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Una de cada tres mujeres de 15 años o más en las Américas ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida, señalan estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De acuerdo con esta oficina de ONU, la violencia contra las mujeres y las adolescentes continúa siendo un problema grave y persistente en la región de las Américas.
Las nuevas estimaciones sobre el tema fueron presentadas este mes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), a propósito del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora el 25 de noviembre.
Los datos (recopilados desde 2000 hasta el 2023) indican que los avances para reducir la violencia contra las mujeres han sido lentos, pese a que existe una mayor concientización y hay políticas multisectoriales nacionales e intervenciones desde los servicios de salud.
La violencia infligida por la pareja sigue siendo la forma más común de abuso, y en las últimas dos décadas, las tasas de prevalencia de violencia por parte de la pareja prácticamente no han cambiado
Según señaló Britta Baer, asesora de la OPS, “la vergüenza y el estigma asociados con la violencia sexual dificultan la denuncia, lo que sugiere que las cifras reales son probablemente mucho más altas”.
Las cifras apuntan que una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 49 años ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja, mientras que una de cada ocho ha experimentado violencia sexual por parte de otra persona que no es su pareja.
Las mujeres jóvenes se enfrentan a riesgos tempranos, ya que el 21% de las adolescentes entre 15 y 19 años ha experimentado violencia por parte de su pareja antes de cumplir los 20.
Las mujeres mayores tampoco están exentas: el 23% de las mujeres de 65 años o más denuncia haber sufrido este tipo de violencia.
OPS/OMS enfatizan que la violencia contra las mujeres tiene consecuencias graves y duraderas, como lesiones físicas, infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados, depresión y, en los casos más extremos, femicidio.
Los niños y niñas expuestos a este flagelo en el hogar tienen mayor probabilidad de sufrir o cometer abuso cuando son adultos, lo que perpetúa el ciclo de violencia.
25 noviembre 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de | Noticia
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Casi una de cada tres mujeres —aproximadamente 840 millones en el mundo— ha sufrido violencia de pareja o sexual a lo largo de su vida, según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tan solo en los últimos 12 meses, 316 millones de mujeres —el 11% de las féminas mayores de 15 años de edad— fueron víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, resaltó el reporte.
De acuerdo con la investigación, el progreso en la reducción de la violencia de pareja ha sido dolorosamente lento, con un descenso anual de apenas el 0,2% en las últimas dos décadas.
También revela que 263 millones de mujeres han sufrido violencia sexual por parte de personas ajenas a su pareja desde los 15 años, cifra que, según los expertos, está significativamente subestimada debido al estigma y al miedo.
«La violencia contra las mujeres es una de las injusticias más antiguas y generalizadas de la humanidad, y sin embargo, una de las menos combatidas», afirmó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
El estudio, publicado con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y la Niña, el 25 de noviembre, es el más exhaustivo sobre la prevalencia de esas dos formas de violencia contra la mujer, con datos de 168 países entre 2000 y 2023.
Entre tanto, las víctimas de la violencia se enfrentan a embarazos no deseados, un mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y depresión.
Subraya el documento que la violencia contra las mujeres comienza a edades tempranas y los riesgos persisten a lo largo de la vida, y tan solo en los últimos 12 meses 12,5 millones de adolescentes de 15 a 19 años han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja.
Y si bien este fenómeno se produce en todos los países, las féminas que viven en países menos desarrollados, zonas afectadas por conflictos y entornos vulnerables al cambio climático son afectadas de manera desproporcionada.
20 noviembre 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de | Noticia
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El picor, la sequedad y las lesiones visibles son solo la punta del iceberg de esta patología inflamatoria crónica. Especialistas alertan de su impacto en el sueño, las relaciones sociales y el bienestar emocional de pacientes, tanto en niños como en adultos.
La dermatitis atópica es mucho más que una enfermedad de la piel. Se trata de una patología inflamatoria crónica que cursa con brotes de picor intenso, enrojecimiento, sequedad y descamación, pero cuyo impacto va más allá de lo físico, afectando de manera significativa a la calidad de vida de quienes la padecen.
«El picor constante, la alteración del sueño, la presencia de lesiones visibles en cara o manos y la necesidad de cuidados continuos hacen que los pacientes vean limitada su vida diaria, sus relaciones sociales y, en muchos casos, su estado emocional», explica el Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral.
