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24
Casi un 40 por ciento de los niños pequeños diagnosticados con autismo ya no cumplen con las características de ese diagnóstico a los 6 años, muestra una investigación reciente
Los investigadores señalan el hecho de que el trastorno puede variar ampliamente en gravedad, y las intervenciones más tempranas parecen estar ayudando
Pero un experto anotó que incluso si un niño ya no es diagnosticado con autismo no significa que no tenga otras necesidades que requieran apoyo
No todos los niños diagnosticados con autismo en la niñez siguen teniendo ese diagnóstico una vez que llegan a la escuela primaria, muestra un estudio reciente.
Si bien algunas investigaciones anteriores han sugerido que esto podría ser cierto, la nueva investigación lo respalda, encontrando que un gran porcentaje, alrededor del 37 por ciento, de estos niños pequeños ya no cumplían con los criterios para la afección a la edad de 6 años.
«Creo que lo que esto muestra es la importancia de seguir haciendo un seguimiento del desarrollo de todos los niños con un diagnóstico joven de TEA [trastorno del espectro autista]», señaló la autora principal del estudio, la Dra. Elizabeth Harstad, pediatra del desarrollo del Hospital Pediátrico de Boston. «No quiero que estos hallazgos impliquen que perder el diagnóstico es el mejor resultado. Los niños pueden tener una variedad de resultados maravillosos, ya sea que tengan o no el diagnóstico».
Harstad quería estudiar los rangos de resultados para los niños después de ver ejemplos de esto en su propia práctica y en otras investigaciones.
El hecho de que más de un tercio de los niños con un diagnóstico temprano de autismo no cumplan con ese criterio no significa que los niños tengan un funcionamiento normal. Algunos niños podrían tener dificultades continuas con el lenguaje o la comunicación, trastornos de ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o puntuaciones de CI más bajas, dijo Harstad.
El estudio también encontró que los niños con niveles más bajos de habilidades adaptativas para actividades cotidianas como la comunicación, la toma de decisiones y el autocuidado tenían más probabilidades de que el autismo persistiera.
Los niños del estudio recibieron un diagnóstico entre los 12 y los 36 meses de edad, y recibieron intervenciones basadas en la comunidad.
Luego se sometieron a una evaluación diagnóstica de investigación a los 5 a 7 años, entre agosto de 2018 y enero de 2022.
«Parece que puede haber un punto de inflexión. Otros investigadores han sugerido un punto de inflexión alrededor de los 6 años, en el que los niños ya no tienen los síntomas», dijo Harstad.
Aunque Harstad dijo que una crítica podría ser que estos niños fueron diagnosticados erróneamente inicialmente, los diagnósticos en esta investigación fueron realizados por 44 combinaciones diferentes de un pediatra conductual del desarrollo y un psicólogo, no por un único proveedor o incluso por un pequeño grupo de proveedores. Las evaluaciones incluyeron la medida estándar de oro, el Programa de Observación de Diagnóstico de Autismo.
«Creo que nuestros hallazgos sugieren que tal vez cuando los criterios conductuales para el TEA se aplican a una edad tan temprana, están capturando a los niños con una amplia gama de funciones que tendrán una gama aún más amplia de trayectorias», dijo Harstad.
Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 2 de octubre de la revista JAMA Pediatrics.
Referencia: Harstad E, Hanson E, Brewster SJ, DePilis R, Milliken AL, Aberbach G, et al. Persistence of Autism Spectrum Disorder From Early Childhood Through School Age. JAMA Pediatr[Internet]. 2023[citado 23 ene 2024];177(11):1197–1205. doi:10.1001/jamapediatrics.2023.4003
19 enero 2024│Fuente: HealthDay│ Tomado de │ Noticias de Salud
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Mediante un implante ultrafino se puede hacer un continuo seguimiento y llegar a detectar irregularidades de temperatura asociadas con la inflamación y otras respuestas corporales que surgen con el rechazo del trasplante.
Para personas que viven con un riñón trasplantado, monitorear la salud de su órgano supone un viaje continuo. La forma más sencilla de controlar la salud de los riñones es midiendo ciertos marcadores en la sangre. Al realizar un seguimiento de los niveles de creatinina y nitrógeno ureico en sangre del paciente, los médicos pueden obtener información sobre la función renal. Pero los niveles de creatinina y nitrógeno ureico en sangre pueden fluctuar por razones no relacionadas con el rechazo de órganos, por lo que el seguimiento de estos biomarcadores no es sensible ni específico. Ello conduce, en ocasiones, a falsos negativos o positivos.
