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10
Un estudio ha hallado evidencia de que algunos tipos de flora orales pueden promover o exacerbar desórdenes intestinales. Read more
nov
7
Un estudio epidemiológico a gran escala concluye que el cáncer de pulmón no es el único vinculado con la contaminación del aire. Según un equipo de investigación, algunos contaminantes del aire también están asociados con la mortalidad por cáncer de riñón, vejiga y colorrectal. Read more
oct
28
El compuesto está basado en células madre alogénicas y está dirigido al tratamiento de fístulas perianales complejas.
oct
25
Los cambios en el estilo de vida actual están produciendo una pérdida de biodiversidad en el intestino, lo que implica un riesgo elevado de prevalencia de obesidad y diabetes desde el periodo neonatal, según los expertos reunidos en el 59 Congreso de la SEEN, en Barcelona.
oct
24
España aprueba Revestive, el primer y único tratamiento indicado para el síndrome de intestino corto
La compañía biotecnológica Shire ha recibido la aprobación del Sistema Nacional de Salud para la comercialización en España de Revestive (Teduglutida), el primer y único tratamiento para el síndrome de intestino corto (SIC) indicado para pacientes de 1 año de edad o mayores. Los pacientes deben estar estables tras el periodo de adaptación intestinal posterior a la cirugía.
El síndrome de intestino corto es un trastorno gastrointestinal catalogado como enfermedad ultrarara por su baja prevalencia. Se caracteriza por la reducción clínicamente significativa de la superficie intestinal encargada de absorber los nutrientes de los alimentos. Esta condición es consecuencia de una resección quirúrgica extensa (cirugía para extirpar todo o parte del intestino delgado), que puede deberse a una alteración congénita del intestino delgado, en los casos pediátricos, o a enfermedades como la insuficiencia vascular o la enfermedad inflamatoria intestinal grave, más frecuentes en los pacientes adultos.
Este síndrome es la causa más común de fallo intestinal en pacientes pediátricos, representando el 75 % de los casos en adultos y también en niños. La prevalencia en Europa es entre 0,4 y 6 casos por millón de habitantes, mientras que, en España, según el registro NADYA, hay 68 pacientes adultos con SIC que requieren nutrición parenteral domiciliaria (1,5/millón), aunque se estima que hay más casos no registrados. El 50 % de los pacientes con SIC no se adaptan espontáneamente ni mejoran la absorción por el intestino remanente, por lo que deben recurrir de forma crónica a la nutrición parenteral (NPD), la fluidoterapia (FT) o a ambas (NPD-FT).
«Las únicas alternativas de tratamiento hasta ahora consistían en la administración de líquidos y nutrientes por vía endovenosa en el domicilio del paciente (NPD) de forma prolongada (si se conseguía la adaptación intestinal) o permanente. Como segunda opción, en especial en los pacientes en los que la nutrición parenteral ocasionaba complicaciones graves o que tenían una muy mala calidad de vida, se planteaba el trasplante intestinal o de intestino con otros órganos abdominales (trasplante multivisceral). Los tratamientos farmacológicos, hasta la aparición de la Teduglutida, estaban encaminados a paliar algunos síntomas, pero no cambiaban el curso de la enfermedad» describe el doctor Jose Manuel Moreno Villares, médico adjunto de la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital 12 de Octubre y experto en el tratamiento de pacientes con Fracaso Intestinal Crónico.
La administración de NPD-FT exige unos requisitos por parte de los pacientes en cuanto a habilidades, espacio y tiempo. Además, se asocia con complicaciones graves que, en algunos casos, requieren hospitalización y pueden conllevar resultados fatales. Todo esto hace que los pacientes dependientes de NPD-FT y afectados por SIC presenten una peor calidad de vida. «Hace relativamente pocos años las opciones para los pacientes con SIC eran casi nulas. La calidad de vida era muy mala, las opciones de tratamiento limitadas a una nutrición parenteral hospitalaria, que a menudo terminaba en pacientes muy dependientes y limitados, con constantes infecciones y mal estado general. Hoy existen muchas más alternativas la parenteral domiciliaria es una mejora importante, pero las trombosis, los continuos cambios de catéteres, la limitación que supone tener que estar conectado a una máquina de nutrición por vía intravenosa durante muchas horas al día… es inevitablemente, un problema que afecta al estado físico, pero también anímico del paciente. Todo ello, sumado a lo complicado que es someterse a un trasplante de intestino o multivisceral, el trasplante más delicado de nuestro país hace que muchos de nuestros pacientes se sumen cada día a la petición general por nuevas opciones y más investigación» reclama Alba R. Santos, directora de NUPA.
En este sentido, «para evitar el trasplante y reducir las diferentes complicaciones se han propuesto numerosas alternativas terapéuticas, tanto médicas como quirúrgicas. Una de las más atractivas y prometedoras es el fármaco Teduglutida (Revestive) que es un análogo del péptido similar al glucagón-2 (GLP-2) que se produce en la Escherichia coli por técnicas de ADN recombinante», añade el doctor Gerardo Prieto Bozano, Jefe de Servicio de Gastroenterología y Coordinador de la Unidad de Rehabilitación Intestinal del Hospital Infantil Universitario La Paz de Madrid.
Teduglutida mejora la absorción de nutrientes y líquidos e induce a la adaptación intestinal. La adaptación intestinal es un proceso natural que sucede tras la resección, por la cual el intestino remanente sufre cambios funcionales y estructurales para compensar la pérdida de capacidad de absorción y digestión. Los factores que contribuyen a la adaptación intestinal son rasgos anatómicos, estimulación de la mucosa intestinal con nutrición enteral (NE) y factores intestinotróficos como el GLP-2. En varios estudios preclínicos, se ha observado que la Teduglutida preserva la integridad de la mucosa promoviendo la reparación y el crecimiento normal del intestino.
octubre 23/2017 (immedicohospitalario.es)
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Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles han demostrado por primera vez que el té negro reduce la proporción de bacterias intestinales asociadas a la obesidad, al tiempo que aumenta la de las relacionadas con la masa magra. Estudios previos realizados con el té verde ya habían demostrado que sus polifenoles son absorbidos en el intestino delgado y modifican el metabolismo hepático. Read more