Los adultos mayores que tomaron ácido acetilsalicílico (aspirina) en dosis bajas todos los días para la prevención primaria no tuvieron una reducción en el riesgo de sufrir los primeros ictus en un gran ensayo aleatorizado que los siguió durante aproximadamente 5 años.
No obstante, aquellos que tomaron ácido acetilsalicílico (100 mg/día), en comparación con el placebo, mostraron un aumento significativo de 38% en el riesgo de hemorragia intracraneal. Las tasas de ictus isquémico y hemorrágico fueron similares entre los grupos de ácido acetilsalicílico y de control.

ictus hemorragico
Los eventos de exceso de sangrado por hemorragia intracraneal incluyeron ictus hemorrágico, pero también sangrados durales y subdurales característicos de un traumatismo craneoencefálico, como las caídas, informaron los investigadores, según su análisis secundario del ensayo ASPREE. Los hallazgos se aplicaron independientemente de la edad, el sexo o los factores de riesgo cardiovascular.
Este estudio, como cualquier otro, ha empañado el valor del ácido acetilsalicílico como factor de protección frente a eventos cardiovasculares en personas sin antecedentes de ictus o cardiopatía clínica. Se suma a años de ensayos aleatorizados y metanálisis que sugieren que los beneficios que pueda aportar en la prevención primaria se ven contrarrestados por un mayor riesgo de hemorragias graves.
Los principales resultados clínicos de ASPREE, informados en una serie de artículos en 2018, incluyeron el fracaso en demostrar que el uso de ácido acetilsalicílico en dosis bajas para la prevención primaria puede prolongar la sobrevida sin discapacidad física o mental durante cinco años.[3] El ensayo también vio asociaciones significativas entre el uso de ácido acetilsalicílico diario y el riesgo de sangrado mayor, especialmente sangrado gastrointestinal superior y muerte por cualquier causa.
El ensayo, llevado a cabo en Australia y los Estados Unidos, ingresó a 19.114 personas de la comunidad con edades iguales o mayores a 70 años o al menos 65 años para los participantes en los Estados Unidos que se identificaron como negros o hispanos.
Los participantes del grupo de ácido acetilsalicílico de ASPREE experimentaron 20ictus isquémicos menos con la compensación de 29 eventos de sangrado por hemorragia intracraneal adicionales, de acuerdo con un informe sobre el análisis secundario publicado el 26 de julio en JAMA Network Open, con el autor principal, Dr. Geoffrey C. Cloud, de la Monash University en Melbourne, Australia.
Aunque en términos absolutos hubo un pequeño número de eventos hemorrágicos y no hemorrágicos, «numéricamente, los eventos hemorrágicos superaron cualquier posible prevención de eventos isquémicos», dijo a Medscape Noticias Médicas el autor principal, Dr. John J. McNeil, Ph. D., de la misma institución.
Riesgos a corto y largo plazos
ASPREE, que cuenta con una gran población de personas mayores, combinado con los otros estudios que sugieren poca o ninguna ventaja del uso de ácido acetilsalicílico en la prevención primaria, observó el Dr. McNeil, «cuestiona si hay mucho fundamento para prescribirlo por un beneficio a largo plazo, o un beneficio que podría no ser evidente durante años después, cuando hay tantos riesgos que se presentan a corto plazo».
De hecho, ASPREE respalda la recomendación de la Comisión de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF) del año pasado contra la prescripción de rutina de ácido acetilsalicílico en dosis bajas para la prevención primaria o cualquier prescripción de este tipo en adultos de edades iguales o mayores a 60 años, señala el informe publicado.
Se produjo un primer ictus en 4,7 % de los que recibieron ácido acetilsalicílico y en 4,6% de los que recibieron placebo, sin una diferencia estadísticamente significativa; tampoco hubo diferencias significativas en las tasas de ictus isquémico, ictus hemorrágico o ictus mortal.
Los riesgos de sangrado por hemorragia intracraneal fueron 1,1 % y 0,8 % para los que recibieron ácido acetilsalicílico y placebo, respectivamente (p = 0,03).
