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En Italia sufre obesidad el 26,7 % de los niños y adolescentes, una situación que particularmente grave en el sur del país, donde afecta a más de un tercio de los menores, señala hoy un estudio.
De acuerdo con el 10mo. Informe sobre la Obesidad, presentado por el Instituto Auxológico Italiano (Irccs) las regiones meridionales de Italia más afectadas son Campania, con un 36,5 %; Calabria, con el 35,8; Basilicata, con el 35,0 y Sicilia, con un 33,8 de personas de tan tempranas edades con ese problema de salud.
El reporte, divulgado en el sitio digital informativo del canal televisivo Sky TG24 resalta además que, sobre la base de los últimos datos relativos a este tema, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas, en Italia casi 23 millones de adultos tienen sobrepeso, cifra equivalente a un 46,3 % de los mayores de 18 años.
El ministro de Salud de esta nación europea, Orazio Schillaci, aseveró en declaraciones a medios de prensa que «la obesidad es uno de los principales problemas sanitarios y, como demuestra el informe, también afecta a los niños, por lo que es fundamental centrarse en la prevención mediante hábitos de vida saludables».
Este análisis, enfatizó Schillaci, «destaca la importancia crucial de la concientización para quienes padecen obesidad, pues solo cuando el paciente reconoce su condición puede tomar una decisión informada sobre su tratamiento».
Italia, recordó el ministro, cuenta con la primera ley en el mundo que reconoce a la obesidad como un problema grave de salud, y «trabajamos para garantizar que toda la ciudadanía tenga acceso equitativo y oportuno a la atención necesaria, con un enfoque multidisciplinario que considera las múltiples dimensiones de la enfermedad».
El 1 de octubre del presente año el parlamento italiano aprobó finalmente la primera ley a nivel mundial para combatir la obesidad, la cual incluye un programa nacional integral de prevención, tratamiento, educación e inclusión.
Esa nueva legislación de seis artículos, reconoce formalmente ese mal como una enfermedad crónica, progresiva y recurrente, e introduce un marco regulatorio amplio y estructurado, con medidas que afectan a la salud, la educación, el empleo, la información pública y la formación profesional.
La normativa establece un reconocimiento explícito del derecho de las personas con obesidad a acceder a los servicios sanitarios incluidos en los denominados Niveles Esenciales de Asistencia (LEA), lo que les posibilita una cobertura por parte del Sistema Nacional de Salud (NHS), de forma gratuita.
Como parte de la misma, se incluye el inicio de un programa nacional para la prevención y el tratamiento de la obesidad, con un presupuesto inicial de 700 000 euros en 2025, cifra que aumentará a 800 000 en 2026 y que llegará los 1,2 millones de euros anuales a partir de 2027.
19 noviembre 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de | Noticia
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29
Una dieta mediterránea hipocalórica con actividad física reduce el riesgo de diabetes, concluye un estudio publicado hoy en Annals of Internal Medicine, que analizó durante seis años a miles de personas en toda España.
La diabetes tipo 2, una enfermedad crónica que deteriora seriamente la salud y la calidad de vida, ha aumentado notablemente su incidencia en los últimos años, en paralelo con la obesidad. Por ello, resulta esencial impulsar estrategias accesibles y sostenibles enfocadas a la prevención.
El estudio PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea), que lleva más de dos décadas activo, ya había demostrado que una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos reducía la incidencia de diabetes en un 30 por ciento en comparación con una dieta baja en grasas. Sin embargo, esta reducción se observó con una disminución apenas perceptible del peso corporal.
A partir de ese conocimiento, el proyecto planteó una intervención sobre el estilo de vida más intensiva, con el objetivo de evaluar si pudiera aportar beneficios adicionales. Esta estrategia se basa en la pérdida de peso mediante una dieta mediterránea ligeramente hipocalórica —rica en fibra y de bajo índice glucémico— combinada con la promoción de la actividad física y apoyo conductual.
