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La hepatitis vírica es una enfermedad que tranquilamente hoy por hoy debería haber sido erradicada con vacunas. Pero en lugar de ello, unas 6 000 personas por día la contraen en sus distintas variantes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con el fin de darla a conocer, al igual que sus formas de prevención y tratamiento, la OMS fijó al día de hoy como el Día Mundial de la Hepatitis, la segunda causa infecciosa de muerte en el mundo.
Esta enfermedad provoca una inflamación del hígado que puede ser causada por varios factores incluyendo virus, consumo de alcohol, drogas, fármacos, o por una disfunción del sistema inmunológico. Puede derivar también en enfermedades más graves como la cirrosis o el cáncer de hígado, dependiendo de su evolución a una forma crónica o aguda.
«La hepatitis es una de las enfermedades que se pueden prevenir y hasta erradicar gracias a la vacunación. Un ejemplo concreto es lo que ocurrió en Argentina desde el año 2005 con la hepatitis A, una enfermedad endémica que gracias al control de vacunación en chicos, desde el año 2007 ya no se trasplanta más a niños por esta enfermedad. En adultos todavía afecta a un 20 % porque no están vacunados», explicó el doctor Esteban González Ballerga, médico hepatólogo, Jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital de Clínicas «José de San Martín».
Y agregó: «Respecto a la hepatitis B es una enfermedad de bajo impacto y se contagia a través de la sangre o fluidos sexuales. Una de las formas de prevenirla también es la vacunación, pero en los adultos sigue siendo flojo la adhesión a la vacuna ya que se necesitan tres dosis para obtenerla en forma completa y solo el 20 % termina el esquema de vacunación. Hay que recordar que la vacunas es gratis desde al año 2000, además de ser segura y eficaz. A los niños se da al nacer, luego un refuerzo a los 12 y otro a los 18 años».
Según detallan expertos de Mayo Clinic, tener hepatitis B crónica aumenta el riesgo de desarrollar insuficiencia hepática, cáncer de hígado o cirrosis, que consiste en una afección que deja cicatrices permanentes en el hígado.
«La mayoría de los adultos que tienen hepatitis B se recuperan por completo, aunque los síntomas sean graves. Los bebés y niños son más propensos a desarrollar una infección de hepatitis B de larga duración. Esto se conoce como infección crónica. La vacuna puede prevenir la hepatitis B, pero no existe cura si ya se tiene la afección, por lo que hay que tomar determinadas precauciones para prevenir que se disemine el virus a otras personas», agregaron.
«La hepatitis C es una enfermedad que la mayoría de las veces no da síntomas, por eso es tan importante realizarse el test por lo menos una vez en la vida. Campañas como la que estamos lanzando a nivel nacional son oportunidades inmejorables para hacerlo. Si el testeo -que es rápido e indoloro- da negativo, la persona sigue con su vida. Si, en cambio, da positivo y luego se confirma el diagnóstico, los profesionales de la salud acompañaremos a la persona para que pueda curarse y evitar complicaciones potencialmente severas a futuro», sostuvo González Ballerga, también presidente de la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE).
«Una persona puede tener hepatitis C y no saberlo durante décadas. Si se deja estar y pasan los años, lamentablemente llegará al diagnóstico cuando el daño hepático sea avanzado y tal vez presente grados de cirrosis, riesgo de cáncer de hígado y necesidad de recibir un trasplante. Todo esto puede evitarse testeándose a tiempo, por eso este año la idea de la SAHE es empoderar al paciente y que ellos le soliciten el test a su médico de cabecera», explicó el Dr. Manuel Barbero, protesorero de la Comisión Directiva de la SAHE.
Al ser una enfermedad silenciosa, preocupa el elevado subdiagnóstico que tiene en el mundo y en Argentina. Se calcula que -en nuestro país- entre seis y siete de cada 10 personas que tienen el virus lo ignoran, lo que refleja la necesidad de trabajar en mejores mecanismos de detección y en seguir concientizando a la comunidad para que cuide la salud de su hígado tanto como cuida la de su corazón u otros órganos.