La National Eczema Association y la Asociación de Afectados por Dermatitis Atópica coinciden en señalar que esta enfermedad genera consecuencias que a menudo pasan desapercibidas: cansancio, disminución del rendimiento escolar o laboral, vergüenza por la apariencia de la piel y un mayor riesgo de desarrollar ansiedad y depresión.
«Muchos pacientes se sienten incomprendidos porque, desde fuera, se tiende a pensar que es solo un problema de piel seca. Sin embargo, se trata de una enfermedad crónica que puede condicionar la forma en la que una persona duerme, se relaciona o trabaja», añade el Dr. Sánchez Viera.
CIFRAS EN AUMENTO
En España, la dermatitis atópica afecta aproximadamente al 20 % de los niños y entre el 1 y el 3 % de los adultos, cifras que se han duplicado en la última década. Aunque en la gran mayoría de los casos los síntomas remiten con la edad, en otros persisten en la edad adulta, con impacto prolongado en la calidad de vida.
TRATAMIENTOS Y AUTOCUIDADOS: CLAVES PARA MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA
Si bien no existe una cura definitiva, hoy en día los pacientes cuentan con tratamientos eficaces que permiten controlar los brotes y reducir el impacto en la vida diaria. Desde el uso constante de cremas hidratantes y emolientes hasta terapias farmacológicas más avanzadas como los fármacos biológicos, el abordaje debe ser siempre individualizado.
«El objetivo del tratamiento no es solo controlar los síntomas, sino también devolver al paciente su calidad de vida, evitando que la enfermedad condicione su descanso, sus relaciones personales o su bienestar psicológico», subraya el Dr. Sánchez Viera.
Para mejorar la calidad de vida de los pacientes con dermatitis atópica es fundamental mantener la piel hidratada a diario con productos específicos, controlar el estrés —uno de los principales desencadenantes de los brotes— y elegir siempre ropa de algodón o lino, evitando la lana y los tejidos sintéticos que irritan la piel. También conviene procurar ambientes húmedos, utilizando humidificadores y evitando cambios bruscos de temperatura.
Finalmente, ante la aparición de brotes, lo más recomendable es consultar al dermatólogo en lugar de recurrir únicamente a remedios caseros, ya que un diagnóstico y tratamiento adecuados permiten controlar mejor la enfermedad y reducir su impacto en la vida diaria. Además del control de los brotes, es importante el seguimiento periódico por parte del dermatólogo, que ayuda muchas veces a adherir al paciente al tratamiento y a las rutinas saludables que permiten su prevención.
NECESIDAD DE MAYOR CONCIENCIACIÓN SOCIAL
A pesar de su elevada prevalencia, la dermatitis atópica sigue siendo una enfermedad poco conocida y, en muchos casos, infradiagnosticada. «Es fundamental que la sociedad y el entorno de los pacientes comprendan que la dermatitis atópica es una enfermedad crónica con repercusión física y emocional. La concienciación y el diagnóstico precoz son claves para que los pacientes puedan acceder a tratamientos adecuados y vivir con una mejor calidad de vida», concluye el Dr. Sánchez Viera.
11 septiembre 2025 | Fuente: IM Médico | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
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Según un nuevo estudio publicado en ‘The Lancet’, más de 1.000 millones de personas (niños, adolescentes y adultos) en el mundo viven con obesidad, es decir, una de cada ocho personas; además, el 43 por ciento de los adultos tiene sobrepeso, según datos de 2022. Estas tendencias, junto con la disminución de la prevalencia de personas con peso por debajo de lo normal desde 1990, hacen que la obesidad sea la forma de malnutrición más común en la mayoría de los países. Read more
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La prevalencia del Virus del Papiloma Humano (VPH) es mayor en hombres que en mujeres. Mientras en ellas baja con la edad, en ellos permanece estable a lo largo de toda su vida, motivo por el que nunca ‘existe el riesgo cero’ de contagiarse, incluso entre parejas estables, pero sí de prevenir sus estragos vacunándose.
Este virus, que es la infección de transmisión sexual (ITS) más común, es responsable del 5 % de todos los tumores a nivel mundial; está detrás del 100 % de los cánceres escamosos anales y de la práctica totalidad de los de cuello de cérvix, del 78 % de los de vagina, del 25 % de los de vulva y del 90 % de las verrugas genitales.