«Creo que esto es parte del rompecabezas», comentó a Medscape Noticias Médicas el Dr. Jeffrey S. Berger, quien no formó parte del estudio. «Establece claramente» el riesgo para la prevención primaria de la complicación más temida del uso de ácido acetilsalicílico, el ictus hemorrágico.
«Cuando se juntan todos los datos, creo que el uso de ácido acetilsalicílico para la prevención de un primer infarto al miocardio o ictus es marginalmente efectivo. Pero eso debe equilibrarse con el riesgo potencial y este estudio ilustra claramente la importancia de ese riesgo», reflexionó el Dr. Berger de NYU Langone Hospitals y director del Centro para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares de la Facultad de Medicina Grossman de la New York University, en Nueva York, Estados Unidos.
El beneficio del ácido acetilsalicílico «no es tan alto como antes» en una época en la que existen tantas terapias efectivas que reducen el riesgo coronario y neurovascular, observó el Dr. Berger. «Si bien su riesgo absoluto es bajo, el beneficio absoluto también es bastante bajo».
Para las poblaciones que han sido estudiadas, agregó, «el beneficio del uso de ácido acetilsalicílico para la prevención de un primer infarto al miocardio o ictus no supera su riesgo».
Según el Dr. McNeil, una de las características importantes del análisis es la separación de las hemorragias intracraneales por ictus y las no intracraneales según su localización anatómica.
Un «riesgo no reconocido»
Las hemorragias intracraneales en general, así como las hemorragias subdurales, extradurales y subaracnoideas supuestamente causadas por traumatismos, fueron más frecuentes en el grupo de ácido acetilsalicílico, pero las diferencias no llegaron a ser estadísticamente significativas con tasas de incidencia tan bajas.
El sangrado subdural, extradural y subaracnoideo «comúnmente es causado por traumatismos craneoencefálicos por caídas», por lo que las personas mayores tienen más riesgo que los adultos más jóvenes, observó.
«Estamos destacando un riesgo no reconocido del uso de ácido acetilsalicílico: esta totalidad de hemorragias intracraneales», dijo el Dr. McNeil. «En las personas mayores sabemos que el riesgo de sangrado es alto y sabemos que el riesgo de traumatismo craneoencefálico también. Si se junta todo, se trata de un aumento estadísticamente significativo que los médicos deben tener en cuenta».
De la población del ensayo (56 % mujeres, edad media: 74 años), 9.525 participantes fueron asignados a ácido acetilsalicílico diario y 9.589 a placebo y se les siguió por una mediana de 4,7 años.
A pesar de que no hubo diferencias estadísticamente significativas para todos los ictus o ictus isquémicos o ictus hemorrágicos por separado, los hazard ratios para el riesgo de sangrado por hemorragia intracraneal, incluido el ictus hemorrágico, aumentaron significativamente en el grupo de ácido acetilsalicílico y tendieron al alza para el sangrado por hemorragia intracraneal sin ictus:
Todos los ictus: 0,97 (intervalo de confianza [IC] de 95 %: 0,79 a 1,18; p = 0,04).
Ictus isquémico: 0,89 (IC 95%: 0,71 a 1,11; p = 0,28).
Ictus hemorrágico: 1,33 (IC 95 %: 0,87 a 2,04; p = 0,19).
Todo el sangrado por hemorragia intracraneal: 1,38 (IC 95 %: 1,03 a 1,84; p = 0,03).
Sangrado por hemorragia intracraneal sin ictus: 1,45 (IC 95 %: 0,98 a 2,16; p = 0,07).
«Creo que la comunidad científica realmente tiene mucho que aprender sobre el uso de la medicina basada en la precisión para determinar quién debería estar en una terapia como la del uso de ácido acetilsalicílico», apuntó el Dr. Berger.
«En mi opinión», agregó, «¿por qué con un fármaco como este, que sabemos cómo funciona, no podemos medir la actividad plaquetaria» de la misma manera que se miden la presión arterial y los lípidos para guiar el tratamiento farmacológico?
El Dr. Berger prevé un momento «en un futuro cercano en el que seremos capaces de medir la actividad plaquetaria o la genética plaquetaria y decirnos quién se beneficiaría de un fármaco como ácido acetilsalicílico».
El campo no necesita otro ensayo de ácido acetilsalicílico de prevención primaria de base amplia, dijo. «Necesitamos comenzar a pensar en cómo funciona el fármaco y elegir sabiamente a nuestras poblaciones».

