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La dieta cetogénica es una terapia no farmacológica que se ha usado como alternativa para el tratamiento de la epilepsia refractaria desde 1921.
Es una dieta alta en grasas y baja en hidratos de carbono, que se utiliza en el tratamiento de la epilepsia refractaria pediátrica, efectiva en alrededor del 50 % de los pacientes que la inician. Se trata de un plan alimentario desequilibrado tanto en macro como en micronutrientes, que puede causar déficits nutricionales en energía, proteínas, minerales y vitaminas, y exceso de lípidos, con riesgo de ocasionar efectos secundarios no deseados tanto en el inicio del tratamiento como de forma tardía.
Por este motivo, un estudio ha revisado los efectos adversos más frecuentes que se presentan, de forma aguda o tardíamente, en el tratamiento con dieta cetogénica de la epilepsia pediátrica refractaria. Algunos efectos adversos son de difícil interpretación y pueden manifestarse afectando a diferentes niveles el organismo, poniendo en duda si son secundarios a la dieta, a la medicación antiepiléptica o a intercurrencias del propio paciente. Es importante seguir el protocolo de frecuencia de estudios y evaluaciones para detectar y prevenir estos efectos, y se recomienda realizar controles al mes del comienzo de la dieta cetogénica, cada tres meses durante el primer año y cada seis meses los siguientes años de tratamiento.
En el caso de presentarse situaciones difíciles de solucionar o empeoramiento de la evolución clínico-nutricional, metabólica o neurológica del paciente, se recomienda realizar interconsulta o derivación a centros más especializados. El estudio fue publicado en Rev Neurol 2018.
mayo 1/2018 (neurologia.com)