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El cambio climático ha propulsado las enfermedades transmitidas por vectores en España, donde ya deberíamos preocuparnos por picaduras de insectos y parásitos en las que antes ni reparábamos y dejar de considerar «marciano» usar repelente o mosquiteras también aquí.
De hecho, en el que según Greenpeace es uno de los países más afectados del mundo por la crisis climática, «tenemos todas las papeletas para que nos toque una lotería que no queremos que nos toque»: la introducción de nuevas enfermedades endémicas de otros lugares, señala a EFE Javier Membrillo, vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).
El oropouche ha sido el último en engrosar la lista de infecciones contagiadas por vectores -mosquitos, flebotomos, garrapatas, pulgas, piojos, etc.- que acaparan los titulares de los últimos veranos.
Los primeros 12 casos detectados en España son importados por viajeros de Cuba, uno de los países latinoamericanos aquejados por un brote sin precedentes que suma más de 7 700 positivos y dos fallecidos*.
Preocupación «sana» sin «alarmismos»
Todo virus que se introduce por primera vez hay que vigilarlo para evitar la transmisión local, pero desde una «preocupación sana y constructiva» y «sin alarmismos», remarca Fernando de la Calle, especialista en enfermedades infecciosas de la Unidad de Patología Importada y Salud Internacional del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid.
No es un virus nuevo -se descubrió en 1955 en la Vega del Oropouche, Trinidad- pero sí lo es la dimensión del foco actual; como hasta ahora solo había generado pocos y pequeños, no se puede aventurar cómo se comportará en este contexto de gran expansión, por eso los expertos piden prudencia.
«El zika, por ejemplo, parecía un virus banal, hasta que de repente, cuando se extendió tantísimo en 2016, se vieron los casos de malformaciones neurológicas en los fetos», rememora.
Pese a que la información es cada vez mayor, cree que los españoles prestamos poca atención a estas cuestiones cuando viajamos a estos destinos, incluyendo los propios profesionales sanitarios.
«Todo proceso febril al retorno de países con brotes activos debería hacer encender el piloto rojo de alerta; igual que se tiene automatizado que ante un problema de corazón se deriva al cardiólogo, también deberíamos hacerlo con estos casos a las unidades de patologías importadas» porque, aunque la mayoría se pasan de forma leve, necesitan un seguimiento específico para evitar complicaciones.
Otros «Oropouches» que han tenido transmisión local
Precisamente el zika y otros como el Chikunguña o el dengue son ejemplos de transmisión local en zonas impensables antes. Y ello es en parte porque su vector, el mosquito tigre, originario del sudeste asiático, ha sido capaz de acomodarse perfectamente al Mediterráneo gracias al calentamiento global.
Con el cambio climático, la probabilidad de que estas enfermedades acaben siendo endémicas es mucho mayor, con todo lo que ello acarreará a la carga asistencial de muchas comunidades, apunta Héctor Tejero, responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad.
Este departamento ha estrechado la vigilancia de los vectores con un plan nacional que incluye desde este año las garrapatas. Sin caer en el alarmismo, Tejero quiere avisar de que «hay que estar mucho más alerta, porque antes ibas a la playa, te picaba un mosquito y no te tenías que preocupar». Ahora un poco más.
Según el Centro Nacional de Epidemiología, en 2023 hubo 615 sospechas de dengue en todas las comunidades, de las que 398 fueron confirmadas, con tres casos autóctonos. Es la cifra más alta desde que empezó a vigilarse en 2016.
De zika hubo 24 casos importados -pero 16 de ellos virémicos, es decir con el virus en sangre- en 12 comunidades donde vive el mosquito tigre, lo que hace posible la transmisión local; y de chikunguña, 82 (191 sospechas), también el máximo de toda la serie histórica.
Igualmente está la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo que contagia la garrapata hyalomma, una especie no autóctona pero que, como el mosquito tigre, está afincada en varias zonas de España.
Es muy poco frecuente, con 15 casos confirmados desde 2016, pero preocupa especialmente a las autoridades sanitarias por su gravedad -seis han fallecido, dos este año-.
Los de aquí
No todos los virus y bacterias de nombres peculiares vienen del trópico, y como todas las áreas geográficas del planeta, España también tiene sus vectores autóctonos.
Los mosquitos culex son vehículos de usutu, fiebre del valle del Rift y del Nilo occidental, una enfermedad endémica de ciertas zonas de España que este verano tiene en jaque a varias provincias andaluzas.
Y las garrapatas más frecuentes son portadoras de la fiebre botonosa o exantemática mediterránea o la enfermedad de Lyme, una afección causada por una bacteria que se calcula afecta a unas 2 000 personas al año.
Por todo esto debería dejar de considerarse «marciano» adquirir costumbres aquí que solo tenemos cuando vamos a destinos exóticos, como usar mosquiteras o echarse repelente, señala De la Calle.
«Todos estos virus son una realidad porque la interacción del ser humano con el medio natural es cada vez más estrecho. Y van a seguir siéndolo», concluye.
