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Investigadores estadounidenses han usado técnicas de imagen de resonancia magnética para detectar cambios funcionales en el cerebro de bebés de tan solo seis meses. Mediante neuroimagen, han mostrado la forma en la que las regiones del cerebro están conectadas y sincronizadas y han logrado predecir a qué bebés con alto riesgo de desarrollar autismo se les diagnosticará un trastorno del espectro autista (TEA) a los 2 años de edad.
El equipo se centró en las conexiones de la región cerebral relacionadas con las características principales de los TEA: habilidades de lenguaje, comportamientos repetitivos y comportamiento social. Esto ayudó a crear un programa de clasificación de aprendizaje automático para catalogar las diferencias de sincronización entre esas regiones clave del cerebro.
Una vez que el ordenador aprendió estos diferentes patrones, los investigadores aplicaron el clasificador de aprendizaje a un grupo separado de niños. Esta parte del estudio incluyó a 59 bebés, cada uno de los cuales tenía un hermano mayor con un TEA, lo que implicaba que contaba con un mayor factor de riesgo de desarrollar autismo (un total de 11 bebés acabaron desarrollando un TEA).
El clasificador de aprendizaje automático fue capaz de separar los resultados en dos grupos principales: los datos de resonancia magnética de los niños que desarrollaron TEA y de los que no lo hicieron. Usando solo esta información, el programa informático predijo correctamente el 81 % de los bebés que más tarde cumpliría los criterios de TEA a los 2 años de edad. El estudio fue publicado en Sci Transl Med 2017; 9. pii: eaag2882.julio 14/2017 (neurologia.com)