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Las náuseas y vómitos de la gestación (NVG) son frecuentes en las mujeres embarazadas: en torno al 80 por ciento de ellas experimentan estos síntomas. Aparecen a partir la semana 4 del embarazo y suelen remitir en la 12.
En algunos casos, sin embargo, pueden persistir más allá de la semana 20 e, incluso, hasta el momento del parto. Estas mujeres pueden vomitar hasta 50 veces al día, se deshidratan, pierden peso y, en los supuestos más graves, necesitan hospitalización. Este cuadro severo de NVG, que se conoce como hiperémesis gravídica (HG), lo sufre entre el 1 y el 2 por ciento de las embarazadas. Un nuevo hallazgo sobre su origen abre las puertas a la creación de nuevos tratamientos y da paso a una nueva fase en el manejo de estos casos extremos, aunque su aplicación en la práctica asistencial tendrá que esperar. Read more
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Las embarazadas pueden ya proteger a sus bebés de hasta 6 meses de la bronquiolitis y otras enfermedades respiratorias vacunándose, entre las 24 y las 36 semanas de gestación, con el primer suero para adultos que acaba de aprobar el Ministerio de Sanidad frente al Virus Sincitial Respiratorio (VRS).
La vacuna bivalente de Pfizer contra la proteína F en prefusión (RSVpreF), está también indicada para los mayores de 60 años, pero por ahora el Sistema Nacional de Salud solo la financiará para las embarazadas, ha explicado en la presentación del fármaco el director médico de la compañía, José Chaves. A la espera de las pautas que aún debe marcar la Comisión de Salud Pública, que debe decidir ahora su incorporación en el calendario vacunal para toda la vida, Abrysvo, nombre comercial de la vacuna, consta de una única dosis que se inyecta en el músculo de la parte superior del brazo y ya está disponible en farmacias por un precio de 234,95 euros con IVA.
‘Complementaria’ a nirsevimab Desde octubre, los recién nacidos están siendo inmunizados con nirsevimab, un anticuerpo monoclonal -no vacuna- que está desplomando las tasas de hospitalizaciones por VRS, que supone la segunda causa de muerte en lactantes menores de 12 meses en el mundo.
Se estima que, en España, las infecciones por este virus originan entre 7.000 y 14.000 hospitalizaciones anuales, es decir, un 2 % de los casos, sin olvidar que el sincitial puede conllevar secuelas futuras, llegando a tener cuadros parecidos a los de asma en los 5 primeros años de vida.
Esta vacuna, la primera que llega a España para adultos y única que está indicada para mujeres gestantes -la otra que desarrolla GSK es solo para mayores-, viene a ser nueva herramienta con la que recibirán una protección pasiva a través de la placenta de sus madres. Según María María Garcés, pediatra del centro de salud Nazaret (Valencia) y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Vacunología (CAV-AEP), no debe hay ‘ninguna interferencia’ entre ambos fármacos, que incluso ‘pueden ser complementarios’.
Un escudo vital para los bebés ‘Hasta hace unos años, vacunar a una mujer embarazada era un tema tabú, pero gracias a la evidencia científica, los avances y la industria se ha visto la importancia de que se vacunen, lo primero para que se protejan ellas mismas de enfermedades diversas, y luego al feto’, ha señalado Inmaculada Cuesta, enfermera, matrona y secretaria de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac).
Cuando una mujer se vacuna, genera unos anticuerpos que transfiere al feto a través de la placenta. ‘Es un acto altruista que hace la mujer en beneficio de su hijo’, al que regala ‘un escudo vital’ contra el VRS en sus primeros seis meses de vida.
Dado que la protección del lactante frente al VRS depende de esa transferencia de anticuerpos, Abrysvo se debe administrar entre las semanas 24 y 36 de embarazo; lo importante, ha querido dejar claro la experta, es que las mujeres en la edad fértil lleguen al embarazo con todo su calendario vacunal completo, más aún si son mujeres con algún factor de riesgo.
El VRS también es cosa de mayores Pero el VRS no es exclusivo de los pequeños, ha aclarado Ángel Gil, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, sino que también impacta en los adultos a partir de los 65 años, sobre los que hay un infradiagnóstico pese a que en ellos hay más mortalidad intrahospitalaria relacionada con casos de este virus -8 %- que con la gripe.