Al respecto, investigadores de la Universidad Northwestern (EEUU) han desarrollado el primer dispositivo electrónico para monitorear continuamente la salud de los órganos trasplantados en tiempo real, cuyos resultados se han publicado en ´Science´.
Ubicado directamente sobre un riñón trasplantado, el implante suave y ultrafino puede detectar irregularidades de temperatura asociadas con la inflamación y otras respuestas corporales que surgen con el rechazo del trasplante. Seguidamente, alerta al paciente o al médico transmitiendo datos de forma inalámbrica a un teléfono inteligente o tableta cercana.
Los responsables del dispositivo lo probaron en un modelo animal pequeño con riñones trasplantados y descubrieron que el dispositivo detectaba señales de advertencia de rechazo hasta tres semanas antes que los métodos de seguimiento actuales. Este tiempo adicional podría permitir a los médicos intervenir antes, mejorar los resultados y el bienestar de los pacientes, además de aumentar las probabilidades de preservar los órganos donados, que son cada vez más valiosos debido a la creciente demanda en medio de una crisis de escasez de órganos.
«El seguimiento en tiempo real de la salud del órgano trasplantado del paciente es un paso fundamental hacia la dosificación y la medicina personalizadas», afirmó John A. Rogers, pionero de la bioelectrónica que dirigió el desarrollo del dispositivo.
Características del sensor
El nuevo dispositivo no sólo detecta signos de rechazo antes que otros métodos, sino que también ofrece un seguimiento continuo en tiempo real. Inmediatamente después de las cirugías de trasplante, es posible que los pacientes se realicen análisis de sangre más de una vez por semana. Pero, con el tiempo, los análisis de sangre se vuelven menos frecuentes.
Con sólo 0,3 centímetros de ancho, 0,7 centímetros de largo y 220 micrones de grosor, su medida equivale, aproximadamente, al ancho de un cabello. Para fijarlo al riñón, Rogers y su equipo aprovecharon la biología natural del órgano. Todo el riñón está encapsulado por una capa fibrosa, llamada cápsula renal, que protege al órgano del daño. El equipo diseñó el sensor para que encaje justo debajo de la capa de la cápsula, donde descansa cómodamente contra el riñón.
«La cápsula mantiene el dispositivo en buen contacto térmico con el riñón subyacente», indicó Rogers. «Los cuerpos se mueven, por lo que hay mucho movimiento con el que lidiar. Incluso el propio riñón se mueve. Y es tejido blando sin buenos puntos de anclaje para suturas. Fueron desafíos de ingeniería enormes, pero este dispositivo es una interfaz suave y perfecta que evita el riesgo de dañar el órgano».
El dispositivo contiene, asimismo, un termómetro altamente sensible, que puede detectar variaciones de temperatura increíblemente leves (0,004 grados Celsius) en el riñón, y sólo en el riñón. (El sensor también mide el flujo sanguíneo, aunque los investigadores encontraron que la temperatura era un mejor indicador de rechazo).
Tras el éxito del ensayo con animales pequeños, los investigadores ahora están probando el sistema en un modelo animal más grande.
Referencia
Madhvapathy SR, Jing Wang J, Wang H, Patel M , Chang A , Zheng X , et al. Implantable bioelectronic systems for early detection of kidney transplant rejection. Science. 2023; 381,1105-1112(2023).DOI:10.1126/science.adh7726
https://www.science.org/doi/10.1126/science.adh7726
08/09/2023
Fuente: (IMMedico) Tomado- Hepatología © 2023 Copyright: Publimas Digital
sep
8
(CNN) — El covid-19 no se tomó vacaciones este verano boreal. Los niveles del virus en EE.UU. llevan semanas aumentando, pero es difícil saber con exactitud hasta qué punto se está propagando.
Los datos federales sugieren que los aumentos actuales se han mantenido muy por debajo de picos anteriores y repuntes notables. Pero a juzgar por el boca a boca entre familiares, amigos y compañeros de trabajo, puede parecer que todo el mundo conoce a alguien que está enfermo de covid-19 en estos momentos.
