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Un estudio ha señalado que dormir demasiado o demasiado poco podría influir en el riesgo de ictus, dependiendo también de la raza y del sexo.
Los investigadores observaron a 16 733 estadounidenses blancos (63 %) y negros (37 %), mayores de 45 años, con una edad media de 64 años y sin antecedentes de ictus. La muestra comprendía un 10,4 % (n = 1747) de personas con un sueño de corta duración (< 6 h) y un 6,8 % (n = 1134) de personas con un sueño de larga duración (≥ 9 h). Durante un seguimiento medio de 6,1 años, se produjeron un total de 460 ictus: 172 en personas de raza negra y 288 en blancos.
Los hombres negros con un sueño de corta duración tenían un 79 % menos de probabilidades de sufrir un ictus que los que tenían un sueño promedio, y los hombres blancos que dormían nueve o más horas por noche tenían un riesgo un 71 % más alto de ictus que los que tenían un sueño promedio. El número de horas dormidas no afectó el riesgo de ictus de las mujeres, fueran negras o blancas.
En su análisis, los investigadores ajustaron por otros factores de riesgo de ictus, como fumar, la diabetes y la enfermedad cardíaca, aunque el estudio no probó una relación causal directa. El estudio fue publicado por Neurology 2018.
noviembre 6/2018 (neurologia.com)