«El estudio para detectar hepatitis B y C es sencillo, pero lamentablemente no se encuentra entre los análisis de rutina que el médico de cabecera solicita en un chequeo habitual. Sobre ese punto también tenemos que trabajar los hepatólogos, gastroenterólogos e infectólogos, que somos los que estamos más cerca de esta enfermedad todos los días. Tenemos que comprometernos a difundir la importancia de pedir este estudio entre los demás profesionales de la salud, como los clínicos, cardiólogos, endocrinólogos, ginecólogos y geriatras, entre otras especialidades», remarcó el Dr. Juan Carlos Bandi, vicepresidente de la SAHE.
«Algunas personas con hepatitis no presentan síntomas e ignoran que están infectadas. Pero si adquieren ese mal pueden incluir fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náusea, vómitos, dolor abdominal, orina oscura, heces color arcilla, dolor en las articulaciones e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)», precisó por su parte el doctor Roberto Vázquez Campuzano, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Y completó: «Si se tiene una infección aguda, los síntomas pueden comenzar entre dos semanas y seis meses después de haberse infectado, pero si es una infección crónica es posible que la gente no tenga síntomas hasta muchos años después. La hepatitis crónica puede ocasionar complicaciones como cirrosis (cicatrización del hígado), insuficiencia hepática y cáncer de hígado. El diagnóstico y el tratamiento temprano de la hepatitis crónica pueden prevenir estas complicaciones».
Cualquiera pudo haberlo contraído
Por prejuicio o desinformación, muchas personas creen que no estuvieron expuestas al virus o que están protegidas por las vacunas, pero la hepatitis C no es de las hepatitis que pueden prevenirse con vacuna (esas son la A y la B) y ésta se transmite por contacto con sangre contaminada.
Durante muchos años, este virus circuló, pero no se lo conocía, y además no existía la conciencia actual sobre las medidas de esterilización de instrumental que entraba en contacto con sangre. Por lo tanto, miles de personas contrajeron hepatitis C -sin saberlo- en tratamientos odontológicos, cirugías, al realizarse tatuajes, piercings y otros tratamientos de belleza, al recibir transfusiones, compartiendo jeringas, cepillos de dientes, afeitadoras o canutos para aspirar sustancias ilícitas, entre otros elementos cortopunzantes.
El Dr. Barbero aclaró que hoy «es mucho más habitual la esterilización adecuada de todo el instrumental que se utiliza en cada intervención de salud o estética, y las personas tienen más conciencia sobre los riesgos de entrar en contacto con sangre ajena, por lo que hay menos transmisiones que en los años 80 y 90. De todos modos, todos, aunque fundamentalmente los mayores de 35 o 40 años, con mayor o menor conocimiento, pudimos haber estado expuestos al virus, lo que amerita la realización del test para sacarse la duda».
«Vale la pena salir a buscar a los pacientes porque hoy contamos con medicaciones que curan prácticamente a todos en pocas semanas, casi sin efectos adversos, y que son cubiertas por obras sociales, prepagas y por el Estado. Entonces, si se diagnostican antes de que la enfermedad progrese, podrán curarse a tiempo y evitar poner en riesgo su vida», reconoció González Ballerga.
Otro aspecto crítico en esta enfermedad es que hay un grupo significativo de pacientes que tiene diagnóstico hace varios años o décadas, pero no ha vuelto al profesional de la salud para curarse porque ignora que hay medicaciones que curan, porque recuerda los duros efectos adversos de las medicaciones anteriores, cree que deberá pagar los tratamientos actuales de su bolsillo, posterga su salud por otras prioridades o, simplemente, porque no le da importancia ya que esta enfermedad durante muchos años no da síntomas ni duele.