23 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
*Al mostrar los datos sobre la incidencia de la enfermedad por el virus de Oropouche en Cuba no aparece citada la fuente de la cual los tomó la agencia EFE y estos no se corresponden con lo informado oficialmente por las autoridades de salud de la isla. Al menos hasta el 22 de agosto de 2023 no se habían reportado fallecidos por este virus en el país, los que si se habían notificado (dos) en Brasil. Además, otros países del continente americano también han reportado la circulación del virus Oropouche en sus territorios. No obstante, decidimos respetar la redacción original de la agencia pero con la correspondiente aclaración. (N. del E. del CNICM)
jul
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El Ministerio de Salud Pública de Afganistán informó hoy que veinte personas han muerto en las últimas dos semanas debido a la fiebre del Congo.
El portavoz de esa cartera, Sharafat Zaman Amarkhail, divulgó que 265 personas en el país contrajeron la enfermedad en junio, lo que indica que el número de casos se cuadruplicó en comparación con el mes precedente.
Mientras tanto, los médicos del hospital de enfermedades infecciosas también informaron de un aumento del número de pacientes con fiebre del Congo en las últimas semanas, afirmando que actualmente hay cuarenta personas hospitalizadas debido a la enfermedad.
Según las estadísticas del Ministerio de Salud Pública, 84 personas contrajeron la fiebre del Congo en mayo, y 10 murieron a causa del padecimiento.
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es una enfermedad potencialmente mortal, con tasas de letalidad que pueden alcanzar el 40 %.
El virus es transmitido a través de la picadura de varias especies de garrapatas, que actúan como vectores de la enfermedad y desempeñan un papel importante en la transmisión y mantenimiento del virus en regiones endémicas.
01 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha logrado detectar el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en el 10,5 % de las garrapatas capturadas y analizadas en una zona periurbana de Ponferrada, en León, España.
Según un estudio difundido por el Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) del IREC, 10 de 95 garrapatas analizadas en esta comarca de El Bierzo, donde desde 2021 se han notificado tres casos clínicos en humanos, portaban el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
Esta es, de hecho, una de las enfermedades víricas humanas que más preocupan a la Organización Mundial de la Salud por su elevada mortalidad, la ausencia de vacunas eficaces, su capacidad de transmisión de persona a persona y la enorme capacidad de mutación del virus que la provoca.
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo apareció de forma inesperada en humanos en el noroeste de España en 2021 con un caso que se asoció a la picadura de una garrapata en las afueras de la ciudad donde vivía el paciente. En 2022 se notificaron dos casos adicionales en la región, con el resultado trágico del fallecimiento de un agente forestal de 51 años.
Investigación del virus
Tras la notificación en 2021 del primer caso, estos investigadores iniciaron un estudio para determinar si este virus estaba circulando en garrapatas en las afueras de la ciudad de Ponferrada. Con este objetivo, se realizó un recorrido a pie de 30 kilómetros en la periferia de Ponferrada, donde se recolectaron garrapatas mediante mantas de algodón para identificar las especies involucradas en la transmisión local del virus.
Además, durante la recolección de muestras se observaron rastros de ungulados silvestres, importantes hospedadores de garrapatas, y se evaluó la presencia potencial de Hyalomma marginatum en función de la densidad de explotaciones y ganado vacuno. Así, las garrapatas recolectadas fueron llevadas al laboratorio para su identificación morfológica y análisis de ARN para evaluar la prevalencia del virus.
Mediante PCR y secuenciación se comprobó que 10 de las 95 garrapatas analizadas estaban infectadas por el virus de esta fiebre, quizás una de las tasas de infección más altas jamás documentadas en garrapatas de vida libre que buscan alimento.
Los resultados de este estudio sugieren la necesidad de considerar que el virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo puede estar extendiéndose al noroeste de España, no sólo a través de aquellas especies de garrapatas que actúan como principales vectores del virus, sino también a través de otras que hasta ahora no habían sido consideradas como especies transmisoras.
23 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
jul
14
Los dos pacientes que sufrieron fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España, el pasado verano, son los únicos registrados en Europa Occidental. Un nuevo informe sobre ambos casos revela que esta enfermedad tropical está reemergiendo en el continente y remarca la importancia de que los profesionales mantengan una rutina de vigilancia ante los agentes transmisores. Los brotes autóctonos del virus de origen africano ponen de manifiesto un cambio en su distribución geográfica. Read more
sep
5
Tras la confirmación reciente por parte de la Consejería de Sanidad de Madrid de dos casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo –un varón de 62 años, fallecido el pasado agosto, y una de las enfermeras que lo atendió, en la actualidad en la UCI–, son muchos los que se preguntan cuáles son los síntomas de la enfermedad y cómo se contagia a humanos.
El virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) causa brotes graves de fiebre hemorrágica viral. El FHCC es bastante desconocido en España, aunque es endémico en los países situados por debajo de los 50º de latitud norte de África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia. Read more
sep
3
Un hombre falleció en Madrid víctima del virus de fiebre hemorrágica Crimea-Congo, por primera vez en España y aparentemente por la picadura de una garrapata, y una enfermera que lo atendió resultó infectada, indicaron las autoridades.
Doscientas personas que estuvieron en contacto con ambos han sido puestas bajo seguimiento, y se les está tomando la temperatura dos veces al día, aunque por el momento no presentan síntomas, precisaron las autoridades de la región de Madrid. Read more