El estudio incluyó a cuatro mil 746 participantes de entre 55 y 75 años con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico y que no padecían enfermedades cardiovasculares ni diabetes al inicio.
Los participantes fueron asignados al azar a uno de los dos siguientes programas: uno enfocado en seguir la dieta mediterránea (sin promocionar actividad física ni perseguir una reducción calórica de la dieta), y otro conductual enfocado a conseguir una pérdida de peso mediante una dieta mediterránea reducida en calorías (con una reducción planificada de 600 kilocalorías diarias) y mayor actividad física.
La nueva estrategia redujo en un 31 % los nuevos casos de diabetes en comparación con la dieta mediterránea sin restricción calórica ni recomendaciones de ejercicio
Tras seis años de seguimiento, se observó que los participantes sin diabetes al inicio asignados al grupo de intervención intensiva (dieta mediterránea y actividad física) mostraron una mayor adhesión a la dieta mediterránea, aumentaron su actividad física, perdieron más peso, y necesitaron menos medicamentos para el control de su glucosa durante el seguimiento una vez diagnosticados de diabetes.
Además, el riesgo absoluto de desarrollar diabetes fue del 12 % (349 casos) en aquellos participantes que siguieron solo la dieta mediterránea, frente al 9,5 % (280 casos) de aquellos asignados a la intervención intensiva. Esta última estrategia redujo en un 31 % los nuevos casos de diabetes en comparación con la dieta mediterránea sin restricción calórica ni recomendaciones de ejercicio.
El equipo de investigación concluye que los alimentos y nutrientes que componen la dieta mediterránea actúan de forma sinérgica a través de diferentes mecanismos implicados en la diabetes tipo 2, como reducir la resistencia a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo.
Estos efectos se ven potenciados por la actividad física y la pérdida de peso. Además, al tratarse de una dieta sabrosa, sostenible y culturalmente aceptada, puede convertirse en una estrategia ideal a largo plazo para la prevención de enfermedades cardiometabólicas, añaden los autores.
28 agosto 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
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Residir en costas de Estados Unidos bordeadas por aguas oceánicas con altas concentraciones de microplásticos puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y metabólicas, como diabetes tipo 2 o derrame cerebral, según estudio divulgado hoy.
Los microplásticos son partículas de plástico de menos de cinco milímetros de tamaño, en tanto los nanoplásticos son aún más pequeños, invisibles a simple vista y miden menos de una milésima de milímetro.
Ambos tamaños provienen de la descomposición química de residuos plásticos más grandes, incluidos empaques de alimentos (como botellas de agua de un solo uso), telas sintéticas y productos de cuidado personal.
Se han encontrado micro y nanoplásticos en el agua potable, en mariscos y en el aire.
Según un estudio publicado en Journal of the American Heart Association, la intrusión de agua salada, un proceso natural mediante el cual el agua de mar se mezcla con fuentes subterráneas, se reporta con frecuencia en zonas costeras y da lugar a una alta concentración de diversos contaminantes, incluidos microplásticos, en los acuíferos subterráneos.
Los investigadores analizaron si la concentración de partículas plásticas en aguas oceánicas cercanas a comunidades costeras estaba asociada con una mayor incidencia de las mencionadas enfermedades entre los residentes de diversos condados.
Se examinaron concentraciones de contaminación marina por microplásticos (probablemente una combinación de micro y nanoplásticos) dentro de 200 millas náuticas de los condados, clasificando los niveles en cuatro categorías según el promedio de microplásticos marinos, que van desde baja hasta muy alta.
El análisis reveló que, en comparación con los residentes de condados costeros con bajos niveles de contaminación por microplásticos en aguas cercanas, quienes vivían en condados con niveles muy altos presentaban un 18% más de prevalencia ajustada de diabetes tipo 2, la cual duplica el riesgo de enfermedad cardíaca.
También un siete por ciento más de prevalencia de enfermedad de las arterias coronarias, una acumulación de placa en las arterias del corazón que puede provocar un ataque cardíaco o derrame cerebral.
