alzheimer-1Un aumento metabólico en las mitocondrias, las centrales energéticas celulares, es un indicador precoz de la enfermedad.

Una fase temprana en el proceso de desarrollo de la enfermedad de Alzheimer es un aumento metabólico en una parte del cerebro llamada hipocampo, informan investigadores del Instituto Karolinska, de Suecia, en un estudio publicado en la revista ´Molecular Psychiatry´. El descubrimiento abre la puerta a nuevos métodos potenciales de intervención precoz.

Los investigadores demuestran ahora que un aumento metabólico en las mitocondrias, las centrales energéticas celulares, es un indicador precoz de la enfermedad.

Los equipos responsables del estudio utilizaron ratones que desarrollaron la patología de la enfermedad de Alzheimer de forma similar a los humanos. El aumento del metabolismo en ratones jóvenes fue seguido de cambios sinápticos causados por la alteración del sistema de reciclaje celular (un proceso conocido como autofagia), un hallazgo que fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2016.

Al cabo de un tiempo, el metabolismo en el cerebro con Alzheimer suele decaer, lo que contribuye a la degradación de las sinapsis. Los investigadores también pudieron observar esto en los ratones más viejos, que habían padecido la enfermedad durante más tiempo.

«La enfermedad empieza a desarrollarse 20 años antes de la aparición de los síntomas, por lo que es importante detectarla pronto, sobre todo teniendo en cuenta los medicamentos retardadores que están empezando a llegar –afirma Per Nilsson, profesor asociado del Departamento de Neurobiología, Ciencias de la Atención y Sociedad del Instituto Karolinska–. Los cambios metabólicos pueden ser un factor diagnóstico en este sentido».

Maria Ankarcrona, profesora del mismo departamento, añade que, «curiosamente, los cambios en el metabolismo pueden observarse antes de que se hayan acumulado en el cerebro las placas insolubles características. El diferente balance energético coincide con lo que hemos visto en imágenes del cerebro con Alzheimer, pero ahora hemos detectado estos cambios en una fase más temprana».

El estudio se realizó en estrecha colaboración entre los grupos de ambos investigadores, que analizaron la parte del cerebro del ratón denominada hipocampo, una estructura que desempeña un papel importante en la memoria a corto plazo y que se ve afectada en las primeras fases del proceso patológico.

Aplicando la técnica de secuenciación del ARN para ver qué genes están activos en las células del hipocampo durante las distintas fases de la enfermedad, los investigadores descubrieron que una de las primeras etapas de la enfermedad es un aumento del metabolismo mitocondrial.

Los investigadores estudiaron los cambios que aparecían entonces en las sinapsis entre las neuronas del cerebro mediante microscopía electrónica y otras técnicas, y descubrieron que en las sinapsis se habían acumulado unas vesículas llamadas autofagosomas, por las que se descomponen las proteínas gastadas y se metabolizan sus componentes, lo que interrumpía el acceso a las proteínas en funcionamiento.

Los investigadores estudiarán ahora con más detalle el papel de las mitocondrias y la autofagia en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, en ratones, cuya enfermedad proporciona un modelo aún mejor del cerebro con Alzheimer.

«Estos resultados ponen de relieve la importancia de conservar las mitocondrias funcionales y el metabolismo normal de las proteínas –afirma Nilsson–. En el futuro, podremos hacer pruebas en ratones para ver si nuevas moléculas que estabilicen la función mitocondrial y autofágica pueden retrasar la enfermedad».

Referencia

Naia L, Shimozawa M, Bereczki E, Li X, Liu J, Jiang R, et al. Mitochondrial hypermetabolism precedes impaired autophagy and synaptic disorganization in App knock-in Alzheimer mouse models. Mol Psychiatry[Internet].2023[citado 4 nov 2023]. https://doi.org/10.1038/s41380-023-02289-4

6 noviembre 2023 | Fuente: IMMédico| Tomado de Atención Primaria | Neurología

diabetes.tipo-2Hamburgo, DEU. El uso de los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 en mujeres menores de 50 años puede llevar a un subdiagnóstico, debido a los efectos de la pérdida de sangre menstrual en las lecturas de hemoglobina glucosilada, según muestra el primer estudio de este tipo.[1]

El análisis estima que, de las mujeres menores de 50 años no diagnosticadas, 17% más podrían ser reclasificadas como diabetes de tipo 2, y que las menores de 50 años tenían una distribución de hemoglobina glucosilada notablemente más baja que los hombres menores de 50 años, con una media de 1,6 mmol/mol.