No existe el riesgo cero, y con cada relación sexual, existe la posibilidad de transmisión, incluso en los casos de parejas estables, ha enfatizado Jesús de la Fuente, coordinador de la Unidad de Patología de Tracto Genital Inferior-VPH del Hospital Infanta Leonor de Madrid.
La ausencia de riesgo cero se explica por dos motivos:
La falta de síntomas y la latencia del virus, que hace que una persona que se infectó en un momento determinado mantenga el virus en estado de reposo y pueda a su vez transmitirlo posteriormente. Se da la circunstancia que, en el caso de los hombres, la cantidad de VPH que mantienen es mayor: las mujeres alcanzan su mayor prevalencia entre los 25 y los 30 años, pero va cayendo hasta quedarse entre el 8 y el 10 % a los 50.
La prevalencia de los hombres es de entre un 35 % y un 50 % de media, y se mantiene estable a lo largo de toda la vida’. En 2007 se recomendó la vacunación en chicas adolescentes; en 2018 se aprobó en población con condiciones de riesgo de ambos sexos y desde 2022 se aconseja a los adolescentes varones a los 12 años.
Con esta vacuna, se puede lograr que enfermedades como el cáncer de cérvix ‘pasen a la historia de la medicina’, ha subrayado el presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Jaime Pérez.
Pero es importante que lo hagan no solo las chicas: la vacunación universal permite no solo la protección directa de los chicos, ya que hay cánceres que se dan también en hombres, sino también disminuir la circulación del virus, con lo que se logra la protección pasiva de las chicas; y llegar a colectivos a los que no es fácil, como los hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH). La cobertura vacunal en chicas es buena, alcanzando en primera dosis el 91 % y del 83 % en segunda; aunque no hay datos de todo el territorio de la vacunación en chicos, en algunas comunidades se ha observado un porcentaje algo menor, de hasta un 5 % menos.
En España no hay datos aún sobre la incidencia de la vacuna en el desarrollo de cáncer, aunque algunos internacionales apuntan a que ninguna chica inmunizada desarrolló después un tumor de este tipo.
Resultan fundamentales los programas de cribado, que han tenido un gran impacto en países como España; sin embargo, no hay que olvidar que el cáncer de cervix es la cuarta causa de muerte de las mujeres en el mundo, ha puntualizado Ana Santaballa, jefa de la sección de Cáncer de Mama y Tumores Ginecológicos del Hospital La Fe de Valencia. Esta experta ha querido hacer hincapié en la importancia de la detección precoz, pues en sus primeras fases, el cáncer de cérvix puede ser curado con cirugía; cuando ya es metastásico o en recaída, ‘el tratamiento es mucho más complejo’ y los síntomas de la enfermedad ‘son devastadores’ para la mujer.
28 febrero 2024 | Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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La investigadora Candelas Pérez del Villar Moro, investigadora del área de Enfermedades Cardiovasculares del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERCV), ha advertido de que solo el 37 por ciento de los pacientes que se incluyen en los ensayos clínicos de estas enfermedades son mujeres, ‘a pesar de que la prevalencia de estas enfermedades en ellas dobla esa proporción’.
La enfermedad vascular es la más mortífera en las mujeres y cada año mata a más de 60.000. La también cardióloga en el Hospital Universitario de Salamanca ha destacado que las estas ‘se creen protegidas’ de la enfermedad cardiovascular, pero la realidad no es esa. ‘Nos morimos más que los varones’, ha asegurado la cardióloga.
Así se ha pronunciado durante el encuentro ‘Mujeres: diferenciarnos en investigación para igualarnos en salud Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER)’, en el que se ha reivindicado ‘una investigación biomédica con perspectiva de género que promueva la equidad en la salud de la mujer’.
La reunión se ha celebrado con motivo del día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La investigadora de CIBERCV, una de las cuatro médicas que ha participado en el debate, apunta que ‘es vital trasladar las medidas de promoción de la salud a la sociedad y decírselas a las mujeres, que es lo que más impacto puede tener’.
El sentirse ‘falsamente protegidas’ en el área cardiovascular y el hecho de que las mujeres dediquen más tiempo a los cuidados de los demás, está provocando que acudan menos frecuentemente al médico, se realicen menos pruebas y que las mujeres participen menos en los estudios científicos.
En esta misma línea, Lucía Artazcoz, investigadora del área de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y de la Agencia Salut Pública Barcelona, ha destacado que ‘la sociedad tiene un marcado orden de género’.
