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El Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid ha albergado el II Curso de dieta cetogénica en epilepsia refractaria. La reunión científica ha sido auspiciada por Nutricia Advanced Medical Nutrition, y ha contado con la participación de Eric Kossoff, profesor de Neurología y Pediatría en el Instituto Médico Johns Hopkins, en Baltimore, y director médico del programa de dieta cetogénica en el citado centro.
“Esta dieta, rica en grasas y baja en carbohidratos, se lleva usando casi 100 años. Sobre todo para brotes difíciles de controlar en niños. Habitualmente, la usamos cuando dos fármacos han fallado porque los estudios indican que las posibilidades de que un tercer fármaco funcione son muy bajas. Empezamos con alguno de los 25 fármacos disponibles porque son más fáciles de usar y garantizan la adherencia”, ha explicado.
Kossoff admite que es complicado para los padres administrar esta dieta a sus hijos “porque es algo diferente a lo que están acostumbrados a comer. Es interesante que se haya hecho muy popular para perder peso y mucha gente me dice que no es tan complicado seguirla”. En su opinión, el aspecto más complicado es que deben pesarse con precisión todos los alimentos para preparar las comidas.
Los resultados de los diferentes estudios, con independencia de edad, sexo o país, muestran que la dieta reduce el número de brotes. Un aspecto por explicar aún es por qué la dieta lo logra. “La explicación probable es que hay 10-12 mecanismos involucrados, entre ellos el de las cetonas. Otra teoría la vincula con la ingesta de grasas y otra más apunta a que el motivo es que mantiene la glucosa baja en sangre. O quizá son los cambios en la microbiota y su relación con GABA. El caso es que, aproximadamente, el 50-60% de niños responde. Y de ellos, uno de cada tres queda libre de brotes. En la otra mitad de niños que no responde, las opciones son nuevos fármacos, cirugía y estimulación nerviosa profunda”, ha detallado.
Papel fundamental del nutricionista
Un aspecto crucial es el manejo multidisciplinar del paciente con el pediatra, el nutricionista, el neurólogo y enfermería, entre otros especialistas. “En ocasiones incluso hay que añadir a un especialista en vida infantil, a un farmacéutico, a un secretaria que coordine… es un gran equipo, pero el dietista/nutricionista es fundamental”, ha recalcado.
Su investigación actual se centra en la efectividad de la dieta Atkins modificada, una versión menos restrictiva de la dieta cetogénica “y que podría funcionar mejor. Todavía estamos buscamos poblaciones ideales para realizar los estudios”.