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Bajo el lema «Actúa ahora para proteger tu futuro», la Semana de Vacunación en las Américas (SVA) inicia hoy y pretende alcanzar a más de 83,5 millones de personas con casi 156 millones de dosis.
La celebración de la SVA comenzó en 2003 como parte de la respuesta a un brote endémico de sarampión en las Américas que tuvo lugar en la zona fronteriza entre Colombia y Venezuela en 2002.
Para prevenir futuros brotes de este tipo, los ministros de sanidad de los países andinos propusieron una iniciativa internacional coordinada.
En los últimos 21 años, la SVA ha dado a los gobiernos la oportunidad de llegar a millones de personas en un esfuerzo concertado con vacunas vivas que salvan vidas.
Los esfuerzos de las Américas inspiraron al mundo y muchas otras regiones siguieron su ejemplo, lo que llevó a la creación de la Semana Mundial de la Inmunización en 2012.
Cada año más de 40 países y territorios de las Américas se unen en abril para vacunar a sus poblaciones, haciendo un esfuerzo especial para llegar a las personas que pueden no tener acceso regular a los servicios de salud, incluidos los pueblos indígenas, los migrantes, las poblaciones fronterizas y quienes viven en la periferia urbana.
En esta ocasión el doctor Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), instó a los países de las Américas a recuperar la cobertura de vacunación de rutina, pues actualmente solo 15 de cada 100 niños en la región están parcialmente protegidos contra enfermedades prevenibles.
Aún cuando históricamente esta zona ha sido líder en la eliminación de enfermedades, desde hace más de una década las coberturas de vacunación han disminuido significativamente, aseveró.
Entre las causas están la falsa percepción de que las enfermedades eliminadas y controladas ya no representan un riesgo para la salud de las personas, que los programas de vacunación bajaron en la lista de prioridades y que aumentó la desinformación desde la pandemia de la Covid-19.
Barbosa insistió en la necesidad de recuperar la cobertura de vacunación regional, particularmente para enfermedades altamente contagiosas como el sarampión, debido al aumento de casos en todo el mundo, lo que calificó de «muy preocupante».
Advirtió que los países también siguen lejos de la tasa de cobertura del 90 por ciento necesaria para proteger a las niñas de nueve a 14 años contra el Virus del Papiloma Humano, que les brinda protección de por vida contra el cáncer de cuello uterino, una de las principales causas de muerte entre las mujeres.
En su opinión, para alcanzar esta recuperación se requiere vencer desafíos tales como: aumentar los recursos financieros y técnicos para mejorar el desempeño de los servicios esenciales de vacunación, establecer estrategias de comunicación efectivas para abordar las dudas sobre las vacunas y elevar el compromiso político con los programas de vacunación de rutina.
20 abril 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Investigadores del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas (Estados Unidos) han construido un nuevo atlas de células pulmonares, descubriendo nuevas vías celulares y precursores en el desarrollo del adenocarcinoma de pulmón, el tipo más común de cáncer de pulmón. Estos hallazgos, publicados en Nature abren la puerta al desarrollo de nuevas estrategias para detectar o interceptar la enfermedad en sus primeras etapas.
En concreto, el equipo generó un atlas de alrededor de 250 000 células epiteliales normales y cancerosas que recubren los pulmones estudiando los cambios genéticos en cada una de estas células individualmente utilizando una tecnología llamada secuenciación unicelular.
Entre los hallazgos clave de este esfuerzo multidisciplinario estuvo el descubrimiento y la validación de un estado de células alveolares de transición que alberga mutaciones de KRAS, incluso en células pulmonares normales, y, en última instancia transiciones a adenocarcinoma de pulmón.
Las células alveolares, que son células epiteliales cruciales para el intercambio de gases dentro del pulmón, se pueden agrupar en dos tipos de células. Las celdas de tipo I son más comunes y funcionan principalmente en el intercambio de gases, mientras que las celdas de tipo II son menos nuemrosas y brindan apoyo a este proceso. En caso de lesión del pulmón las células de tipo II tienen propiedades inherentes que les permiten diferenciarse en células de tipo I para reemplazar las células dañadas.