«Para contrarrestar esta situación, múltiples hospitales de nuestro país están llevando adelante acciones de ‘revinculación’, que es una estrategia internacional exitosa que consiste en revisar historias clínicas archivadas o exámenes de laboratorio y convocar a aquellos pacientes con hepatitis C que no han vuelto a la consulta, para que lo hagan y se curen pronto», explicó el doctor Fernando Cairo, expresidente de SAHE y miembro actual de la subcomisión de Hepatitis Virales.
Otra propuesta también consiste en ir a buscar pacientes a comunidades de mayor riesgo, sin estigmatizar, pero valiéndose de estadísticas globales de mayor incidencia, en grupos como veteranos de guerra, población carcelaria, personas con VIH, pacientes dializados o que han recibido transfusiones de sangre y hemoderivados, como las personas con hemofilia, entre otros.
«Quienes durante décadas no podíamos darles respuestas a las personas con hepatitis C, hoy hacemos todo lo posible para encontrar más pacientes porque la cura es una realidad, está al alcance de la mano y puede cambiarles verdaderamente la vida», concluyeron desde la SAHE.
La Organización Mundial de la Salud había propuesto el ambicioso objetivo de eliminar la hepatitis C en el mundo para 2030 y ha tomado múltiples medidas orientadas a ese objetivo, más allá de la dificultad que representa. El desarrollo de constantes iniciativas de testeo a la comunidad es uno de los caminos que contribuyen a lograrlo.
«En el Hospital de Clínicas nos propusimos en los dos últimos años llegar a los pacientes con hepatitis. Por eso iniciamos el Programa de Revinculación en donde los llamamos para volverlos a meter en el sistema de salud y vacunarlos o medicarlos. Así logramos la curación del 90 % de los pacientes revinculables», remarcó González Ballerga.
Ahora, la Sociedad Argentina de Patología, que fundó la Subcomisión de Revinculación de Pacientes quiere reproducir esta experiencia en todo el país y hasta la región.
En tanto, la utilización de la inteligencia artificial y las nuevas herramientas diagnósticas ensayadas por la pandemia de covid-19 permiten un abaratamiento del diagnóstico que lleva a los especialistas a defender el coste-efectividad en población general de entre 50 y 85 años para la hepatitis C no diagnosticada.
27 julio 2024|Fuente: Infobae |Tomado de |Noticia
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La Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) ha dado a conocer este martes el Plan Nacional de Salud Hepática: Reto 2032, que ha presentado recientemente al Ministerio de Sanidad, con el fin de impulsar la prevención y el diagnóstico precoz de la enfermedad hepática, cuya incidencia está en aumento en España.
«La situación en España es un incremento de la morbilidad y de la mortalidad asociada a la enfermedad hepática, mientras que, en otras enfermedades, está descendiendo, como es el caso de la mortalidad por cáncer o enfermedad cardiovascular», ha advertido el doctor Manuel Romero, jefe de Sección de Aparato Digestivo en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, en un encuentro informativo celebrado este martes y organizado por Europa Press.
De hecho, uno de cada cinco españoles se encuentra en riesgo de padecer una enfermedad del hígado y las patologías relacionadas con este órgano representan ya la tercera causa de muerte prematura en España. Este ascenso en la incidencia se relaciona con el incremento de los hábitos y estilos de vida poco saludables, como son el abuso en el consumo de alcohol, una dieta poco saludable y el sedentarismo, entre otros.
A los especialistas les preocupa en especial la creciente prevalencia tanto de la enfermedad conocida como hígado graso (esteatosis hepática metabólica), ligada a la obesidad y la diabetes tipo 2, como la de la enfermedad hepática relacionada con el consumo de alcohol.
La primera es ya la patología hepática más prevalente en España, pues se estima que afecta a tres de cada diez españoles, y ambas han desplazado ya a las hepatitis virales como principal causa de cirrosis, cáncer de hígado e indicación de trasplante, con la particularidad además de que la incidencia de estas dos patologías no solo está avanzando, sino que lo hace a edades cada vez más tempranas. De hecho, en la última década se han triplicado los casos de cáncer de hígado por hígado graso.