El 90 % de la población de esta edad tiene una enfermedad crónica asociada, que se convierten en dos a los 75 y en al menos 3 cuando se cumplen los 80, por lo que su protección frente a cualquier enfermedad respiratoria ‘resulta esencial’. Gil ha querido insistir en que la vacuna no evitará la infección, pero sí las hospitalizaciones y las muertes, al igual que ocurre con otras como la covid o la gripe.
Se puede poner con la de la gripe Según su prospecto, Abrysvo se puede poner paralelamente con la vacuna de la gripe estacional. Como todo medicamento, tiene efectos adversos, siendo los más comunes en mujeres embarazadas el dolor en la zona del pinchazo, de cabeza, muscular y náuseas. Mientras que, en los mayores, los más frecuentes fueron la fatiga, el dolor de cabeza, en la zona de la inyección y mialgia. Con estas dos indicaciones ya aprobadas, la compañía farmacéutica ha iniciado dos ensayos clínicos adicionales para evaluar Abrysvo en niños con mayor riesgo de contraer enfermedad por VRS, cuya edad va desde los 2 años hasta los 18.
El segundo ensayo está evaluando a adultos de 18 a 60 años de edad, con mayor riesgo de contraer el VRS debido a afecciones médicas subyacentes como asma, diabetes y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), así como a adultos mayores de 18 años que están inmunodeprimidos y, por tanto, tienen mayor riesgo de contraer el VRS, ha concluido José Chaves, director médico de Pfizer.
30 enero 2024| Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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29
En este momento, hay pocos medios para predecir si un embarazo terminará en un parto prematuro
Una nueva investigación sugiere que un análisis más detallado de los datos de ultrasonido podría dar pistas tempranas sobre los nacimientos prematuros
Los médicos podrían vigilar más de cerca la salud fetal en las mujeres cuyas exploraciones sugieren que tienen un mayor riesgo
Las ecografías que detectan cambios «microestructurales» en el cuello uterino de una mujer podrían apuntar a que ella tiene un riesgo más alto de parto prematuro, informan unos investigadores.
Las exploraciones se realizaron a partir de la semana 23 de embarazo y podrían ayudar a evaluar los riesgos de un parto «prematuro», incluso entre las madres primerizas.
Entre el 10% y el 15% de los nacimientos se producen antes de término.
Hoy en día, los médicos esperan señales y síntomas de un parto prematuro», como una ruptura de membrana, explicó la autora principal del estudio, Barbara McFarlin. Es profesora emérita de enfermería en la Universidad de Illinois Chicago (UIC).
Nuestra técnica sería útil para tomar decisiones basadas en el tejido y no solo en los síntomas», comentó en un comunicado de prensa de la UIC.
Como explicó el equipo de McFarlin, en este momento la única pista de que un embarazo podría terminar en un parto prematuro es el historial de parto previo de la mujer. Eso significa que los médicos no pueden predecir el parto prematuro en las mujeres que dan a luz por primera vez.
McFarlin y sus colegas han estado trabajando durante años en el ajuste fino de las tecnologías de ultrasonido, en busca de indicios de que una mujer podría no dar a luz a término.
La forma de exploración utilizada en el nuevo estudio se llama «ultrasonido cuantitativo».
En lugar de basarse únicamente en una imagen visual, los médicos también utilizan los datos de radiofrecuencia obtenidos de la ecografía para medir la densidad de varios tejidos.
A McFarlin se le ocurrió la idea por primera vez cuando era estudiante de posgrado en enfermería, mientras trabajaba como partera y ecografista. Se dio cuenta de que el cuello uterino aparecía de manera diferente en las exploraciones de las mujeres que luego dieron a luz prematuramente.
Nadie lo estaba mirando», dijo. Así, McFarlin y otros colegas estudiaron los embarazos de 429 mujeres que dieron a luz sin inducción.
Usando ultrasonido cuantitativo para detectar cambios microestructurales en el tejido cervical, el grupo de McFarlin encontró que los escáneres eran efectivos para predecir qué madres primerizas darían a luz prematuramente o no.
La estrategia fue aún más efectiva entre las madres que habían dado a luz antes.
Combinar los datos de la ecografía más cualquier antecedente previo de parto prematuro fue más efectivo para predecir un parto prematuro posterior que usar cualquiera de las dos mediciones solas, encontraron los investigadores.
¿Cómo podría la ecografía cambiar la práctica obstétrica?