En un estudio que se presentó en el Congreso Anual de la European Association for the Study of Diabetes (EASD) de 2023, los investigadores querían investigar si un factor que contribuye al diagnóstico tardío de diabetes de tipo 2 en mujeres menores de 50 años puede ser la diferencia en niveles de hemoglobina glucosilada debidos al reemplazo de hemoglobina relacionado con la pérdida de sangre menstrual.

El estudio fue publicado en versión electrónica en Diabetes Therapy, donde los investigadores señalaron que «si el umbral para el diagnóstico de diabetes… se redujera en 2 mmol/mol para mujeres menores de 50 años, 17% adicional a estas (el equivalente aproximado a 35.000 mujeres en Inglaterra y Gales) serían diagnosticadas con diabetes…, lo que puede contribuir con hasta 64% de la diferencia en las tasas de mortalidad entre hombres y mujeres con diabetes de tipo 2 entre los 16 y 50 años».[2]

Añadieron que se encontró que los niveles de hemoglobina glucosilada en mujeres menores de 50 años eran consistentemente más bajos que los de los hombres, y que los niveles de hemoglobina glucosilada en las mujeres alcanzan el equivalente a los de los hombres hasta diez años después, lo cual «puede resultar en un retraso en el diagnóstico de la diabetes de tipo 2 en mujeres premenopáusicas».

Al señalar que el estudio fue observacional, el autor principal, Dr. Adrian Heald, endocrinólogo consultor de Salford Royal NHS Foundation Trust, en Salford, Reino Unido, dijo que «puede darse el caso de que la prediabetes y la diabetes de tipo 2 en las mujeres no se detecten porque el punto de corte debe ser ligeramente más bajo, pero además de nuestros hallazgos, se necesita un estudio sistemático que muestree la población de individuos en riesgo».

«También debemos volver a referirnos al uso de la prueba de tolerancia a la glucosa, porque la hemoglobina glucosilada se ha utilizado durante los últimos 15 años, pero no es el estándar de oro», añadió el Dr. Heald. «Los médicos a menudo se han preguntado si a los pacientes se les puede pasar por alto la medición de hemoglobina glucosilada o incluso si se les puede sobrediagnosticar».

Lucy Chambers, Ph. D., de Diabetes UK, reconoció que la investigación fue valiosa, pero agregó que «se necesita indagar más sobre las diferencias de sexo en los umbrales para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 antes de hacer cualquier cambio en la práctica clínica. Mientras tanto, alentamos a los médicos a seguir la guía actual respecto a no descartar la diabetes de tipo 2 basándose en un nivel único de hemoglobina glucosilada por debajo del umbral de diagnóstico».

Pero en apoyo de una mayor comprensión sobre las diferencias sexuales en los umbrales del diagnóstico de hemoglobina glucosilada, Chambers añadió que «recibir un diagnóstico preciso y oportuno garantiza que las mujeres reciban el tratamiento y el apoyo necesarios para controlar su diabetes de tipo 2 y evitar complicaciones a largo plazo, incluida la enfermedad cardiaca», donde las desigualdades en la atención basadas en el sexo ya contribuyen a peores desenlaces para las mujeres».

Efecto del rango de referencia de hemoglobina glucosilada sobre el diagnóstico de diabetes de tipo 2 y enfermedad cardiovascular asociada

En comparación con los hombres, las mujeres con diabetes de tipo 2 tienen un peor control glucémico, un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares, esperanza de vida reducida (5,3 años menos frente a 4,5 años menos) y una mayor carga de factores de riesgo, como la obesidad y la hipertensión en el momento del diagnóstico.

Además, la diabetes de tipo 2 es un factor de riesgo más fuerte de enfermedad cardiovascular (ECV) para mujeres que para hombres, y las personas de entre 35 y 59 años que reciben un diagnóstico tienen el mayor riesgo relativo de muerte cardiovascular en todos los grupos de edad y sexo.

Los investigadores indicaron que estudios anteriores observaron diferencias en la hemoglobina glucosilada en relación con la menopausia, y también encontraron que «después de los 50 años, los niveles aumentaban en las mujeres».