«Desgraciadamente, tenemos a varias personas infectadas con covid», dijo a CNN una organización sin fines de lucro dedicada a la salud cuando se le pidieron comentarios para este artículo.
Es posible que las tasas de enfermedad grave se mantengan en niveles relativamente bajos, pero los expertos coinciden en que probablemente haya más infecciones de las que pueden captar los actuales sistemas de vigilancia.
«Hay más transmisión de la que indican los datos de vigilancia», afirmó Janet Hamilton, directora ejecutiva del Consejo de Epidemiólogos Estatales y Territoriales. «Y deberíamos prestarle atención, porque estamos empezando a registrar un aumento».
Entre 2020 y 2022, el Instituto de Métricas y Evaluación Sanitarias de la Universidad de Washington (IHME, por sus siglas en inglés) elaboró estimaciones periódicas de las tasas de casos de covid-19 y proyecciones de tendencias. Pero el instituto de investigación interrumpió esa modelización en diciembre.
Según Ali Mokdad, profesor de Ciencias de la Métrica Sanitaria y director de Estrategia de Salud de la Población de la Universidad de Washington, todas las medidas que se tenían en cuenta en el modelo habían dejado de notificarse o habían cambiado de algún modo.
«El sistema de vigilancia ya no era adecuado para captar los cambios en el covid-19″, explicó. «Nos pareció que el margen de error era demasiado grande para hacer una predicción que pudiéramos defender».
Mokdad se negó a cuantificar una estimación del recuento actual de casos, pero afirmó que últimamente está recibiendo muchas llamadas y preguntas sobre el covid-19, algo similar a lo que experimentó a finales del año pasado. A mediados de diciembre, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) informaban de unos 500 000 casos semanales. Y las estimaciones del IHME de esa época sugieren que EE.UU. se encontraba en una de las peores oleadas de la pandemia, solo superada por la oleada de la variante ómicron del coronavirus.
Dos medidas imperfectas de la transmisión
El seguimiento de las tendencias del covid-19 siempre ha tenido sus dificultades. Pero el auge de las pruebas caseras rápidas (y la disminución general del interés público en las pruebas) ha eliminado casi por completo la capacidad de comprender el recuento actual de casos en todo el país. Los CDC dejaron oficialmente de informar sobre el recuento total de casos de covid-19 hace meses, señalando que los datos se habían vuelto menos representativos de las infecciones reales o de los niveles de transmisión con el paso del tiempo.
Cuando los recuentos de casos empezaron a ser menos fiables, algunos expertos apuntaron primero a las métricas de hospitalización como un sustituto razonable para medir la transmisión. Los hospitales realizaban pruebas periódicas a todos los pacientes, tanto si acudían por síntomas relacionados con covid como por cualquier otro motivo, y están obligados a notificar los casos positivos. La idea era que las tasas de casos en un hospital podían servir como indicador de las tasas de casos en la comunidad en general.
Según los datos de los CDC, en la semana que finalizó el 19 de agosto se produjeron unos 15 000 nuevos ingresos hospitalarios por covid-19, menos de la mitad que el año pasado por estas fechas y menos que durante el 80 % de la pandemia.
Pero los hospitales han modificado sus prácticas de análisis, equilibrando los requisitos y recomendaciones federales cambiantes con las evaluaciones de riesgo locales, lo que dificulta la comparación de datos de diferentes momentos.
«Cuando los suministros para las pruebas estuvieron disponibles por primera vez, pasamos a realizar las pruebas a todo el mundo, incluidos los trabajadores sanitarios de forma rutinaria, incluyendo a cualquiera que entrara por la puerta por cualquier motivo», dijo Nancy Foster, vicepresidenta de Calidad y Seguridad del Paciente de la Asociación Estadounidense de Hospitales. «Todos y cada uno se hacían la prueba».
Aunque los hospitales siguen estando obligados a informar de cualquier caso positivo, han reducido las pruebas para estar más en línea con las directrices sobre otras enfermedades infecciosas. La atención se centra en quienes presentan síntomas, han estado expuestos o podrían estar cerca de otros pacientes de alto riesgo.