Según los investigadores, si los médicos supieran a las 23 semanas de gestación que hay una mayor probabilidad de parto prematuro, concertarían citas más frecuentes para monitorizar la salud del feto.
El nuevo estudio también podría ser un punto de partida para «comenzar a estudiar los procesos mediante los cuales se podría prevenir o retrasar el parto prematuro», planteó el coautor del estudio, Bill O’Brien, profesor de ingeniería eléctrica e informática de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante años, O’Brien ha estado investigando cómo los datos cuantitativos de ultrasonido podrían promover la investigación.
Los hallazgos se publicaron en la edición del 24 de enero de la revista American Journal of Obstetrics & Gynecology.
Referencia: McFarlin BL, Villegas-Downs M, Mohammadi M, Han A, Simpson DS, O’brien WD. Enhanced Identification of At-Risk Women for Preterm Birth via Quantitative Ultrasound: A Prospective Cohort Study. American Journal of Obstetrics & Gynecology[Internet]. 2023[citado 28 ene 2024]. DOI: https://doi.org/10.1016/j.ajogmf.2023.101250
25 enero 2024| Fuente: EurekAlert| Tomado de | Comunicado de prensa
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18
Un macroestudio, coordinado por BCNatal, avala una prueba que ya usan muchos obstetras para evitar complicaciones e ingresos en UCI.
Muchos obstetras están realizando la prueba Doppler para determinar el flujo de los vasos del cerebro del feto y de la placenta en la ecografía de rutina del tercer trimestre del embarazo normal, para detectar bebés con riesgo de presentar complicaciones posparto y de requerir ingreso en UCI neonatal, pero faltaba disponer de evidencia suficiente como para incorporarla formalmente a los protocolos clínicos de control de la gestación.
Un estudio multicéntrico e internacional llamado RATIO37, coordinado por BCNatal (del Clínic/Idibaps y del Hospital Materno Infantil de Sant Joan de Déu/IRSJD de Barcelona), y publicado en The Lancet , ya no deja lugar a dudas: el Doppler (mide la circulación de la sangre por el cordón umbilical y el cerebro, denominada ratio cerebro-placentario o RCP) en esa última ecografía aportaría información valiosa para poder detectar insuficiencia placentaria, decidir la inducción del parto al término de la gestación en casos de riesgo y, con ello, reducir a la mitad la tasa de ingreso en UCI.
Menos de un 1 % de los bebés de gestaciones normales (de bajo riesgo) presentan en las últimas 2-3 semanas previas al parto o al nacer alguna complicación que requiera su ingreso en UCI. Una causa frecuente de ello es que la placenta envejezca antes de tiempo y no funcione tan bien al final del embarazo (insuficiencia placentaria), con lo cual el bebé puede sufrir falta de oxígeno, especialmente cuando durante las contracciones del útero al final del embarazo y durante el parto.
Con la ecografía del tercer trimestre se observa el bajo peso del bebé, que a menudo se debe a la insuficiencia placentaria, pero no permite detectar la totalidad de los casos de riesgo. Es para evitar que esos casos se escapen que está indicado el uso del Doppler en la tercera ecografía de todos los embarazos normales, con independencia de cuál sea el peso fetal.
El RATIO37 ha sido concebido y codirigido por Francesc Figueras, jefe del servicio de Medicina Fetal del Clínic, y Eduard Gratacós, director de BCNatal, y la primera firmante es Marta Rial Crestelo, del grupo de Medicina Fetal y Perinatal del Idibaps y CIBERER.
En él han participado durante 6 años más de 11 500 mujeres con embarazos de bajo riesgo. En la ecografía de las 36 semanas (tercera de la gestación) se midió el RCP en todas las mujeres, pero las participantes se dividieron en dos grupos: en unas, la prueba se utilizó para cambiar el manejo de la gestación (en caso de salir alterada se propuso a la mujer una inducción precoz del parto al llegar al término); y en las otras, el resultado de la prueba no se comunicaba y se manejaba el embarazo según los protocolos vigentes.
De esa forma se pudieron comparar los casos de muerte del bebé y de complicaciones neonatales graves (problemas neurológicos, intestinales, cardíacos, renales o respiratorios) con una estancia en la UCI de 10 días o más, y el resultado fue este: complicaciones neonatales graves en un 0,38 % de los embarazos con RCP y en un 0,73 % de los de sin él.
