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La pandemia de la covid también ha pasado su factura a los niños y adolescentes españoles. Los menores entre 8 y 16 años son ahora más infelices y un tercio de ellos tiene sobrepeso. Así se desprende del Estudio PASOS 2022 de la Gasol Foundation, cuyos datos preliminares acaba de presentar este experto en salud pública y doctor en biomedicina, que ha sido su investigador principal.
Como director global de Investigación y Programas de la Gasol Foundation — creada para luchar contra la obesidad infantil en 2013 por los hermanos Pau y Marc Gasol, campeones de la NBA y atletas olímpicos—, el psicólogo experto en salud pública y doctor en biomedicina Santi F. Gómez (Cornellà de Llobregat, 1983) fue el encargado de presentar recientemente los resultados preliminares del estudio PASOS 2022, impulsado por esta fundación para analizar los estilos de vida y la salud de las niñas, niños y adolescentes españoles de 8 a 16 años y sus familias. Sus conclusiones son inquietantes: uno de cada tres tiene sobrepeso u obesidad y, tras la pandemia, son más infelices.
La presentación, a la que acudieron Pau Gasol, leyenda del baloncesto, y Carolina Darias, ministra de Sanidad, tuvo lugar en el Instituto de Educación Secundaria Celestino Mutis, un centro público de Villaverde, distrito obrero del sur de Madrid con casi un 20 % de población migrante. Esta elección no fue casual, como relataba a SINC minutos antes el propio Gómez, que también es el investigador principal del trabajo y que conoce a fondo los múltiples condicionantes de esta pandemia silenciosa.
“Hacer frente a la epidemia de obesidad infantil requiere estrategias complejas y de ámbito nacional, empezando por medidas estructurales eficaces como la regulación de la publicidad dirigida a los niños”. Así lo reclamaba este experto, que también es profesor asociado de la Universidad de Lleida y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), en un editorial titulado Publicidad, obesidad y salud infantil: el caso de España, publicado el pasado junio en el BMJ Paediatrics Open.
La actual regulación del marketing sobre alimentos y bebidas dirigido a menores se basa en el llamado Código PAOS, un conjunto de reglas éticas mediante las que la industria debería autorregularse, y que se ha mostrado insuficiente. Por ese motivo, el Ministerio de Consumo pretende legislar al respecto mediante un Real Decreto, aun en tramitación, que contribuya a lograr los objetivos del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil (2022-2030), presentado el pasado verano por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un acto en el que también participó Pau Gasol.
Desde la fundación, ¿tenéis idea de cuándo puede salir adelante el Real Decreto que regule la publicidad de alimentos y bebidas enfocada al público infantil?
Lo está impulsando el Ministerio de Consumo y tiene que pasar por la aprobación de otros ministerios, como el de Agricultura, el de Industria o el de Sanidad. Nos preocupa que el avance de esa regulación esté bloqueado porque creemos que puede suponer un efecto estructural sobre las preferencias alimentarias y los hábitos de alimentación de los niños y niñas en España.
¿Por qué creéis que puede estar bloqueado?
Hay muchos motivos detrás. Obviamente, es un cambio a nivel económico e institucional. Supone un posicionamiento y, por tanto, hace falta sensibilizar aun más a los responsables públicos sobre lo que dicen la literatura científica y organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o UNICEF, que son clarísimos. La regulación de la publicidad sobre alimentos y bebidas puede producir efectos muy favorables sobre las preferencias alimentarias de los niños y niñas y adolescentes en España.
Son medidas que cuestan. Lo sabemos por las experiencias de otros países, como Reino Unido. Allí iban muy lanzados con esa regulación, pero ahora mismo también está frenada. A nivel político, no es una decisión fácil, pero España puede ser un referente en Europa y en el futuro creemos que va a llegar porque es una cuestión de lógica.
¿Crees que podría ocurrir en esta legislatura?
No lo sabemos. Nosotros estamos intentando impulsarla al máximo, como mediante ese editorial que escribimos en el BMJ Paediatrics Open. Ahora, con datos obtenidos de PASOS, vamos a hacer un informe específico sobre la asociación de la exposición a la publicidad y los hábitos de alimentación y el estado ponderal de la población infantil en España, algo que hemos investigado en esta edición del estudio. Y vamos a seguir transfiriendo ese conocimiento científico a la sociedad, las instituciones y los decisores públicos para que se sensibilice la mirada sobre los efectos positivos a futuro que va a tener una regulación como esta.
¿Cuándo publicaréis ese informe?