Sin embargo, destacaron que la implicación de los diferentes rangos de referencia de hemoglobina glucosilada en el retraso del diagnóstico de diabetes, con un empeoramiento del perfil de riesgo cardiovascular, no se había reconocido previamente y que su estudio «destaca por primera vez que, si bien 1,6 mmol/mol puede parecer solo una pequeña diferencia en términos de mediciones de laboratorio, a nivel poblacional esto tiene implicaciones para un número significativo de mujeres premenopáusicas».

Los investigadores observaron inicialmente la tendencia en los datos locales en Salford, en el noroeste de Inglaterra. «Estos… datos resaltaron que las mujeres parecían ser diagnosticadas con diabetes de tipo 2 a una edad más avanzada, por lo que queríamos examinar cuál podría ser la causa», dijo a Medscape Noticias Médicas el autor del estudio Mike Stedman, B. Sc., director de Res Consortium, en Andover, Reino Unido.

Stedman y sus colaboradores evaluaron las diferencias de sexo y edad de la hemoglobina glucosilada en personas a las que no se les había diagnosticado diabetes (HbA1c ≤48 mmol/mol [≤ 6,5%]). «Analizamos datos de otros laboratorios [además de los de Salford, que suman 938.678 personas] para ver si se trataba de un fenómeno local. Solo pudieron proporcionar datos más recientes, pero también mostraron un patrón similar», añadió.

Finalmente, Stedman, el Dr. Heald y sus colaboradores estimaron el posible impacto nacional extrapolando los hallazgos basados en datos poblacionales de la Office for National Statistics del Reino Unido y en datos de la National Diabetes Audit para la prevalencia de la diabetes de tipo 2 y el exceso de mortalidad relacionado. Esto los llevó a la conclusión de que se diagnosticaría diabetes de tipo 2 en 17% adicional de mujeres si los valores límite se redujeran en 2 mmol/mol, es decir, a 46 mmol/mol para mujeres menores de 50 años.

Una hemoglobina glucosilada más baja en mujeres menores de 50 años puede retrasar el diagnóstico de diabetes de tipo 2 hasta diez años

El análisis encontró que la mediana de hemoglobina glucosilada aumentaba con la edad, pues los valores en mujeres menores de 50 años fueron consistentemente 1 mmol/mol más bajos que los valores en los hombres. Por el contrario, los valores de hemoglobina glucosilada en mujeres mayores de 50 años fueron equivalentes a los de los hombres.

Sin embargo, a la edad de 50 años, en comparación con los hombres, se encontró que la hemoglobina glucosilada en las mujeres tenía un retraso de aproximadamente cinco años. Las mujeres menores de 50 años tenían una distribución de hemoglobina glucosilada menor que la de los hombres en un promedio de 1,6 mmol/mol (4,7 % de la media; p < 0,0001), mientras que esta diferencia en personas de 50 años o más era menos pronunciada (p < 0,0001).

Los autores escribieron que «una medición insuficiente de aproximadamente 1,6 mmol/mol de hemoglobina glucosilada en mujeres puede retrasar el diagnóstico de diabetes hasta diez años».

Un análisis más detallado demostró que con una hemoglobina glucosilada de 48 mmol/mol, 50% menos mujeres que hombres, menores de 50 años, podían ser diagnosticadas con diabetes de tipo 2, mientras que solo 20% menos mujeres que hombres de 50 años o más recibían ese diagnóstico.

La reducción del umbral de hemoglobina glucosilada para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 de 48 mmol/mol a 46 mmol/mol en mujeres menores de 50 años llevó a una estimación de que otras 35.345 mujeres no diagnosticadas en Inglaterra podrían ser reclasificadas con diagnóstico de diabetes de tipo 2.

Los autores agregaron que «se sabe que la diferencia de género en los factores de riesgo cardiovascular adversos está presente antes del desarrollo de diabetes [de tipo 2]» y que «una vez diagnosticada, la prevalencia de enfermedad cardiovascular aterosclerótica es dos veces mayor en pacientes con diabetes… en comparación con aquellos sin diagnóstico».

El Dr. Heald añadió que siempre existe la posibilidad de que otros factores estén en juego y que el trabajo plantee preguntas en lugar de presentar respuestas.

Desde una perspectiva pragmática, los investigadores sugirieron que «un enfoque alternativo podría ser ofrecer una evaluación adicional mediante pruebas de glucosa plasmática en ayunas o pruebas de tolerancia a la glucosa oral para aquellos con valores de hemoglobina glucosilada de 46 o 47 mmol/mol».

