¿Ser más alto, más grande y más cabezón implica mayor riesgo de cáncer? Esto es lo que han sugerido dos estudios recientes, que confirman otros anteriores.
ene
17
Un equipo de investigadores del español Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha descubierto 103 genes con alteraciones, que causan enfermedades hereditarias y que, a la vez, aumentan el riesgo de desarrollar cáncer.
Los detalles de la investigación, liderada por la jefa del grupo de Genómica Computacional del Cáncer en el CNIO, Solip Park, y hecha en colaboración con centros de Seúl (Corea del Sur), se ha publicado en Genome Medicine.
La probabilidad de desarrollar cáncer es mayor entre los que tienen variantes alteradas de los genes de predisposición al cáncer (CPG), pero estos solo explican uno de cada diez casos de cáncer, los demás podrían estar relacionados por mutaciones desconocidas. Por ahora solo se conocen un centenar de CPG. Encontrar otras variantes alteradas ayudaría a detectar el cáncer y a desarrollar tratamientos. Para descubrirlos, Park acotó la búsqueda a las personas portadoras de genes que, cuando están alterados, dan lugar a una enfermedad hereditaria.
Se trata de enfermedades monogénicas (se producen por la alteración de un solo gen), como la distrofia muscular o la enfermedad de Gaucher por la que se acumulan grasas en diversas células–. Así, junto a varias instituciones coreanas, descubrieron 103 genes en los que las alteraciones que causan enfermedades monogenéticas a menudo coexisten con otras alteraciones que predisponen al cáncer.
El estudio verificó que las personas con mutaciones de enfermedades monogenéticas hereditarias en esos 103 genes también presentaban mayor cantidad de mutaciones implicadas en cáncer que el grupo de control, de personas sanas.
Algunas de estas mutaciones se asocian a tipos específicos de cáncer, como carcinoma de células renales, linfoma no Hodgkin de células B, adenocarcinoma de mama y meduloblastoma; otras, con la propensión al cáncer en general. El equipo analizó también cómo las variantes defectuosas de esos genes promueven la progresión de los tumores y causan otras enfermedades. Uno de ellos es el gen PAH, que fue seleccionado porque presentaba la mayor cantidad de variantes susceptibles de dar lugar a varios tipos de cáncer. El equipo encontró que este gen está relacionado con el carcinoma de células escamosas de pulmón, con tumores del tejido hepático, con otras enfermedades y con un retraso en el crecimiento.
Ver artículo completo: Song S, Koh Y, Kim S, Mi Lee S, Uk Kim H, Min Ko J, et al. Systematic analysis of Mendelian disease-associated gene variants reveals new classes of cancer-predisposing genes. Genome Medicine [Internet]. 2023; 07. https://genomemedicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13073-023-01252-w
Enero 17 /2024(EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
nov
23
La obesidad podría no ser el único factor que vincula el consumo de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de cáncer de boca, garganta y esófago, según un estudio que publica European Journal of Nutrition.
Investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) quisieron profundizar en los estudios que asocian el consumo de ultraprocesados y los resultados adversos para la salud, en concreto los cánceres del tracto aerodigestivo superior.
El equipo trató de establecer si la asociación entre el consumo de ese tipo de comida y el cáncer de cabeza y cuello y el adenocarcinoma esofágico (un cáncer de esófago) en EPIC podía explicarse por un aumento de la grasa corporal. Para ello, analizaron datos sobre dieta y estilo de vida de 450.111 personas durante 14 años, entre ellos los procedentes del estudio de cohorte Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición (EPIC), el más grande de Europa.
Los resultados de los análisis del equipo mostraron que consumir un 10 % más de ultraprocesados se asocia con un 23 % más de riesgo de cáncer de cabeza y cuello y un 24 % más de adenocarcinoma de esófago.
Sin embargo, el aumento de la grasa corporal solo explicaba ‘una pequeña proporción de la asociación estadística’ entre el consumo de ultraprocesados y el riesgo de padecer estos cánceres del tracto aerodigestivo superior. En concreto, la relación entre el consumo de ultraprocesados y el cáncer del tracto aerodigestivo superior ‘no parecía explicarse en gran medida por el índice de masa corporal y la relación cintura-cadera’, según la autora principal de la investigación, Fernanda Morales-Berstein, de la Universidad de Bristol. Por ello, los autores sugieren que otros mecanismos podrían explicar esa asociación, por ejemplo, los aditivos, incluidos los emulsionantes y edulcorantes artificiales, que ya se habían vinculado previamente con el riesgo de enfermedades.
De igual manera, los contaminantes de los envases de alimentos y el proceso de fabricación, podrían explicar, en parte, el vínculo entre el consumo de ultraprocesados y el cáncer del tracto aerodigestivo superior.
El equipo advirtió además de que las asociaciones entre el consumo de ultraprocesados y los cánceres del tracto aerodigestivo superior halladas en el estudio podrían verse afectadas por ciertos tipos de sesgo, indicó la Universidad de Bristol.
Esto explicaría por qué encontraron pruebas de una asociación entre un mayor consumo de ultraprocesados y un mayor riesgo de muertes accidentales, algo que es muy poco probable que sea causal.
Los alientos ultraprocesados ‘están claramente asociados con muchos resultados adversos para la salud, pero aún no está claro si realmente los causan o si factores subyacentes como los comportamientos generales relacionados con la salud y la posición socioeconómica son responsables del vínculo’, destacó George Davey Smith, del mismo centro educativo.
Por ello, son necesarios estudios de cohortes con evaluaciones de la ingesta de seguimiento dietético a largo plazo, que tengan en cuenta también los hábitos de consumo contemporáneos, para replicar los resultados de este estudio, ya que los datos dietéticos del EPIC se recogieron en la década de 1990, cuando el uso de ultraprocesados era todavía relativamente bajo. Además, hay que seguir investigando para identificar otros mecanismos, como los aditivos alimentarios y los contaminantes, que puedan explicar los vínculos observados, agrega el estudio.
ver más información:
Morales Berstein F, Biessy C, Viallon V, Goncalves Soares A, Casagrande C, Hémon B, et al. Ultra-processed foods, adiposity and risk of head and neck cancer and oesophageal adenocarcinoma in the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition study: a mediation analysis. Eur Nutr[Internet].2023[citado 22 nov 2023]. https://doi.org/10.1007/s00394-023-03270-1
23 noviembre 2023 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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7
ene
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No se puede establecer ninguna relación entre la ingesta de ajo y la disminución del riesgo de cáncer. Así concluye una nueva evaluación de Nutrimedia, un proyecto del Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra (OCC-UPF), realizado en colaboración con el Centro Cochrane Iberoamérica y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt).
ene
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Los científicos ya habían analizado de forma precisa cómo el alcohol causa cáncer en cultivos celulares. Ahora, un nuevo estudio, financiado en parte por el Cancer Research de Reino Unido y publicado en la revista Nature, ha usado ratones para mostrar cómo la exposición al alcohol conduce a un daño genético permanente. Read more
ago
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Científicos del Centro de Regulación Genómica han estudiado los genomas de más de 1000 tumores y han identificado un proceso importante que genera mutaciones que provocan cáncer. La causa de muchas de las mutaciones en tumores humanos son los errores en el mecanismo de reparación del ADN o ‘corrector’. La luz del sol y el consumo de alcohol favorecen que estos errores ocurran, dando lugar a más mutaciones en las regiones esenciales del genoma. Read more