Esperamos poder hacerlo antes de verano. Obviamente, requiere de una profundidad de análisis importante y contrastarlo con otros esfuerzos a nivel internacional. Nosotros creemos que la salud debería estar presente en todas las políticas públicas y más la salud infantil, que marca el presente y el futuro de nuestra sociedad. De hecho, nos hemos posicionado públicamente con UNICEF España, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y Justicia Alimentaria. También hemos impulsado foros de debate alrededor de este tema. Estamos tratando de que la sociedad madure su punto de vista y eso solo se consigue a través del debate, de una construcción de ideas basada en el conocimiento científico.
En el estudio PASOS participan 246 centros educativos de las 17 comunidades autónomas. Hay institutos y colegios del mundo rural, de áreas semiurbanas y urbanas, y tanto públicos, como concertados y privados. Representa la realidad de España
¿Por qué habéis decidido presentar PASOS 2022 en un centro público de un barrio periférico con una elevada proporción de inmigrantes?
En PASOS participan 246 centros educativos de las 17 comunidades autónomas. Participan institutos y colegios del mundo rural, de las áreas semiurbanas y urbanas, y tanto centros públicos, como concertados y privados porque representa la realidad del conjunto de España. Decidimos el IES Celestino Mutis porque ha mostrado muy buena predisposición a acoger el estudio y las medidas que se pueden derivar del mismo, y porque está situado en Madrid y para las instituciones y los medios de comunicación es el lugar más sencillo de acceder.
El hecho de que sea en un barrio con un nivel de inmigración elevado y con un nivel socioeconómico relativamente bajo también es relevante. Tiene un valor simbólico porque la epidemia de la obesidad infantil y los estilos de vida de la población infantil y adolescente están muy marcados por las desigualdades socioeconómicas y queremos contribuir a reducirlas, como hacemos a través de nuestros programas en la Gasol Foundation. También las de género y otras desigualdades sociales que hallamos, porque generar una sociedad más homogénea y menos desigual lo único que hace es beneficiar el desarrollo de los niños y niñas.
¿Qué conclusiones destacarías de vuestra investigación?
Lo principal es que se produce un deterioro de los estilos de vida. De todos, tanto del bienestar emocional, de las horas de sueño, del tiempo de exposición a pantallas, de la cantidad de actividad física y de los hábitos de alimentación en tan solo tres años, antes y después de la pandemia de la covid 19. Por el contrario, vemos una cierta reducción en las cifras de sobrepeso y obesidad infantil. Los estudios epidemiológicos que recogen datos antropométricos en las escuelas, como el nuestro, pueden estar cayendo en un sesgo, en un error de medida, debido a que los niños y niñas que presentan exceso de peso cada vez declinan más participar para evitar exponerse, dado el estigma social que hay alrededor del peso.
Eso nos hace pensar que debemos reorientar estos estudios y utilizar los datos que se recogen en las consultas de pediatría de atención primaria, donde ese error de medida puede ser menor. Deberíamos centrar estudios como PASOS en la evaluación de los estilos de vida, que hacen sentir más cómodos a todos los niños y niñas, sin provocar desigualdades en función de su estado ponderal. También hay que hacer un esfuerzo en transformar el sistema de vigilancia epidemiológica de la obesidad infantil en España y beber mucho más de la integración de datos que vienen de primaria. Gracias a nuestro trabajo, vamos a poder proponer mejoras.
Tenía entendido que 4 de cada 10 niñas y niños en España tienen sobrepeso u obesidad, pero vuestro estudio dice que es un tercio del total. ¿A qué se debe esta diferencia?
Esos datos se basan en el estudio ALADINO [elaborado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y que también describe medidas antropométricas recogidas en colegios], que evalúa población de 6 a 9 años, mientras que PASOS evalúa población de 8 a 16. Lo que también vemos es que, en la adolescencia, la prevalencia de exceso de peso es menor que en la infancia. Para explicar eso tenemos dos hipótesis. Una es que los niños y niñas, cuando alcanzan la adolescencia tienen el efecto estirón, algo que está descrito a nivel científico, aunque no sabemos cómo está provocando esa diferencia. La segunda es que en la adolescencia el nivel de consciencia y de exposición al estigma alrededor del peso sea mayor. Puede que, entre quienes tienen exceso de peso, haya más adolescentes que niños que declinen participar, lo que provoque que las cifras de sobrepeso y obesidad en la adolescencia estén infraestimadas. Ha habido una bajada de participación respecto al Estudio PASOS 2019 y queremos interpretarlo bien para sacar hipótesis y líneas de investigación más profundas.
Pero sí detectáis que en la adolescencia los hábitos alimentarios son peores que en la infancia.
Sí, y, por el contrario, las cifras sobrepeso y obesidad son mayores en los más pequeños. ¿Qué sucede? Si incluyéramos a los niños y niñas con exceso de peso que declinan participar, probablemente encontraríamos que los hábitos se han deteriorado mucho más. Si ya vemos un deterioro, no quiero ni imaginar qué sucedería.