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Un estudio publicado por investigadores brasileños y franceses ha mostrado que niños disléxicos de 9-10 años que utilizaron filtros verdes experimentaron un aumento en la velocidad de lectura. En niños sin dislexia, dichos filtros no surtieron efecto alguno.
Los investigadores seleccionaron 18 niños con dislexia y otros 18 que no padecían esta condición, y para el experimento eligieron los filtros de colores amarillo y verde. Todos los niños debían leer en una pantalla fragmentos de libros infantiles recomendados para su edad. Leían distintos extractos sin filtro, con un filtro amarillo y con otro verde. Durante todo el tiempo se empleaba un aparato apoyado sobre la cabeza que medía el movimiento de los ojos (Eye Tracker).
Mientras que en los niños sin dislexia no se registraron cambios en la velocidad de lectura con los filtros, el Eye Tracker detectó que los niños disléxicos pasaron a fijar fragmentos de palabras o de frases por 500 milésimas de segundo utilizando el filtro verde. Sin el filtro o utilizando el filtro amarillo, el tiempo era de 600 milésimas de segundo. De todos modos, ese periodo es superior al de los niños sin dislexia, cuya fijación es de 400 milésimas de segundo.
Los autores hacen hincapié en que no evaluaron si el filtro verde mejoró la comprensión de lo que se leyó.
Los investigadores creen que la mejora del tiempo de lectura con el filtro verde podría deberse a cambios en el estímulo visual disponible para el procesamiento en el sistema nervioso central. Otros estudios sugieren que los filtros reducen la excitabilidad de la corteza cerebral, que puede ser mayor en los disléxicos y ello obstaculizaría la lectura. El estudio se publica en Res Dev Disabil.
noviembre 22/2018 (neurologia.com)