agosto 04, 2023 |Medcenter Medscape

SINGAPUR, SGP. Un análisis de datos de ensayos de fase 3 mostró que la mayoría de adolescentes con vitiligo permanecieron estables o continuaron mejorando durante 1 año de tratamiento con el inhibidor de cinasas Janus 1 y 2 (JAK) ruxolitinib.[1]

El análisis de los datos agrupados de los ensayos clínicos aleatorizados de fase 3, TRuE-V1 y TRuE-V2, reveló que más de la mitad de los participantes lograron al menos una mejora de 50% con respecto al valor inicial en el índice total de puntuación del área de vitiligo (T-VASI50) a las 52 semanas.

vitiligo

«La mejora fue superior a la observada en la población general», afirmó el Dr. Julien Seneschal, Ph. D., profesor de dermatología y jefe de la Clínica de Vitiligo y Trastornos Pigmentarios de la Université de Bordeaux, en Burdeos, Francia, quien presentó los nuevos datos en el 25th World Congress of Dermatology Singapore 2023.[1]

El porcentaje de adolescentes de entre 12 y 17 años que recibió ruxolitinib dos veces al día y obtuvo una respuesta del índice total de puntuación del área de vitiligo 50 en las semanas 12, 24 y 52 fue de 11,5%, 26,9% y 57,7%, respectivamente. Las cifras correspondientes para la población total del estudio fueron 10,7%, 22,7% y 44,4%, respectivamente.

«Esto indica que los pacientes más jóvenes pueden responder mejor al tratamiento», afirmó el Dr. Seneschal. Sin embargo, aclaró, el número de adolescentes en los estudios era pequeño.

Una mejora constante

El vitiligo es una enfermedad autoinmunitaria crónica, caracterizada por la despigmentación de la piel, causada por la pérdida de melanocitos. Puede aparecer a cualquier edad, pero muchos pacientes experimentan un inicio antes de los 30 años.[2]

Ruxolitinib en crema a 1,5% es el primer tratamiento aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), en julio de 2022 y abril de 2023, respectivamente, para la repigmentación en pacientes con vitiligo no segmentario a partir de 12 años. Aproximadamente 8 de cada 10 casos de vitiligo son no segmentarios.[3]

La aprobación se basó en los resultados de los estudios TRuE-V, a doble enmascaramiento y controlados con vehículo, practicados en 661 pacientes con vitiligo no segmentario.[4] Los pacientes fueron aleatorizados en proporción de 2:1 para recibir ruxolitinib o el vehículo dos veces al día durante 24 semanas. A continuación, los dos grupos recibieron ruxolitinib dos veces al día durante 28 semanas.

En los estudios TruE-V1 y TruE-V2, 72 participantes (10,9%) eran adolescentes, 55 de los cuales fueron aleatorizados a recibir tratamiento con ruxolitinib; tenían entre 12 y 17 años (mediana de edad: 14 años) y la mediana de duración del vitiligo era de 5,1 años. Casi 53% era de sexo masculino y 65,5% tenía fototipos de piel de Fitzpatrick I a III. La puntuación inicial del índice total de puntuación del área de vitiligo fue de 6,4 (desviación estándar [DE]: 2,13).

Los datos de este subgrupo de adolescentes se agruparon y resumieron mediante estadísticas descriptivas para el nuevo análisis. Se incluyó a 52 participantes en el análisis, equivalente a aquellos pacientes que tenían evaluaciones completas en la semana 12.

agosto 04, 2023 | Medcenter Medscape

agosto 4, 2023 | borrell | Filed under: Vitíligo | Etiquetas: , , , |

MADRID, ESP. Una revisión científica de investigadores españoles confirma el influjo negativo de los edulcorantes artificiales sobre varios de los principales factores de riesgo cardiovascular, además de evidenciar su ausencia de beneficio para controlar el exceso ponderal.[1]

 El Dr. Francisco Gómez Delgado y el Dr. Pablo Pérez Martínez, miembros de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) y de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), han coordinado una revisión actualizada sobre las principales evidencias científicas de los edulcorantes artificiales que muestra que lejos de incidir positivamente en nuestra salud, tienen «efectos negativos para el sistema cardiometabólico».

enfermedades-cardiovasculares

 El documento, publicado en Current Opinion in Cardiology, incide en el consumo de estos edulcorantes y su influjo negativo para el desarrollo de obesidad y de algunos de los más importantes factores de riesgo cardiometabólicos (hipertensión, dislipidemia y diabetes).

