo explicaba ‘una pequeña proporción de la asociación estadística’ entre el consumo de ultraprocesados y el riesgo de padecer estos cánceres del tracto aerodigestivo superior. En concreto, la relación entre el consumo de ultraprocesados y el cáncer del tracto aerodigestivo superior ‘no parecía explicarse en gran medida por el índice de masa corporal y la relación cintura-cadera’, según la autora principal de la investigación, Fernanda Morales-Berstein, de la Universidad de Bristol. Por ello, los autores sugieren que otros mecanismos podrían explicar esa asociación, por ejemplo, los aditivos, incluidos los emulsionantes y edulcorantes artificiales, que ya se habían vinculado previamente con el riesgo de enfermedades.

De igual manera, los contaminantes de los envases de alimentos y el proceso de fabricación, podrían explicar, en parte, el vínculo entre el consumo de ultraprocesados y el cáncer del tracto aerodigestivo superior.

El equipo advirtió además de que las asociaciones entre el consumo de ultraprocesados y los cánceres del tracto aerodigestivo superior halladas en el estudio podrían verse afectadas por ciertos tipos de sesgo, indicó la Universidad de Bristol.

Esto explicaría por qué encontraron pruebas de una asociación entre un mayor consumo de ultraprocesados y un mayor riesgo de muertes accidentales, algo que es muy poco probable que sea causal.

Los alientos ultraprocesados ‘están claramente asociados con muchos resultados adversos para la salud, pero aún no está claro si realmente los causan o si factores subyacentes como los comportamientos generales relacionados con la salud y la posición socioeconómica son responsables del vínculo’, destacó George Davey Smith, del mismo centro educativo.

Por ello, son necesarios estudios de cohortes con evaluaciones de la ingesta de seguimiento dietético a largo plazo, que tengan en cuenta también los hábitos de consumo contemporáneos, para replicar los resultados de este estudio, ya que los datos dietéticos del EPIC se recogieron en la década de 1990, cuando el uso de ultraprocesados era todavía relativamente bajo. Además, hay que seguir investigando para identificar otros mecanismos, como los aditivos alimentarios y los contaminantes, que puedan explicar los vínculos observados, agrega el estudio.
ver más información:

Morales Berstein F, Biessy C, Viallon V, Goncalves Soares A, Casagrande C, Hémon B, et al. Ultra-processed foods, adiposity and risk of head and neck cancer and oesophageal adenocarcinoma in the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition study: a mediation analysis. Eur Nutr[Internet].2023[citado 22 nov 2023]. https://doi.org/10.1007/s00394-023-03270-1

 23 noviembre 2023 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

noviembre 23, 2023 | gleidishurtado | Filed under: alimentación, cáncer, Obesidad, Oncología | Etiquetas: , , |

alimentos polifenolesUn estudio del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla ha constatado que el consumo alimentario de polifenoles ayuda a prevenir el ictus. El estudio, publicado en forma de comunicación libre en Neurology Perspectives, en el marco de la LXXV Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), constata que la detección precoz de los síntomas y la introducción de medidas terapéuticas han revolucionado el manejo de estos pacientes, y que el control de factores de riesgo también contribuye a la disminución de la mortalidad y la discapacidad de las personas que sufren ictus, señalando que, dentro de estos factores de riesgo, la alimentación tiene un papel fundamental.

En esta línea el grupo de investigación neurovascular del Hospital Universitario Virgen Macarena ha concluido recientemente un estudio clínico que pondera los efectos positivos del consumo de la salicornia. Esta planta, conocida como ‘espárrago de mar’ por su forma y su proliferación en terrenos salados, parece ser eficaz para prevenir y tratar enfermedades neurovasculares como el ictus. La clave parece estar en su alto contenido en polifenoles y su gran capacidad antioxidante y antiinflamatoria. El análisis de los datos recogidos muestra que esta planta podría ser beneficiosa para la salud vascular. Los investigadores anuncian que, en estos momentos, están en activo los estudios con salicornia en pacientes con ictus y que esperan tener los resultados preliminares en el primer semestre del próximo año.

El grupo de investigación del hospital sevillano, convencido de la importancia de la alimentación en la prevención del ictus, iniciará próximamente otro estudio donde se evaluará la seguridad y eficacia de otros compuestos de alto contenido en polifenoles a partir de la piel del aguacate, el kale y el aceite de oliva virgen extra, ampliando el estudio también a observar los efectos de la sustitución de sal sódica por sal potásica.

Referencia

Nájar Moyano A, Acevedo Aguilera M, López Ázcarate C, Romero Bernal M, Domínguez Ruiz C, de Torres Chacón R, et al. Prevención de ictus mediante suplementación alimenticia con extractos de plantas ricas en polifenoles. Neurol Perspect[Internet]. 2023[citado 10 nov 2023]; 3(S1).

11 noviembre 2023| Fuente: Neurología.com| Tomado de Noticia

noviembre 11, 2023 | gleidishurtado | Filed under: alimentación, Neurología, Patología vascular | Etiquetas: , , , , |

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