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Dosis elevadas de vitamina D parecen mantener la flexibilidad y elasticidad de las arterias, lo que potencialmente podría prevenir futuros ictus y ataques cardíacos, según los resultados de un ensayo clínico a escala reducida.
Los investigadores dividieron a los 70 participantes del estudio, afroamericanos con sobrepeso y un rango de edad de 13-45 años, en cuatro grupos. Tres grupos tomaron dosis orales de vitamina D de 600 (n = 17), 2000 (n = 18) o 4000 UI/día (n = 18), y un cuarto grupo (n = 17) tomó un placebo.
Quienes tomaron 4000 UI/día (el nivel más elevado permisible) experimentaron una reducción del 10,4 % en la rigidez de las arterias en un plazo de 16 semanas. Quienes tomaron una dosis de 2000 UI/ experimentaron una reducción de la rigidez arterial del 2 % en el mismo periodo, mientras que aquellos que tomaron la dosis actualmente recomendada de 600 UI/día tuvieron un ligero aumento en la rigidez de las arterias (0,1 %). Los participantes del grupo placebo experimentaron un incremento de la rigidez arterial del 2,3 %. Además, no se observaron efectos tóxicos en las personas que tomaron las dosis más elevadas de vitamina D.
La vitamina D podría favorecer la salud de las arterias al bloquear un sistema hormonal que aumenta la constricción de los vasos sanguíneos, y también ayudaría a reducir la inflamación, que se ha vinculado con el endurecimiento de las arterias. Según los autores, debería darse seguimiento a los participantes del estudio para ver si unas arterias más flexibles se traducen en tasas más bajas de enfermedades cardíacas e ictus a edades más avanzadas. El estudio fue publicado en PLoS One 2017; 12: e0188424.
febrero 7/2018 (neurologia.com)