«Cualquier persona con un diagnóstico temprano de diabetes de tipo 2, además de modificar su dieta, especialmente si hay riesgo cardiovascular, podría iniciar el tratamiento con metformina debido a los beneficios cardiovasculares, así como a los efectos reductores del azúcar», dijo el Dr. Heald, y agregó que «ciertamente no queremos que las mujeres se pierdan la metformina, que podría tener enormes beneficios a largo plazo».

Referencia

Holland D, Fryer AA ,  Stedman  M, Hanna  FW, Duff Ch ,  Green  L, et al.  Is the Current Cut Point for Glycated Haemoglobin (HbA1c) Correct for Diagnosing Diabetes Mellitus in Premenopausal Women? Evidence to Inform Discussion. Diabetes Ther[Internet]. 2023[citado 11 oct 2023].  https://doi.org/10.1007/s13300-023-01482-6

11 de octubre 2023|Fuente: medscape.com| Tomado de Noticias y Perspectivas

enfermedad renal cronicaLa enfermedad renal crónica puede aumentar el riesgo y predecir un paro cardíaco súbito entre los adultos hispanos/latinos, según una nueva investigación publicada hoy en Journal of the American Heart Association, una revista profesional con acceso abierto y revisada por pares de la American Heart Association.

En un estudio que comparó a adultos hispanos/latinos que sufrieron un paro cardíaco súbito con un grupo de adultos hispanos/latinos que no lo sufrieron, el 51 % de los casos de paro cardíaco súbito tenía un diagnóstico previo de enfermedad renal crónica y el 20 % de esos casos experimentó enfermedad renal en etapa terminal que requería diálisis.

“Nos sorprendió la alta proporción de personas hispanas/latinas con enfermedad renal crónica y especialmente el alto número en tratamiento de diálisis”, expresó Kyndaron Reinier, Ph.D., autora principal del estudio y directora Asociada de Epidemiología del Center for Cardiac Arrest Prevention en Smidt Heart Institute, Cedars-Sinai Health System, Los Ángeles.

En este estudio, los investigadores compararon a un grupo de 295 personas hispanas/latinas que sufrieron un paro cardíaco súbito con un grupo de control equivalente de 590 adultos hispanos/latinos que no sufrieron un paro cardíaco súbito, con el fin de analizar qué tan frecuente era que cada grupo tuviera ciertas afecciones médicas. En comparación con el grupo de control que no había tenido un paro cardíaco, los adultos hispanos/latinos que habían experimentado un paro cardíaco súbito tenían siete variables asociadas con este evento de salud:

7.3 veces mayores probabilidades en aquellos con enfermedad renal crónica;

4.5 veces mayores probabilidades en aquellos que consumían alcohol en exceso;

4 veces mayores probabilidades en aquellos con fibrilación auricular;

3 veces mayores probabilidades en supervivientes de un ataque o derrame cerebral;

3 veces mayores probabilidades en aquellos con enfermedad coronaria;

2.5 veces mayores probabilidades en aquellos con insuficiencia cardiaca; y

1.5 veces mayores probabilidades en aquellos con diabetes tipo 2.

“La tasa de mortalidad por paro cardíaco súbito es superior al 90 %, lo que hace que la predicción y prevención de esta afección sea una prioridad máxima”, comentó Reinier. “La detección temprana y el tratamiento de la enfermedad renal crónica pueden reducir el riesgo de paro cardíaco súbito entre las personas hispanas/latinas”.

Detalles y antecedentes del estudio:

Los participantes que sufrieron un paro cardíaco súbito fueron seleccionados del estudio Predicción de muerte súbita en comunidades multiétnicas (Prediction of Sudden Death in Multi-Ethnic Communities, PRESTO), el cual realiza un seguimiento a personas que han tenido un paro cardíaco súbito extrahospitalario en el condado de Ventura, California. El grupo de comparación fue seleccionado de los participantes del sitio de San Diego del estudio de la Encuesta de Salud de la Comunidad Hispana/Estudio de Latinos (Hispanic Community Health Survey/Study of Latinos, HCHS/SOL), un estudio amplio en curso en los Estados Unidos que investiga cuestiones relacionadas con la salud en personas hispanas/latinas.

El análisis incluyó muertes por paro cardíaco súbito y supervivientes de entre 18 y 85 años de edad en el momento del evento cardíaco, que eran de origen étnico hispano/latino, entre febrero de 2015 y enero de 2021.

