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La Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan y la Universidad de Nueva York , según ha publicado Proceedings of the national Academy of Sciences (doi:201316740. ), han llevado a cabo un estudio en ratas en el que se podría haber llegado a la conclusión de que los miedos de las madres se transmitirían a los hijos a través del olor en sus primeros días de vida. Se trataría de traumas que habrían sufrido las progenitoras incluso antes de estar embarazadas.
La investigación se ha realizado infundiendo el temor al olor a menta, ya que se provocaba que estos animales asociasen dicho aroma a descargas eléctricas leves antes de estar embarazadas. Cuando sus crías nacían, sin que se les hubiese realizado ningún estímulo con descargas eléctrica, éstas experimentaban una respuesta temerosa ante el olor a menta. Los investigadores también dieron a las crías una sustancia que bloqueaba este efecto y no permitía adquirir estos temores.
El responsable del estudio, el psiquiatra y neurólogo Jacek Debiec, ha afirmado que «antes de que las crías puedan tener experiencias propias, adquieren experiencias de sus madres. Lo más importante, es que estos recuerdos transmitidos por vía materna son duraderos, mientras que otro tipo de aprendizaje infantil, si no se repite, se olvida».
Esta relación aún no está demostrada en seres humanos, aunque sí se ha probado el efecto calmante del olor de las madres en sus hijos. Sin embargo, se han realizado estudios con descendientes directos de supervivientes del Holocausto en Polonia, durante la Segunda Guerra Mundial, y se ha podido apreciar que sufren pesadillas con sucesos relacionados con la tragedia que ellos nunca habrían vivido en primera persona.
julio 27/2014 (Diario Médico)
Debiec J, Sullivan RM.Intergenerational transmission of emotional trauma through amygdala-dependent mother-to-infant transfer of specific fear.Proc Natl Acad Sci U S A. 2014 Jul 28.