El ADN podría ser un factor clave en la agresividad física excesiva en los niños pequeños, sugiere un nuevo estudio canadiense.

Pero aunque los genes de un niño fomenten esas conductas, no todo está perdido, ya que los padres pueden de cualquier forma trabajar para controlar la agresividad de los niños, señalaron los investigadores.

«Hay que enfatizar que esas asociaciones genéticas no implican que las trayectorias tempranas de agresividad física sean inmutables», comentó en un comunicado de prensa de la Universidad de Montreal el autor del estudio, Eric Lacourse, quien trabaja en la universidad. «Los factores genéticos siempre pueden interactuar con otros factores del ambiente… explicando cualquier conducta».

Los hallazgos podrían conducir a unas mejores formas de reducir la agresividad infantil, según el equipo de Lacourse, que comparó a casi 700 parejas de gemelos idénticos y no idénticos.

Se pidió a las madres de los gemelos que calificaran los niveles de agresividad física de sus hijos (las acciones como golpear, morder, patear y pelear) a los 20, 32 y 50 meses de edad. Entonces, los investigadores observaron los factores genéticos y ambientales, como las influencias de la familia o de los padres, que podrían afectar los niveles de agresividad en los niños pequeños.

El desarrollo de la agresividad física se asoció firmemente con unos factores genéticos, y en menor grado con el ambiente social, dijeron los investigadores. Los hallazgos aparecen en Psychological Medicine (doi:10.1017/S0033291713003218.).

Los estudios a largo plazo de la agresividad física también muestran que la mayoría de los niños, adolescentes y adultos en algún momento aprenden a controlar la agresividad física, aseguró Lacourse.

Dijo que se debe afrontar la agresividad de los niños pequeños con cuidado, porque las respuestas parecidas de parte de padres, hermanos y pares pueden simplemente reforzar la conducta agresiva. Esto podría llevar a un tipo de efecto de «círculo vicioso», advirtió.

«Estos ciclos de agresividad entre los niños y sus hermanos o padres, además de entre los niños y sus pares, pueden espaldar el desarrollo de una agresividad física crónica», dijo Lacourse.
enero 21/2014 (HealthDay News)

Eric Lacourse, Michel Boivin, Mara Brendgen,  Amélie Petitclerc, Alain Girard, Frank Vitaro. A longitudinal twin study of physical aggression during early childhood: Evidence for a developmentally dynamic genome. Psychological Medicine. Dic 07 2013

enero 27, 2014 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Genética, Pediatría, Psicología | Etiquetas: , , , |

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