El estudio no incluyó a personas que viven en instalaciones residenciales, como hogares de ancianos o centros de atención de rehabilitación para personas que necesitan asistencia diaria, personal o médica.

“Esperamos que otros investigadores intenten replicar nuestros hallazgos en diferentes poblaciones”, expresó Sumeet S. Chugh, M.D., director del Center for Cardiac Arrest Prevention en Smidt Heart Institute y coautor del estudio. “Nos gustaría comparar los factores de predicción de riesgo del paro cardíaco súbito en todos los individuos con el fin de determinar si se necesitan medidas de prevención o tratamiento específicas para cada grupo étnico”.

Entre las limitaciones del estudio se encuentra la posibilidad de que existan algunas diferencias no medidas entre los grupos de casos y control, las cuales el estudio no pudo tener en cuenta. El estudio también incluyó a personas hispanas/latinas que vivían en el sur de California y que eran, en su mayoría, de ascendencia mexicana. Por lo tanto, es posible que los resultados no se apliquen a las personas hispanas/latinas que viven en otras regiones de los EE. UU. o a todas las personas hispanas/latinas.

El paro cardíaco súbito es la pérdida repentina y abrupta de la función cardíaca en una persona a la que se le puede haber diagnosticado o no una enfermedad cardíaca. Puede aparecer repentinamente o como consecuencia de otros síntomas. El paro cardíaco suele ser mortal si no se toman las medidas adecuadas de inmediato. Cada año, alrededor de 436,000 estadounidenses mueren a causa de un paro cardíaco, según datos de la American Heart Association.

Los nombres de los coautores y todos los datos públicos se encuentran en el artículo. Este estudio fue financiado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, una división de los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health).

Leer más:

Reinier K, Young Moon J, Chugh HS,  Sargsyan A,  Nakamura K, Norby FL, et al. Risk Factors for Sudden Cardiac Arrest Among Hispanic or Latino Adults in Southern California: Ventura PRESTO and HCHS/SOL.  JAHA[Internet].2023[citado 11 oct 2023]. e030062. https://doi.org/10.1161/JAHA.123.030062

11 octubre 2023 |Fuente: EurekALert| Tomado de Comunicado de Prensa 

enfermedad parkinsonUn avance significativo arroja luz sobre los mecanismos subyacentes de la enfermedad de Parkinson y ofrece potencial para tratamientos innovadores en el futuro.

Resumen

Daño del ADN mitocondrial desencadena propagación de patología similar a la enfermedad de Parkinson

En el campo de las enfermedades neurodegenerativas, especialmente la enfermedad de Parkinson esporádica (sPD) con demencia (sPDD), la cuestión de cómo comienza y se propaga la enfermedad en el cerebro sigue siendo central. Si bien se ha señalado a las proteínas similares a priones como culpables, estudios recientes sugieren la participación de factores adicionales. Descubrimos que el estrés oxidativo, la unión del ADN dañada, la detección del ADN citosólico y las vías de activación del receptor tipo peaje (TLR) están fuertemente asociados con el transcriptoma sPDD, que tiene una señalización desregulada del interferón tipo I (IFN). En pacientes con enfermedad de Parkinson esporádica (sPD), confirmamos deleciones de ADN mitocondrial (mt) en la circunvolución frontal medial, lo que sugiere un papel potencial del ADNmt dañado en la fisiopatología de la enfermedad.

Estos hallazgos podrían arrojar luz sobre nuevas vías moleculares a través de las cuales el ADNmt dañado inicia y propaga enfermedades similares a la EP, abriendo potencialmente nuevas vías para intervenciones terapéuticas o seguimiento de enfermedades.

Hasta hace poco, nuestra comprensión de la enfermedad de Parkinson ha sido bastante limitada, lo que se ha hecho evidente en las limitadas opciones de tratamiento y manejo de esta afección debilitante.

Nuestro conocimiento reciente ha girado principalmente en torno a los factores genéticos responsables de los casos familiares, mientras que los factores causales en la gran mayoría de los pacientes seguían siendo desconocidos.

Sin embargo, en un nuevo estudio, investigadores de la Universidad de Copenhague han revelado nuevos conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro en pacientes con Parkinson. Al frente de este descubrimiento innovador está el profesor Shohreh Issazadeh-Navikas.