La globalización y el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados han llevado a la necesidad de un mayor conocimiento sobre los impactos en la salud de ciertos nutrientes como los edulcorantes artificiales (nutritivos y no nutritivos). Esta revisión pretende analizar su papel e impacto en el riesgo cardiometabólico y en la enfermedad cardiovascular.

Edulcorantes y riesgo cardiovascular

 Los efectos perjudiciales de una dieta rica en calorías y azúcares están bien demostrados y por ello las autoridades sanitarias recomiendan limitar el consumo de azúcar. Esto ha llevado a la industria alimentaria a desarrollar diferentes edulcorantes artificiales con propiedades específicas, como sabor y estabilidad (edulcorantes artificiales nutritivos) y otros destinados a limitar el azúcar en la dieta (edulcorantes artificiales no nutritivos). Asimismo, pruebas recientes exploran la influencia de estos dos tipos de edulcorantes artificiales en el riesgo de la enfermedad cardiovascular que conllevan a través de factores de riesgo como la obesidad y la diabetes de tipo 2 entre otros.

Inicialmente el consumo de edulcorantes artificiales se presentaba como una alternativa para la reducción del aporte calórico en la dieta como una opción especialmente interesante en personas con sobrepeso y obesidad, sin embargo, el consumo de estos edulcorantes artificiales favorece el incremento ponderal derivado de distintos mecanismos a nivel neuroendocrino relacionados con la saciedad que se activan de forma anómala tras ser consumidos, refleja este trabajo.

Favorecen el aumento ponderal

Dr. Pablo Pérez Martínez/Fuente: SEMI

Por otra parte, las evidencias muestran que el consumo de edulcorantes artificiales no favorece una pérdida de peso, «incluso es todo lo contrario», comentó a Medscape en

español el Dr. Pablo Pérez Martínez, director científico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) e internista del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, «existen evidencias que muestran un aumento ponderal derivado de los efectos de su consumo a nivel neurohormonal, al alterar los mecanismos encargados de regular la sensación de saciedad».

agosto 04, 2023 |Medcenter Medscape

Las tasas de supervivencia del cáncer de mama han mejorado considerablemente en las últimas décadas en Colombia, pero los factores que aumentan la probabilidad de que los pacientes presenten efectos secundarios cardiovasculares, como la cardiotoxicidad, no son bien conocidos ni bien tratados. Un estudio reciente en la región noreste de Colombia encontró que el 11,94 % de los pacientes con un IMC alto tratados por cáncer de mama en un centro regional sufrieron daño cardíaco o cardiotoxicidad durante la quimioterapia. El estudio será presentado en el American College of Cardiology (ACC) Latin America 2023 Together with Asociación Costarricense de Cardiología en San José, Costa Rica.

cáncer de mama

“La cardiotoxicidad es una preocupación relativamente reciente en la atención del cáncer y su reconocimiento como un problema importante aún está evolucionando. En regiones con infraestructura y recursos de investigación limitados, puede haber una falta de estudios o iniciativas específicas que aborden la cardiotoxicidad en el contexto del tratamiento del cáncer de mama”, dijo la autora principal del estudio, la Dra. Ivetteh Gaibor Santos, especialista en medicina interna de la Universidad Autónoma de Bucaramanga/Fundación Oftalmológica de Santander-Foscal en Bucaramanga (Colombia), y médico realizando la especialidad de cardiología en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud/Hospital de San José en Bogotá (Colombia).