La gran cantidad de células epiteliales que estudiadas junto con las nuevas tecnologías, permitieron identificar dos destinos distintos para las células tipo II. Ambas comparten un estado intermedio común, pero un camino conduce a células tipo I y el otro progresa a tumores. Curiosamente, incluso encontraron estas células intermedias en el tejido pulmonar normal y en las regiones normales que rodean los cánceres de pulmón, y están atrapadas allí.
Los investigadores también descubrieron que estas células intermedias en el tejido normal, que aún no eran cancerosas o incluso precancerosas, tenían mutaciones impulsoras de KRAS que no se encontraron en otros tipos de células pero que coincidían con las de los tumores de los mismos pacientes.
Según los autores, la secuenciación masiva estableció previamente mutaciones de KRAS en tejido normal. Pero utilizando este nuevo enfoque y otras herramientas computacionales, los investigadores establecieron que estas mutaciones provenían de un tipo de célula específico e infirieron que podrían ser precursoras del adenocarcinoma. Se necesita un análisis más profundo de este proceso de transición para comprender completamente los mecanismos de funcionamiento.
De esta forma, el estudio proporciona evidencia inequívoca de que, de hecho, las células tumorales surgen de estas células intermedias, lo que abre la puerta a nuevas vías de investigación. Así los hallazgos sugieren que los inhibidores de KRAS podrían ser clínicamente beneficiosos para el tratamiento o incluso la interceptación de las etapas primitivas del adenocarcinoma de pulmón.
19 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de |Noticia
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La OPS instó a los países de las Américas a recuperar la cobertura de vacunación de rutina, pues hoy solo 15 de cada 100 niños en la región están parcialmente protegidos contra enfermedades prevenibles.
Aun cuando históricamente esta zona ha sido líder en la eliminación de enfermedades, desde hace más de una década las coberturas de vacunación han disminuido significativamente, aseveró el doctor Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Entre las causas están la falsa percepción de que las enfermedades eliminadas y controladas ya no representan un riesgo para la salud de las personas, que los programas de vacunación bajaron en la lista de prioridades y que aumentó la desinformación desde la pandemia de la Covid-19.
En vísperas del inicio de la Semana de Vacunación en las Américas (20 de abril), Barbosa insistió en la necesidad de recuperar la cobertura de vacunación regional, particularmente para enfermedades altamente contagiosas como el sarampión, debido al aumento de casos en todo el mundo, lo que calificó de «muy preocupante».
Advirtió que los países también siguen lejos de la tasa de cobertura del 90 por ciento necesaria para proteger a las niñas de nueve a 14 años contra el Virus del Papiloma Humano, que les brinda protección de por vida contra el cáncer de cuello uterino, una de las principales causas de muerte entre las mujeres.
En su opinión, para alcanzar esta recuperación se requiere vencer desafíos tales como: aumentar los recursos financieros y técnicos para mejorar el desempeño de los servicios esenciales de vacunación, establecer estrategias de comunicación efectivas para abordar las dudas sobre las vacunas y elevar el compromiso político con los programas de vacunación de rutina.
El directivo aseguró que la OPS está lista para apoyar a las naciones a fortalecer la vigilancia de enfermedades, aumentar las tasas de cobertura de vacunación en todos los rincones de su territorio nacional y evitar brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunación.
Esto es a través del mecanismo regional de adquisición de vacunas de la organización —el Fondo Rotatorio para Acceso a las Vacunas—, el cual entre 2022 y 2023 proporcionó a los países más de 130 millones de dosis de vacunas y, además, les posibilita el acceso a vacunas seguras y de calidad a precios asequibles.
En este contexto, resalta también el programa especial de la OPS, Plataforma Regional de Innovación y Producción, que continúa apoyando la fabricación de vacunas, lo cual no sólo beneficiará a las Américas durante las emergencias, sino que ayudará a mejorar el acceso a las vacunas para los programas regulares, enfatizó Barbosa.
19 abril 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Investigadores de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) examinaron a pacientes con COVID-19 en todo Estados Unidos que sobrevivieron a algunas de las batallas más largas y desgarradoras contra el virus y descubrieron que alrededor de dos tercios todavía tenían problemas físicos, psiquiátricos y cognitivos hasta un año después.