“Por primera vez, podemos demostrar que las mitocondrias, los productores de energía vital dentro de las células cerebrales, particularmente las neuronas, sufren daños, lo que provoca alteraciones en el ADN mitocondrial [LP1]. Esto inicia y propaga la enfermedad como un reguero de pólvora a través del cerebro”, dice Shohreh Issazadeh-Navikas y añade:

«Nuestros hallazgos establecen que la propagación del material genético dañado, el ADN mitocondrial, provoca síntomas que recuerdan a la enfermedad de Parkinson y su progresión a la demencia».

La enfermedad de Parkinson es una afección crónica que afecta el sistema nervioso central y provoca síntomas como dificultad para caminar, temblores, desafíos cognitivos y, eventualmente, demencia. La enfermedad afecta a más de 10 millones de personas en todo el mundo. Si bien actualmente no existe cura, ciertos tratamientos médicos pueden ofrecer alivio a sus síntomas.

Pequeños fragmentos de ADN mitocondrial propagan la enfermedad

Al examinar los cerebros de humanos y ratones, los investigadores descubrieron que el daño a las mitocondrias en las células cerebrales ocurre y se propaga cuando estas células tienen defectos en los genes de respuesta antiviral. Intentaron comprender por qué se produjo este daño y cómo contribuyó a la enfermedad.

Su búsqueda condujo a una revelación notable

“Pequeños fragmentos (en realidad ADN) de las mitocondrias se liberan en la célula. Cuando estos fragmentos de ADN dañado se extravían, se vuelven tóxicos para la célula, lo que hace que las células nerviosas expulsen este ADN mitocondrial tóxico”, explica Shohreh Issazadeh-Navikas.

“Dada la naturaleza interconectada de las células cerebrales, estos fragmentos tóxicos de ADN se propagan a células vecinas y distantes, de forma similar a un incendio forestal incontrolado provocado por una hoguera casual”, añade.

El sueño es una muestra de sangre

Shohreh Issazadeh-Navikas prevé que este estudio marca el paso inicial hacia una mejor comprensión de la enfermedad y el desarrollo de futuros tratamientos, diagnósticos y mediciones de la eficacia del tratamiento para la enfermedad de Parkinson.

También expresó su esperanza de que «la detección del ADN mitocondrial dañado pueda servir como un biomarcador temprano para el desarrollo de enfermedades».

Los biomarcadores son indicadores objetivos de condiciones médicas específicas observadas en los pacientes. Si bien algunos biomarcadores son comunes, como la presión arterial, la temperatura corporal y el índice de masa corporal, otros proporcionan información sobre enfermedades particulares, como mutaciones genéticas en el cáncer o el nivel de azúcar en sangre en la diabetes. La identificación de un biomarcador de la enfermedad de Parkinson es muy prometedora para mejorar tratamientos futuros.

“Es posible que el daño del ADN mitocondrial en las células cerebrales se filtre del cerebro a la sangre. Eso permitiría tomar una pequeña muestra de sangre de un paciente como forma de diagnosticar tempranamente o establecer la respuesta favorable a futuros tratamientos”.

El profesor Issazadeh-Navikas también prevé la posibilidad de detectar ADN mitocondrial dañado en el torrente sanguíneo, lo que haría factible diagnosticar la enfermedad o evaluar las respuestas al tratamiento mediante un simple análisis de sangre.

El próximo esfuerzo de los investigadores implica investigar cómo el daño del ADN mitocondrial puede servir como marcadores predictivos para diferentes etapas y progresión de la enfermedad. «Además, nos dedicamos a explorar posibles estrategias terapéuticas destinadas a restaurar la función mitocondrial normal para rectificar las disfunciones mitocondriales implicadas en la enfermedad».

Referencia

Tresse E, Marturia Navarro J, Guinevere Sew WQ, Cisquella Serra M, Jaberi E, Riera Ponsati Ll, et al. Mitochondrial DNA damage triggers spread of Parkinson’s disease-like pathology. Molecular Psychiatry[Internet]. 2023[citado 6 oct 2023]. https://doi.org/10.1038/s41380-023-02251-4

7 0ctubre 2023 | Fuente: Intramed| Tomado de Noticias Médicas

perdida osea1Una nueva investigación muestra que el tratamiento promovió el crecimiento óseo en ratones que vivieron en la Estación Espacial Internacional y en la Tierra sin ningún adverso aparentes efectos.

