El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, conocido por sus siglas TDAH afecta entre un 4% y un 7% de la población infantil, pero también a los adolescentes y adultos, a los que puede arruinar la vida laboral o incluso empujar al alcohol y las drogas.

Con el fin de llamar la atención sobre este problema, que a menudo se diagnostica mal o tarde, el doctor Juan Antonio Hormaechea, jefe de Psiquiatría del Hospital Quirón Vizcaya, acaba de publicar un libro, junto al artista y dibujante Roberto Bergado, que muestra todos los síntomas de esta dolencia reunidos en un mismo personaje.

La enfermedad, que tiene un componente hereditario, se origina por un déficit de dopamina, una hormona que cumple funciones neurotransmisoras. Sus principales síntomas son la hiperactividad, la impulsividad y el déficit de atención. Los dos primeros tienden a disminuir con la edad; pero la falta de atención, no tanto. \»Un 50% de los síntomas pasan a la adolescencia y la edad adulta\», señala Hormaechea. \»El TDAH no tratado puede generar muchos conflictos sociales y laborales en la vida del adolescente y del adulto, pero también genera consecuencias negativas en su entorno. Existe una relación directa y demostrada entre el TDAH y las adicciones, especialmente con las drogas y el alcohol\», concluye el experto.

El TDAH no ha sido aceptado como enfermedad en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales hasta el año 2000. Antes, se conocían sus síntomas pero se asociaban a la falta de educación o el mal comportamiento. El médico alemán Heinrich Hoffman describió tanto la hiperactividad como el déficit de atención en su célebre libro para niños \»Pedro El Greñudo\» (Struwwelpeter), publicado a mediados del siglo XIX y reeditado en el 2008 por Hormaechea y Bergado. Sus páginas muestran, junto al inquieto Felipe y un tal Juanito tan despistado que se cae al río mientras camina, un auténtico catálogo de maldades asociadas a la infancia y que derivan en toda clase de catástrofes.

Los expertos consideran hoy, sin embargo, que algunos de estos niños malos eran realmente enfermos. En palabras de Idoia Loroño, presidenta de la Asociación Vizcaína de TDAH, \»es importante que los afectados acepten que padecen un TDAH y que no se culpabilicen por su comportamiento, sino que, todo lo contrario, busquen un buen diagnóstico y tratamiento\». El más adecuado, según Hormaechea, sería la combinación de fármacos y psicoterapia.
mayo 11/2011 (Intramed)

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