Un nuevo estudio abunda en una asociación que ya se ha contemplado en la investigación preclínica, y que refleja la complejidad biológica de esta lipoproteína.

fracturas óseasLos niveles elevados de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL-C) pueden estar asociados a riesgo de fractura en las personas mayores, según se desprende de una investigación que publica JAMA Cardiology.

Hay estudios preclínicos que han demostrado que el HDL-C, conocido popularmente como colesterol “bueno”, reduce la densidad mineral ósea al disminuir la cantidad de osteoblastos. También se ha sugerido en algunos trabajos que este colesterol guarda relación con la osteoporosis.

Esta última investigación que acaba de publicarse añade más evidencia a esa hipótesis. El colesterol “bueno” ya no lo sería tanto, si se confirma que favorece la pérdida de densidad ósea y, por tanto, el riesgo de fractura.

El trabajo se ha llevado a cabo con 16  703 participantes de al menos 70 años en Australia y otros 2 411 en Estados Unidos, con 65 años o más. Todos ellos estaban sanos, no tenían enfermedad cardiovascular, demencia, discapacidad física, ni enfermedades crónicas cuando los reclutaron.

Un 14 % más de riesgo

Tras analizar las fracturas óseas que se produjeron a lo largo de una mediana de cuatro años y cotejarlas con los niveles de HDL, concluyeron que por cada aumento de una desviación estándar en la cantidad de HDL se sumaba un 14 % más de riesgo de fractura.

El efecto generado por el HDL parece independiente de ciertas condiciones protectoras en el estilo de vida.  A través de nos análisis específicos, el estudio mostró que la asociación persistía en aquellos individuos que no tomaban medicamentos para la osteoporosis; los que no fumaban y declaraban no beber alcohol, y en los que no mantenían ninguna actividad física moderada o vigorosa; también en los que seguían un tratamiento con estatinas.

No se observó ninguna asociación entre los niveles de colesterol que no fuera HDL y las fracturas.

“En general, estos resultados sugieren que un nivel elevado de HDL-C se suma a los factores de riesgo tradicionales de fractura”, escriben los autores del estudio, cuya primera firmante es Sultana Monira Hussain, de la Facultad de Salud Pública y Medicina Preventiva en la Universidad Monash, en Melbourne (Australia).

Los investigadores destacan también que sus resultados “se suman a la creciente evidencia de efectos desfavorables relacionados con niveles elevados de HDL-C”. Además de un mayor riesgo de fractura, recientemente se han publicado algunos estudios donde se muestra que niveles moderados (60-80 mg/dL) y altos (>80 mg/dL) de HDL-C “se asocian a resultados cardiovasculares adversos en poblaciones de alto riesgo”, advierten. También se ha constatado en algunos trabajos que el estado inflamatorio sistemático asociado al envejecimiento se recrudece en presencia del HDL-C, “lo que podría apuntalar una serie de enfermedades crónicas en un grupo de edad avanzada”.

Posible relación genética

¿Cómo se explicaría la asociación aquí descrita? Entre las diferentes hipótesis, estos autores apuntan que el HDL-C puede incidir en los mecanismos moleculares que reducen el número de osteoblastos. Otra explicación sugerida es genética, según sugieren algunos estudios que asocian en el genoma HDL-C elevado y baja DMO [densidad mineral ósea]. Un metanálisis de asociación pangenómico (GWAS) revela en esa línea, aducen los investigadores, que “el nivel de HDL-C, pero no el de triglicéridos, es un factor de riesgo causal de disminución de la DMO en el talón y la columna lumbar”.

En un editorial que acompaña a este estudio, John T. Wilkins, profesor de Cardiología en la. Universidad Northwestern, y Anand Rohatgi, del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, afirman que el trabajo demuestra asociaciones significativas entre el nivel de HDL y el riesgo de fractura, aunque echan en falta un ajuste más preciso en los modelos utilizados del ejercicio o actividad física en detalle, así como del nivel de triglicéridos o de otros lípidos, incluida la apolipoproteína A-I (ApoA-I).

El metabolismo de las lipoproteínas HDL es complejo y desempeña funciones directas en el transporte inverso del colesterol, la regulación de la insulina/glucosa y la inflamación”, escriben estos expertos. “Además, las HDL presentan una inmensa diversidad estructural, incluidos tamaños de partícula heterogéneos y un gran número de proteínas y proteoformas asociadas a las HDL, con más de 250 proteínas documentadas vinculadas a las HDL”.

Una relación ‘plausible’

Teniendo en cuenta esta compleja biología de la HDL, su asociación con las fracturas, opinan, “podría ser plausible, pero también estar mediada por otros intermediarios de la enfermedad”.

Para estos especialistas, el estudio por sí solo deja varias preguntas sin respuesta, tales como “si estas asociaciones varían según el sexo, la raza negra, la diabetes y el estado de la función renal, y si las terapias que disminuyen el riesgo de fractura tienen un efecto sobre el metabolismo de las lipoproteínas, independientemente de los consiguientes cambios en el estilo de vida”.

Colesterol ¿bueno?

Si para el control del colesterol LDL se mantiene la máxima de “cuanto más bajo, mejor”, en lo que respecta al HDL es un error entender que hay una relación inversamente proporcional por la que “cuanto más, más protección”. Esa idea extendida entre la población general ya se ha abandonado en el entorno médico y científico.

“Deberíamos quitarle al HDL la etiqueta de bueno”, decía Rosa Fernández, presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC, a este medio en un reportaje sobre las lipoproteínas que se miden para determina el riesgo cardiovascular. “Parece que cuanto más alto, más protegido estás y en realidad puede ser disfuncional”. Por encima de 70-80 mg/dL ya “no logra la protección sobre la aterosclerosis. No podemos quedarnos tranquilos si tenemos cifras de colesterol muy altas y además el HDL elevado, pensando que esa elevación nos compensa”, añadía. “También hay que tener en cuenta que en determinadas etapas de la vida, por ejemplo, en la menopausia, el HDL se vuelve menos protector”.

febrero 14/2023 (Diario Médico)

Referencia:

Hussain, S. M., Ebeling, P. R., Barker, A. L., Beilin, L. J., Tonkin, A. M., & McNeil, J. J. (2023). Association of Plasma High-Density Lipoprotein Cholesterol Level With Risk of Fractures in Healthy Older Adults. JAMA cardiology.

febrero 15, 2023 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Cardiología, Investigaciones, Ortopedia y Traumatología, Patología Clínica | Etiquetas: , |

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