Un equipo de científicos dice que pueden haber encontrado una nueva forma de mitigar una de las complicaciones más peligrosas de los viajes espaciales: la constante e inevitable pérdida de masa ósea. En una nueva investigación publicada esta semana, el tratamiento experimental del equipo pudo promover el crecimiento óseo en ratones vivir a bordo de la Estación Espacial Internacional durante al menos nueve semanas, aparentemente sin efectos adversos. Se necesitarán más estudios para validar esto tratamiento antes de que pueda ser usado en humanos, sin embargo.

Por divertido que pueda parecer estar casi ingrávido, el entorno de microgravedad del espacio puede tener efectos profundamente negativos en nuestros cuerpos si nos quedamos allí arriba. demasiado tiempo. Nuestros huesos, en particular, en realidad dependen del estrés mecánico regular para mantenerse sanos, gran parte del cual proviene de la lucha contra la gravedad de la Tierra. . Sin este estrés, la producción corporal de células formadoras de hueso (llamadas osteoblastos) comienza a disminuir. con el desgaste constante de nuestros huesos, esto lleva a pérdida ósea progresiva, lo que puede aumentar el riesgo de fracturas durante la misión y posiblemente incluso más adelante en la vida. Los astronautas pueden perder hasta 1 % de su masa ósea por cada mes que pasan en el espacio, mientras que la recuperación en la Tierra puede llevar años después de un largo viaje.

Los astronautas harán ejercicio durante horas al día en el espacio para evitar la pérdida ósea, pero es una medida provisional imperfecta y que requiere mucho tiempo. Es casi seguro que una solución alternativa segura y altamente efectiva a este problema es esencial para hacer de los viajes espaciales de largo plazo una realidad práctica para la humanidad en grande. Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y el Instituto Forsyth en Cambridge, Massachusetts, creen que ahora son uno paso más importante hacia ese objetivo.

Su trabajo anterior había demostrado que una molécula particular llamada molécula tipo NELL-1 (NELL-1) juega un papel crucial para ayudarnos a desarrollar y mantener la densidad ósea. Luego crearon una versión de NELL-1 que podría permanecer en el cuerpo por más tiempo sin perder su efecto, una una consideración importante para los viajes espaciales dado lo ocupados que pueden estar los astronautas durante una misión. Por último, combinaron su NELL-1 con bisfosfonato, una clase de fármaco que ya se utiliza para prevenir la pérdida ósea, con el fin de atacar mejor el tejido óseo y, con suerte, evitar los efectos secundarios observados. con el uso típico de bisfosfonatos.

Luego probaron su tratamiento en ambos con destino al espacio. y ratones terrestres, comparándolos con controles. Algunos de los ratones espaciales sólo subieron a la ISS durante cuatro horas y media semanas y regresaron a la Tierra, mientras el resto permaneció y fueron observados durante nueve semanas. Centro Espacial Kennedy. Al final del experimento, todos los ratones tratados mostraron signos de crecimiento óseo “sin efectos adversos evidentes para la salud”. efectos”, según los autores.

Los resultados del equipo, publicado Monday en la revista Microgravity, son sólo el comienzo de mostrar que este tratamiento puede funcionar según se previsto. Y requerirá más datos para confirmar verdaderamente la seguridad y eficacia a largo plazo del medicamento. Sin embargo, Los autores están entusiasmados con las implicaciones de su investigación y lo que podría significar para los viajes espaciales.

“Nuestros hallazgos son tremendamente prometedores para el futuro de la exploración espacial, particularmente para misiones que involucran estancias prolongadas en microgravedad”, dijo el autor principal para correspondencia. Chia Soo in a declaración from UCLA.

Idealmente, este tratamiento podría incluso tener otros usos prácticos, señalan los autores. Hay muchas afecciones médicas en la Tierra que agotan nuestra fuerza ósea, como la osteoporosis grave. Y no es descabellado esperar que la molécula del equipo pudiera ayudar a prevenir el deterioro musculoesquelético de manera más general.

Por ahora, el equipo todavía está analizando los datos de los ratones que regresaron a la Tierra, una hazaña en mismo, ya que fue el primer retorno de animales vivos (“Vuelo LAR”) de ratones realizado por científicos estadounidenses.

Referencia

Ha P,  Kwak JH,  Zhang Y, Shi J, Tran L, Pan Liu T, et al. Bisphosphonate conjugation enhances the bone-specificity of NELL-1-based systemic therapy for spaceflight-induced bone loss in mice. npj microgravity. 2023;  75. https://doi.org/10.1038/s41526-023-00319-7

Fuente:( Gizmodo)  Tomado de Ciencia

celula pancreas1Una investigación sugiere que la pérdida de células beta del páncreas con alta expresión del antígeno CD63 se relacionaría con esta enfermedad crónica.