El estudio, que aparece en la revista Critical Care Medicine, revela el impacto que alteró la vida del SARS-CoV-2 en estas personas, la mayoría de las cuales tuvieron que ser conectadas a ventiladores mecánicos durante un promedio de un mes.
Demasiados enfermos para ser dados de alta a un hogar de ancianos especializados o a un centro de rehabilitación, estos pacientes fueron trasladados a hospitales especiales conocidos como hsopitales de cuidados intensivos a largo plazo (LTACH, por sus siglas en inglés). Estos hospitales se especializan en desconectar a los pacientes de los ventiladores y brindar atención de rehabilitación, y fueron una parte crucial de la respuesta a la pandemia.
Entre los 156 participantes del estudio, el 64 % informó tener un deterioro persistente después de un año, incluido el físico (57 %), respiratorio (49 %), psiquiátrico (24 %) y cognitivo (15 %). Casi la mitad, o el 47 %, tenía más de un tipo de problema. Y el 19 % siguió necesitando oxígeno suplementario. El seguimiento a largo plazo ayuda a esbozar el alcance de los problemas médicos que experimentaron quienes enfermaron gravemente de COVID al principio de la pandemia.
«Tenemos millones de supervivientes de la enfermedad COVID más grave y prolongada en todo el mundo» expone el primer autor del estudio, Anil N. Makam profesor asociado de medicina en la UCSF. «Nuestro estudio es importante para comprender su recuperación y sus deterioros a largo plazo, y para proporcionar una comprensión matizada de su experiencia que les cambió la vida».
Con este fin, los investigadores reclutaron a 156 personas que habían sido transferidas por COVID a uno de los nueve LTACH en Nebraska, Texas, Georgia, Kentucky y Connecticut entre marzo de 2020 y febrero de 2021. Los interrogaron por teléfono o en línea un año después de su hospitalización. La duración total promedio de la estancia en el hospital y el LTACH para el grupo fue de aproximadamente dos meses. Su edad promedio era de 65 años y la mayoría dijo que estaban sanos antes de contraer COVID.
Además de sus dolencias persistentes por COVID, los participantes también tenían problemas persistentes debido a sus largas estadías en el hospital, incluidas dolorosas úlceras por decúbito y años a los nervios que limitaban el uso de sus brazos o piernas. «Muchos de los participantes que entrevistamos estaban más molestos por estas complicaciones, por lo que evitar que ocurran en primer lugar es clave para la recuperación», apunta Makam.
Aunque el 79 % dijo que no había vuelto a su salud habitual, el 99 % había regresado a su casa y el 60 % de los que habían estado empleados anteriormente dijeron que habían vuelto a trabajar. Los resultados subrayan que es normal que alguien que ha sobrevivido a una enfermedad tan trave tenga problemas de salud persistentes.
«Las deficiencias duraderas que observamos son comunes a los sobrevivientes de cualquier enfermedad crítica prolongada, y no son específicas de la COVID, y se abordan mejor mediante rehabilitación multidisciplinaria», concluye Makam.
19 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de |Noticia
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La carga de enfermedad en años perdidos por muerte prematura y mala salud presentó una mejora desde 2010 hasta la fecha, exceptuando los años de la pandemia de Covid-19, señala un estudio publicado hoy en The Lancet.
Los datos de la indagación refieren que las tasas totales de carga de morbilidad global disminuyeron un 14,2 por ciento de 2010 a 2019 y la esperanza de vida saludable, el número de años que una persona puede esperar existir con buena salud, aumentó de 61,3 años en 2010 a 62,2 años en 2021, puntualiza el estudio.
El primero está enfocado en medir la muerte prematura y la discapacidad debido a la pandemia de Covid-19 a nivel mundial y la compara con otras enfermedades y lesiones.
Por otro lado, especifica, las infecciones de las vías respiratorias inferiores, la diarrea, la malaria, la tuberculosis y el VIH/SIDA entre 2010 y 2021 van desde reducciones del 17,1 por ciento para los trastornos neonatales al 47,8 por ciento para el VIH/SIDA.
