El tratamiento de los trastornos del neurodesarrollo (TND) requiere un abordaje multidisciplinar e interdisciplinar, según ha explicado Fuensanta Belmonte, psiquiatra infantil y de la adolescencia del Servicio de Neuropediatría del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, de Murcia, en el II Congreso Nacional de Psicología celebrado en la Universidad Católica San Antonio (UCAM).

El diagnóstico requiere de psiquiatras infantojuveniles, pediatras, neuropediatras y neuropsicólogos, a los que en determinados pacientes tendrán que unirse psicopedagogos, logopedas y trabajadores ocupacionales o sociales. Así lo demanda la propia variedad de estos trastornos psiquiátricos de inicio infantil precoz, que tienen base neurobiológica y/o genética, y que pueden interferir en el sistema nervioso central globalmente o en zonas específicas que afecten al funcionamiento cognitivo, de comunicación, emocional o social, unas veces de por vida y otras de forma transitoria.

«Para tratar estas alteraciones hace falta un enfoque multimodal, psicoterapéutico, específico y farmacológico, sin olvidar la intervención social», explicó Belmonte precisando que este grupo de trastornos son específicos de los niños, que por otra parte pueden padecer trastornos mentales generales de los adultos como la ansiedad o la depresión. Los TND se manifiestan en formas diversas o combinadas de retraso mental, trastornos del aprendizaje, de las habilidades motoras, tics, de la comunicación, generalizados del desarrollo o déficit de atención con comportamiento perturbador.

Espectro autista
«De ellos el más grave es el trastorno del espectro autista (TEA) que por la discapacidad vital que produce es comparable a los trastornos del desarrollo intelectual graves y profundos, los que antes se llamaban retrasos mentales graves». Sus rasgos, precisó Belmonte, pueden darse en otros trastornos mentales como discapacidad intelectual o trastorno de la comunicación social; en enfermedad genética monogénica (síndrome de Angelman, síndrome X frágil); en enfermedades neurológicas (esclerosis tuberosa, autismo-epilepsia) y en enfermedades metabólicas como fenilcetonuria y síndrome de Berardinelli.

La psiquiatra sostiene que estas enfermedades orgánicas que no son TEA, aunque presentan rasgos del espectro autista o psicótico -del 5 al 8 % de los trastornos diagnosticados como TEA-, deben diagnosticarse mediante pruebas biológicas específicas. «Hay que atender a sus rasgos morfológicos peculiares como primer signo de alarma para pensar en otros diagnósticos y luego se hallará una clínica orgánica no habitual en TEA. Se debe dar tratamiento específico para cada uno de esos trastornos, aunque el abordaje terapéutico TEA siempre será beneficioso en múltiples aspectos de su vida socio-escolar, emocional o comportamental», añadió Belmonte.

Factores genéticos comunes

Los trastornos del espectro autista, el TDAH, la esquizofrenia, la depresión mayor y el trastorno bipolar tienen factores de riesgo genéticos comunes, según ha publicado hace pocos meses el Consorcio de Genómica Psiquiátrica. «Son avances que redundarán en diagnósticos más acertados y en la elaboración de nuevos códigos terapéuticos para los trastornos infantiles de clara base psicobiológica», afirmó Belmonte sobre el abordaje multidisciplinar de estas enfermedades.
febrero 26/2014 (Diario Médico)

febrero 27, 2014 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Neurología, Pediatría, Psicología, Psiquiatría | Etiquetas: , |

Comments

Comments are closed.

Name

Email

Web

Speak your mind

*
  • Noticias por fecha

    febrero 2014
    L M X J V S D
    « ene   mar »
     12
    3456789
    10111213141516
    17181920212223
    2425262728  
  • Noticias anteriores a 2010

    Noticias anteriores a enero de 2010

  • Suscripción AL Día

  • Categorias

    open all | close all
  • Palabras Clave

  • Administración