Para el estudio se utilizó una base de datos anónima de pacientes con cáncer de mama que comenzaron quimioterapia con doxorrubicina o trastuzumab entre enero y diciembre de 2021. El análisis solo incluyó pacientes que tenían un ecocardiograma basal y al menos un ecocardiograma de seguimiento. La base de datos también registró variables sociodemográficas, oncológicas, cardiovasculares y ecocardiográficas.

La cardiotoxicidad se definió como una disminución de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) de más del 10 %, alcanzando un valor por debajo del 50 % o una reducción relativa de más del 15 % en la deformación longitudinal global en pacientes con una FEVI normal. La fracción de eyección es la cantidad de sangre que bombea el corazón cada vez que late. Una fracción de eyección normal es del 50 % o más.

La cohorte del estudio incluyó a 67 pacientes, con una edad promedio de 55 años y un índice de masa corporal (IMC) promedio de 26,18 kg/m². El IMC se obtiene de la masa y la altura de una persona. Las características basales de la cohorte del estudio incluyeron obesidad (20,9 %), hipertensión (14,93 %) y diabetes tipo 2 (13,43 %). Todos los pacientes tenían una FEVI normal antes de iniciar la quimioterapia.

Los resultados encontraron que la prevalencia de cardiotoxicidad fue 11,94 %. Un índice de masa corporal de 25 o más (sobrepeso/obesidad) fue el único factor de riesgo predisponente para desarrollar este efecto adverso.

“La obesidad es en sí misma un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardíaca, pero a menudo no se trata adecuadamente, a diferencia de otros factores de riesgo prevalentes como la presión arterial alta”, afirmó Gaibor Santos, quien agregó que todos los pacientes en este estudio estaban tomando medicamentos antihipertensivos. También añadió: “Los quimioterapéuticos, que se formulan de acuerdo con la superficie corporal en lugar de la composición corporal, pueden conducir a un mayor riesgo de cardiotoxicidad en pacientes con obesidad debido a una dosis excesiva o insuficiente”.

Según los autores del estudio, el diagnóstico temprano de la cardiotoxicidad y los factores relacionados es decisivo para que los médicos tratantes puedan reducir los resultados adversos.

Para crear conciencia sobre los riesgos de la cardiotoxicidad en el tratamiento del cáncer entre los profesionales de la salud, y la población en general, los investigadores sugieren varias acciones, entre ellas:

Educación médica mejorada sobre cardiotoxicidad tanto en las facultades de medicina como en la educación médica continua

Colaboración multidisciplinaria entre especialidades para mejorar la comprensión de la cardiotoxicidad entre profesionales clínicos y pacientes, así como facilitar la detección y la intervención tempranas

Fomento y apoyo de iniciativas de investigación centradas en la cardiotoxicidad en el tratamiento del cáncer

Uso de recursos digitales para proporcionar a los profesionales clínicos un fácil acceso a información actualizada sobre cardiotoxicidad

“Abordar la obesidad en pacientes con cáncer antes de comenzar la quimioterapia, así como considerar el riesgo potencial de cardiotoxicidad, requiere un enfoque integral”, sostuvo Gaibor Santos. “Algunas estrategias que los médicos pueden considerar incluyen la evaluación previa al tratamiento, las intervenciones en el estilo de vida y el manejo del riesgo cardiovascular. Es importante tener en cuenta que estas estrategias deben adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente y de acuerdo con las pautas actuales basadas en la evidencia”.

“Estoy convencida de que esta es la primera de muchas investigaciones que vendrán en el futuro con respecto a la cardiooncología en Colombia, y me emociona seguir trabajando en este campo porque sé que hay muchos pacientes que se pueden beneficiar con los resultados. de nuestros próximos estudios”, dijo Gaibor Santos.

agosto o4, 2023 |EurekAlert!

 

agosto 4, 2023 | borrell | Filed under: Cardiotoxicidad, Colombia, Neoplasias de la Mama, Problemas de Salud, Quimioterapia | Etiquetas: |

La anemia afectaba en 2021 a unos 1920 millones de personas, aproximadamente un cuarto de la población mundial, con un aumento entre mujeres y niños. El mayor número de casos se concentraba en África subsahariana y Asia meridional.

