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Las personas con ciertas enfermedades pulmonares crónicas podrían respirar un poco mejor cuando sus dietas contienen alimentos sanos como la fruta y el pescado, sugiere un estudio reciente.
Los investigadores hallaron que entre casi 2200 adultos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), los que comían pescado, pomelo, plátanos y queso tendían a tener una mejor función pulmonar y menos síntomas que sus contrapartes que no consumían dichos alimentos.
EPOC es un término general que abarca enfermedades pulmonares progresivas, como el enfisema y la bronquitis. En Estados Unidos, unos 15 millones de personas sufren de EPOC, y la enfermedad es la tercera causa de muerte en el país, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Fumar es la principal causa de la EPOC.
Todavía no está claro si la dieta tiene efectos directos sobre los pulmones de los pacientes de EPOC. El nuevo estudio, presentado en la reunión anual de la Sociedad Torácica Americana (American Thoracic Society) en San Diego, solo muestra una asociación entre ciertos alimentos y una mejor función pulmonar.
Eso no prueba causalidad, apuntó la investigadora líder Corrine Hanson, quien presentó los resultados.
Y nadie está afirmando que los plátanos sean la panacea universal contra la EPOC, enfatizó Hanson, profesora asistente del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, en Omaha.
Pero los pacientes de EPOC que consumen fruta, verdura y lácteos podrían tener una dieta saludable y equilibrada, planteó Hanson. Dijo que es «plausible» que los alimentos que tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios podrían beneficiar a los pulmones de los pacientes de EPOC.
«Es probable que lo importante sea el patrón dietético general», dijo Hanson.
De hecho, eso es lo que algunas investigaciones anteriores sugieren, señaló el Dr. Carlos Camargo, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, que no participó en el estudio.
En su propia investigación, Camargo halló que las personas con dietas ricas en frutas, verduras, granos ricos en fibra y pescado son menos propensas a contraer EPOC que las personas que consumen muchos alimentos procesados, carnes rojas y dulces.
«Creemos que la dieta como un todo es importante», dijo Camargo. Pero añadió que para realmente probar que una dieta saludable mejora la función pulmonar, habría que realizar un ensayo clínico, en que personas con EPOC se asignen al azar a seguir un plan de alimentación en particular o no.
«Un ensayo como ese es difícil de hacer», anotó Camargo. «Pero es posible hacerlo».
Como ejemplo, citó el ensayo reciente PREDIMED, que mostró que la dieta mediterránea clásica puede reducir las probabilidades de ataque cardiaco y accidente cerebrovascular en los adultos mayores en alto riesgo.
«Deberíamos hacer algo similar con la EPOC», sugirió Camargo.
Para el estudio actual, el equipo de Hanson usó datos de un proyecto de mayor tamaño que dio seguimiento a pacientes de EPOC durante tres años. En ocho momentos distintos, se preguntó a los participantes si habían comido pomelos, plátanos, pescado o queso en las 24 horas anteriores.
En general, las personas que habían comido cualquiera de esos alimentos mostraban una mejor función pulmonar en las pruebas estándar, tenían un paso más rápido y tendían a tener unos niveles más bajos de ciertos indicadores de inflamación en la sangre.
En algunos casos, la relación fue inmediata, lo que quiere decir que a las personas que comieron un alimento en particular les iba mejor en ciertas pruebas al día siguiente. En otros casos, el vínculo fue a mayor plazo, lo que quiere decir que ciertos alimentos se vincularon con una mejor función pulmonar con el tiempo.
Hanson comentó que es posible que algunos alimentos, como las frutas y las verduras, tengan un efecto antiinflamatorio a corto plazo. Pero es más probable que los alimentos individuales en este estudio sean señales de una dieta de mejor calidad.
Por ejemplo, no hay un buen motivo para sospechar que comer mucho queso mejoraría la función pulmonar. Pero, dijo Hanson, el queso podría ser un indicador de la ingesta de vitamina D de las personas, que según ciertas evidencias podría ayudar a los pacientes de EPOC a respirar un poco más fácilmente.
«Creo que el mensaje final es que la dieta podría ser un factor modificable en los pacientes de EPOC», señaló Hanson. «Cuando pensamos sobre la dieta y las enfermedades, por lo general consideramos las enfermedades cardiacas y la diabetes. Pero las personas con enfermedad pulmonar también deben pensar en sus dietas».
Camargo se mostró de acuerdo. «La lección que está emergiendo es que los alimentos como las frutas, las verduras y el pescado podrían ser beneficiosos para la salud pulmonar», planteó.
Y si usted busca una forma de comer saludable en general, Camargo y Hanson apuntaron a la dieta mediterránea. Es rica en frutas y verduras, en granos integrales, pescado, frijoles y grasas «buenas» insaturadas de fuentes como el aceite de oliva y los frutos secos. También es baja en alimentos procesados, lácteos ricos en grasa y carne roja.
Los datos y conclusiones presentados en reuniones normalmente son considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales.
mayo 22/2014 (Medlineplus)