Además, un nueve por ciento de derrames cerebrales, que ocurren cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se bloquea o se rompe, y son la quinta causa principal de muerte y discapacidad.
La investigación encontró que los condados de Estados Unidos a lo largo del Golfo de México y las costas del Atlántico presentaban una mayor prevalencia de diabetes tipo 2, enfermedad de las arterias coronarias y derrames cerebrales en comparación con los de la costa del Pacífico.
19 junio 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
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Investigadoras españolas han identificado una proteína que es clave para «quemar» la grasa e interviene en el mecanismo que protege al cuerpo contra la obesidad y contra las enfermedades metabólicas relacionadas con ella.
Esa proteína (MCJ) es clave en el mecanismo «quemagrasas» que han desvelado científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), por lo que los autores responsables del trabajo han apuntado que puede ser una prometedora diana para combatir la obesidad.
El trabajo, cuyas conclusiones publica hoy Nature Communications, ha sido liderado por la investigadora Guadalupe Sabio (del CNIO) y Cintia Folgueira (del CNIO y del CNIC).
La obesidad, que afecta a 650 millones de personas en el mundo, influye en el desarrollo de enfermedades cardiometabólicas y aumenta el riesgo de cáncer, ha recordado el CNIO en una nota difundida hoy.
Quemar la grasa y convertirla en calor
Las investigadoras han descubierto una de las formas en que el organismo quema la grasa de tipo «marrón», o «grasa parda», y la convierte en calor, un mecanismo que protege contra la obesidad y contra las enfermedades metabólicas relacionadas con ella.
El mecanismo ahora identificado está controlado por la proteína llamada MCJ, presente en las mitocondrias (los orgánulos de la célula donde se produce energía), y las investigadoras han comprobado que cuando se elimina esa proteína en ratones con obesidad, los animales producen más calor y pierden peso.
Las investigadoras también han conseguido reducir el peso de ratones con obesidad trasplantándoles grasa sin esa proteína.
La obesidad aparece bien por una ingesta excesiva de alimentos, o bien por un gasto energético total inadecuado, ha señalado el CNIO, y ha detallado que el tejido adiposo –la grasa corporal–, además de almacenar energía, tiene un papel crucial en la gestión de esa energía por parte del organismo.
El tejido adiposo
El tejido adiposo es un órgano complejo que actúa de regulador del metabolismo de todo el cuerpo, y por tanto es probable que modular su función sea una vía para combatir la obesidad, han señalado las investigadoras en Nature Communications.
Hay dos tipos de tejido adiposo: el blanco y el pardo; el blanco sobre todo almacena energía, mientras que la grasa parda es responsable de la generación de calor o termogénesis, el proceso que mantiene la temperatura corporal y que se activa en respuesta al frío u otros estímulos.
Diversos estudios han mostrado durante los últimos años que activar la grasa parda protege contra la obesidad y las enfermedades metabólicas.
«Desde hace tiempo –ha precisado Sabio– se piensa que se podría prevenir la obesidad consiguiendo que esta grasa gaste más energía al generar calor. Así que lo primero es entender su funcionamiento», y ha apuntado en ese sentido que descubrir nuevos mecanismos de producción de calor en la grasa parda es una de las dianas más interesantes en el estudio de la obesidad.
La investigación busca ahora desarrollar una terapia para bloquear esta proteína en pacientes con obesidad, pero para ello primero deben investigar si la proteína MCJ tiene funciones vitales en otros tejidos.
16 mayo 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
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Un estudio del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA) en el que participa la Universidad de Granada ha identificado una posible asociación entre la exposición a bisfenoles, compuestos químicos presentes en ciertos alimentos, y una mayor probabilidad de desarrollar sobrepeso y obesidad en niñas.
