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Expertos señalan la importancia de seguir estrategias terapéuticas para que los individuos afectados por una dolencia cardíaca retomen su vida cotidiana.
La vuelta a la actividad laboral es un pilar fundamental para recuperar la normalidad en la vida cotidiana, motivo por el que, tras un evento cardíaco, es importante seguir estrategias terapéuticas encaminadas a conseguir la reincorporación.
Los programas de rehabilitación cardíaca logran que, tras un evento cardíaco, el 90 % de los enfermos se reincorpore al trabajo
Tal como explica la doctora Carmen de Pablo, cardióloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, «la tasa media de reincorporación a la vida laboral en nuestro programa oscila entre el 85 y el 90 %. En un pequeño porcentaje de enfermos se desaconseja la vuelta, porque su situación cardiológica no es la idónea para desempeñar una determinada actividad laboral, y en otras se recomienda una adecuación del puesto de trabajo».
Hace 30 años, sólo entre el 30 y el 40 % de los enfermos retomaba su puesto de trabajo. El programa de rehabilitación cardíaca se inicia con una prueba de esfuerzo que determina el estado cardiológico y la forma física del enfermo, e incluye entrenamiento aeróbico, ejercicios de coordinación y flexibilidad y entrenamiento de fuerza muscular, siempre adaptados a la situación específica del enfermo , así como un programa educativo, y el apoyo de un psicólogo clínico y un trabajador social.
Esta actuaciones, «son multidisciplinares y tratan de reeducar al enfermo sobre buenos hábitos de vida, sobre la realización de ejercicio físico, alimentación y deshabituación tabáquica, así como ofrecerle la figura de un trabajador social y también atención psicológica, ya que en muchas ocasiones el enfermo llega con elevados niveles de ansiedad, depresión y estrés».
Este tema es uno de los que se han abordado en una de las mesas del III Foro de Salud Cardiovascular para Enfermos y Familiares, organizado por la Fundación Española del Corazón (FEC).
Las mujeres son las que acceden menos a este tipo de programas, pese a que las enfermedades cardiológicas o cerebrovasculares son la primera causa de muerte en el colectivo femenino. Según datos del Instituto Nacional de Estadística de enero de 2014, las enfermedades cardiovasculares provocan 239, 4 fallecimientos por cada 100 mil varones al año, mientras que en mujeres causa 282, 2 muertes por cada 100 mil.