Los bebés nacidos de forma prematura o con un peso bajo están en riesgo, en un momento posterior de su vida, de tener un cerebro más pequeño y menos eficiente o problemas de salud que aumentan su riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, según un par de estudios recientes.

preemie782Pero aunque estos niños se enfrentan a unas posibles desventajas de por vida, los investigadores de ambos estudios, publicados en la revista Pediatrics (doi: 10.1542/peds.2014-1108) , descubrieron que esos obstáculos pueden superarse.

La educación pareció negar los efectos potencialmente negativos de tener un tamaño pequeño al nacer sobre el rendimiento cerebral de una persona, mientras que la hipertensión y el colesterol pueden modificarse mediante la dieta y el ejercicio, dijeron los investigadores.

«Estos dos estudios representan una deconstrucción de la idea de que su futuro está escrito en sus genes», dijo el Dr. Edward McCabe, jefe médico de March of Dimes. «Las cosas que nos ocurren en el útero o cuando deberíamos estar en el útero parecen tener un impacto sobre el resto de nuestra vida, pero se pueden dar unos pasos para modificar los resultados».

El primer estudio, dirigido por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de los EE. UU., usó los datos de más de 1200 bebés nacidos en Islandia a fin de dar seguimiento a su desarrollo cerebral durante 75 años.
El equipo de investigación tuvo acceso a expedientes de comadronas de hace decenas de años, que les permitieron comparar el peso y el tamaño al nacer con el modo en que les había ido a los participantes, que ahora son personas mayores.

Los investigadores hallaron que los bebés que al nacer tenían un tamaño más pequeño (un indicador del crecimiento fetal anormal durante el tercer trimestre) tendían a tener un cerebro más pequeño más adelante, afirmó la autora principal, Lenore Launer, investigadora del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de los EE. UU.

Muchos de los que nacieron de forma prematura tendían a pensar más lentamente cuando ya eran personas mayores y eran menos capaces de hacer planes, seguir siendo organizados y gestionar el tiempo de forma efectiva, indicaron los autores del hallazgo.

Pero estos déficits en el rendimiento solamente se produjeron en las personas que a principio de su vida recibieron menos educación, hallaron los investigadores. Las personas con un nivel educativo mayor realizaron bien las pruebas de funcionamiento cerebral, incluso en el caso de que sus cerebros fueran físicamente más pequeños.

«La clave es seguir estimulando a las personas con la educación, sin que importe el nivel de funcionamiento que parezca haber», dijo McCabe. «Es un mensaje claro para nosotros como sociedad».

Los hallazgos también respaldan la teoría de la demencia de que «lo que no se usa se pierde», en la que se anima a las personas a ejercitar sus cerebros para mantener a raya la atrofia mental más adelante en la vida, enfatizó Launer.

«Aunque la demencia se produzca a una edad avanzada, se trata de un proceso de por vida», indicó. «Las modificaciones durante su vida podrían alterar sin duda su trayectoria hacia la demencia».

En el segundo estudio, los investigadores descubrieron en Finlandia que los jóvenes de 16 años que habían nacido de forma prematura tenían factores de riesgo que podrían contribuir a sufrir enfermedades cardiacas más adelante.

En concreto, las chicas que nacieron de forma prematura tenían 2.5 veces más probabilidades de sufrir hipertensión que las chicas nacidas a término (a los 37 semanas o más tarde).

En promedio, los chicos de esa edad que habían nacido prematuramente tenían un nivel total de colesterol casi un 7 %  más alto y un nivel de colesterol LDL «malo» casi un 12 %  más alto que los chicos nacidos a término, según los hallazgos.

El estudio contó con más de 6600 adolescentes, aproximadamente un 5 %  de los cuales habían nacido de manera prematura.

McCabe dijo que le pareció «interesante e importante» que los nacimientos prematuros parecieran tener efectos distintos en los chicos y en las chicas.

«Se han de medir ambos, pero realmente se ha de prestar atención a la presión arterial de las mujeres jóvenes y el colesterol en la sangre de los hombres jóvenes», señaló.

Pero McCabe y los investigadores finlandeses indicaron que un estilo de vida saludable puede ayudar a superar estos factores de riesgo, incluso en los niños con unas circunstancias al nacer que les hacen tener un riesgo mayor.
septiembre 1/2014  (Medlineplus)

Muller M, Sigurdsson S, Kjartansson O, Jonsson PV, Garcia M, Launer LJ.Birth Size and Brain Function 75 Years Later.Pediatrics. 2014 Sep 1.

 

septiembre 9, 2014 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Cardiología, Neonatología, Neurología | Etiquetas: , , , , |

Comments

Comments are closed.

Name

Email

Web

Speak your mind

*
  • Noticias por fecha

    septiembre 2014
    L M X J V S D
    « ago   oct »
    1234567
    891011121314
    15161718192021
    22232425262728
    2930  
  • Noticias anteriores a 2010

    Noticias anteriores a enero de 2010

  • Suscripción AL Día

  • Categorias

    open all | close all
  • Palabras Clave

  • Administración