El estudio analizó una muestra de 303 niños y niñas de entre 3 y 12 años, evaluando su dieta y midiendo los niveles de exposición dietética a bisfenoles: bisfenol A (BPA) y bisfenol S (BPS). Los resultados indicaron que las niñas que consumían mayores cantidades de BPA, especialmente a través de la carne y los huevos, tenían casi tres veces más probabilidades de tener sobrepeso u obesidad en comparación con aquellas con menor exposición al BPA. No se encontraron asociaciones claras en los niños.
«Los resultados sugieren que la exposición a bisfenoles a través de la dieta podría desempeñar un papel en el desarrollo del sobrepeso infantil, especialmente en niñas, lo que refuerza la necesidad de seguir investigando el impacto de estos compuestos en la salud», explica Alberto Zafra, catedrático de la Universidad de Granada, coinvestigador responsable del grupo E15-EXPODIET: Exposición alimentaria a contaminantes ambientales del ibs.GRANADA y autor principal del estudio.
Un hallazgo llamativo del estudio es que, en las niñas, una mayor calidad de la dieta se asoció paradójicamente con niveles más altos de exposición total a bisfenoles. Por el contrario, en los niños del grupo de control (sin sobrepeso), se observó una mejor calidad de dieta independientemente del nivel de exposición.
CONTAMINANTES AMBIENTALES Y ENFERMEDADES METABÓLICAS
Este estudio destaca la necesidad de seguir investigando sobre la relación entre contaminantes ambientales y enfermedades metabólicas, con el objetivo de mejorar la salud pública y el bienestar de la población infantil.
Además, la investigación reveló que la ingesta estimada de bisfenol A y bisfenol S en la dieta de los menores superaba los limites considerados seguros por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Esto sugiere que la exposición a estos compuestos es un problema generalizado que requiere medidas regulatorias urgentes más estrictas para limitar su presencia en los alimentos y reducir su impacto en la salud infantil.
Por otro lado, el estudio subraya que los bisfenoles son solo una de las muchas sustancias químicas presentes en el entorno que pueden influir en el desarrollo de enfermedades metabólicas, como el sobrepeso y la obesidad. Por ello, insisten en la necesidad de adoptar un enfoque integral que tenga en cuenta factores ambientales, genéticos y conductuales, con el fin de diseñar estrategias de prevención más eficaces y mejorar la salud pública infantil.
30 abril 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
abr
16
En Italia se incrementaron en los últimos años los trastornos nutricionales y alimentarios en la edad infantil, así como entre los jóvenes, señala hoy un reporte. Estos problemas afectan a unos tres millones de italianos y no sólo están en constante aumento, sino que afectan a una población cada vez más joven, y actualmente aparecen entre los 8 y 9 años de edad, señala un informe presentado este viernes en un congreso de pediatría que concluye este viernes en la ciudad de Lodi.
Durante la tercera edición de ese evento, que anualmente se celebra en esa urbe de la norteña región de Lombardía, se alertó sobre esas altas cifras, reportadas por el Instituto Superior de Sanidad (ISS), que indican un serio agravamiento de estos padecimientos, señala una nota publicada en el sitio digital del diario La Republica.
Los especialistas evaluaron que los años de la adolescencia son especialmente críticos, porque son aquellos en los que la relación con el propio cuerpo y la apariencia se vuelve difícil, y se consideraron entre los trastornos más comunes la anorexia nerviosa, el Trastorno Evitativo-Restrictivo de la Ingesta Alimentaria (Arfid) y la bulimia.
Roberta Giacchero, directora del Departamento de Pediatría del sistema sanitario de Lodi, resaltó en su intervención que esos trastornos aumentaron exponencialmente desde 2019, con una incidencia actual un 60,0 % superior a la de años anteriores, y preocupa en particular el hecho de que «la edad de inicio está disminuyendo drásticamente».
El mayor aumento de la obesidad en Italia se registra en el grupo de edad de 8 a 9 años, en el que el 19,0 % de la población tiene sobrepeso, casi la décima parte es obesa y alcanza 2,5 puntos el porcentaje de niños con obesidad grave, aseveró Giacchero.
11 abril 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
