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Los estudios publicados en febrero arrojaron que la carga viral del SARS-CoV-2, alcanza su punto máximo dentro de la primera semana del inicio de la enfermedad. Un nuevo trabajo publicado en The Lancet, muestra los patrones de desprendimiento de ARN virales observados en pacientes con COVID-19 leve y grave y confirman que los casos graves tienden a una alta carga viral y un período más largo de eliminación del virus.
El estudio llevado a cabo por la Universidad Hong Kong incluyó a 76 pacientes ingresados en el Primer Hospital Afiliado de la Universidad de Nanchang (Nanchang, China) del 21 de enero al 4 de febrero de 2020. En todos los pacientes se confirmó el positivo en COVID-19 a través de RT-PCR en el momento del ingreso.
La carga viral de los casos graves era 60 veces mayor que la de los casos leves
Los datos confirmaron que la carga viral media de los casos graves era 60 veces mayor que la de los casos leves, lo que sugiere que las cargas virales más altas podrían estar asociadas con resultados clínicos graves. Los investigadores estratificaron aún más estos datos de acuerdo con el día de inicio de la enfermedad y los valores de DCt de los casos graves se mantuvieron significativamente más bajos durante los primeros 12 días en comparación con los de los casos leves.
Asimismo, se encontró que los casos leves tenían un aclaramiento viral temprano; el 90 % de estos pacientes dieron repetidamente resultados negativos en la RT-PCR del día 10 después del inicio de la enfermedad. Por el contrario, todos los casos graves dieron positivo en el día 10 después del inicio de los síntomas.
En general, estos datos indican que, similar al SARS en 2002–03, los pacientes con COVID-19 grave tienden a una alta carga viral y un período más largo de eliminación del virus. Este hallazgo sugiere que la carga viral de SARS-CoV-2 podría ser un marcador útil para evaluar la gravedad y el pronóstico de la enfermedad.