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La obesidad es el principal factor de riesgo para el desarrollo de apnea obstructiva del sueño (AOS), según se ha puesto de manifiesto en el XXX Congreso de la Sociedad Española de Sueño, en el que se ha apuntado que diferentes estudios han demostrado que un aumento del 10 % en el peso corporal multiplica por cinco las probabilidades de desarrollar AOS de moderada a severa.
‘Sabemos que los pacientes que aumentan de peso tienen más riesgo de sufrir obesidad y que si pierden peso, mejoran. Sin embargo, hasta ahora, el principal factor de riesgo para el desarrollo de la apnea apenas se trataba’, afirmó la doctora Neus Salord Oleo, médica adjunta del servicio de Neumología del Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona) en su intervención en el congreso celebrado en Pamplona.
Durante su exposición, según informa la organización, Salord presentó los resultados de un estudio controlado randomizado en fase de publicación llevado a cabo en el Hospital de Bellvitge en colaboración con varios centros de atención de primaria y polideportivos municipales del área.
El estudio obtuvo los datos de un programa intensivo de pérdida de peso para el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño en el que participaron 90 pacientes con apnea obstructiva del sueño grave (índice de apneas-hipopneas de más de 30) que ya se encontraban en tratamiento con CPAP.
‘Hemos intentado incentivar a los pacientes con indicación de CPAP y ya tratados con ella, aprovechando ese momento clave de asimilar que tienen que tener un tratamiento con una ‘máquina’ para toda la vida, para que se involucrasen en un concepto de medicina más participativa y más personalizada para el cuidado de su salud’, aseguró la neumóloga.
Según explicó, aproximadamente la mitad de los sujetos del estudio se incluyeron en un grupo de control que siguió las recomendaciones que se dan habitualmente en consulta, pero sin una intervención ni un seguimiento específico; mientras que la otra mitad siguió un programa que incluía una dieta muy baja en calorías, práctica regular de ejercicio físico y mejora de los hábitos de sueño, todo ello realizado con la metodología de la terapia grupal en el centro de salud.
Tras un año de seguimiento, el 59 % de los pacientes del grupo de intervención mejoraron la gravedad de su apnea del sueño, pasando de grave a moderada, y en un 31 % de los casos se pudieron retirar el tratamiento con CPAP, según los datos aportados.
Además, según la experta, ‘hubo una mejoría considerable a nivel metabólico, sobre todo del perfil lipídico, y también una mejoría de la tensión arterial a partir del tercer mes. También los dominios físicos de calidad de vida mostraron una mejoría importante‘.
Para Salord, los resultados del estudio demuestran que los programas de mejora de la obesidad y de la apnea del sueño ‘son efectivos’ y que incluso son ‘más eficientes’ si se realizan de manera coordinada con atención primaria, ‘ya que se facilitan las cosas a los pacientes y se reduce el uso de recursos hospitalarios’.
octubre 24/2022 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.