Tener una epidural durante el parto no está asociado con un mayor riesgo de autismo en el niño, según un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y la Universidad de Manitoba.

autismoEl trabajo, publicado en JAMA Pediatrics, ayuda a resolver las preguntas planteadas por un informe anterior ampliamente criticado sobre el tema.

«No encontramos evidencia de ningún vínculo genuino entre recibir una epidural y poner a su bebé en mayor riesgo de trastorno del espectro autista», ha indicado el autor principal del estudio, Alexander Butwick, profesor asociado de anestesiología, medicina peri operatoria y analgésica en Stanford. El estudio debería ayudar a tranquilizar tanto a los médicos como a las mujeres embarazadas sobre el perfil de seguridad favorable de la epidural, añadió.

«La epidural es el estándar de oro en el manejo del dolor del parto», ha señalado la autora principal del estudio, Elizabeth Wall-Wieler, profesora asistente en la Universidad de Manitoba. «La gran mayoría de la evidencia en torno a la epidural, incluida la de nuestro nuevo estudio, muestra que son el medio más eficaz para aliviar el dolor de las mujeres durante el trabajo de parto y que las complicaciones graves son poco frecuentes».

En octubre de 2020, un estudio de los nacimientos en California señaló que el uso de la epidural se asoció con un 37 por ciento más de riesgo de diagnóstico tardío de autismo en los niños. El trabajo fue ampliamente criticado por no tener en cuenta muchos factores de riesgo socioeconómicos, genéticos y médicos del autismo, separados de la epidural, que podrían ser más comunes entre las mujeres que optan por esta anestesia.

Los expertos también señalaron que era biológicamente inverosímil que las epidurales aumentaran el riesgo de autismo. Poco después de la publicación de ese estudio, varias sociedades profesionales emitieron un comunicado diciendo que el estudio no proporcionó evidencia científica creíble de que las epidurales causen autismo.

Los datos cambiaron al incluir otros factores

La nueva investigación examinó el uso de la epidural durante el parto y los diagnósticos posteriores de autismo en Manitoba, Canadá. Incluyó a 123 175 niños que nacieron entre 205 y 2016 y fueron seguidos hasta 2019. Todos nacieron por parto vaginal y fueron partos únicos, no gemelos ni otros múltiples. De los estudiados, el 38,2 por ciento fueron expuestos a anestesia epidural durante el trabajo de parto; el resto no. Del primer grupo, al 2,1 por ciento se les diagnosticó posteriormente un trastorno del espectro autista, en comparación con el 1,7 por ciento de los niños no expuestos a epidurales.

Después los investigadores controlaron los factores que se cree que pueden influir en el riesgo de autismo, muchos más factores de este tipo que en el estudio anterior. Entre ellos se incluyeron factores socioeconómicos (educación de las madres, estado civil, nivel socioeconómico del barrio y asistencia social durante el embarazo); historial médico de la madre antes del embarazo (incluyendo diabetes, hipertensión, ansiedad y depresión); condiciones médicas durante el embarazo; el tabaquismo, el alcohol y las drogas recreativas de las madres; hospitalización de madres por enfermedad mental durante el embarazo; el uso por parte de las madres de varios tipos de medicamentos recetados (benzodiacepinas, antidepresivos y antiepilépticos); complicaciones médicas del parto; y factores relacionados con el embarazo y el trabajo de parto de las madres, incluida la duración del embarazo, si el trabajo de parto fue inducido o aumentado, y si el feto era grande o estaba angustiado durante el parto.

Los investigadores también analizaron pares de hermanos en los que la madre recibió una epidural durante el nacimiento de un niño, pero no el otro. Esta comparación permitió explicar los factores genéticos y familiares que influyen en el riesgo de autismo.

Una vez que los investigadores ajustaron todos los factores de confusión, no hubo una diferencia estadísticamente significativa en el riesgo de autismo entre los niños cuyas madres recibieron epidurales durante el parto y los que no. Tener en cuenta los factores genéticos y relacionados con la familia redujo aún más la diferencia entre los grupos. El equipo realizó muchos análisis diferentes, según indicó Wall-Wieler, y encontró repetidamente una falta de asociación entre la epidural y el autismo. «Eso nos da mucha confianza en la solidez de nuestros resultados«, señaló.

«Nuestro estudio tiene un hallazgo más sólido porque tomamos en cuenta las limitaciones que tenía el primer estudio», ha indicado Butwick. «La epidural sigue siendo un medio eficaz y bien establecido para aliviar el dolor durante el trabajo de parto, con varios beneficios asociados».

abril 27/2021 (Redacción Médica)

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