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Una investigación del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona ha detectado 39 casos de nueva aparición en los campamentos urbanos del total de 1 905 personas analizadas. El seguimiento escrupuloso de las medidas para prevenir la transmisión, y la distribución de menores y monitores en grupos ‘burbuja’ han sido las actuaciones más eficaces, según los investigadores.
La plataforma Kids Corona, del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona para el estudio de la incidencia del SARS-CoV-2 en menores y embarazadas, ha hecho públicos los resultados de un estudio realizado en 22 campamentos de verano del área urbana de Barcelona para observar la capacidad de transmisión del coronavirus en la población infantil y los monitores de las escuelas. Se trata, según afirman los investigadores de Kids Corona y la gerencia del hospital, de uno de los estudios más amplios a escala internacional de incidencia del coronavirus en una población infantil.
Según han presentado en rueda de prensa, el trabajo ha identificado 39 casos índice , de nueva aparición, de un total de 1 905 personas analizadas. Nueve de estos positivos corresponden con monitores de los campamentos y 30 a niños y niñas. Así, los casos pediátricos han tenido contacto con otros 253 menores, que son sus grupos estables de convivencia, de los cuales 12 (4,7 %) han presentado una PCR positiva.
Del total de casos pediátricos, 22 no han transmitido ninguna infección en los campamentos, cinco casos lo han transmitido a un contacto, dos a dos personas y uno a tres contactos
En rueda de prensa, la investigadora principal de Kids Corona, Iolanda Jordán, ha explicado que estos resultados representan un número básico de reproducción local (R0) del 0,3. “Es seis veces inferior a la población general en el momento y lugar de este estudio, que alcanzaba un R0 del 1,7 a 2)”, ha precisado.
Del total de casos pediátricos, 22 no han transmitido ninguna infección en los campamentos, cinco lo han transmitido a un contacto, dos a dos personas y uno a tres contactos. Del mismo modo, la investigadora ha apuntado que los menores de 12 años y los comprendidos entre 13 y 17 años han mostrado la misma capacidad de transmisión del virus y que ninguno de los casos ha presentado síntomas o complicaciones clínicas.
El éxito: seguimiento de medidas y ‘burbujas’
Los grupos burbuja han permitido una trazabilidad de contagios más sencilla y el poder hacer cuarentenas selectivas.
Jordán ha apuntado que el éxito de esta baja tasa de transmisión del SARS-CoV-2 se ha obtenido gracias a medidas “muy consensuadas, exhaustivas y seguidas con rigidez para prevenir el contagio de la COVID-19”, entre las que destaca el lavado frecuente de manos y la distribución de los niños y niñas en grupos burbuja, menores en grupúsculos y con un monitor al cargo.
Sobre la primera, ha asegurado que aquellos campamentos en los que se establecía un lavado de manos protocolarizado, “por ejemplo, de al menos cinco veces al día”, la tasa de transmisión del virus ha sido nula o de las más bajas. En cuanto a las burbujas, la investigadora ha asegurado que esta distribución de los menores “ha permitido una trazabilidad mucho más sencilla y el poder hacer cuarentenas selectivas”.
Por otro lado, ha explicado que en los resultados del estudio se observa una correlación directa entre el volumen de la infección de la población general y el número de casos detectados en los campamentos, lo que indica que estas escuelas de verano no han sido las que más transmitían la enfermedad en su entorno.
La vuelta al cole
Hay una correlación directa entre la infección de la población general y los casos detectados en los campamentos, lo que indica que estas escuelas no han sido los grandes transmisores del coronavirus.
El responsable institucional del estudio, Juanjo García, ha señalado que estos resultados preliminares “tienen un impacto social relevante, ya que aportan pistas para reabrir las escuelas de la forma más segura posible”.
“Las condiciones de las escuelas de verano no son las mismas que las del colegio, pero todas las medidas tomadas en los campamentos, lavado de manos, uso de mascarillas y grupos estables de contacto, tendrían que aplicarse en las escuelas”, ha opinado.
En este sentido también se ha expresado Jordán, quien ha recordado que este estudio no puede determinar si los menores tienen más o menos capacidad de transmisión del SARS-CoV-2: “Lo que sí sabemos es que los niños pueden transmitir, pero si se hacen correctamente las cosas, la incidencia puede ser nula”, asegura Iolanda Jordán.
PCR en saliva
Todas las pruebas realizadas a los menores eran test PCR en saliva, en lugar de las habituales PCR nasofaríngeas.
Esta elección está motivada, según ha explicado a SINC Iolanda Jordán, a que se trata de una prueba “menos molesta para los niños sanos, más aceptada por las familias y más adecuada en logística. El menor solo tiene que esputar en un bote y el profesional no necesita equiparse con una EPI”.
Aunque no puede precisar datos sobre la especificidad y sensibilidad de este tipo de PCR, la investigadora ha asegurado que hay publicaciones que otorgan suficiente fiabilidad a este test. A este aspecto, ha agregado que una de las escuelas pudo realizar PCR de saliva y nasofaríngeas, arrojando los mismos resultados en ambos casos.
Participación pública y privada de Kids Corona
El director gerente del Sant Joan de Déu, Manel del Castillo, ha destacado el esfuerzo de los más de 60 profesionales involucrados en Kids Corona, entre los que destaca el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el Centro de Regulación Genómica, el Grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos (BIOCOM-SC) de la Universidad Politécnica de Cataluña. Este trabajo se ha desarrollado con el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña.
Por otro lado, ha mostrado un especial agradecimiento a la financiación privada de esta plataforma. Así, destaca la donación de 500 000 € que ha aportado la Fundación Barça, a partir de una beca de la Stavros Niarchos Foundation, la aportación de 200 000 € de Banco Santander y la ayuda la Fundación Privada Nou Mil.leni, Villa Reyes, Fundación Carmen y Maria José Godó, e Inmobiliaria Colonial, entre otras entidades.
Limitaciones del estudio
Los investigadores han manifestado que este trabajo cuenta con algunas limitaciones a la hora de extrapolar sus resultados. Destacan que el seguimiento se ha hecho en un tiempo reducido (cinco semanas) y que los resultados provienen de pruebas PCR, pero que aún están pendientes de los test serológicos que podrían provocar alguna variación. También se ha realizado un seguimiento clínico a los contactos para detectar posibles falsos negativos.
Del mismo modo, hay que tener en cuenta que la mayor parte de las actividades de los campamentos se han hecho al aire libre y con grupos pequeños, de forma que los resultados no son directamente extrapolables en otras condiciones.