El equipo coordinador ha hecho este cálculo: reducir 3,5 casos de complicaciones graves por cada 1 000 embarazos clasificados como de bajo riesgo, teniendo en cuenta el número de partos registrados en España en 2022 (330 000), implicaría evitar al año al menos 1 150 casos de complicaciones neonatales graves.
¿Se puede incorporar ya a protocolos?
Gratacós, consultado por este diario, confirma que es el primer gran estudio al respecto y que, por la contundencia de sus resultados, las sociedades científicas deberían de analizar la posibilidad de incorporar esa prueba adicional a sus respectivos protocolos.
Muchos especialistas lo usan ahora pero, indica el experto, había reticencias acerca de la posibilidad de que hubiese falsos negativos, con todo lo que deriva de ello (incluida la angustia de la embarazada). En su opinión, ahora se va a poder ofrecer la prueba con seguridad.
Sobre la posibilidad de usar el Doppler en ecografías rutinarias previas a la última de la gestación, indica que no tiene sentido porque es en las últimas semanas cuando hay más posibilidades de que la placenta presente fallo subclínico; «a mitad del embarazo funciona muy bien». Precisa que este órgano temporal está programado para sobrevivir unas 50 semanas, muchas más de las que dura la gestación; pero en algunas mujeres envejece prematuramente y presenta fallo subclínico.
También destaca que, en nuestro contexto sanitario, el uso generalizado del Doppler en la tercera ecografía va a reducir los casos de neonatos que requerirán ingreso en UCI tras el parto pero no la tasa de mortalidad infantil, que ya es muy baja: 2 casos por cada mil nacidos. Su aportación en lo tocante a esta tasa sería, desde su punto de vista, mucho más evidente en contextos de control subóptimo de la gestación donde, por ejemplo, se calculen 10 bebés o más fallecidos por cada mil nacidos.
En este estudio han participado la Universidad de Palacky de Olomouc (Marek Lubusky), el Instituto para el cuidado de la Mujer y el Niño de Praga (Ladislav Krofta), y el Hospital Universitario de Hradec de Kralove (Marian Kacerovsky), los tres de la República Checa; el Hospital de Santa Sofía de Varsovia, de Polonia (Anna Kajdy); el Centro Médico Soursaky de Tel Aviv, Israel (Eyal Zohav); el Hospital Universitario de Santiago de Chile (Mauro Parra Cordero); el Hospital del Mar de Barcelona (Elena Ferriols Pérez) y el Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer de Querétaro, México (Rogelio Cruz). Y ha contado con el apoyo de la Fundación” la Caixa”, la Fundación Cerebra y los hospitales Clínic y Sant Joan de Déu.
Referencia: Rial-Crestelo M, Lubusky M, Parra-Cordero M, Krofta L, Kajdy A, Zohav E, et al.ierm planned delivery based on fetal growth assessment with or without the cerebroplacental ratio in low-risk pregnancies (RATIO37): an international, multicentre, open-label, randomised controlled trial. The Lancet[Internet].2024[citado 17 ene 2024]; https://doi.org/10.1016/S0140-6736(23)02228-6
17 enero 2024| Fuente: Diario Médico| Tomado de Ginecología y Obstetricia
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9
Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Helsinki (Finlandia), junto con el Hospital General de Massachusetts y el Instituto Broad de Harvard y el MIT (Estados Unidos), han proporcionado avances significativos en la comprensión de la genética detrás de la diabetes gestacional al descubrir 13 regiones cromosómicas distintas relacionadas con la enfermedad. La diabetes gestacional es un trastorno común del embarazo que afecta anualmente a más de 16 millones de embarazos en todo el mundo, con importantes implicaciones para la salud tanto de las madres como de sus hijos. Se caracteriza por niveles elevados de azúcar en sangre en mujeres embarazadas que no tenían diabetes antes de quedar embarazadas. A pesar de que la diabetes gestacional constituye un importante problema de salud mundial, hay muy poca investigación sobre sus causas moleculares. El estudio ahora publicado es el mayor estudio de asociación del genoma de la diabetes gestacional realizado hasta la fecha, que incluye a más de 12.000 pacientes y 131.000 controles femeninos de la iniciativa finlandesa de genómica FinnGen. Read more
ene
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Una nueva investigación brinda noticias tranquilizadoras para las mujeres jóvenes que esperan quedar embarazadas después de un diagnóstico de cáncer de mama con mutación en el gen BRCA. Read more