Al hablar de psoriasis se piensa en la piel descamada y enrojecida. Pero la psoriasis no solo tiene repercusiones dermatológicas; sus comorbilidades abarcan más que la piel. Asi lo expone un estudios publicado en Reumatología Clínica.

psoriasis«Sabemos que hay muchas enfermedades reumatológicas que se asocian a un mayor riesgo cardiovascular», asegura Carmen Olmos, cardióloga Clínica del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid. Las evidencias muestran que algunas enfermedades reumáticas tienen un riesgo tres veces mayor de enfermedad cardiovascular y concretamente en el caso de la artritis psoriásica varios estudios demuestran que los pacientes que la sufren tienen un 43 % más de riesgo cardiovascular. La razón es la hiperactivación del sistema inmune y a un aumento de la inflamación.

«Hay pacientes que antes de la artritis psoriásica tienen un estado pro inflamatorio que favorece la aparición de placas de ateroesclerosis, placas de alto riesgo y por eso estos pacientes tienen más riesgo cardiovascular. Además, estos pacientes cuentan con mayor prevalencia de otros factores cardiovasculares como diabetes, síndrome metabólico y obesidad, factores de riesgo independientes para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares», apunta Olmos.

«La obesidad aumenta el riesgo entre 2 y 4 veces de desarrollar psoriasis, en concreto por cada 5 kg de aumento de peso aumenta el riesgo de psoriasis en 11%,   y, por otro lado, las personas con psoriasis grave tienen más riesgo de aumentar de peso que las personas con psoriasis leve», detalla Ana de Hollanda, coordinadora del Grupo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Controlar los factores de riesgo cardiovasculares

La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en España, por lo que en pacientes con mucho más riesgo de sufrirlo es necesario controlar sus factores de riesgo. «Es tan fácil como pedir análisis para ver el colesterol, controlar el tabaquismo y concienciarle de mantener hábitos de vida saludables». 

Según explica De Hollanda, tanto en la obesidad como en la psoriasis existe inflamación crónica de bajo grado en el que interrelacionan y se crea un círculo vicioso. «En ambas enfermedades existe un aumento de una hormona procedente del tejido adiposo llamada Leptina, que está involucrada en la inflamación de bajo grado. También la Resistina, otra molécula que también se produce en el tejido adiposo y está vinculada con la inflamación, está aumentada en la obesidad, en la resistencia a la insulina, enfermedad cardiovascular y en las personas con psoriasis. A mayor nivel de Resistina mayor gravedad de la psoriasis». Además, la obesidad disminuye la respuesta a la medicación para la psoriasis, con lo que controlar la obesidad es fundamental para mantener a raya la afección cutánea. «En concreto las personas con obesidad tienen 57 % más riesgo de que los anti-TNFalfa fallen», añade la experta.

Sin embargo, algunos fármacos biológicos utilizados para controlar la artritis psoriásica, y, por tanto, la inflación, puede repercutir positivamente al riesgo cardiovascular, según indica Olmos. «No son fármacos que vayan a ser tóxicos a nivel cardiovascular para los pacientes, sino todo lo contrario, pueden ser fármacos que actúen positivamente y disminuyan la placa de ateroma, incluso puedan influir en el nivel de inestabilidad de las placas de colesterol».

Hígado graso

Otra de las comorbilidades asociadas a la artritis psoriásica es el hígado graso no alcohólico. «Está perfectamente demostrado que la psoriasis aumenta el riesgo de padecer enfermedad hepática por depósito de grasa (ahora conocida como enfermedad metabólica hepática grasa -EMHG) así como enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y otras enfermedades inflamatorias inmunomediadas», explica Susana Jiménez Contreras, especialista de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). «El por qué aún no es bien conocido», apunta.

«En un estudio con pacientes con enfermedad de Crohn, el 9,6 % presentaban psoriasis. En pacientes con psoriasis el riesgo de padecer enfermedad de Crohn es de 2,5 veces mayor que el de la población general, y de 1,6 para la colitis ulcerosa», dice la experta. En el caso de EMHG el riesgo se eleva: hasta un 40-59 % de los pacientes con psoriasis que, además, tienen EMHG. En los pacientes en los que coexisten las dos entidades, la enfermedad hepática es más agresiva.

Para prevenir estas enfermedades lo principal es llevar una buena alimentación, ejercicio y evitar el exceso de peso.

Otro factor a tener en cuenta son los efectos secundarios de la medicación para la artritis psoriásica, ya que en ocasiones se utilizan fármacos hepatotóxicos. «También se ha demostrado que los pacientes con artritis psoriásica y EMHG tienen más riesgo de hepatotoxicidad que los que solo padecen artritis», añade Jiménez. por este motivo es necesario prestar especial atención a los posibles efectos tóxicos sobre el hígado de estos tratamientos.

Estilo de vida saludable

Mantener una buena alimentación basada en la dieta mediterránea y la pérdida de peso se ha asociado a una mejora de la psoriasis. Se recomienda el seguimiento de enfermedades metabólicas, como la diabetes, dislipemia, hipertensión arterial, el hígado graso y la obesidad, cada seis meses en pacientes con tratamientos sistémicos o de forma anual en lo que los tienen tópicos. Evitar el sedentarismo, factor de riesgo cardiovascular, es un reto en estos pacientes que debido a su enfermedad y los dolores que sufren, suele ser más frecuente.

Desde la consulta se debe formar e informar a los pacientes con artritis psoriásica de los signos de alerta de un problema cardiovascular. «Si hay dolor torácico con los esfuerzos o aparece fatiga al caminar, en hombres la disfunción eréctil, que se sabe que es un marcador de ateroesclerosis incluso puede aparecer antes de la angina de pecho, tienen que consultar con el médico cuanto antes», explica Olmos.

El abordaje multidisciplinario de la artritis psoriásica es indispensable para controlar todas las comorbilidades que tiene esta enfermedad, y aunque Olmos cree que no es necesario que el cardiólogo forme parte de las unidades específicas que tratan a estos pacientes, sí considera imprescindible que todos los especialistas que los tratan, como médicos de atención primaria, reumatólogos o internistas, tengan conciencia del elevado riesgo cardiovascular al que se enfrentan. «Son pacientes con los que hay que ser muy agresivo con el tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular, no dejarlos de lado porque hay que ser muy estricto con el colesterol, la obesidad o el tabaquismo», afirma.

febrero 11/2023 (Diario Médico)

Referencia:

Castañeda, S., González, C., Villaverde, V., Petisco, C. L., Castro, M. C., Jirout, F., … & Torre-Alonso, J. C. (2022). Desarrollo y viabilidad de cuatro checklists para la evaluación de la comorbilidad en pacientes con artritis reumatoide, espondiloartritis axial y artritis psoriásica: Proyecto GECOAI.Reumatología Clínica, 18(2), 114-123.

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