«En este momento, los ingresos hospitalarios indican mucho más la gravedad que la transmisión generalizada», afirmó Hamilton.
El brazo en el que se administre la vacuna de refuerzo contra el covid-19 puede marcar la diferencia, según un estudio
Muchas de las medidas de vigilancia del covid-19 y otras medidas de salud pública dependen de que la gente busque pruebas clínicas o tratamiento médico, y esos comportamientos han cambiado en los últimos años. La vigilancia de las aguas residuales ofrece un enfoque más coherente mediante el seguimiento de la cantidad de virus eliminado en los sistemas de alcantarillado.
Pero interpretar esos datos puede ser complicado, y con el covid, los niveles de aguas residuales no pueden traducirse directamente en recuentos de casos.
La cantidad de virus que libera una persona infectada depende de muchos factores, como la presencia de anticuerpos de una vacuna o de una infección previa y la gravedad de la infección actual.
Los datos de Biobot Analytics, una empresa de biotecnología que se asoció con los CDC, muestran que las concentraciones de coronavirus en las aguas residuales son similares a las que había al comienzo de la primera oleada invernal en 2020.
Pero ahora que la gran mayoría de las personas en EE.UU. tiene cierta inmunidad al covid-19 a través de la vacunación, la infección o ambos, esas mismas concentraciones virales podrían traducirse en un mayor número de individuos infectados con infecciones más leves, pero aún contagiosas.
La tendencia al alza es clara
Aunque el número exacto de nuevas infecciones no está claro, dicen los expertos, las tendencias al alza de los datos disponibles son suficientes para hacer sonar la alarma.
«Los datos de vigilancia abarcan un continuo. Queremos disponer de varios tipos de datos que nos digan cosas diferentes. Cuando todos apuntan en la misma dirección, quizá sea el momento de preocuparse aún más», afirma Hamilton.
Y ahora mismo, muchas medidas clave indican un aumento.
Los ingresos hospitalarios semanales casi se han duplicado en el último mes, con un aumento del 19 % en la última semana, según los datos de los CDC. Y una muestra de laboratorios que participan en un programa federal de vigilancia señala que las tasas de positividad de las pruebas se han triplicado en los últimos dos meses.
Hay algunos signos esperanzadores: los datos de Biobot muestran que los niveles de aguas residuales pueden estar empezando a aplanarse, y las tasas de hospitalización relativamente bajas sugieren que puede haber un menor riesgo de enfermedad grave para muchos.
Pero a pesar de los claros signos de un aumento en el verano boreal, Estados Unidos ha estado viviendo en un «mundo de fantasía» donde la gente pretende que el covid-19 «no es relevante», dijo la Dra. Deborah Birx, coordinadora del Grupo de Trabajo de Respuesta al Coronavirus de la Casa Blanca durante la administración de Trump, al podcast «Start Here», de ABC.
«Queríamos tratarlo como la influenza porque eso era más fácil, pero nunca va a ser como la influenza», dijo Birx, explicando que el covid-19 viene en oleadas más frecuentes, enferma más a las personas, mata a más personas y puede tener complicaciones a más largo plazo, como el covid prolongado. «Así que acordemos todos que no es influenza. Nunca lo será. Seguirla y vigilarla como hacemos con la influenza nunca será adecuado en este país».
Precauciones como el uso de las mascarillas y estar al día con las vacunas son especialmente importantes a medida que este aumento de covid-19 se traslada a la temporada más amplia de virus respiratorios, dicen los expertos.
«Con cada temporada de enfermedades respiratorias, ya sea covid, gripe o VRS, estos aumentos pueden afectar a distintas personas de maneras diferentes, y siempre hay consecuencias graves asociadas a la temporada de enfermedades respiratorias», afirma Hamilton.
«Ahora es el momento de practicar un buen protocolo respiratorio. Ahora es el momento de que nos recordemos a nosotros mismos que debemos pensar en nuestro propio estado de salud individual y en el de las personas a nuestro alrededor».
Referencia
CDC. Respiratory Viruses. Update on SARS CoV-2 Variant BA.2.86.
https://www.cdc.gov/respiratory-viruses/whats-new/covid-19-variant-update-2023-08-30.html
Fuente: (CNN en español)- Tomado Salud Coronavirus