‘Si no introducimos esta lectura en los estudios de salud, estamos dando resultados incorrectos, no solo para las mujeres, sino también para los hombres’, ha añadido.
Solo se tenía en cuenta a la mujer en el estudio de la salud sexual La experta en Salud Pública ha explicado cómo, desde su disciplina, se ha ido aprendiendo a incorporar la perspectiva de género desde 1999. Hasta esa fecha únicamente se abordaba desde la mejora de la salud sexual y reproductiva’, ha señalado.
El tema se ha hecho más complejo, pero somos capaces de entender mejor la realidad, porque no es lo mismo una mujer pobre o inmigrada que una con nivel adquisitivo mayor. Hay que introducir más variables, además del género’, ha apuntado.
En el ámbito de la salud mental, también se disparan estas desigualdades. Así, Carmen Moreno, investigadora del área de Salud Mental (CIBERSAM) y médica del Hospital Gregorio Marañón, ha querido señalar el impacto de las diferencias por sexo en la prevalencia y presentación de trastornos mentales en las mujeres, la disparidad entre la cantidad de datos disponibles sobre psicofarmacología basados en hombres y la mayor frecuencia de tratamiento en mujeres.
‘Cuando nos ponemos a pensar en los determinantes en salud mental, siempre pensamos en las hormonas, pero no sabemos muy bien cuál es el papel de las hormonas en la evolución de los problemas neuropsiquiátricos. Falta mucho estudio en este sentido’, ha destacado la investigadora. Moreno ha explicado que, además de que muchas veces no se tiene en cuenta el sexo en los modelos preclínicos, excluyendo a las hembras en muchos casos, la descripción de algunas enfermedades está sesgada.
En los manuales, a veces se representan solo los comportamientos de chicos porque se han validado únicamente en poblaciones de chicos. Se debe avanzar en medicina personalizada a la hora de entender la enfermedad y su tratamiento. No solo entre hombres y mujeres, es que cada mujer también es muy diferente’ ha destacado la psiquiatra.
‘Si no incorporamos estos aspectos, si no lo estudiamos correctamente, entonces no lo estamos haciendo tan bien en consulta con nuestros y nuestras pacientes’ ha concluido Moreno.
Diabetes y Mujer
La investigadora del área CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), Lía Nattero, ha abordado la influencia del sexo en la respuesta al tratamiento y el desarrollo de complicaciones en la diabetes tipo 1. Nattero, que desarrolla su investigación en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha insistido igualmente en que las mujeres tienen un mayor riesgo de muerte y eventos vasculares en comparación con los hombres, y el control metabólico de la mujer con diabetes hace que su pronóstico sea peor.
La mujer con diabetes tipo 1 tiene un 37 por ciento más de morbimortalidad cardiovascular que el hombre, lo que contrasta con la infrarrepresentación que tienen las mujeres en los ensayos clínicos’, ha manifestado la especialista en Endocrinología y Nutrición.
En esta línea, ha defendido la necesidad de investigar más sobre cómo el ciclo menstrual afecta al control de la glucosa y cómo estas diferencias pueden ser aprovechadas para desarrollar tecnologías más efectivas en el manejo de la diabetes tipo 1.
La tecnología en diabetes es cada vez más importante, pero se debe tener en cuenta la ciclicidad de la mujer a la hora de mejorar los algoritmos de control’, ha apostillado.
La falta de incorporación de la perspectiva de género en la investigación científica contribuye a continuar con los estereotipos de género y a la ignorancia de las diferencias de género en los resultados de investigación’, ha explicado Elvira Casado, investigadora del CIBERFES (área de Fragilidad y Envejecimiento Saludable del CIBER) en el Instituto de Salud Carlos III (Investén-ISCIII), que ha moderado la sesión.
La investigadora ha expresado cómo esta falta de representación impacta en todos los momentos de los estudios científicos, comenzando por propio el diseño, en los que a menudo no se tienen en cuenta la perspectiva de género. Así, las investigadoras han defendido la importancia de incorporar la perspectiva de género en la investigación para promover la igualdad en salud. Para abordar esta problemática ‘es crucial promover la sensibilidad de género en todas las etapas del proceso de investigación, lo que implica incluir ambos sexos en los estudios, analizar los datos por género y considerar las diferencias de género en la interpretación de los resultados’.
9 de febrero 2024| Fuente: (Europa Press) – | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
