El mundo de la cardiología infantil, a imagen de lo ocurrido en el ámbito del paciente adulto, avanza notablemente. De la experiencia clínica y de su combinación con la investigación se extraen las estrategias terapéuticas más útiles en cada caso. Además, cada vez se afina más en la prevención de ciertas patologías y en procedimientos menos agresivos.

(A la izquierda aparece la imagen del ventrículo derecho con conducto anterior protésico y salida nativa posterior, ambas insuficientes. A la derecha, el mismo caso de un paciente pediátrico en el que puede apreciarse la implantación de doble prótesis pulmonar percutánea conocida como Melody, en ambos tractos de salida. El dispositivo se implantó en procedimientos consecutivos en un periodo de dos años.)

Las arritmias cardiacas infantiles son menos frecuentes que las que aparecen en el adulto, pero de «un abordaje terapéutico de mayor complejidad, fundamentalmente porque no se dispone de un arsenal sencillo y fundamental como ocurre en el caso de los adultos. No obstante, uno de los pasos más importantes que se han dado en esta patología ha sido «la posibilidad de diagnosticar el origen genético de algunas de ellas, muy relacionadas con la muerte súbita», ha explicado a DM Constancio Medrano, jefe de la Unidad de Cardiología Infantil No Invasiva del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, que junto a José Luis Zunzunegui, jefe de la Unidad de Cardiología Intervencionista Infantil, y Enrique Maroto, jefe del Servicio de Cardiología Infantil, todos del Gregorio Marañón, han coordinado la XVIII Reunión de Cardiología Pediátrica que se ha celebrado en el citado centro.

De esta forma, y según el cardiólogo infantil, este subgrupo de arritmias pueden evitarse implantando desfibriladores automáticos que son capaces de prevenir la muerte súbita en esos pacientes. «En niños, este abordaje es complejo, pero en adolescentes, grupo en el que con mayor frecuencia, a pesar de la rareza, aparece la muerte súbita por esta causa, es más factible». De hecho, el equipo del Marañón tiene experiencia con dicho procedimiento ya que ha implantado este año varios dispositivos de este tipo.

Infecciones respiratorias
Asociadas a cardiopatías congénitas aparecen también infecciones respiratorios. El equipo del Marañón colabora desde años con el grupo Civic, de la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas, con el que han valorado el seguimiento de una cohorte de casi 3000 niños. Los datos actualizados aluden a las infecciones respiratorias, concretamente al virus respiratorio sincitial (VRS), y a la importancia de su profilaxis con la molécula denominada palivizumab, ya que las cardiopatías acarrean mayores complicaciones infecciosas respiratorias que retrasan las cirugías o que hacen que su estado empeore.

Además, en el estudio se ha analizado la situación de otro grupo de cardiópatas: los niños con síndrome de Down, una población con riesgo aumentado y con especial probabilidad de hipertensión pulmonar. «Este grupo específico de pacientes, tanto para la infección por VRS como para hipertensión pulmonar, constituye una población muy especial que, además de tener cardiopatías como los otros niños, presentan esas condiciones que deben ser vigiladas».

En otro trabajo con el grupo Civic también se demuestra que los niños con síndrome de Down pero que no padecen cardiopatías también tienen más ingresos hospitalarios.

Vigilancia especial
«Ambos grupos deben ser cuidados especialmente y no sólo por las infecciones respiratorias sino porque pueden desarrollar trastornos como la hipertensión pulmonar. A este respecto, Medrano ha recalcado los avances que se han producido en la hipertensión pulmonar, una patología que actualmente se maneja clínicamente, gracias a la experiencia en el adulto, con menos morbimortalidad y calidad de vida. «Médicamente también se dispone de nuevos fármacos que permiten mejorar la calidad de vida y hacerlos candidatos a abordajes para los que anteriormente no estaban contemplados».

En cardiología intervencionista o hemodinámica infantil y cardiopatías congénitas, Zunzunegui ha destacado la implantación de válvulas percutáneas en niños de muy corta edad, menores de cinco años, con las que se han evitado cirugías.

Mejorar los accesos
Un ejemplo claro son las válvulas pulmonares tipo Melody, que ya se utilizan a largo plazo en adultos con alteraciones. «Anteriormente, los pacientes intervenidos de tetralogía de Fallot con insuficiencia de la válvula debían someterse a cirugía pasado un tiempo. Actualmente, es un proceso que se puede volver a hacer sin tener que pasar por quirófano y con un mantenimiento a largo plazo».

En la reunión, en la que participó Pedro del Nido, del Hospital Infantil de Boston, de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), y uno de principales expertos mundiales en cardiopatías, también se ha valorado la posibilidad de aumentar las indicaciones de la prótesis percutánea pulmonar en niños. «Una de las novedades es el empleo de procedimientos híbridos, en los que participan equipos multidisciplinares, para implantar dispositivos a los que no se puede acceder por los vasos mediante técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas», según Zunzunegui.

Tampoco olvidan ambos especialistas la aportación de la imagen cardiológica que ayuda a la técnica para «visualizar una imagen real en directo, en tres dimensiones y que permite contemplar la estructura casi en tiempo real y en vivo durante los procedimientos».
abril 12/2012 (Diario Médico)

abril 13, 2012 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Cardiología, Genética, Pediatría | Etiquetas: , , , |

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