Un estudio analiza 30 años de progresión de esta enfermedad en el mundo, entre 1990 y 2021, periodo en el que aumentó en 420 millones de casos, según publica The Lancet Haematology.

anemia_de_celulas_falciformes

En las tres últimas décadas, el estudio muestra un cambio global hacia una anemia menos grave, con la mayor disminución de casos entre hombres adultos, y tasas de progreso más lentas entre las mujeres en edad reproductiva y los niños menores de 5 años.

En 2021, el 31,2 % de las mujeres tenía anemia, frente al 17,5 % de los hombres. La diferencia de género fue más pronunciada durante los años reproductivos, entre los 15 y los 49 años, grupo en el que la prevalencia en las mujeres era del 33,7 % frente al 11,3 % en los hombres.

Esta enfermedad es la tercera causa principal de años con discapacidad vivida (YLD) en el mundo, según los datos del Instituto de Métrica y Evaluación Sanitarias (IHME), y el estudio Global Burden of Disease sobre la anemia.

A partir de este estudio de 30 años, se sabe que la imagen global en torno a la anemia “ha mejorado, pero aún existen grandes disparidades cuando se limita el enfoque a la geografía, el género y la edad”, indicó Nick Kassebaum, del IHME y uno de los autores del estudio.

A lo largo de los años, se ha prestado mucha atención a la reducción de la anemia en todo el mundo pero, como grupo, las mujeres y los niños son los que menos han progresado.

“Se trata de una situación llena de matices que gira en torno al acceso a la nutrición, la situación socioeconómica, la necesidad insatisfecha de anticonceptivos y la capacidad de identificar y tratar las causas subyacentes de la anemia”, afirmó Will Gardner, investigador del IHME.

La principal causa de anemia en 2021 fue la deficiencia de hierro en la dieta (66,2 % de casos de anemia, con 825 millones de mujeres y 444 millones de hombres), pero hay otras condiciones y causas subyacentes como la enfermedad renal crónica o las enfermedades tropicales.

Para los menores de 5 años, la principal causa fue también la deficiencia de hierro en la dieta, aunque las hemoglobinopatías, otras enfermedades infecciosas, el VIH/SIDA y la malaria también contribuyeron de manera importante en las ubicaciones geográficas donde estas enfermedades son prevalentes.

La anemia se desarrolla de manera diferente según el grupo, en los niños puede afectar al desarrollo cerebral y la cognición, por lo que el tratamiento y manejo tempranos son cruciales.

Para muchas mujeres jóvenes y niñas existe un vacío educativo sobre la pérdida de sangre durante la menstruación, opciones inadecuadas para manejar eficazmente los problemas menstruales en aquellas que los tienen, y no hay suficiente conocimiento sobre cómo hacer frente a la anemia.

Por regiones, la mayor prevalencia en 2021 se dio en África subsahariana occidental (47,4%); Asia meridional (35,7%) y África subsahariana central (35,7%). Las menos afectadas fueron Australasia (5,7%), Europa Occidental (6%) y Norteamérica (6,8%).

agosto 04, 2023 |El Diario.es

agosto 4, 2023 | borrell | Filed under: Anemia, Población | Etiquetas: |

La evaluación y el tratamiento de los eructos, la hinchazón abdominal y la distensión: revisión de experto
Descripción
Los eructos, la hinchazón y la distensión abdominal son síntomas gastrointestinales muy prevalentes y representan algunas de las razones más comunes de las visitas de los pacientes a las prácticas ambulatorias de gastroenterología. Estos síntomas a menudo son debilitantes, afectan la calidad de vida de los pacientes y contribuyen al ausentismo laboral.

