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El Día Mundial de la Risa, se celebra el primer domingo de mayo, desde hace ya casi 20 años, y tal como recuerda la Sociedad Española de Neurología, la risa refuerza los sistemas inmune y vascular y procura bienestar psicológico.
Con motivo de la celebración la Sociedad Española de Neurología revisa las bases neurológicas de la risa y del humor y del síndrome de la risa patológica.
«Las nuevas técnicas de neuroimagen nos han permitido conocer que el procesado del humor tiene lugar en tres etapas, que implican a varias regiones encefálicas: percepción de la incongruencia sorpresiva por parte de la región prefrontal dorsolateral y la unión temporoparietal del hemisferio dominante; activación del circuito de la recompensa y liberación de dopamina y cese de la desinhibición frontal no dominante que conduce a la risa”, explica al respecto el Dr. Manuel Arias Gómez, coordinador del Grupo de Estudio de Humanidades e Historia de la Sociedad Española de Neurología (SEN),
“Cuando en lugar de la racionalidad cognitiva lo realmente percibido es una incongruencia», añade, «se da una controversia que lleva al cerebro a liberar dopamina, un neurotransmisor que nos produce sensación placentera. Es decir, el humor está íntimamente ligado al sistema de la recompensa, que también se activa con la comida, el sexo, las relaciones sociales y las adicciones”.
“El humor está íntimamente ligado al desarrollo cognitivo; por eso, las personas de edades distintas se ríen de cosas distintas. También está relacionado con la época y la cultura en la que vivamos y, por supuesto, con el carácter de cada individuo en particular. Además, las técnicas de neuroimagen también han visto que hombre y mujeres tienen distintas formas de procesar el sentido del humor”, señala el Dr. Marcos Llanero Luque, coordinador del Grupo de Estudio de Neurogeriatría de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
“Investigaciones de Richard Wiseman», prosigue, «llegaron a señalar que las mujeres se ríen más y disfrutan más del humor porque la risa activa más en ellas dos áreas concretas del cerebro: las del lenguaje y las de memoria a corto plazo que, a su vez, tiene que ver con la forma en la que se gestionan las emociones. También señalaron que la inteligencia fluida y la capacidad creativa son capacidades que nos ayudan a tener un mayor sentido del humor”.
No todos nos reímos igual. Paul Ekman diferenció hasta 16 tipos de sonrisas y risas, pero fue el neurólogo Guillaume Duchenne el primero en diferenciar la risa verdadera de la falsa.
Duchenne determinó que cuando una persona muestra una risa forzada es habitual que olvide contraer los músculos alrededor de los ojos. “Los músculos de la cara pueden ser movidos por dos partes del cerebro: las áreas motoras, que son capaces de producir gestos conscientes, y las zonas cerebrales responsables de las emociones, que, de forma involuntaria, también conectan con los músculos de la cara para producir expresiones que reflejan una emoción”, destaca el Dr. Llanero.
En todo caso, cuando la risa es verdadera, puede ser beneficiosa para la salud. No en vano, reír estimula el sistema inmune, incrementa el umbral del dolor, acelera el ritmo cardíaco y aumenta el aporte de oxígeno al cerebro. Algunos estudios han llegado a firmar que las personas risueñas tienen un 40 % menos de problemas vasculares y que viven 4 años y medio más de media. Por otra parte, los estudios del neurólogo Scott Weems concluyeron que el humor nos hace más inteligentes, porque es una forma de ejercitar nuestro cerebro.
El síndrome de la risa patológica
Pero la risa también puede estar provocada por el estrés, la ansiedad, la tensión o como consecuencia una lesión neurológica. “Habitualmente, la risa es considerada un fenómeno biológico normal y saludable. No obstante, también puede constituir un síntoma indicativo de patología cerebral, sobre todo si se presenta sin un estímulo específico, no se relaciona con un cambio afectivo o si su intensidad y duración están fueran de control. Es lo que se conoce como síndrome de la risa patológica, que también se puede trasformar en llanto o alternar ambos procesos”, indica el Dr. Arias.
Enfermedades como el síndrome de Angelman, esquizofrenia, demencia, pero también epilepsia, ictus, esclerosis múltiple, ELA, párkinson o tumores cerebrales,… son causas del síndrome de la risa patológica, que puede manifestarse o bien como un inmotivado sentimiento de regocijo o como una disociación emocional voluntaria