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Los padres inciden mucho en los problemas mentales de los hijos, sobre todo por los malos hábitos, como discutir de todo, rehuir la responsabilidad de sus actos y no marcar límites, aseguro la psiquiatra del Instituto Mexicano del Seguro Social en Jalisco, Mileva Grijalba Jiménez
Los menores que llegan a la institución a recibir ayuda tienen como rasgo común el hecho de que provienen de familias disfuncionales que no están promoviendo su desarrollo psíquico de manera sana, explico la experta.
Los padres de estos menores suelen no aceptar sus errores y viven bajo el principio del placer y reiteró que la manera en la que los adultos afrontan su realidad, sobre todo laboral, afecta el desarrollo de sus hijos, añadió.
Citó como ejemplo que entre compañeros de trabajo es fácil desarrollar conductas de odio derivadas de malos entendidos, lo que comúnmente llamamos «chismes». El afectado no se preocupa por corroborar ni razonar la información que le trae un tercero y desarrolla sentimientos negativos que se extienden a su entorno familiar, comentó.
Dicho vicio de conducta, acostumbra a las personas a no cuestionarse nada, es decir, rehúyen cualquier responsabilidad, no aceptan la realidad, se rigen bajo principios de placer que es todo aquello que le es agradable o favorecedor, sin pensar en las consecuencias. «Sin tener en cuenta que la vida cotidiana les exige seguir determinadas reglas para comunicarse con otros de manera eficaz», recalcó la psiquiatra.
La gente posterga todo y no toma decisiones adecuadas. «Compran lo que quieren y no lo que necesitan. Lo mismo sucede con la alimentación y el trabajo: comen lo que se les antoja, sin importar las consecuencias; posponen sus labores para mañana «, apuntó.
Para ellos el principal problema es no asumir la responsabilidad real de sus actos. Cuando alguien comete un error en lugar de asumir que cometió una equivocación culpa a los demás, por lo general cuesta mucho asumir los errores, indicó.
«Para este tipo de personas la vida se vuelve tediosa, aburrida, hábitos que aprenden otros miembros de la familia», afirmó.
De esta forma la cantidad de niños y adolescentes con trastornos mentales como depresión, ansiedad e intento de suicidio, se duplicó desde la apertura de un área especializada en el Centro Comunitario de Salud Mental (CCSM) 1 del IMSS en Jalisco, apenas a inicios del presente año, comentó.
Recordó que el IMSS subrogó un servicio de atención paido-psiquiátrica dentro del Hospital San Juan de Dios, esperando la llegada de hasta seis menores enfermos cada mes. Pero la demanda superó a las expectativas, hay semanas en las que dicha cantidad, al menos se duplica, alcanzando el área su máxima capacidad.
«Estos enfermos están completamente aislados de los enfermos adultos y cuentan con equipo de atención especializado. En ellos también se detectan los hábitos de auto infligirse lesiones con navajas o la adicción a sustancias tóxicas, desde edades muy tempranas».
Sobre las enfermedades más atendidas en el Centro Comunitario de Salud Mental, hace tiempo la depresión y la ansiedad superan en número los casos de esquizofrenia y personalidad limítrofe, dijo.
Pese a que no hay estadísticas concretas ni recientes sobre estas enfermedades, se sabe que cada vez son más frecuentes al menos en pacientes oncológicos y crónico-degenerativos, porque la mala calidad de vida afecta su estado de ánimo por lo menos al 25 %.
Predomina la personalidad intolerante a la frustración y a la contradicción. «Se equivocan y culpan a los demás, se molestan, se sienten vacíos, no encuentran sentido a su vida, los adolescentes principalmente recurren a malos hábitos, sufren trastornos alimenticios y a veces cometen actos delictivos», definió
Muchos familiares abandonan a sus pacientes con ésta u otra enfermedad mental crónica, bajo pretexto de no poder atenderlos en casa, comentó.
Marzo 19/2015 (Notimex).- Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2015. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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