enfermedades gastrointestinales
Los eructos y la distensión abdominal difieren en su fisiopatología, diagnóstico y tratamiento, y existe evidencia limitada disponible para sus diversos tratamientos. Por lo tanto, el propósito de esta Actualización de práctica clínica de la Asociación Estadounidense de Gastroenterología (AGA, por sus siglas en inglés) es proporcionar consejos de mejores prácticas basados tanto en ensayos controlados como en datos de observación para médicos que abarquen características clínicas, diagnósticos y consideraciones de manejo que incluyen dieta, comportamiento dirigido por el intestino y terapias farmacológicas.
Métodos
Esta revisión de expertos fue encargada y aprobada por el Comité de Actualizaciones de Prácticas Clínicas del Instituto AGA y la Junta de Gobierno de AGA para brindar orientación oportuna sobre un tema de gran importancia clínica para los miembros de AGA, y se sometió a una revisión interna por parte del Comité de Actualizaciones de Prácticas. Estas declaraciones de consejos de mejores prácticas se extrajeron de una revisión de la literatura publicada basada en ensayos clínicos, los estudios observacionales más sólidos y la opinión de expertos. Debido a que no se realizaron revisiones sistemáticas, estas declaraciones de consejos de mejores prácticas no llevan calificaciones formales con respecto a la calidad de la evidencia o la solidez de las consideraciones presentadas.
Esta actualización de práctica clínica de la Asociación Estadounidense de Gastroenterología y las declaraciones de consejos de mejores prácticas describen la definición, las características clínicas y el tratamiento para los 3 síntomas comunes de eructos, hinchazón abdominal y distensión abdominal. Cuando estos síntomas son lo suficientemente frecuentes o graves como para afectar las actividades diarias, se clasifican como trastornos de la interacción cerebro-intestino (DGBI, por sus siglas en inglés).
El consejo clínico que se presenta en este documento se basa en la evidencia cuando los datos estaban disponibles, pero cuando los datos disponibles eran insuficientes, la evidencia de nivel 5 se proporciona sobre la base de la opinión de expertos y se basa empíricamente en los datos de observación y el consenso de expertos de los autores.
¿Por qué es importante esta pregunta en la práctica clínica?
Estos síntomas son altamente prevalentes y posiblemente afectan la calidad de vida (CV) del paciente, la productividad laboral y las visitas a los servicios de emergencia y ambulatorios. Hay información limitada disponible para que los gastroenterólogos encuentren consejos de expertos sobre el diagnóstico y el manejo de estos síntomas de trastornos de la interacción cerebro-intestino (DGBI), ya que carecemos de pruebas sólidas porque gran parte de los datos existentes son unicéntricos y, en ocasiones, controvertidos.
¿Cuánto se sabe sobre este tema?
Pocos estudios abordan la fisiopatología o los factores de riesgo de los eructos y la hinchazón, y sus opciones de tratamiento siguen siendo subóptimas. Además, estos trastornos se superponen con otros DGBI comunes, y sus mecanismos involucran procesos tanto centrales como periféricos. En esta revisión de expertos, separamos los eructos de la hinchazón y la distensión, dadas sus diferentes ubicaciones, fisiopatología y vías de diagnóstico y tratamiento.
Hinchazón y distensión abdominal
Definición
La hinchazón abdominal (bloating) es una sensación subjetiva en cualquier región abdominal experimentada por los pacientes como plenitud, hinchazón, gas atrapado o gaseosidad, o tirantez, y se describe como «inflamada» en algunas culturas.
Por el contrario, la distensión abdominal es un aumento visible de la circunferencia abdominal, a menudo descrito como «como un globo» o «como estar embarazada».
Estas condiciones tienen fisiopatologías interrelacionadas y, por lo general, las estrategias de tratamiento coexistentes son difíciles de separar. Los criterios de Roma IV definen la hinchazón y distensión funcional como trastornos de la interacción cerebro-intestino (DGBI) con síntomas recurrentes de plenitud o presión abdominal o un aumento visible de la circunferencia abdominal con síntomas al menos 1 día por semana y activos durante 3 meses, con inicio de 6 meses, y sin predominio de dolor y alteración de los hábitos intestinales.
Roma IV tiene una categoría de hinchazón y distensión abdominal que está separada de otros DGBI, reconociendo que esto puede ser un trastorno primario en algunos pacientes. Un gran estudio basado en la población mundial encontró una prevalencia de hinchazón y distensión funcional de hasta el 3,5 % (4,6 % en mujeres y 2,4 % en hombres).Sin embargo, la hinchazón y la distensión son mucho más frecuentes (>50 %) cuando se asocian con otros DGBI, incluido el síndrome del intestino irritable (IBS), el estreñimiento y la dispepsia funcional.

agosto 04, 2023 |IntraMed

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