Asimismo, la carga de morbilidad por accidente cerebrovascular se redujo un 16,9 por ciento, mientras que por cardiopatía isquémica disminuyó un 12,0 por ciento durante el mismo período.
La investigación presenta estimaciones actualizadas del Estudio de carga global de enfermedades, lesiones y factores de riesgo (GBD) 2021 que analiza la incidencia, prevalencia, años vividos con discapacidad (con una salud no ideal) y perdidos de vida saludable a nivel global, regional y nacional.
Recalca que la Covid-19 fue la principal causa de carga de muerte en todo el mundo en 2021, representando el 7,4 por ciento de la carga total en todo el orbe.
En este sentido, la indagación señala que esa enfermedad afectó de manera diferente a hombres y mujeres; los del sexo masculino tenían más probabilidades de fallecer.
«Sin embargo, los efectos secundarios de la pandemia de Covid-19, incluida la persistencia de malestares y los trastornos mentales, afectaron más a las féminas», indica el estudio.
Señala también que, sin intervención médica adecuada, más de 1 300 millones de personas en el mundo vivirán con diabetes en 2050.
Sobre la esperanza de vida saludable, la investigación mostró un mínimo cambio entre los países en los niveles más altos del índice sociodemográfico, disminuyendo ligeramente de 68,9 años en 2010 a 68,5 años en 2021.
«Aunque las personas viven vidas más largas en todo el mundo, no pasan todos esos años con buena salud», afirma el texto.
Ello está principalmente influenciado por el dolor lumbar, los trastornos depresivos y los dolores de cabeza.
18 abril 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Ace Alzheimer Center Barcelona remarca la importancia de contar con hábitos de lectura para estimular y preservar la función cognitiva y prevenir así el Alzheimer y otras formas de demencia ya que la lectura no solo es un placer para la mente, sino que se trata de una de las actividades más beneficiosas para la salud, pues estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales.
En concreto, la lectura ayuda a ejercitar la concentración, la atención, la memoria y la capacidad de visualización, actuando, así como un escudo protector contra el deterioro cognitivo.
Por esta razón, es muy importante fomentar este hábito desde pequeños y mantenerlo a lo largo de toda la vida. Y es que, más allá de preservar nuestras habilidades cognitivas, la lectura también reduce el estrés, que da origen a dolencias neurológicas como las cefaleas, y permite desarrollar buenas rutinas de higiene del sueño cuando se practica antes de dormir.
El cerebro necesita mantenerse activo para mejorar sus funciones e incrementar la rapidez de respuesta. Por esto, una de las mayores aportaciones que brinda la lectura es que ayuda a incrementar nuestra reserva cognitiva, un concepto clave en este contexto, que explica cómo el cerebro puede compensar y tolerar mejor los cambios ocasionados por determinadas patologías, permitiendo que las personas mantengan sus habilidades cognitivas a pesar de los cambios en el cerebro asociados con la edad o enfermedades neurodegenerativas.
Además de la lectura, el nivel educacional, estilo de vida y las actividades de ocio son otros de los factores que incrementan esta reserva y que proporcionan una mayor protección contra el deterioro cognitivo. Contar con un hábito de lectura frecuente durante más de cinco años y poseer al menos estudios primarios completos, ayuda a una protección más significativa ante este tipo de patologías.
Por último, cabe destacar la importancia de la lectura no solo para prevenir el Alzheimer sino también para tratarlo y mejorar la calidad de vida de las personas que ya lo padecen. En concreto, les ayuda en el trabajo del lenguaje y la memoria y contribuye significativamente a conservar las funciones cognitivas.
Para ello, la responsable de la Unidad de Atención Diurna de Ace Alzheimer Center Barcelona, Amèrica Morera, aconseja fomentar el hábito de leer en voz alta con los pacientes y resalta que «es importante adaptar las lecturas a las necesidades e intereses de cada paciente para conseguir que esta actividad les resulte atractiva e incluso les permita recordar aspectos o emociones vitales».
18 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de |Noticia