Aunque no siempre se manifiestan de manera temprana, síntomas como orinar con frecuencia, tener visión borrosa o fatiga pueden ser señales de diabetes. Una investigación sugiere que la pérdida de células beta del páncreas con alta expresión del antígeno CD63 se relacionaría con esta enfermedad crónica, información que resulta esencial para el desarrollo de tratamientos más específicos.

El estudio pionero, liderado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) con otras universidades del país y de Estados Unidos y España, se centró en investigar el marcador molecular conocido como CD63, que se halló en ciertas poblaciones de células beta del páncreas, las cuales tienen mayor metabolismo de la glucosa y mayor secreción de insulina.

El páncreas, órgano cuya forma es similar a la de un pez, es importante en el proceso de metabolizar los alimentos. Cuando funciona correctamente produce insulina en respuesta a los niveles de azúcar en la sangre, y esto ayuda a mantener la glucosa dentro de un rango saludable.

Para identificar estas poblaciones celulares, los investigadores aplicaron técnicas avanzadas de secuenciación de ARN de una célula (single-cell sequencing) y microscopía con inmunomarcación; así, encontraron que las células beta que expresaban altos niveles de CD63 producían más insulina que aquellas con bajos niveles de este marcador.

Nathalia Montoya Oviedo, médica cirujana de la UNAL y coautora del estudio, explica que “el equipo de investigadores llegó a la conclusión de que dentro de las células beta existen subpoblaciones, y que una subpoblación de células beta con alta expresión de CD63 podría detener el desarrollo de la diabetes”.

En el estudio se usó un modelo murino, en el que a los ratones se les suministró una dieta específica que inducía la obesidad, junto con mutaciones genéticas que los hacían propensos a desarrollar diabetes. Luego se tomaron y aislaron las células beta del páncreas, y mediante una técnica de inmunofluorescencia se identificaron aquellas que producían insulina.

“Esto implicaba el uso de anticuerpos que se unen específicamente a la insulina y emiten fluorescencia cuando se encuentran con ella. Las células que emitían fluorescencia indicaban la presencia de insulina y del marcador CD63”, especifica la investigadora.

Como parte del proceso se utilizó una técnica vanguardista de conteo de células que les permitió a los investigadores cuantificar con precisión las células beta que expresaban CD63 en mayor y en menor cantidad, y en un tiempo más corto.

El aporte a la salud global

Aunque con frecuencia muchas investigaciones buscan comprender las complejidades que conlleva la diabetes para desarrollar terapias más efectivas, conocer la existencia de subpoblaciones de células beta del páncreas e identificar los factores metabólicos que influyen tanto en la secreción de insulina como en la tolerancia a radicales libres, e incluso el tiempo de vida de estas células, permitirá conocer mejor esta enfermedad que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en la sangre.

Esta investigación fue publicada en la reconocida revista Nature Cell Biology, con un factor de impacto de 21,3, que indica su nivel de importancia mundial al aportar información que se puede emplear para desarrollar tratamientos contra la diabetes.

La médica Montoya sustenta que “esta investigación tiene el potencial de impactar positivamente en la atención médica en Colombia y en todo el mundo. Si se puede entender mejor la función de estas poblaciones celulares y cómo se ven afectadas en las etapas tempranas de la diabetes, se pueden desarrollar terapias más efectivas y personalizadas”.

En el estudio participaron investigadores del Laboratorio del Dr. James C. Lo, en el centro médico Weill Cornell Medicine de Nueva York, y del semillero “Hormonas, división de lípidos y diabetes”, del Departamento de Ciencias Fisiológicas de la Facultad de Medicina de la UNAL.

Referencia

Rubio-Navarro, A., Gómez-Banoy, N., Stoll, L. et al. A beta cell subset with enhanced insulin secretion and glucose metabolism is reduced in type 2 diabetes. Nat Cell Biol 25, 565–578 (2023). https://doi.org/10.1038/s41556-023-01103-1

22/09/2023

Fuente: (Dicyt)  Tomado  de  Salud | Colombia          © 2023 Fundación 3CIN

septiembre 25, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Endocrinología | Etiquetas: , , , , , |

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