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La depresión se ha convertido en un problema serio de salud y su morbilidad pudiera deberse a que hay distintas condiciones o riesgos, vinculados al estado de ánimo, emociones y alteraciones en la vida cotidiana.
En nuestro país uno de cada cuatro adolescentes se encuentra en riesgo de sufrir esa enfermedad alguna vez en su vida o ya ha pasado por trastornos psicológicos por consumo de sustancias psicoactivas, afirmó Silvia Morales Chainé, coordinadora de los Centros de Formación y Servicios Psicológicos de la Facultad de Psicología, de la Universidad autónoma de México (UNAM).
Además, una de cada cinco personas tarda entre cuatro y 20 años en tomar una terapia para atender algún padecimiento mental, dijo la académica.
Esa situación ha llevado a los expertos a ahondar en las causas y factores relacionados con este mal, que ocupa el primer lugar entre los trastornos incapacitantes en población adolescente en el mundo. Trabajamos de la mano con la Facultad de Medicina y la Asociación Panamericana de la Salud para atender esta problemática”.
La depresión es una de las afecciones que los jóvenes presentarán con mayor frecuencia en un futuro próximo, además de la utilización de sustancias psicoactivas y pensamientos e intentos suicidas, remarcó la especialista.
Sintomatología
Cabe señalar que los síntomas que caracterizan a la depresión varían en severidad (leve-grave) y duración (meses-años); causan sufrimiento en los jóvenes y alteran su desempeño en distintos ámbitos, incluso los puede llevar a pensamientos y/o intentos suicidas. En el mundo, cinco por ciento de las mujeres la sufre, así como 3.6 por ciento de hombres.
Estudios realizados en la Facultad de Psicología nos han permitido identificar factores asociados, y la mayoría son psicosociales, como desempleo, pobreza y eventos estresantes; también se vincula a condiciones biológicas (genético y ambiental) y grupos sociales. Si hay antecedentes familiares deben evitarse los posibles detonantes, como comportamientos inadecuados y estresores, advirtió Morales Chainé.
La universitaria resaltó que quienes tienen un primer contacto con los jóvenes deben observar si tienen dificultades para realizar labores habituales, y estar atentos a indicios como expresar frecuentemente sentimientos de tristeza. No sólo producto de una condición emocional, también puede deberse al consumo de sustancias o violencia intrafamiliar o social.
En niños y adolescentes se observan problemas de actitud, enojo y ansiedad como indicadores de depresión; esto no significa que sean perezosos, sino que requieren atención profesional para recuperarse.
Los pensamientos sobre la falta de valor pueden mejorar con apoyo farmacológico y social. No se trata de un problema de actitud, sino de un trastorno que requiere ayuda profesional, subrayó la experta.
La Clínica de Salud Mental de la UNAM ofrece atención médica-psiquiátrica ambulatoria y estimulación magnética transcraneal, con médicos especialistas en psiquiatría, psicología clínica y trabajo social, entre otros, centrados en dar atención integral y de acuerdo con las necesidades de cada paciente.
Este artículo se encuentra publicado en la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)