MÁS DE 50 LÍNEAS DE ACTUACIÓN
En total, y para mejorar el abordaje de todas estas afecciones hepáticas, el Plan identifica un total de quince objetivos estratégicos y más de 50 líneas de acción, clasificados en tres grandes áreas de actuación: prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Las medidas están ordenadas por orden de importancia.
Por su parte, el doctor José Luis Calleja, jefe adjunto del Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid) y presidente de la AEEH, ha detallado que el documento tiene como objetivo «intentar influir en los políticos sobre la importancia de invertir en salud», como ya hiciera en 2015 el Plan Nacional de Hepatitis C. «Este Plan, en cuatro años, consiguió curar a más de 260 000 personas de hepatitis C. Se han reducido las personas que necesitan un trasplante del 49 al 12 % en 2022. Hemos demostrado que, en hígado, invertir supone ahorrar», ha rememorado.
El Plan pone por ello el foco en la prevención y en la detección precoz. «La dieta y el ejercicio es prevención y tratamiento, teniendo en cuenta que no hay ningún tratamiento farmacológico para el hígado graso», ha explicado por su parte la doctora Rocío Aller, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Clínico de Valladolid, y secretaria de la AEEH. Tal y como ha especificado, el tratamiento «se basa en la dieta mediterránea», si bien esta tiene que ser personalizada y acompañarse de las nuevas tecnologías, como el uso de la inteligencia artificial.
Además, el Plan considera imprescindible abordar el consumo de alcohol a edades cada vez más tempranas, pues es ya la primera causa de desarrollo de cirrosis y de necesidad de trasplante hepático, además de que está detrás de más del 50 por ciento de los cánceres de hígado.
Igualmente, estima imprescindible intervenciones decididas en prevención de la obesidad, que está detrás de la progresión del hígado graso, que afecta ya a más de 10 millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400 000 presentarían ya una cirrosis hepática.
ENFERMEDADES SILENTES
En relación con la detección precoz, la gran dificultad es que las afecciones del hígado son enfermedades silentes, según los expertos, pues sus síntomas son inespecíficos y no se manifiestan hasta que el hígado presenta un daño elevado. Sin embargo, su diagnóstico temprano es fundamental para cambiar el pronóstico de la enfermedad. Así, por ejemplo, el cambio en la dieta y la actividad física permite revertir la enfermedad en más del 80 por ciento de los casos.
Por todo ello, el Plan incide en la necesidad de hacer un cribado de enfermedad hepática en todas las personas que presentan factores de riesgo como diabetes, obesidad o abuso en el consumo de alcohol. Además, más del 90 % de los casos de cáncer hepático aparece en personas con enfermedad hepática crónica, «lo que podría permitir el diagnóstico precoz de esta enfermedad», según Aller.
Más allá del hígado graso y de las enfermedades hepáticas asociadas al consumo de alcohol, el Plan también incluye las hepatitis virales, a las que considera «un desafío no resuelto». Así, el doctor Javier Crespo, jefe del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, ha llamado a la equidad en la vacunación de la hepatitis A y B. «A pesar de que hemos avanzado mucho en los tratamientos en España, uno de cada cuatro pacientes que tratamos de hepatitis viral tiene enfermedad hepática avanzada», ha explicado.
Durante el encuentro, también ha estado presente la presidenta de la Federación Nacional de Trasplantados Hepáticos, Eva Pérez Bech, quien ha lamentado el estigma que rodea a las enfermedades hepáticas. «Parece que los pacientes se lo han buscado por sus hábitos de vida. Los pacientes hepáticos sufren mucho y en silencio porque no se atreven a decirlo», ha comentado.
Finalmente, el Plan también se ocupa de las enfermedades hepáticas minoritarias (clasificadas en tres grupos: autoinmunes, tóxico-metabólicas y vasculares-hepáticas), incidiendo en la importancia que debe tener la medicina de precisión para una mejor caracterización de las mismas y posibilitar así una mejor atención y práctica clínica con los pacientes. También se insiste en la necesidad de invertir en investigación en este ámbito.
