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La contaminación hace mal al corazón de los más pequeños, aún desde el vientre materno, pues las olas de temperaturas excesivas derivadas del cambio climático aumentan el número de niños nacidos con cardiopatías congénitas o malformaciones estructurales del órgano cardíaco.
Lo afirma una investigación publicada en la Journal of American Heart Association, editada por dicha asociación médica de Estados Unidos.
Estudios precedentes determinaron una relación entre la exposición de la madre al calor excesivo y el riesgo de anomalías cardíacas en los niños, probablemente porque el calor puede causar la muerte de las células fetales o interferir con proteínas sensibles al calor, que desempeñan un papel fundamental en el desarrollo del feto.
Las estimaciones del nuevo estudio se basan en las proyecciones del número de nacimientos que se registrarán entre 2025 y 2035 en Estados Unidos y el aumento esperado en la exposición promedio de las madres al calor, como consecuencia del cambio climático.
Para cada embarazo y región, según los datos meteorológicos de la NASA, los investigadores contabilizaron los días excesivamente calurosos y la frecuencia de los eventos de calor extremo.
De allí surgió que el aumento de las temperaturas podrá causar hasta 7 mil casos de cardiopatías pediátricas congénitas en diez años en ocho estados representativos: Arkansas, Texas, California, Iowa, Carolina del Norte, Georgia, Nueva York y Utah.
‘Los resultados subrayan la necesidad de mayor preparación para enfrentar el aumento de una condición compleja que muchas veces requiere asistencia permanente’, dijo uno de los responsables principales del estudio, Shao Lin, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Albany, Nueva York.
‘Es importante aconsejar a las mujeres embarazadas evitar el calor extremo, en particular entre las tres y las ocho semanas después de la concepción, el periodo más crítico’, aconsejó Shao.
febrero 7/2019 (ANSA)