«El Plan nace con vocación de aunar la experiencia que hemos desarrollado en la hepatología de los últimos 50 años. De aquí al 2032, los decisores políticos deben ser capaces de dar luz al Plan y conseguir normas y leyes que regulen tanto los aspectos beneficiosos como negativos, porque esa será la base para conseguir que en 2032 no tengamos hepatitis C de ningún tipo», ha finalizado.
30 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Más de 3 500 personas mueren cada día en el mundo por el virus de la hepatitis, una cifra en aumento, advirtió este martes la Organización Mundial de la Salud (OMS) que hizo un llamado a tomar «medidas rápidas».
Los datos analizados de 187 países muestran que el número de muertes por hepatitis viral subió a 1,3 millones en 2022, desde 1,1 millones en 2019, según el informe de la OMS difundido en ocasión de la Cumbre Mundial sobre la Hepatitis que se llevará a cabo en Portugal esta semana.
Es una «tendencia alarmante», afirmó en conferencia de prensa Meg Doherty, directora de la división encargada de los programas globales de la OMS contra el sida, la hepatitis y las enfermedades infecciosas sexualmente transmisibles.
El informe indica que se registran 3 500 muertes diarias por infecciones de hepatitis, 83 % de hepatitis B y 17 % de hepatitis C. Las estimaciones actualizadas de la OMS indican que 254 millones de personas sufrían hepatitis B en 2022 y 50 millones hepatitis C.
Hay medicamentos genéricos baratos y efectivos para combatir a estos virus. Sin embargo, solo el 3 % de quienes sufren hepatitis B crónica recibieron tratamientos antivirales en 2022, indicó el reporte. Para la hepatitis C, sólo 20 % de las personas infectadas fueron tratadas.
Esos resultados están muy por debajo de los objetivos globales de tratar al 80 % de todas las personas que viven con hepatitis B y C crónicas hacia 2030″, añadió Doherty. «Pese al progreso global en la prevención de las infecciones por hepatitis, las muertes están aumentando, ya que muy pocas personas con hepatitis están siendo diagnosticadas y tratadas», afirmó el director de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus, que calificó el panorama como «preocupante». África registra el 63 % de las nuevas infecciones por hepatitis B, y menos de uno de cada cinco bebés son vacunados allí al nacer, indicó el informe.
La OMS también lamenta que los países afectados no tienen suficiente acceso a los medicamentos genéricos contra la hepatitis y a menudo pagan más de lo debido.
Dos tercios de todos los casos de hepatitis se registran en Bangladés, China, Etiopía, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Rusia y Vietnam, según el informe. «El acceso universal a la prevención, diagnóstico y tratamiento en esos diez países para 2025, al mismo tiempo que la realización de esfuerzos intensificados en África, son esenciales para volver a encarrilar la adecuada respuesta mundial contra la hepatitis», señaló la OMS en el comunicado. El virus de la hepatitis es el segundo patógeno más mortal, por detrás del bacilo que provoca la tuberculosis.
09 abril 2024|Fuente: AFP Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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Expertos participantes en el encuentro informativo ‘Retos de las enfermedades hepáticas: desde la prevención hasta la curación’, organizado por Europa Press con el apoyo de AbbVie, han insistido en la necesidad de mejorar la prevención de las enfermedades hepáticas, teniendo en cuenta que la mayoría ‘son prevenibles’. Read more
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Medir los niveles de triglicéridos y actuar en consecuencia forma parte de la rutina asistencial, sin embargo, un nuevo estudio que se ha presentado en la Reunión científica de la Asociación Americana del Corazón (AHA) hace plantearse esta práctica. Read more
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Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y del Hospital General de Massachusetts (MGH) han comprobado que la hormona inyectable tesamorelina reduce la grasa del hígado y previene la fibrosis en personas con el VIH (virus de de inmunodeficiencia humana), según publica en línea la revista The Lancet HIV. Read more